Bra­sil. A 49 años de su ase­si­na­to, evo­can­do al Capi­tán gue­rri­lle­ro Car­los Lamar­ca: «Atre­ver­se a luchar, Atre­ver­se a Vencer»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de sep­tiem­bre de 2020.

Car­los Lamar­ca fue un mili­tar y gue­rri­lle­ro bra­si­le­ño, que aban­do­nan­do el Ejér­ci­to en 1969 se con­vir­tió en uno de los líde­res de la lucha arma­da con­tra la dic­ta­du­ra mili­tar ins­tau­ra­da en el país en 1964. Fue fun­da­dor y uno de los coman­dan­tes de la Van­guar­dia Popu­lar Revo­lu­cio­na­ria (VPR), orga­ni­za­ción gue­rri­lle­ra que com­ba­tió el régimen.

Hijo de padre zapa­te­ro y madre ama de casa, él vivió has­ta los 17 años en el Morro de Sao Car­los, en el Está­cio, en Río de Janei­ro. A los 16 años, par­ti­ci­pó de mani­fes­ta­cio­nes calle­je­ras duran­te la cam­pa­ña nacio­na­lis­ta «El petró­leo es nues­tro» y tenía como libro de cabe­ce­ra Gue­rra y Paz de Leon Tols­toi. En 1955, ingre­sa en la Escue­la Pre­pa­ra­tó­ria de Cade­tes, en Por­to Ale­gre, y dos años des­pués es trans­fe­ri­do para la Aca­de­mia Mili­tar de las Agu­jas Negras, en Resen­de (RJ), don­de se for­ma cómo aspi­ran­te la ofi­cial en 1960, 46º colo­ca­do entre los 57 alum­nos de la tur­ma. Su pri­mer pues­to es en el 4º Regi­men­to de Infan­ta­ria, en Qui­taú­na, Osas­co, São Pau­lo. Pron­to se des­ta­có como exí­mio ati­ra­dor, sien­do el mejor de su regi­men­to, repre­sen­tan­do el II Ejér­ci­to en un tor­neo de tiro en Recife. 

En 1962, inte­gró el Bata­llón Suez, en las Fuer­zas de Paz de la ONU en la región de Gaza, Pales­ti­na, don­de sir­vió en la 7ª Com­pa­ñía. y de don­de retor­nó die­cio­cho meses más tar­de, con las pri­me­ras ideas socia­lis­tas, gra­cias a la pobre­za que tes­ti­fi­có en el lugar y comen­zó la lec­tu­ra de clá­si­cos mar­xis­tas. En una car­ta a ami­gos, afir­mó que se fue­ra pre­ci­so entrar en com­ba­te, entra­ría al lado de los ára­bes, impre­sio­na­do con la reali­dad de este pue­blo en la región, que con­si­de­ra­ba cruel. De vuel­ta a Bra­sil en 1963, esta­ba sir­vien­do a la 6ª Com­pa­ñía de Poli­cía del Ejér­ci­to, en Por­to Ale­gre, cuan­do ocu­rrió el gol­pe mili­tar de 1964. En diciem­bre del mis­mo año, aún sir­vien­do en el sur, dio fuga a un capi­tán bri­zo­lis­ta (par­ti­da­rio del líder izqier­dis­ta Bri­zo­la) que esta­ba bajo su guardia.

Retor­nan­do a Qui­taú­na en 1965, fue trans­fe­ri­do a Por­to Ale­gre, y pro­mo­vi­do al pues­to de capi­tán en 1967. Allá se reen­cuen­tra con Darcy Rodri­gues, un anti­guo com­pa­ñe­ro, sar­gen­to del ejér­ci­to dete­ni­do en 1964 pero que había sido rein­te­gra­do a la fuer­za. Darcy era el hom­bre que hacía el tra­ba­jo de con­ven­ci­men­to polí­ti­co en el cuar­tel y con él Lamar­ca comen­zó a tomar con­tac­to con las obras de Lenin y Mao Zedong. Has­ta enton­ces, Lamar­ca no tenía mili­tân­cia en par­ti­dos de izquier­da orga­ni­za­dos. A par­tir de este año, ini­ció con­tac­tos con fac­cio­nes que defen­dían la lucha arma­da para derrum­bar el gobierno mili­tar e implan­tar un régi­men socia­lis­ta en el país. Dis­pues­to a deser­tar y jun­tar­se a la gue­rri­lla, Lamar­ca comen­zó a orga­ni­zar una célu­la comu­nis­ta den­tro del 4º Regi­men­to, que incluía un sar­gen­to, un cabo y un sol­da­do. El 24 de enero de 1969, acom­pa­ña­do del sar­gen­to Darcy, del cabo José Maria­ni y del sol­da­do Rober­to Zani­ra­to, aban­do­na el 4º regi­mien­to de infan­te­ría de Qui­taú­na en una Kom­bi, lle­van­do con­si­go 63 fusi­les FAL, tres ame­tra­lla­do­ras leves y algu­na muni­ción. Lamar­ca deja­ba así las Fuer­zas Arma­das ase­si­nas y entra­ba en la clan­des­ti­ni­dad revo­lu­cio­na­ria, en la cual vivi­ría has­ta su muerte.

