El control del PSOE por la CIA.

El con­trol del PSOE por la CIA.

Del libro “La CIA en Espa­ña”, de Alfre­do Grimaldos

Sólo seis meses des­pués de la Revo­lu­ción de los Cla­ve­les, el 14 de octu­bre de 1974, se cele­bra en la ciu­dad de Sures­nes, cer­ca­na a París, el XIII Con­gre­so del PSOE, que va a lle­var a un tal «Isi­do­ro» has­ta la cúpu­la de la orga­ni­za­ción. Des­de el 14 de julio pasa­do, Fran­co sufre una com­pli­ca­da fle­bi­tis y se ha lle­ga­do a temer por su vida. La situa­ción que se está crean­do en la penín­su­la Ibé­ri­ca resul­ta muy preo­cu­pan­te para los nor­te­ame­ri­ca­nos, se les ha ido de las manos el asun­to por­tu­gués y van a impe­dir, a toda cos­ta, que la his­to­ria se repi­ta en España.

Feli­pe Gon­zá­lez es el joven abo­ga­do sevi­llano, casi des­co­no­ci­do inclu­so para algu­nos de sus com­pa­ñe­ros, que se enmas­ca­ra tras el nom­bre de gue­rra de «Isi­do­ro». Con­si­gue suce­der como secre­ta­rio gene­ral del par­ti­do al vete­rano mili­tan­te socia­lis­ta Rodol­fo Llo­pis,[1], que no reco­no­ce las reso­lu­cio­nes adop­ta­das en Sures­nes. El con­gre­so ha sido con­vo­ca­do por un gru­po de jóve­nes mili­tan­tes des­ga­ja­dos de lo que, en ade­lan­te, se cono­ce­rá como PSOE (His­tó­ri­co). En reali­dad, Nico­lás Redon­do era la figu­ra menos dis­cu­ti­da para acce­der a la Secre­ta­ría Gene­ral, pero el sin­di­ca­lis­ta vas­co se nie­ga a pre­sen­tar­se a la elec­ción, a pesar de ser pro­pues­to mayo­ri­ta­ria­men­te para ocu­par el car­go que está en liza.

Gon­zá­lez y otros miem­bros de la nue­va direc­ción del par­ti­do han con­se­gui­do lle­gar a Fran­cia gra­cias al apo­yo pres­ta­do por el pro­pio Ser­vi­cio Cen­tral de Pre­si­den­cia de Gobierno. Los ofi­cia­les del orga­nis­mo de inte­li­gen­cia crea­do por el almi­ran­te Carre­ro Blan­co son los encar­ga­dos de pro­por­cio­nar­les los pasaportes.

«En un res­tau­ran­te de la calle madri­le­ña de San­ta Engra­cia, [2] habla­mos con Gon­zá­lez, en pre­sen­cia de Enri­que Múgi­ca, para garan­ti­zar­le su via­je a Sures­nes», seña­la el enton­ces capi­tán del SECED Manuel Fer­nán­dez Mon­zón.[3] «Otros com­pa­ñe­ros se entre­vis­ta­ron con Nico­lás Redon­do, y él enten­dió ense­gui­da que debía ceder el pues­to a un secre­ta­rio gene­ral más joven y con otras carac­te­rís­ti­cas. Cuan­do Feli­pe Gon­zá­lez vol­vió de Fran­cia, des­pués de haber sido ele­gi­do, un comi­sa­rio de Sevi­lla le detu­vo, cre­yen­do que había dado un pelo­ta­zo. Se lle­vó una bron­ca tre­men­da y tuvo que sol­tar­le ense­gui­da, claro.»

Otros dos miem­bros rele­van­tes del SECED, Andrés Cas­si­ne­llo y José Fau­ra, man­tie­nen una lar­ga entre­vis­ta con Feli­pe Gon­zá­lez y con Alfon­so Gue­rra, inme­dia­ta­men­te des­pués de que el clan sevi­llano se haga con los man­dos del PSOE.

«Entre 1964 y 1975 estu­ve pre­ci­sa­men­te en la infor­ma­ción del mun­do uni­ver­si­ta­rio, muy estre­cha­men­te rela­cio­na­do con la polí­ti­ca enton­ces clan­des­ti­na. Y lo que viví fue que, a par­tir de cier­to momen­to, la dic­ta­du­ra pro­pi­ció el resur­gir del PSOE, para aho­gar al PCE», decla­ra el comi­sa­rio Manuel Balles­te­ros a la perio­dis­ta Pilar Urbano.[4

«A los socia­lis­tas no se les dete­nía, a los comu­nis­tas, sí. Estan­do yo en la Bri­ga­da Social, esa era una indi­ca­ción de los man­dos. Más aún: la poli­cía no sólo mira­ba para otro lado, hacien­do la vis­ta gor­da, sino que a veces ayu­da­ba a pasar la vali­ja con la pro­pa­gan­da y los docu­men­tos inter­nos del par­ti­do que los de Rodol­fo Llo­pis (el PSOE del exte­rior) envia­ban de allá para acá.»

A fina­les de los seten­ta, con Adol­fo Suá­rez como pri­mer minis­tro, Balles­te­ros apa­re­ce detrás de algu­nas accio­nes cri­mi­na­les de gue­rra sucia con­tra ETA pro­ta­go­ni­za­das por el Bata­llón Vas­co Espa­ñol. Pos­te­rior­men­te, el Gobierno de Feli­pe Gon­zá­lez le recu­pe­ra para nom­brar­le nada menos que jefe del MULC (Man­do Uni­fi­ca­do de Lucha Con­tra­te­rro­ris­ta), duran­te la épo­ca de actua­ción de los GAL.

