Resumen Latinoamericano, 17 de septiembre 2020.
Reclamó, además, la sanción de la Ley de acceso a la tierra
El pasado martes 15 de septiembre Juan Carlos González, productor de la base La Tala de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) Tucumán fue asesinado en su campo al recibir varios disparos del policía retirado Carlos Fortunato Flores, quien quería usurpar sus tierras para alquilarlas a sojeros de la zona. El ex-policía se habría entregado pero la familia denuncia que no fue apresado y permanece en la casa de un pariente. Así informó la prensa de la UTT.
La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) denunció el asesinato del productor Juan Carlos González, de 60 años, por parte del ex policía retirado Carlos Fortunato Flores, quien pretendía quedarse con los terrenos del campesino de la UTT para alquilarlos a empresarios sojeros, según denunció la organización. Flores se entregó ante sus compañeros pero fue dejado en libertad.
«Exigimos al gobierno de Tucumán que se haga justicia, no puede ser que personas vinculadas con la policía se manejen con total impunidad para robar las tierras de nuestros pequeños productores», denunció Daniel Robles, delegado de la UTT en la provincia de Tucumán. La organización también exigió la aprobación del proyecto de Ley de Acceso a la Tierra.
El productor, conocido por sus compañeros de la localidad de La Tala como «Don Cheta», fue encontrado con varios tiros en el pecho en un campo de la localidad de El Cevilar, 20 kilómetros el sur de la capital tucumana, cerca de la ruta 9. El terreno fue explotado históricamente por la familia de González, quien había decido llevar su vacas a pastar allí.
A las 10.30 de la mañana del martes, Luis Robles, hijo de Juan Carlos, recibió la llamada de una vecina para darle la noticia de que se había encontrado en el campo familiar a un hombre tendido en el suelo con los animales alrededor. Luis llegó al lugar con su madre, Lidia Rosa González, y vieron a «Don Chata» muerto con las manos sobre su pecho.
La Policía ya estaba en el campo, ubicado en el departamento de Cruz Alta, cuando llegaron sus familiares, pero quien no estaba allí era Flores, el expolicía a quien la UTT denuncia como responsable del crimen.
«Se acercó para decirle que ya no podía entrar más a esas tierras porque no le pertenecían y mientras discutían sacó su arma y le pegó al menos tres tiros a «Don Cheta» quien cayó de su caballo y murió», denunció la UTT.
«Ni un muerto más por el derecho a la tierra»
La organización campesina apuntó también que Flores es un policía retirado de 74 años, que ya tenía antecedentes penales por intentos de homicidio y robos, pero «se paseaba por la zona impunemente usurpando terrenos para el negocio de los sojeros», y resaltaron que «si bien se entregó en la comisaría, actualmente se encuentra en la casa de una sobrina en Horco Molle, Yerba Buena», localidad ubicada a poco más de 10 kilómetros al oeste de la capital provincial.
«Yo sólo pido que hagan justicia, lo que ha hecho Flores no tiene nombre, ni látigo tenía mi marido para amenazar. No puede ser que este asesino esté de vacaciones en lo de su sobrina, queremos que esté preso y pague por lo que ha hecho», exigió Lidia, viuda de «Don Cheta».
María Juárez, delegada de la base La Tala de la UTT, localidad cercana donde vivía González con su familia, recordó a «Don Cheta» como una persona de perfil bajo que «humildemente día a día salía a cuidar sus vacas y sus animales». «No puede quedar impune este asesinato», sentenció.
La UTT, por su parte, advirtió que este «no es un caso aislado» debido a «la falta de regulación y políticas públicas que garanticen el derecho a la tierra para las familias campesinas a nivel provincial y nacional, que terminan con estos aberrantes hechos».
La organización volvió a reclamar el tratamiento en el Congreso de la Ley de Acceso a la Tierra para poner fin a la problemática de fondo. «Ni un muerto más por el derecho a la tierra en la Argentina», advirtió.
A las 10.30 de la mañana del mismo martes, Luis Robles, hijo de Juan Carlos, recibe una llamada de una vecina que le anuncia que en el terreno de la familia había un hombre tirado a la par de sus animales con policías alrededor. Cuando llegaron con su madre, Lidia Rosa González, vieron que Don Cheta ya estaba muerto en el piso con las manos agarrándose el pecho.
Carlos Flores, un policía retirado de 74 años, ya tenía antecedentes penales por intentos de homicidio y robos pero se paseaba por la zona impunemente usurpando terrenos para el negocio de los sojeros. Si bien se entregó en la comisaría, actualmente se encuentra en la casa de una sobrina en Horco Molle, Yerba Buena. “Exigimos al Gobierno de Tucumán que se haga justicia por nuestro compañero, no puede ser que personas vinculadas con la policía se manejen con total impunidad para robar las tierras de nuestros pequeños productores”, denunció Daniel Robles, delegado de la UTT en la provincia de Tucumán. El asesinato de Don Cheta González no es un caso aislado. La falta de regulación y políticas públicas que garanticen el derecho a la tierra para las familias campesinas en la provincia y a nivel nacional terminan con estos aberrantes hechos.
fuente Anred