Resumen Latinoamericano, 23 de septiembre de 2020.
Áñez denunció «el acoso sistemático y abusivo que ejerce, desde Argentina, el Gobierno kirchnerista», contra Bolivia.
La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, arremetió este miércoles contra el «Gobierno kirchnerista» de Argentina en su discurso ante la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) al denunciar que desde la nación vecina ejercen «acoso sistemático y abusivo» contra su país.
Áñez también acusó al Ejecutivo con sede en la Casa Rosada de ofrecer «impunidad» al exmandatario Evo Morales, depuesto tras un golpe de Estado, y afirmó que bajo la gestión del presidente argentino, Alberto Fernández, se está desplegando una «intromisión» que va «en contra de las instituciones y valores republicanos de Bolivia».
«¿Cuál es la autoridad que tiene para amparar una conspiración violenta de Evo Morales contra la democracia boliviana desde suelo argentino?», cuestionó la presidenta de facto en su discurso ante el organismo internacional.
Durante su intervención por videoconferencia ante la ONU, Áñez no mencionó que llegó a la presidencia de la nación suramericana de la mano de las Fuerzas Armadas bolivianas, tras una «autoproclamación golpista», sin respaldo popular y del Parlamento.
Sin embargo, refirió que América Latina se encuentra ante el dilema de tener que optar por la democracia o la dictadura. «América Latina tiene dos caminos por delante y que debe escoger (…) uno es el camino de la libertad y el otro es el camino de la opresión. Nos encontramos ante el dilema que surge entre democracia y dictadura», expresó.
Instancias internacionales como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) registra desde el golpe de Estado contra Morales la ocurrencia de episodios violentos y diversas violaciones de derechos humanos en Bolivia.
Uno de ellos han sido las masacres de Senkata y Sacaba, con la intervención de oficiales de la Policía y las Fuerzas Armadas Bolivianas. Además, Áñez se ha referido en varias oportunidades a los movimientos sociales como «grupos violentos», y ha ordenado que las fuerzas públicas actúen para reprimir manifestaciones populares.
La presidenta de facto también dijo en su discurso que América Latina todavía no ha superado «la amenaza autoritaria» y que todavía existe el peligro de que las sociedades caigan «rendidas» ante la opresión.
Según Áñez, «no se trata de elegir entre la izquierda y la derecha, o el socialismo y el capitalismo, sino entre la libertad o la opresión», ya que de acuerdo a sus palabras, «proyectos del populismo caudillista y autoritario» están amenazando la región.
«América Latina después de pasado el ciclo populista, tiene la opción de construir la convivencia política sobre la base de la tradición republicana, que es la tradición de la libertad. Ese es el camino que estamos construyendo en Bolivia», aseguró.
Durante el Gobierno de facto, se han pospuesto en cuatro oportunidades la fecha de realización de las elecciones presidenciales, en un intento de Áñez por permanecer en el poder, según afirman analistas internacionales.
«Invitamos al mundo a mirar nuestro sistema de ayudas, de bonos y solidaridad que inicia en Bolivia una etapa histórica de asistencia a los que más lo necesitan», afirmó en su discurso en la ONU, mientras miles de bolivianos se han visto obligados a violar la cuarentena en medio de la pandemia para protestar en las calles, contra la falta de apoyo gubernamental.
Exfiguras políticas han denunciado que los recursos financieros recibidos en Bolivia de manos de los organismos internacionales han sido destinados a los sectores privados, dejando desprotegida a las familias indígenas, que son mayoría en el país.
En su intervención ante la ONU, Áñez también invitó a la comunidad internacional a «mirar» el proceso electoral que se avecina en el país, y que «a diferencia del que impulsó Evo Morales el año pasado, será limpio y sin fraude», sostuvo.