Meses antes de la cele­bra­ción del Con­gre­so de Sures­nes —que se finan­cia con fon­dos pro­ve­nien­tes del Par­ti­do Social­de­mó­cra­ta de Willy Brandt — , el coman­dan­te Miguel Pare­des, del SECED, y el ins­pec­tor Emi Mateos, des­ti­na­do en la Jefa­tu­ra Supe­rior de Poli­cía de Bil­bao, ya han empe­za­do a tra­ba­jar en lo que lla­man Ope­ra­ción Pri­ma­ve­ra: una serie de con­tac­tos con algu­nos miem­bros del PSOE del inte­rior, para ver cuá­les son sus plan­tea­mien­tos polí­ti­cos. Espe­cial­men­te con Nico­lás Redon­do y Enri­que Múgica. 

«En el SECED nos pro­pu­si­mos empe­zar a reuni­mos con ellos —recuer­da el enton­ces coman­dan­te Pare­des — , para ver has­ta dón­de lle­ga­ba su izquier­dis­mo, su ímpe­tu revo­lu­cio­na­rio, su afán izquier­dis­ta… y tra­tar de acer­car­los hacia posi­cio­nes más tem­pla­das, menos radi­ca­les, más en la línea de la mode­ra­ción prag­má­ti­ca que les reco­men­da­ba Willy Brandt.»[5]

Los encuen­tros entre los agen­tes del SECED y los socia­lis­tas con­ti­núan, y a ellos se incor­po­ran algu­nos mili­tan­tes más. 

«Des­pués de cada encuen­tro redac­tá­ba­mos un infor­me para el Ser­vi­cio», con­ti­núa Pare­des su rela­to. «Nues­tra impre­sión enton­ces era que el líder ideo­ló­gi­co, el que pen­sa­ba más lar­go, más rápi­do y con más cala­do era Pablo Cas­te­llano. El mayor peso moral lo tenía Nico­lás Redon­do. Feli­pe Gon­zá­lez nos pare­ció un con­ver­sa­dor ágil, bri­llan­te, con”charme”… Pero, de pron­to, sacó un lar­go Cohi­ba, lo encen­dió con par­si­mo­nia y se lo fumó como un siba­ri­ta. A mí ese peque­ño deta­lle me cho­có, me extra­ñó. Era un tra­zo bur­gués que no enca­ja­ba con sus cal­zo­nes vaque­ros, ni con su cami­sa bara­ta de cua­dros, ni con su izquier­dis­mo… En mi infor­me ofi­cial no men­cio­né esa boba­da del habano ni lo que me sugi­rió. Pero en mi agen­da pri­va­da de notas sí que escri­bí: “Feli­pe Gon­zá­lez, el sevi­llano, pare­ce apa­sio­na­do pero es frío. Hay en él algo fal­so, enga­ña­dor. No me ha pare­ci­do un hom­bre de idea­les, sino de ambiciones”.»

Y pro­si­gue el anti­guo agen­te del SECED: «El Minis­te­rio de la Gober­na­ción tenía enton­ces la facul­tad de con­ce­der o dene­gar el pasa­por­te a un ciu­da­dano. Ellos lo habían pedi­do muchas veces y siem­pre les habían dicho que no. Me die­ron una lis­ta en la que figu­ra­ban los nom­bres de Enri­que Múgi­ca, Eduar­do López Albi­zu, Nico­lás Redon­do, Ramón Rubial, Alfon­so Gue­rra, Pablo Cas­te­llano, Feli­pe Gon­zá­lez y otros dos mili­tan­tes astu­ria­nos. El Gobierno lo dudó mucho, le die­ron mil vuel­tas, que sí, que no… Al final se acep­tó bajo la con­di­ción de que, al vol­ver a Espa­ña, devol­vie­ran ense­gui­da esos pasaportes.Y lo hicie­ron. Tar­da­ron mucho pero los devol­vie­ron. Aun­que no todos: Feli­pe Gon­zá­lez se lo que­dó. A Mugi­ca, por el retra­so, le hici­mos pagar una «mul­ta» espe­cial: invi­tar­nos a comer a base de bien.Y lo hizo. En la Paniè­re Fleu­rie de Ren­te­ría».[6]

Los dele­ga­dos que asis­ten al Con­gre­so de Sures­nes repre­sen­tan, ofi­cial­men­te, a tres mil mili­tan­tes del inte­rior, pero, en reali­dad, esa cifra hay que reba­jar­la a menos de la mitad. Duran­te los últi­mos años del fran­quis­mo, el PSOE es poco más que una sigla. El mayor peso de la resis­ten­cia con­tra el régi­men lo han lle­va­do los comu­nis­tas. En defi­ni­ti­va, lo que se pro­du­ce en 1974 es una refun­da­ción del par­ti­do crea­do por Pablo Igle­sias, con el mode­lo por­tu­gués como telón de fon­do. En el país vecino no exis­tía ni siquie­ra un par­ti­do socia­lis­ta his­tó­ri­co y hubo que inven­tar uno. Su pri­mer secre­ta­rio gene­ral, Mário Soa­res, tenía con­tac­to con la CIA des­de los años sesen­ta. «Exi­lia­do, en 1973 reci­bi­ría ayu­da para fun­dar bajo el patro­ci­nio del Gobierno de Bonn un «par­ti­do socia­lis­ta por­tu­gués”», escri­be Joan Gar­cés en su exce­len­te libro Sobe­ra­nos e inter­ve­ni­dos.[7] «Derro­ca­da la dic­ta­du­ra en 1974 por el MFA (Movi­men­to das Forças Arma­das), Soa­res regre­sa­ba a Por­tu­gal, don­de pron­to pedi­ría y reci­bi­ría ayu­da clan­des­ti­na direc­ta del Gobierno de Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos euro­peos (RFA, Rei­no Uni­do y Fran­cia), e indi­rec­ta a tra­vés de empre­sas y fun­da­cio­nes ale­ma­nas y de otros países.»