A par­tir de ahí, Lamar­ca pasó a vivir clan­des­tino en la ciu­dad de São Pau­lo. Su ruti­na era des­per­tar, comer, y leer libros sobre Mar­xis­mo para aumen­tar su cono­ci­mien­to teó­ri­co. Los pri­me­ros meses de clan­des­ti­ni­dad, cono­ce a Iara Iavel­berg, mili­tan­te del MR‑8, la orga­ni­za­ción coman­da­da por Car­los Marighe­lla. Con Iara comien­za una rela­ción y deci­den vivir jun­tos. Su pri­me­ra acción en la lucha arma­da acon­te­ce el 9 de mayo de 1969, cuan­do par­ti­ci­pa del asal­to simul­tá­neo a dos ban­cos en el cen­tro de São Pau­lo. Duran­te la ope­ra­ción, Lamar­ca mata con dos tiros el guar­dia civil Orlan­do Pin­to Sarai­va, cuan­do este inten­ta­ba impe­dir el asal­to inten­tan­do dete­ner al sar­gen­to Darcy, com­pa­ñe­ro de fuga de Qui­taú­na, en la sali­da del banco.

Ele­va­do a la con­di­ción de icono revo­lu­cio­na­rio del socia­lis­mo y de la izquier­da bra­si­le­ña, fue per­se­gui­do por las fuer­zas de segu­ri­dad por todo el país, él coman­dó diver­sas expro­pia­cio­nes a ban­cos, mon­tó un foco gue­rri­lle­ro en la región del Valle del Ribei­ra, sur del esta­do de São Pau­lo y lide­ró el gru­po que secues­tró el emba­ja­dor sui­zo Gio­van­ni Bucher en Río de Janei­ro, en 1970, en pago de la libe­ra­ción de 70 pre­sos polí­ti­cos. Per­se­gui­do por más de dos años por los mili­ta­res, fue loca­li­za­do y ase­si­na­do en Bahía el 17 de sep­tiem­bre de 1971.

En 2007, trein­ta y seis años des­pués de su muer­te, la Comi­sión de Amnis­tía del Minis­te­rio de la Jus­ti­cia, bajo super­vi­sión del minis­tro de la Jus­ti­cia Tar­so Gen­ro, en el gobierno del pre­si­den­te Luiz Inácio Lula da Sil­va, dedi­có su sesión inau­gu­ral para pro­mo­ver­lo a coro­nel del Ejér­ci­to y a reco­no­cer la con­di­ción de per­se­gui­dos polí­ti­cos de su viu­da e hijos.En 2015, sin embar­go, los actos de la comi­sión que deter­mi­na­ron el pago de indem­ni­za­ción, una pen­sión equi­va­len­te al pues­to de gene­ral-de-pelea­da para la viu­da Maria Lamar­ca y la pro­mo­ción al pues­to de coro­nel, fue­ron anu­la­dos por la Jus­ti­cia Fede­ral de Río de Janeiro.

