Resumen Latinoamericano, 22 de septiembre de 2020.
Después de la gran manifestación de miles de personas en la Capital, este pasado lunes solicitando que no haya desalojo, más el pedido de numerosas personalidades, referentes de derechos humanos y organizaciones realizada este martes en una conferencia de prensa en el Obelisco, se conoció la decisión del gobierno provincial de postergar el lanzamiento hasta el 1 de octubre, de las 2.500 familias que desde hace dos meses recuperan tierras en Guernica. Cabe agregar que como lo manifestara a la prensa el presidente de la Gremial de Abogados y Abogadas, Eduardo Soares, al pedido hecho por dicha entidad que defiende a los ocupantes, se sumaron también otra similar de la Defensoría Pública y el Ministerio de Desarrollo provincial, y de allí salió la postergación.
Obviamente, aparte de la presión popular y de los problemas que le podría traer al gobierno de Axel Kicillof una mala resolución del conflicto, ya que la toma de Guernica se ha ido convirtiendo en un símbolo de lucha y resistencia muy potente, aquí sigue estando en juego el poder que tienen los nuevos «barones y baronesas» Pejotistas del Gran Buenos Aires. Son ellos los más interesados en que esta situación se acabe lo más pronto posible. Sus patrones de la especulación inmobiliaria necesitan que «Countrilandia» sea una realidad cuanto antes, y de allí la desfachatez de la intendenta Blanca Cantero de apretar el acelerador contra el pueblo pobre de su condado.
Es tal la fragilidad del andamiaje funcionarial que rodea a Kicillof en estas gestiones sobre Guernica, que en una reunión de apertura de «diálogo» que se realizó en Desarrollo Social, en La Plata, este martes por la tarde, y al que asistieron delegados de la toma, organizaciones sociales que apoyan la misma y la Gremial de Abogados y Abogadas, otra vez se pateó la pelota afuera. O mejor dicho, a las tribunas, ya que la gran «solución» que sugirió el staff provincial es «desalojar pacíficamente» a cambio de promesas en el aire sobre algún tipo de estudio persona por parsona para algún poco claro «realojamiento».
Por el gobierno participaron el ministro Andrés Larroque, el secretario de Acceso al Hábitat, Rubén Pascolini, el funcionario de Desarrollo Social, Juan Marino, el subsecretario de Planificación e Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad, Sebastián Fernández, la subsecretaria de Género, Lucía Portos , y el Subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia, Lisandro Pellegrini. Todos ellos intentaron convencer a los representantes de las 2.500 familias que la postegación del desalojo hasta el 1 de octubre era obra de su accionar, y que por eso había que encontrar soluciones, pero que no podían darse con la gente dentro del predio ocupado. Algo que ya fue dicho al comienzo de la toma y que por supuesto fue rechazado, de la misma manera que ahora, ya que nadie en su sano juicio puede confiar es semejante propuesta. Más aún si viene de un gobierno que prometió con bombos y platillos que Vicentín «se expropiaba» y ya se sabe donde fue a parar esa sugerencia. Menos aún en este doloroso caso donde se juega el futuro de miles de personas y sobre todo alrededor de 3000 niñes, algo que parece no conmover a quienes ganan sueldos sustanciosos y se olvidaron de lo que decían cuando algunos de esos mismos funcionarios se disfrazaban de «piqueteros».
Así las cosas, más allá que el viernes seguirán las discusiones con el gobierno, «se hace evidente, como expresaron después de la reunión militantes de las organizaciones sociales, que el plan de lucha en defensa de la toma sigue siendo la única posibilidad concreta frente a la insensibilidad reinante».
Por otra parte, el gobierno provincial parece no darse cuenta que en la medida que transcurre el tiempo y no ofrecen una salida digna, su desgaste se vuelve cada vez más visible. La solución, a esta altura, no puede pasar por menos de aceptar que esas tierras ya han sido recuperadas y que por no tener dueños, deberían lotearse de común acuerdo con las y los vecinos, y permitir que estos pongan en marcha formas de construcción económica para obtener un habitat acorde a sus necesidades. No se está hablando de cifras de dinero imposible de conceder en lo que hace a ayudar al mejoramiento del terreno. Sería un diez por ciento de la millonada que se gastan en montar mansiones para ricos, con lagos, cisnes, patitos y otro tipo de fauna selecta.
Epílogo obligado: «Déjense de joder y piensen alguna vez en los más pobres», mensaje de una niña de 15 años que habita en la toma. Vale la pena que la escuchen los que tienen en su mano dar soluciones y que se olviden de tanto bla bla.