La esca­sa inci­den­cia del PSOE en la reali­dad polí­ti­ca espa­ño­la de los pri­me­ros años seten­ta la reco­no­ce el pro­pio Fran­cis­co Bus­te­lo, uno de los mili­tan­tes ele­gi­dos como miem­bros de la Comi­sión Eje­cu­ti­va del par­ti­do en Sures­nes. Sin embar­go, todo cam­bia a par­tir de ese congreso:

Las emba­ja­das en Madrid empe­za­ron a reci­bir enton­ces ins­truc­cio­nes de que se pusie­ran en con­tac­to con noso­tros. Acom­pa­ñé a Gon­zá­lez a visi­tar a algu­nos emba­ja­do­res, entre ellos el esta­dou­ni­den­se, y tuve que entre­vis­tar­me con otros fun­cio­na­rios nor­te­ame­ri­ca­nos de menor cate­go­ría. A los nor­te­ame­ri­ca­nos les cau­sé bue­na impre­sión. Duran­te los años siguien­tes me solía lla­mar el con­se­je­ro polí­ti­co de esa emba­ja­da, per­so­na muy ente­ra­da de lo que suce­día en Espa­ña, para que comié­se­mos jun­tos.[8]

En la direc­ción sur­gi­da de Sures­nes hay tres gru­pos fun­da­men­ta­les: los vas­cos, con Redon­do, López Albi­zu, Múgi­ca y Bene­gas; los anda­lu­ces, con Gon­zá­lez, Gue­rra y Galeo­te, y los madri­le­ños, con Cas­te­llano y Bus­te­lo. «Los vas­cos, o mejor dicho, Redon­do, que era su peso pesa­do, deci­dían, por tan­to», seña­la Fran­cis­co Bus­te­lo. «Si apo­ya­ban a los anda­lu­ces, como hicie­ron en Sures­nes, Gon­zá­lez tenía el poder ase­gu­ra­do. Redon­do sabrá por qué lo hizo.» Feli­pe Gon­zá­lez con­tro­la el par­ti­do a par­tir de ese momen­to e, inme­dia­ta­men­te, pasa a con­ver­tir­se en un per­so­na­je públi­co de pri­mer orden, con un papel este­lar en la gran manio­bra de actua­li­za­ción con­tro­la­da del régi­men fran­quis­ta. Joan Gar­cés escribe:

Una cam­pa­ña sub­si­guien­te intro­du­ci­ría ante la opi­nión públi­ca nom­bres has­ta enton­ces des­co­no­ci­dos que, a poco andar (1975−1976), ais­la­ron y mar­gi­na­ron a los mili­ta­res de la Unión Mili­tar Demo­crá­ti­ca y, en gene­ral, a quie­nes eran rea­cios a que en Espa­ña entra­ran la CEE y la OTAN sin con­di­cio­nes.”[9]

Los ser­vi­cios secre­tos nor­te­ame­ri­ca­nos y la social­de­mo­cra­cia ale­ma­na se tur­nan celo­sa­men­te en la direc­ción de la Tran­si­ción espa­ño­la, con dos obje­ti­vos: impe­dir una revo­lu­ción tras la muer­te de Fran­co y ani­qui­lar a la izquier­da comu­nis­ta. Este fino tra­ba­jo de cons­truir un par­ti­do «de izquier­das», para impe­dir pre­ci­sa­men­te que la izquier­da se haga con el poder en Espa­ña, es obra de la CIA, en cola­bo­ra­ción con la Inter­na­cio­nal Socia­lis­ta. El pri­mer dise­ño de esta lar­ga ope­ra­ción se remon­ta has­ta la déca­da de los sesen­ta, cuan­do el régi­men empe­za­ba ya a ceder, inevi­ta­ble­men­te, bajo la pre­sión de las luchas obre­ras y las rei­vin­di­ca­cio­nes popu­la­res. El cre­ci­mien­to espec­ta­cu­lar del PCE y la des­apa­ri­ción de los sin­di­ca­tos y par­ti­dos ante­rio­res a la Gue­rra Civil, espe­cial­men­te la UGT y el PSOE, hacen temer una supre­ma­cía comu­nis­ta en la sali­da del fran­quis­mo. Los cere­bros de la Tran­si­ción comien­zan a mar­car­se obje­ti­vos muy concretos.

En 1962, el PSOE y la UGT sólo cuen­tan con unos cen­te­na­res de mili­tan­tes en toda Espa­ña, mien­tras que en el extran­je­ro, un gru­po de vie­jos socia­lis­tas, con Rodol­fo Llo­pis al fren­te, inten­tan apa­ren­tar una pre­sen­cia en esce­na que no va mucho más allá de la asis­ten­cia a «con­tu­ber­nios» como el de Munich. Con­ven­ci­dos de que este PSOE no logra­rá tener la sufi­cien­te implan­ta­ción para com­pe­tir con ven­ta­ja, fren­te a los comu­nis­tas espa­ño­les, al final del fran­quis­mo, los ser­vi­cios de infor­ma­ción nor­te­ame­ri­ca­nos y ale­ma­nes se ponen manos a la obra para cons­truir un nue­vo par­ti­do, más vis­to­so en lo externo y mane­ja­ble en lo interno.