Iara Iavel­berg, gue­rri­lle­ra y com­pa­ñe­ra de Lamar­ca, tam­bién ase­si­na­da por los militares 

Por el con­tra­rio, el ayun­ta­mien­to del muni­ci­pio de Ipu­pia­ra – Bahía, cons­tru­yó, en la comu­ni­dad de Pin­ta­da, dis­tri­to de Ibi­pe­tum, local don­de Lamar­ca fue muer­to, una pla­za en su home­na­je, la cual con­tie­ne una esta­tua de Car­los Lamar­ca y un anfi­tea­tro, fuen­te lumi­no­sa y can­ti­na. La pla­za Capi­tán Car­los Lamar­ca fue inau­gu­ra­da el día 13 de enero de 2007. El muni­ci­pio tam­bién home­na­jeó a Lamar­ca crean­do una ley a tra­vés de la cual aña­de en el calen­da­rio de los fes­ti­vos muni­ci­pa­les el día 17 de septiembre.

Una calle tam­bién fue bau­ti­za­da con su nom­bre en San Ber­nar­do del Cam­po, Sao Paulo.

El pen­sa­mien­to revo­lu­cio­na­rio de Lamar­ca en una entre­vis­ta de la época

El Capi­tán Car­los Lamar­ca, 31 años, 1.70 mts. de esta­tu­ra, ojos cas­ta­ños, es el jefe de la Van­guar­dia Popu­lar Revo­lu­cio­na­ria y uno de los más auda­ces líde­res del movi­mien­to de libe­ra­ción bra­si­le­ño. En 1969, la VPR se une al Man­do de Libe­ra­ción Nacio­nal (COLINA) y al peque­ño gru­po gaú­cho Unión Obre­ra y for­man la VAR-Pal­ma­res. Duran­te estos acon­te­ci­mien­tos, Lamar­ca da una entre­vis­ta en lugar des­co­no­ci­do a la revis­ta chi­le­na Pun­to Final, don­de dice que aque­llos «aún son los pri­me­ros pasos del que será una lar­ga y dolo­ro­sa guerra»

P.: ¿Cuá­les son las razo­nes que lo lle­va­ron a aban­do­nar el Ejér­ci­to Bra­si­le­ño?
R.:Soy uno de los pocos ofi­cia­les bra­si­le­ños de ori­gen obre­ro. Estu­dié con sacri­fi­cio de mis padres y esco­gí la carre­ra por esti­mar que en las Fuer­zas Arma­das halla­ría con­di­cio­nes de con­tri­buir al desa­rro­llo y a la eman­ci­pa­ción de mi país. Lue­go me des­ilu­sio­né. El Ejér­ci­to Bra­si­le­ño (en sus pel­da­ños supe­rio­res), es la van­guar­dia de la reac­ción en el Bra­sil. Su fun­ción prin­ci­pal es la de poli­cía inter­na. Sir­ve de ins­tru­men­to de las cla­ses domi­nan­tes para afir­mar su actual situa­ción de pri­vi­le­gio, que man­tie­ne a la inmen­sa mayo­ría de la pobla­ción bra­si­le­ña en terri­bles con­di­cio­nes de explo­ta­ción, mise­ria, anal­fa­be­tis­mo y salud. Jóve­nes ofi­cia­les y sol­da­dos reci­ben pré­di­cas dia­rias sobre el «enemi­go interno de la demo­cra­cia bra­si­le­ña». ¿Y quién es este enemi­go interno? Son los obre­ros que rei­vin­di­can aumen­to de sus ínfi­mos sala­rios y liber­tad de orga­ni­za­ción de cla­se; son los estu­dian­tes que luchan por más sub­ven­cio­nes, más vaca­cio­nes, ense­ñan­za gra­tui­ta, liber­tad de orga­ni­za­ción; son los inte­lec­tua­les y artis­tas, cineas­tas, perio­dis­tas, que luchan por la liber­tad de crea­ción artís­ti­ca cien­tí­fi­ca; y, en fin, todo el pue­blo bra­si­le­ño que pide elec­cio­nes libres, mejo­res con­di­cio­nes de tra­ba­jo. Todo ese anhe­lo de cam­bio, de extin­ción de un sis­te­ma injus­to, es acre­di­ta­do a «mino­rías sub­ver­si­vas a suel­do del comu­nis­mo internacional».

