Por Rosalba Alarcón Peña. Resumen Latinoamericano, 20 de septiembre de 2020.
Ante la decisión del Ayuntamiento de Cádiz de retirar el Premio a la Libertad de Cortes de Cádiz al expresidente Álvaro Uribe, por terrorista, conversamos con Juanlu González, activista por la paz y analista de medios internacionales para recibir su lectura de esta decisión.
¿En qué contexto fue entregado el Premio a la Liberta Cortes de Cádiz?
Realmente, el Premio a la Libertad Cortes de Cádiz se otorgó Álvaro Uribe en 2009 por la alcaldesa del Partido Popular, la formación de derechas de España en el Marco de los actos del bicentenario de la Constitución liberal de 1812. Ya en ese momento fue una decisión muy controvertida en la ciudad y fue contestada por multitud de partidos políticos, de sindicatos y de muchas asociaciones ciudadanas de todo tipo.
Sin embargo, a pesar de toda la presión que se hizo contra la concesión del premio, nada fue suficiente y la alcaldesa, Teófila Martínez, no dio marcha atrás. Para vergüenza del propio premio y del Partido Popular hay que reseñar que, ni siquiera se atrevieron a hacer el acto de entrega del premio en la propia ciudad de Cádiz: finalmente Uribe y Teófila tuvieron que ir a Madrid a la embajada colombiana y allí se hizo el acto oficial de entrega del premio en presencia de los hoy Reyes de España.
¿Por qué se ha retirado el premio ahora?
Desde 2009 hasta ahora, también se han sucedido otra serie de iniciativas políticas y ciudadanas para lograr la retirada de del premio, pero todas fueron infructuosas. La verdad es que para muchos gaditanos y gaditanas el hecho de que un criminal y asesino como Uribe llevase el premio de nuestra ciudad, siempre ha sido una afrenta bastante difícil de soportar.
Sin embargo, dos nuevas situaciones se han conjurado para convertir el momento actual en el idóneo para lograr la retirada del galardón. Por un lado, la existencia de un gobierno progresista en la ciudad de Cádiz con una mayoría suficiente como para acometer este acto, que puede parecer simbólico, pero de gran trascendencia a ambos lados del Atlántico.
Por otro lado, y muy importante, el hecho de que Uribe en este momento se encuentre encerrado en su casa en arresto domiciliario, acusado de importantes crímenes que podrían llevarlo a la cárcel de por vida. Esta detención ha convertido a Uribe, a pesar de los apoyos internacionales que aún mantiene, en un personaje absolutamente amortizado. Ya ni los propios Estados Unidos lo están protegiendo con toda la fiereza que lo hicieron en el pasado, a pesar de que ellos habían sabían desde el año 1991 que era un personaje ligado al tráfico de drogas y al paramilitarismo terrorista.
Así que, hace ya varios meses, en el seno de una de un conversatorio on-line que hacíamos desde el Frente Antiimperialista Internacionalista con nuestros hermanos y hermanas colombianas, decidimos solicitar toda la información judicial que disponible desde Colombia, para dar inicio a una campaña que, finalmente, también con el concurso de otras organizaciones que empujaron en el mismo sentido, logró llevar a buen puerto esta iniciativa.
¿Cuál es el impacto que tendrá esta noticia en Colombia y en Europa?
Cuando decidimos iniciar esta campaña, sinceramente estábamos pensando más en la situación del pueblo colombiano, que en la vergüenza de que este individuo, es terrorista, llevase el nombre de la ciudad de Cádiz allá donde fuese, por la concesión de un “Premio a la Libertad”, que no puede ser más irónico para un auténtico liberticida como él.
Con esta acción, queríamos elevar el mensaje de que los tiempos de inmunidad e impunidad acabaron y que cualquier criminal de lesa humanidad como Uribe, al final dará con sus huesos en la cárcel y con el repudio de la comunidad internacional y de los pueblos solidarios del mundo.