Con­fi­den­tes espontáneos

Algu­nos socia­lis­tas no espe­ran a que la CIA lla­me a su puer­ta y son ellos mis­mos los que ofre­cen espon­tá­nea­men­te sus ser­vi­cios a los nor­te­ame­ri­ca­nos. Es el caso de Car­los Zayas Mariá­te­gui, des­de la ASU (Agru­pa­ción Socia­lis­ta Uni­ver­si­ta­ria), quien, según docu­men­ta Joan Gar­cés, «apa­re­ce infor­man­do asi­dua­men­te a la Emba­ja­da sobre per­so­nas de sen­si­bi­li­dad socia­lis­ta sus­cep­ti­bles de sumar­se a com­ba­tir al Par­ti­do Comu­nis­ta si reci­bie­ran los apo­yos mate­ria­les que bus­ca­ban. Zayas seña­la­ba, entre otros, a Joan Raven­tós Car­ner en Bar­ce­lo­na, a José Fede­ri­co de Car­va­jal y a Mariano Rubio, al tiem­po que des­ve­la­ba como prin­ci­pal agen­te del Par­ti­do Comu­nis­ta en Madrid a Fede­ri­co Sánchez».

Zayas será dipu­tado del PSOE por Hues­ca en 1977; Raven­tós, emba­ja­dor en Fran­cia, des­pués de haber par­ti­ci­pa­do en la famo­sa comi­da de Léri­da en la que el gene­ral Arma­da les cuen­ta a Enri­que Múgi­ca y a él sus pla­nes gol­pis­tas; José Fede­ri­co de Car­va­jal lle­ga­rá a pre­si­den­te del Sena­do y Mariano Rubio, a gober­na­dor del Ban­co de Espa­ña, car­go del que dimi­te tras ser con­de­na­do por sus prác­ti­cas delic­ti­vas. Fede­ri­co Sán­chez (alias de Jor­ge Sem­prún), con­ver­ti­do al anti­co­mu­nis­mo, será minis­tro de Cul­tu­ra con Feli­pe Gon­zá­lez entre 1988 y 1991.

Una de las cla­ves de las ope­ra­cio­nes secre­tas de la CIA para con­tro­lar los medios socia­lis­tas espa­ño­les en el exi­lio es la intro­duc­ción en estos círcu­los de un anti­guo diri­gen­te del POUM, Julián Gor­kin. A prin­ci­pios de los sesen­ta, Gor­kin es uno de los per­so­na­jes que impul­sa el lla­ma­do «Con­gre­so por la Liber­tad Cul­tu­ral» y apa­re­ce al fren­te de dis­tin­tas publi­ca­cio­nes finan­cia­das por la CIA, como las revis­tas Cua­der­nos, edi­ta­da en París; Examen, en Méxi­co, y Encoun­ter, en Gran Bre­ta­ña, den­tro de un amplio esque­ma pro­pa­gan­dís­ti­co de matiz neta­men­te anti­co­mu­nis­ta dise­ña­do des­de Lan­gley. Más tar­de, diri­ge tam­bién la revis­ta Visión, en la que defien­de los pun­tos de vis­ta de las suce­si­vas Admi­nis­tra­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas en rela­ción con Lati­noa­mé­ri­ca. El 13 de mayo de 1967,1a pro­pia Asam­blea Gene­ral del «Con­gre­so por la Liber­tad Cul­tu­ral» reco­no­ce los estre­chos víncu­los finan­cie­ros y polí­ti­cos de este orga­nis­mo con la CIA. Según Fran­cés Sto­nor Saun­ders, el prin­ci­pal impul­sor del con­gre­so es el agen­te de la CIA Michael Jos­sel­son.[10]

Julián Gor­kin apa­re­ce, ade­más, al fren­te del lla­ma­do «Cen­tro de Docu­men­ta­ción y Estu­dios», que tie­ne su sede en París. Ocu­pa el car­go de vice­pre­si­den­te, mien­tras Sal­va­dor de Mada­ria­ga osten­ta, a títu­lo hono­ra­rio, la pre­si­den­cia. Las líneas gene­ra­les del Bole­tín Infor­ma­ti­vo del cen­tro están carac­te­ri­za­das por las direc­tri­ces de acción polí­ti­ca clan­des­ti­na de la CIA en ese momen­to: se inten­ta poten­ciar a la inexis­ten­te ASO (Alian­za Sin­di­cal Obre­ra) y a la opo­si­ción monár­qui­ca y social­de­mó­cra­ta. Gor­kin entra pom­po­sa­men­te en el PSOE en el año 1973, en ple­na cam­pa­ña inter­na de reno­va­ción del par­ti­do, que ter­mi­na­rá con la sus­ti­tu­ción de Llo­pis por Feli­pe Gon­zá­lez. Inclu­so ofre­ce una con­fe­ren­cia, el 22 de diciem­bre de ese año, en los loca­les de la UGT en París, bajo el títu­lo «Moti­vos de mi afi­lia­ción al Par­ti­do Socia­lis­ta Obre­ro Espa­ñol». En varios artícu­los del Bole­tín Infor­ma­ti­vo de Gor­kin ya pue­den ver­se los argu­men­tos esen­cia­les que serán uti­li­za­dos por Feli­pe Gon­zá­lez y Alfon­so Gue­rra en Sures­nes. El pri­mer núme­ro de ese bole­tín expli­ca «la nece­si­dad de una izquier­da radi­cal que com­pi­ta, en el cam­po de la cla­se obre­ra, con el Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña, para res­tar­le base y movi­li­dad social».[11]