Den­tro de las Fuer­zas Arma­das vi pri­vi­le­gios, vi fal­ta de res­pe­to al pue­blo tra­ba­ja­dor, vi tor­tu­ras indes­crip­ti­bles. A par­tir de 1964, per­ci­bí que se habían ago­ta­do las posi­bi­li­da­des de solu­ción pací­fi­ca para los pro­ble­mas bra­si­le­ños. Duran­te esos años, bus­qué con­tac­to con las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias que pro­pu­sie­sen un camino para la revo­lu­ción bra­si­le­ña con­se­cuen­te con las con­clu­sio­nes a que yo lle­ga­ra. En cuan­to a eso. for­ma­mos un peque­ño gru­po, den­tro de mi guar­ni­ción, de com­pa­ñe­ros mili­ta­res que pen­sá­ba­mos de la mis­ma for­ma.
A media­dos de 1968 un gru­ño asal­tó el Hos­pi­tal Mili­tar y expro­pió 9 fusi­les FAL. Inme­dia­ta­men­te nos pusi­mos en cam­pa­ña para inten­tar loca­li­zar ese gru­po, pues pen­sá­ba­mos que quien se intere­sa­ba por armas lar­gas esta­ba efec­ti­va­men­te tra­tan­do de ini­ciar la lucha gue­rri­lle­ra en el Bra­sil.
Ese gru­po era la VPR (Van­guar­dia Popu­lar Revo­lu­cio­na­ria), res­pon­sa­ble tam­bién del ajus­ti­cia­mien­to del Capi­tán nor­te­ame­ri­cano Chand­ler, cri­mi­nal de gue­rra de Viet­nam, en San Pablo. A par­tir de una dis­cu­sión polí­ti­ca, mis com­pa­ñe­ros y yo nos trans­for­ma­mos en una célu­la de la VPR.
La tarea prin­ci­pal de nues­tra célu­la (por noso­tros mis­mos suge­ri­da y acep­ta­da por el coman­dan­te de la VPR), era la rea­li­za­ción de una gran acción de expro­pia­ción de armas de gue­rra en el cuar­tel de Qui­taú­na, en San Pablo, don­de ser­vía­mos. A par­tir de esa acción, noso­tros aban­do­na­ría­mos el ejér­ci­to a fin de dedi­car­nos inte­gral­men­te a la Revo­lu­ción.
P.: ¿Esa acción fue rea­li­za­da con éxi­to?
R.: No. Su éxi­to fue ape­nas par­cial. Dos días antes de la fecha pre­vis­ta para la acción, fija­da para el 26 de enero de 1969, cua­tro de nues­tros com­pa­ñe­ros fue­ron apre­sa­dos en Ita­pe­ce­ri­ca de la Sie­rra. San Pablo, cuan­do pin­ta­ban un camión con los colo­res del Ejér­ci­to Bra­si­le­ño, que sería uti­li­za­do para reti­rar las armas del cuar­tel. Serían cer­ca de 400 fusi­les FAL, ame­tra­lla­do­ras, mor­te­ros, muni­ción. Todo lo que fue­se posi­ble. Noso­tros, de la VPR, no pen­sá­ba­mos que­dar­nos con todas esas armas. Entre­ga­ría­mos una cier­ta can­ti­dad a otras orga­ni­za­cio­nes, tam­bién efec­ti­va­men­te par­ti­da­rias de la lucha arma­da. Como esos com­pa­ñe­ros pre­sos hacían par­te del plan de acción, noso­tros, la célu­la de den­tro del cuar­tel, lo aban­do­na­mos al día siguien­te con todo lo que fue posi­ble lle­var en aque­lla emer­gen­cia: 63 fusi­les FAL, ame­tra­lla­do­ras INA, muni­ción, etc.