Todo el mundo sabe que Uribe sigue siendo en Colombia un personaje con muchísima influencia. Muchos apuntan, con razón, que incluso es verdaderamente la persona que mueve los hilos al presidente Duque y que es un verdadero enemigo de cualquier iniciativa de paz que pueda llevarse a cabo en Colombia que suponga un ápice de verdad, justicia y equidad para los más desfavorecidos del país. Así que, con esta acción, queríamos elevar el mensaje de que los tiempos de inmunidad e impunidad acabaron y que cualquier criminal de lesa humanidad como Uribe, al final dará con sus huesos en la cárcel y con el repudio de la comunidad internacional y de los pueblos solidarios del mundo.
Es importante que, si en otros lugares del mundo ya demuestran abiertamente el rechazo a un personaje de esta calaña, se abran los ojos a la opinión pública de Colombia.
Sabemos de sobra el apoyo con el que todavía este individuo tiene de determinadas capas de la población colombiana. Por eso es importante que, si en otros lugares del mundo ya demuestran abiertamente el rechazo a un personaje de esta calaña, se abran los ojos a la opinión pública de Colombia. Toda la propaganda que ha sido necesario verter para que pudiera mantener un aura de normalización internacional, debe sucumbir ante el conocimiento y la difusión de la verdad.
Son muchos miles las personas que murieron asesinadas bajo su régimen de terror, pero aún hoy siguen muriendo a manos de estructuras que él creo y que ayudó a crear.
Pero no podemos olvidar que está retirada del premio, también tiene un significado muy importante a nivel local y en el ámbito estatal. Las connivencias de la derecha, e incluso del centro izquierda español, con el narcoparaterrorismo colombiano, tenían que desenmascararse definitivamente para ayudar a que el pueblo colombiano pueda vivir en libertad bajo el manto de la justicia.
Es realmente inaudito que un partido como el partido popular español, que pretendía siempre aparecer como el adalid de la lucha contra el terrorismo en el Estado español, aún mantenga relaciones íntimas con una persona como Álvaro Uribe que, al menos desde 1991, se sabía positivamente que era una persona ligada al cartel de Medellín y a los terroristas de las Autodefensas Unidas de Colombia. En España, por hechos similares, te acusarían de enaltecimiento del terrorismo y de apoyo al crimen organizado. De hecho hay militantes o artistas de izquierda encarcelados o huidos al extranjero, para no enfrentar la acción de la supuesta “justicia” de nuestro país, por mucho menos de lo que el expresidente Aznar y la ex alcaldesa Teófila Martínez han hecho con sus peligrosas amistades de Colombia.
Por último, creo que tampoco deberíamos centrar la situación colombiana exclusivamente en la figura de Álvaro Uribe. En Colombia subsiste aún un auténtico régimen genocida disfrazado de democracia, que sigue asesinando de manera permanente a líderes sociales e indígenas, a periodistas a ecologistas, a ex guerrilleros desmilitarizados y a todas aquellas personas que luchan por la justicia social y ambiental en ese país. Estos mismos días vemos cómo una policía, impregnada de paramilitarismo, está disparando impunemente contra una población que demanda justicia ante los abusos policiales, asesinando a decenas de personas ante el silencio cómplice de la comunidad internacional.
Colombia necesita refundarse desde sus cimientos. El poder político, la policía, el ejército, los medios de comunicación, la oligarquía, la justicia… siguen vinculadas al narcotráfico y al terrorismo y deben dar paso, a través de un proceso constituyente, a un nuevo país radicalmente democrático. Pero ello no podrá suceder sin el conocimiento profundo de los trágicos hechos que llevan ocultándonos decenas de años con la connivencia de los países de occidente, incluida —yo diría que especialmente— España. Por eso creo que este pequeño gesto producido en nuestro país puede ser un paso importante en la buena dirección: una Colombia en paz profunda con su pueblo y con los estados vecinos, que deje de ser la plataforma desde la que EEUU implanta a sangre y fuego sus políticas de dominación y saqueo de América Latina.
Publicada en Alcarajo.org