Los inten­tos de los nor­te­ame­ri­ca­nos de con­se­guir que los socia­lis­tas acep­ten la Monar­quía y la con­ti­nui­dad del fran­quis­mo reno­va­do son múl­ti­ples y se rea­li­zan a tra­vés de las más diver­sas y curio­sas fór­mu­las, algu­nas de las cua­les resul­tan un com­ple­to fra­ca­so, como el inten­to de crea­ción de la ASO, que no pasa de ser una entelequia.Todos estos tra­ji­nes no le pasan des­aper­ci­bi­dos al pro­pio Fran­co. Escri­be Sal­ga­do Arau­jo:[12]

Habla­mos des­pués de las acti­vi­da­des de la CIA en el mun­do occi­den­tal y, en espe­cial, en rela­ción con Espa­ña. La pren­sa inter­na­cio­nal, digo al Cau­di­llo, comen­ta las acti­vi­da­des de ese orga­nis­mo. Su obse­sión es con­se­guir que nues­tro Esta­do tole­re pri­me­ro y lega­li­ce des­pués la acción de dos par­ti­dos, uno de carác­ter socia­lis­ta y otro demo­crá­ti­co, que debe­rán tener su expre­sión en dua­li­dad simi­lar en el cam­po uni­ver­si­ta­rio y sin­di­cal. Para con­se­guir­lo no vaci­la­rán en finan­ciar sis­te­má­ti­ca­men­te a gru­pos de acti­vis­tas (que han crea­do la ASO y la FUDE). Por aho­ra no se pro­po­nen como obje­ti­vo derri­bar el Esta­do, sino impor­tu­nar­lo, preo­cu­par­lo, no dejar­lo en paz para que se arran­que al Par­ti­do el com­pro­mi­so de una coexis­ten­cia entre lo legal y lo ile­gal, con aspi­ra­cio­nes de suce­der al Régi­men una vez des­apa­rez­can. Estas obje­cio­nes, según la infor­ma­ción que doy al Cau­di­llo, las expo­ne la CIA con toda tran­qui­li­dad, a la luz del día, finan­cian­do las huel­gas de Astu­rias o los.tumultos de Madrid y Bar­ce­lo­na. La CIA cree que con esas acti­vi­da­des cum­ple el deber de pre­ver el futu­ro, pues, de lo con­tra­rio, al régi­men débil suce­de­ría el caos y a éste, el comunismo.

En el inten­to de crea­ción de la ASO par­ti­ci­pa un per­so­na­je extraño:Josefina Ari­lla­ga, vin­cu­la­da ya en ese momen­to a la Fun­da­ción Frie­drich Ebert, del Par­ti­do Social­de­mó­cra­ta ale­mán, y con­si­de­ra­da, en los pro­pios medios socia­lis­tas, como «bue­na ami­ga» del enton­ces jefe del Sin­di­ca­to Ver­ti­cal fran­quis­ta, el falan­gis­ta José Solís Ruiz. Ari­lla­ga, repre­sen­tan­te ofi­cio­sa en Madrid de Rodol­fo Llo­pis duran­te varios años, has­ta 1973, man­tie­ne estre­cho con­tac­to con José Fede­ri­co de Car­va­jal, un per­so­na­je muy bien rela­cio­na­do con los nor­te­ame­ri­ca­nos, que lle­ga­rá a pre­si­den­te del Sena­do con el PSOE.

La fase final del asal­to al vie­jo y poco implan­ta­do Par­ti­do Socia­lis­ta Obre­ro Espa­ñol tie­ne lugar a par­tir de 1970, en una bata­lla en la que se com­bi­nan nom­bres como el de Willy Brandt, en ese momen­to secre­ta­rio gene­ral del SPD; Max Dia­mant, ase­sor del Sin­di­ca­to del Metal ale­mán; Enri­que Múgi­ca, y Hans Matthol­fer, des­ta­ca­do sin­di­ca­lis­ta ale­mán que edi­ta la revis­ta Express Espa­ñol en Ale­ma­nia. El hom­bre de Hans Matthol­fer en la UGT, Car­los Par­do, tie­ne tam­bién un intere­san­te his­to­rial: en 1970 es dete­ni­do en Madrid por la Bri­ga­da Cri­mi­nal, acu­sa­do de diver­sos deli­tos comu­nes, y se des­cu­bre que antes ya ha sido expul­sa­do de Para­guay por esta­fa. Matthol­fer tie­ne enton­ces que via­jar per­so­nal­men­te a Espa­ña y entre­vis­tar­se con el enton­ces direc­tor gene­ral de Segu­ri­dad, Car­los Arias Nava­rro, que pone en liber­tad a Par­do sin que se le incoe nin­gún pro­ce­di­mien­to judi­cial. En una car­ta diri­gi­da a un mili­tan­te socia­lis­ta madri­le­ño, Rodol­fo Llo­pis escri­be: «Por si no lo sabes, Matthol­fer pro­te­ge y ayu­da eco­nó­mi­ca­men­te a los esci­sio­nis­tas del PSOE. Y ha encon­tra­do en Par­do un laca­yo a su medi­da». Otro per­so­na­je tur­bio que actúa en ese entorno es Manuel Simón, diri­gen­te de las Juven­tu­des Socia­lis­tas de Tou­lou­se, que más ade­lan­te será nom­bra­do res­pon­sa­ble de Rela­cio­nes Inter­na­cio­na­les de UGT. Simón, que ten­drá un papel cla­ve en el defe­nes­tra­mien­to de Llo­pis, es expul­sa­do de Por­tu­gal tras la revo­lu­ción del 25 de abril, acu­sa­do de ser agen­te de la CIA.[13]