P.:Las auto­ri­da­des bra­si­le­ñas dicen haber exter­mi­na­do a la VPR. a par­tir de esas deten­cio­nes. ¿Es ver­dad?
R.: No. Últi­ma­men­te has­ta la repre­sión con­fie­sa no haber con­se­gui­do eli­mi­nar a la VPR, que sería un gru­po bien orga­ni­za­do según sus pro­pias decla­ra­cio­nes.
De hecho las deten­cio­nes de enero, en par­te por la dela­ción de uno de los pre­sos (los otros tuvie­ron un exce­len­te com­por­ta­mien­to), en par­te por fallas exis­ten­tes en nues­tra estruc­tu­ra orgá­ni­ca, lle­va­ron a una reac­ción en cade­na que pro­vo­có otras aprehen­sio­nes y sólo ter­mi­nó en mar­zo. Es impor­tan­te ano­tar que la repre­sión pasó a iden­ti­fi­car­nos como el prin­ci­pal enemi­go y que el tra­ta­mien­to reci­bi­do por los pre­sos fue bár­ba­ro. Cho­ques eléc­tri­cos, «pau-de-ara­ra», apli­ca­ción de sople­te, com­pa­ñe­ras vio­la­das. Algu­nos de nues­tros com­pa­ñe­ros no resis­tie­ron ese tra­ta­mien­to.
Pero los que per­ma­ne­cie­ron libres, en un esfuer­zo sobre­hu­mano, recons­tru­ye­ron la orga­ni­za­ción, vol­vién­do­la cua­li­ta­ti­va­men­te muy supe­rior. En abril de 1969 rea­li­za­mos un Con­gre­so don­de hici­mos un balan­ce crí­ti­co de nues­tra actua­ción ante­rior, rede­fi­ni­mos nues­tra línea polí­ti­ca y ele­gi­mos un nue­vo Coman­do, des­pués de amplia dis­cu­sión en todas las bases.

P.: Pero se afir­ma que entre­tan­to la VPR se disol­vió…
R.: Cier­to. Pero se disol­vió sólo para uni­fi­car­se con el COLINA (Coman­do de Libe­ra­ción Nacio­nal), for­man­do una nue­va orga­ni­za­ción nacio­nal más fuer­te y mejor pre­pa­ra­da para con­du­cir la lucha revo­lu­cio­na­ria en el Bra­sil. El nom­bre de esa nue­va orga­ni­za­ción es VAR-PALMARES (Van­guar­dia Arma­da Revo­lu­cio­na­ria-Pal­ma­res).
Esa fusión no fue repen­ti­na. Des­de casi dos años había con­tac­to entre el COLINA, gru­po ori­gi­na­rio de una divi­sión de la POLOP (Polí­ti­ca Obre­ra —actual­men­te POC, Par­ti­do Obre­ro Comu­nis­ta). Noso­tros mis­mos, en la ex-VPR, está­ba­mos for­ma­dos, en par­te, por
ele­men­tos de ese mis­mo ori­gen. El ex-COLI­NA pasó tam­bién por una gra­ve cri­sis, per­dió cua­dros, mate­ria’ y dine­ro y esta­ba en fran­ca recu­pe­ra­ción.
La fusión de las dos orga­ni­za­cio­nes corres­pon­dió a una nue­va fase por que pasa la izquier­da en el Bra­sil. A un pro­ce­so de frac­cio­na­mien­to con­ti­nuo, que se ini­ció en 1960, se opo­ne aho­ra el pro­ce­so inver­so, de reaglu­ti­na­ción de los diver­sos gru­pos en torno de reales opcio­nes polí­ti­cas que el pro­ce­so impone.

P.: ¿Por qué Pal­ma­res?
R.: Como un home­na­je a la lucha heroi­ca de los negros bra­si­le­ños con­tra la escla­vi­tud. Antes de la escla­vi­tud los negros bra­si­le­ños que huían de las hacien­das se orga­ni­za­ban en los lla­ma­dos «Qui­lom­bos», el más famo­so de los cua­les fue PALMARES. En ese Qui­lom­bo los negros del Nor­des­te bra­si­le­ño lucha­ron has­ta el últi­mo nom­bre. En su lucha, orga­ni­za­ban los com­ba­tien­tes y sus fami­lias en aldeas en que se prac­ti­ca­ba un colec­ti­vis­mo bas­tan­te avan­za­do. Fora­gi­dos de la jus­ti­cia colo­nial, cam­pe­si­nos per­se­gui­dos, pasan a vivir en torno de PALMARES. El Qui­lom­bo luchó por casi cien años. Fue de hecho una lucha de los opri­mi­dos con­tra los opre­so­res y la pri­me­ra expe­rien­cia gue­rri­lle­ra habi­da en el Brasil.

P.: ¿Cómo ve la VAR-PALMARES la Revo­lu­ción en el Bra­sil?
R.: La res­pues­ta a esa pre­gun­ta envuel­ve cues­tio­nes teó­ri­cas y polí­ti­cas difí­ci­les de ser res­pon­di­das en el ámbi­to de esta entre­vis­ta. En líneas gene­ra­les, nues­tra visión es la siguien­te:
El cam­po es el «esla­bón más débil» de la cade­na impe­ria­lis­ta. En él se con­cen­tran las con­tra­dic­cio­nes más agu­das gene­ra­das por el capi­ta­lis­mo bra­si­le­ño. En él vive la mayor par­te de la pobla­ción bra­si­le­ña, y la inmen­sa mayo­ría de los explo­ta­dos. Para modi­fi­car la situa­ción agra­ria bra­si­le­ña, es nece­sa­rio rom­per con todo el sis­te­ma, basa­do y cons­trui­do exac­ta­men­te sobre el atra­so y la mise­ria de nues­tras regio­nes rura­les.
En el cam­po cons­trui­re­mos la pri­me­ra colum­na gue­rri­lle­ra, alter­na­ti­va al poder de las cla­ses domi­nan­tes, embrión del futu­ro Ejér­ci­to Popu­lar. Cons­truir ese Ejér­ci­to, en él Bra­sil, no sig­ni­fi­ca entre­tan­to sola­men­te la colum­na gue­rri­lle­ra, sino crear gue­rri­llas irre­gu­la­res en todos los pun­tos impor­tan­tes del país. Sig­ni­fi­ca aun efec­tuar un tra­ba­jo polí­ti­co-mili­tar jun­to a las masas prin­ci­pal­men­te jun­to a la cla­se obre­ra.
La cla­se obre­ra bra­si­le­ña, a pesar de estar impreg­na­da por un lar­go perío­do de refor­mis­mo, amor­da­za­da y repri­mi­da por la vio­len­ta dic­ta­du­ra bra­si­le­ña, ten­drá un papel vital en el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio brasileño.

P.: El capi­tán Lamar­ca ¿es un ase­sino frío?
R.: Es la dic­ta­du­ra la que ase­si­na fría­men­te a nues­tros com­pa­ñe­ros. De enero a agos­to caye­ron cin­co de los nues­tros Juan Lucas Alves, tor­tu­ra­do has­ta la muer­te por la poli­cía de Esta­do de Minas Gerais; Seve­riano Via­na Colón, tor­tu­ra­do has­ta la muer­te por la poli­cía del Esta­do de Cua­na­ba­ra; Ramil­ton Cunha ase­si­na­do a tiros cuan­do pedía dimi­sión del empleo; Car­los Rober­to Zani­ra­to, tor­tu­ra­do al máxi­mo, pre­fi­rió tirar­se, espo­sa­do, bajo un ómni­bus; Fer­nan­do Bor­ges de Pau­la Ferrei­ra, muer­to a tiros por la poli­cía de San Pablo.
El sal­do de vio­len­cia de la dic­ta­du­ra bra­si­le­ña es terri­ble. Dece­nas de com­pa­ñe­ros nues­tros sufrie­ron tor­tu­ras que muchas veces los inu­ti­li­za­ron para siem­pre. La repre­sión en el Bra­sil pren­de fami­lias ente­ras como rehe­nes, lle­gan­do a man­te­ner inco­mu­ni­ca­das a seño­ras de edad, ado­les­cen­tes y has­ta niños de dos años.
VAR-PALMARES no tie­ne inte­rés en hacer víc­ti­mas en el pue­blo. En las vein­te y una expro­pia­cio­nes finan­cie­ras que ya reali­zó, pro­vo­có sola­men­te dos bajas, ambas en legí­ti­ma defen­sa. En las expro­pia­cio­nes de
arma­men­to y otros equi­pos, nun­ca tuvo que dis­pa­rar sus armas. Los ban­ca­rios y poli­cías que se rin­die­ron, jamás fue­ron moles­ta­dos. A los que resis­tie­ron, dimos com­ba­te leal.
Ade­más de eso, la VAR-PALMARES reali­zó lo que cree­mos ser la mayor expro­pia­ción finan­cie­ra revo­lu­cio­na­ria hecha en la Amé­ri­ca lati­na, sin tener que empu­ñar armas. Des­pués de lar­ga inves­ti­ga­ción con­se­gui­mos loca­li­zar una par­te de la famo­sa «caji­ta» de el ex-gober­na­dor de San Pablo, Ade­mar de Barros enri­que­ci­do por años y años de corrup­ción. El dine­ro esta­ba, a la muer­te de Ade­mar, en manos de su «secre­ta­ria». Esa seño­ra no pue­de denun­ciar el con­te­ni­do del cofre roba­do pues eran dóla­res de entra­da ile­gal en el país. Con­se­gui­mos U$S 2,5 millo­nes, lo que en cru­zei­ros vie­jos da más de diez billones.