Dóla­res «fun­da­cio­na­les»

Una mujer cla­ve en el com­ple­jo entra­ma­do finan­cie­ro del reno­va­do PSOE es Car­men Gar­cía Bloi­se, que man­tie­ne estre­chos víncu­los con los social­de­mó­cra­tas ger­ma­nos. Par­te de los fon­dos que van lle­gan­do al par­ti­do se comien­zan a cana­li­zar a tra­vés de la recién crea­da Fun­da­ción Pablo Igle­sias, sucur­sal de la ale­ma­na Frie­drich Ebert, Pero los cau­ces de finan­cia­ción son diver­sos. Por ejem­plo, en 1979 se des­ve­la­rá que la UGT ha reci­bi­do 200 millo­nes de pese­tas de los sin­di­ca­tos ama­ri­llos de Esta­dos Uni­dos para inten­tar ganar las elec­cio­nes sindicales.

El ex agen­te de la CIA Phi­lip Agee decla­ra a la revis­ta Zona Cero, en mar­zo de 1987:[14] «Den­tro del “Pro­gra­ma Demo­cra­cia”, ela­bo­ra­do por la Agen­cia, se cui­da con espe­cial aten­ción a las fun­da­cio­nes de los par­ti­dos polí­ti­cos ale­ma­nes, prin­ci­pal­men­te a la Frie­drich Ebert Stif­tung, del Par­ti­do Social­de­mó­cra­ta, y la Kon­rad Ade­nauer Stif­tung, de los demo­cris­tia­nos. Estas fun­da­cio­nes habían sido esta­ble­ci­das por los par­ti­dos ale­ma­nes en los años cin­cuen­ta y se uti­li­za­ron para cana­li­zar el dine­ro de la CIA hacia esas orga­ni­za­cio­nes, como par­te de las ope­ra­cio­nes de «cons­truc­ción de la demo­cra­cia», tras la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Des­pués, en los sesen­ta, las fun­da­cio­nes ale­ma­nas empe­za­ron a apo­yar a los par­ti­dos her­ma­nos y a otras orga­ni­za­cio­nes en el exte­rior y crea­ron nue­vos cana­les para el dine­ro de la CIA. Hacia 1980, las fun­da­cio­nes ale­ma­nas tie­nen pro­gra­mas en fun­cio­na­mien­to en unos sesen­ta paí­ses y están gas­tan­do cer­ca de 150 millo­nes de dóla­res. Ope­ran en un secre­to casi total». «Las ope­ra­cio­nes de la Frie­drich Ebert Stif­tung (Fun­da­ción), del SPD, fas­ci­nan a los nor­te­ame­ri­ca­nos, espe­cial­men­te sus pro­gra­mas de for­ma­ción y las sub­ven­cio­nes que hicie­ron lle­gar a los social­de­mó­cra­tas de Gre­cia, Espa­ña y Por­tu­gal, poco antes de que caye­ran las dic­ta­du­ras en esos paí­ses e inme­dia­ta­men­te des­pués», con­ti­núa Agee. «En Por­tu­gal, por ejem­plo, cuan­do el régi­men de Sala­zar, que había dura­do cin­cuen­ta años, fue derro­ca­do en 1974, el Par­ti­do Socia­lis­ta com­ple­to ape­nas habría bas­ta­do para una par­ti­da de poker y se loca­li­za­ba en París, sin segui­do­res en Por­tu­gal. Pero con más de 10 millo­nes de dóla­res de la Ebert Stif­tung, y algu­nas otras reme­sas de la CIA, el Par­ti­do Socia­lis­ta Por­tu­gués cre­ció rápi­da­men­te y en poco tiem­po se con­vir­tió en el par­ti­do gobernante.»

Las fun­da­cio­nes polí­ti­cas ger­ma­no­oc­ci­den­ta­les pro­por­cio­nan el mode­lo que el «Pro­gra­ma Demo­cra­cia» aca­ba adop­tan­do para resol­ver uno de los prin­ci­pa­les dile­mas de la polí­ti­ca exte­rior nor­te­ame­ri­ca­na: cómo «ayu­dar» a los par­ti­dos e ins­ti­tu­cio­nes «demo­crá­ti­cos y plu­ra­lis­tas» en paí­ses gober­na­dos por dic­ta­do­res que son alia­dos y clien­tes de Esta­dos Uni­dos. «Resul­ta­ba a menu­do muy obvio que la úni­ca opo­si­ción real a las dic­ta­du­ras la repre­sen­ta­ban los comu­nis­tas y otros revo­lu­cio­na­rios, las úni­cas fuer­zas polí­ti­cas orga­ni­za­das, capa­ces y dis­pues­tas a tomar el poder en un even­tual colap­so de las dic­ta­du­ras», seña­la Agee. «La expe­rien­cia de la inter­ven­ción ger­ma­no­oc­ci­den­tal en Por­tu­gal y en otros paí­ses resul­ta­ba lla­ma­ti­va para los nor­te­ame­ri­ca­nos e inten­ta­ron repe­tir­la, esta­ble­cien­do un sis­te­ma de ins­ti­tu­cio­nes pri­va­das de apo­yo a los «ami­gos en el exte­rior». El apo­yo de Esta­dos Uni­dos a las dic­ta­du­ras podría con­ti­nuar mien­tras los «ami­gos» se pre­pa­ra­ban para la «tran­si­ción del auto­ri­ta­ris­mo a la demo­cra­cia». Así, los nor­te­ame­ri­ca­nos podrían bus­car de ante­mano el con­trol de todas las fuer­zas polí­ti­cas y neu­tra­li­zar todo lo que se sitúa a la izquier­da de los socialdemó-cratas.»