P.: ¿En cuan­to al terro­ris­mo?
R.: Halla­mos que ya lle­gó el momen­to de res­pon­der la vio­len­cia del enemi­go apli­can­do la jus­ti­cia revo­lu­cio­na­ria.
La muer­te del capi­tán Chand­ler, por ejem­plo, fue un acto de jus­ti­cia revo­lu­cio­na­ria, así como las bom­bas de adver­ten­cia colo­ca­das por noso­tros en la puer­ta de las casas de los opre­so­res de la cla­se obre­ra, en Belo Hori­zon­te (inter­ven­tor en los Sin­di­ca­tos de Ban­ca­rios y meta­lúr­gi­cos. Dele­ga­do gene­ral del Tra­ba­jo, duran­te la huel­ga de octu­bre de 1968).
Las cla­ses domi­nan­tes en Bra­sil entre­tan­to, en una con­tra­ofen­si­va ideo­ló­gi­ca recien­te, nos impu­taron actos que deben haber sido prac­ti­ca­dos por la pro­pia repre­sión, o por el CCC (Coman­do de Caza a los Comu­nis­tas), de cual­quier mane­ra, rea­li­za­dos por la dere­cha: Incen­dio de 3 estaHo­nes de tele­vi­sión, en San Pablo, que­ma de un radio­pa­tru­lla con dos poli­cías en el inte­rior de la cabi­na, bom­ba en el pala­cio del car­de­nal de San Pablo.

P.: ¿Cómo se sien­te aho­ra que es un hom­bre famo­so?
R.: La revo­lu­ción no será diri­gi­da por hom­bres ais­la­dos, sino por la van­guar­dia de los opri­mi­dos y explo­ta­dos. Soy un mili­tan­te de la VAR-PALMARES y sólo deseo una cosa: empu­ñar mi fusil. Los hom­bres y muje­res que se vuel­ven revo­lu­cio­na­rios con­tri­bu­yen de las for­mas más dis­tin­tas, luchan­do anó­ni­ma­men­te por sus idea­les. Si algu­nos de ellos ganan noto­rie­dad, en fun­ción de deter­mi­na­das cir­cuns­tan­cias, eso en nada modi­fi­ca su con­di­ción de cua­dros de la revo­lu­ción.
Las cla­ses domi­nan­tes inten­tan per­so­ni­fi­car las accio­nes revo­lu­cio­na­rias en torno de cier­tos nom­bres ape­nas para inten­tar des­mo­ra­li­zar­nos y mos­trar su «efi­cien­cia».

P.: ¿Desea agre­gar algu­na cosa?
R.: La revo­lu­ción bra­si­le­ña se hace par­te de un modo más amplio en la lucha de los explo­ta­dos de todo el mun­do por su libe­ra­ción social y polí­ti­ca y, más espe­cí­fi­ca­men­te, por la Revo­lu­ción Lati­no­ame­ri­ca­na; pero la lucha por la eman­ci­pa­ción del con­ti­nen­te del impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano y por la implan­ta­ción del sis­te­ma social que resol­ve­rá nues­tros pro­ble­mas: el socia­lis­mo.
Desea­ría enviar, en el nom­bre de VAR-PALMARES un men­sa­je al pue­blo chi­leno. Esta­mos, en el Bra­sil, en los pri­me­ros pasos de una gue­rra que será lar­ga y dolo­ro­sa. Esa es nues­tra for­ma de pres­tar soli­da­ri­dad acti­va a la revo­lu­ción Cuba­na y a la lucha glo­rio­sa del pue­blo viet­na­mi­ta. Tene­mos cer­te­za de que en esta lucha, nos encon­tra­re­mos lado a lado con los revo­lu­cio­na­rios chi­le­nos, entre­gan­do nues­tras vidas por los mis­mos idea­les. Hay que «Atre­ver­se a luchar, Atre­ver­se a Ven­cer».
(Toma­do de la revis­ta «Pun­to Final», San­tia­go de Chi­le, Año IV, N° 88)

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