El pre­si­den­te Ronald Reagan es uno de los más entu­sias­tas defen­so­res del «Pro­gra­ma Demo­cra­cia». En junio de 1982, ante el Par­la­men­to bri­tá­ni­co, des­cri­be sus obje­ti­vos: «Este nue­vo pro­gra­ma cons­trui­rá una infra­es­truc­tu­ra de liber­tad y demo­cra­cia que deja­rá al mar­xis­mo-leni­nis­mo en el ester­co­le­ro de la Historia».También ala­ba los «abier­tos» pro­gra­mas ger­ma­no­oc­ci­den­ta­les, que, en reali­dad, están envuel­tos en el mayor de los secre­tos y se les ocul­tan inclu­so a los pro­pios miem­bros del SPD.

¿Cómo se uti­li­za el dine­ro de la CIA en estos pro­gra­mas? Cada uno de los prin­ci­pa­les des­ti­na­ta­rios ha des­cri­to pre­via­men­te sus nece­si­da­des y tie­ne que actuar de acuer­do con las líneas cen­tra­les dise­ña­das en el pro­gra­ma corres­pon­dien­te, que se resu­me en una con­sig­na: «Con­tri­buir al desa­rro­llo de accio­nes polí­ti­cas en el extran­je­ro para enfren­tar el”desafío ideo­ló­gi­co glo­bal sovié­ti­co”». Las acti­vi­da­des pro­yec­ta­das cubren todo el espec­tro de obje­ti­vos de las orga­ni­za­cio­nes «demo­crá­ti­cas» en el exte­rior: gobier­nos, par­ti­dos polí­ti­cos, socie­da­des pro­fe­sio­na­les, medios de infor­ma­ción, uni­ver­si­da­des, coope­ra­ti­vas, sin­di­ca­tos, aso­cia­cio­nes de emplea­dos, cáma­ras de comer­cio e indus­tria, igle­sias, orga­ni­za­cio­nes de muje­res y estu­dian­tes… En suma, todos los blan­cos tra­di­cio­na­les de la CIA. Otro pro­pó­si­to esta­ble­ci­do es el de pro­mo­ver la «disi­den­cia» en los paí­ses socia­lis­tas, siguien­do el ejem­plo del apo­yo de la CIA a Soli­da­ri­dad, en Polonia.

El ejem­plo de la Frie­drich Ebert Stif­tung tam­bién es segui­do como mode­lo en Cen­troa­mé­ri­ca y el Cari­be duran­te los años seten­ta y ochen­ta. Cons­tan­ti­ne Men­ges, «ofi­cial nacio­nal de la CIA para Amé­ri­ca», es quien teo­ri­za la rece­ta de Esta­dos Uni­dos para esta región. Men­ges seña­la dos nive­les de acti­vi­da­des guber­na­men­ta­les y pri­va­das «pro­ve­cho­sas», median­te las cua­les Esta­dos Uni­dos «pue­de soco­rrer a las fuer­zas demo­crá­ti­cas y debi­li­tar aque­llas que quie­ren pola­ri­zar el hemis­fe­rio en regí­me­nes comu­nis­tas y regí­me­nes auto­ri­ta­rios».[15]”

Den­tro del pri­mer nivel se entra en jue­go median­te medios «dis­cre­tos», como infor­ma­ción, comu­ni­ca­ción y pro­gra­mas de inter­cam­bio cul­tu­ral, para for­mar sis­te­má­ti­ca­men­te «gru­pos demo­crá­ti­cos». El segun­do nivel de acción está pre­vis­to para con­cen­trar la aten­ción en paí­ses «de espe­cial inte­rés», con los que hay que inten­tar «cola­bo­rar» a tra­vés de orga­nis­mos semi­au­tó­no­mos, siguien­do el ejem­plo de la Frie­drich Ebert Stif­tung y la Kon­rad Ade­nauer Stif­tung ger­ma­no­oci­den­ta­les, man­te­nien­do «una rela­ción de total inde­pen­den­cia con nues­tra repre­sen­ta­ción diplo­má­ti­ca oficial».

«goodb­ye» marxismo

El 17 de mayo de 1979, duran­te la cele­bra­ción del XXVIII Con­gre­so del PSOE, Feli­pe Gon­zá­lez impo­ne que des­apa­rez­ca el tér­mino «mar­xis­mo» de los esta­tu­tos del par­ti­do. Los mili­ta­res nor­te­ame­ri­ca­nos que tan­to pre­gun­ta­ban por este asun­to a los ofi­cia­les espa­ño­les, duran­te los cur­sos de for­ma­ción rea­li­za­dos en Esta­dos Uni­dos, ya pue­den que­dar­se com­ple­ta­men­te tran­qui­los. Jus­to de la Cue­va, miem­bro de la comi­sión mix­ta de reuni­fi­ca­ción del PSOE madri­le­ño (pro­vie­ne del sec­tor his­tó­ri­co), des­alen­ta­do, deja la mili­tan­cia en ese momen­to y decla­ra: «El PSOE va don­de diga la CIA a tra­vés de Willy Brandt. Has­ta en el pro­pio Bun­des­tag ale­mán se aca­ba de denun­ciar que la Fun­da­ción Frie­drich Ebert del SPD reci­be dine­ro direc­ta­men­te de la CIA».[16] Los jóve­nes que die­ron el gol­pe de Esta­do den­tro del PSOE en Sures­nes, coman­da­dos por Gon­zá­lez, van cum­plien­do al pie de la letra el guión que les han pre­pa­ra­do. El poder está cada vez más cerca.

El papel que el PSOE tie­ne que inter­pre­tar en la Tran­si­ción está escri­to des­de bas­tan­te antes de la muer­te de Fran­co, pero se ter­mi­na de pulir en 1974. El giro a la izquier­da de la Revo­lu­ción de los Cla­ve­les coin­ci­de con los pri­me­ros pasos en públi­co de la Jun­ta Demo­crá­ti­ca, cons­ti­tui­da por ini­cia­ti­va de Anto­nio Gar­cía Tre­vi­jano y aus­pi­cia­da por el PCE. Des­de el prin­ci­pio, Feli­pe Gon­zá­lez hace todo lo posi­ble para hun­dir este orga­nis­mo uni­ta­rio que recla­ma amnis­tía total, la for­ma­ción de un Gobierno pro­vi­sio­nal y la cele­bra­ción de una con­sul­ta para ele­gir la for­ma de Esta­do: Monar­quía o Repú­bli­ca. «Cuan­do se pro­du­ce la hege­mo­nía del Par­ti­do Comu­nis­ta Por­tu­gués en el pro­ce­so polí­ti­co que se vive en el país vecino, el secre­ta­rio de Esta­do nor­te­ame­ri­cano, Henry Kis­sin­ger, se alar­ma aún más y via­ja a Ale­ma­nia para entre­vis­tar­se pri­me­ro con el can­ci­ller Hel­mut Sch­midt, y des­pués con Willy Brandt,[17] que con­ti­núa tenien­do una enor­me influen­cia en la Inter­na­cio­nal Socia­lis­ta. Les insis­te en que apo­yen deci­di­da­men­te al PSOE», seña­la Gar­cía Tre­vi­jano.[18]

Por eso Feli­pe Gon­zá­lez no entra en la Jun­ta, por­que se sien­te res­pal­da­do por una poten­cia supe­rior, por los ale­ma­nes y los nor­te­ame­ri­ca­nos. Una vez que está segu­ro de ese apo­yo, se tras­la­da a Madrid, don­de tie­ne una entre­vis­ta con el Rey y con altos man­dos del Ejér­ci­to, y ahí esta­ble­cen la estra­te­gia de que hay que ir gra­dual­men­te hacia las liber­ta­des en Espa­ña para evi­tar una radi­ca­li­za­ción de la situa­ción. Feli­pe Gon­zá­lez es el más intere­sa­do en man­te­ner a los comu­nis­tas en la ile­ga­li­dad. A mí me advier­te de esta ope­ra­ción nada menos que Clau­de Chais­son, que lue­go sería minis­tro de Exte­rio­res con Mit­te­rrand y enton­ces era comi­sa­rio en Bru­se­las del Mer­ca­do Común. Tenía­mos mucha amis­tad. El era miem­bro del Par­ti­do Socia­lis­ta Fran­cés y esta­ba bien infor­ma­do de todo esto. Ahí fue cuan­do cedi­mos y cons­ti­tui­mos la Pla­ta­jun­ta, a sabien­das de que se esta­ba hacien­do para que entra­ra en ella el PSOE, que sería el trai­dor. Pero más trai­dor sería si esta­ba fue­ra. Y me di cuen­ta de que San­tia­go Carri­llo, que era muy lis­to para olfa­tear por dón­de venían los aires polí­ti­cos, que­ría seguir com­ple­ta­men­te la polí­ti­ca del PSOE.

En octu­bre de 1982, Feli­pe Gon­zá­lez con­si­gue su obje­ti­vo y gana las elec­cio­nes por mayo­ría abso­lu­ta. Un año después,José Mario Arme­ro le dedi­ca un elo­gio­so artícu­lo en el que repa­sa, de for­ma muy elo­cuen­te, los logros del Gobierno del PSOE. Arme­ro era abo­ga­do en Espa­ña de las más impor­tan­tes mul­ti­na­cio­na­les nor­te­ame­ri­ca­nas y un hom­bre con muchos con­tac­tos en el Depar­ta­men­to de Esta­do. Tam­bién inter­vino, como media­dor, en las con­ver­sa­cio­nes que con­du­je­ron a la lega­li­za­ción del PCE, des­pués de nego­ciar con San­tia­go Carri­llo la acep­ta­ción de la Monar­quía. El 20 de octu­bre de 1983 escribe:

La reali­dad demues­tra que hoy en Espa­ña gobier­na un par­ti­do social­de­mó­cra­ta, euro­peo, occi­den­ta­lis­ta, pro­nor­te­ame­ri­cano y deci­di­da­men­te atlan­tis­ta. En un año de gobierno, los hom­bres del PSOE han cum­pli­do un papel real­men­te sin­gu­lar: la casi des­truc­ción de la izquier­da tra­di­cio­nal espa­ño­la, en bue­na par­te mar­xis­ta y revo­lu­cio­na­ria, que seguía una tra­di­ción muy dis­tin­ta a los nue­vos derro­te­ros que han toma­do los jóve­nes diri­gen­tes socia­lis­tas. Real­men­te nada tie­nen que ver con Pablo Igle­sias, ni con Fran­cis­co Lar­go Caba­lle­ro, ni siquie­ra con Rodol­fo Llopis.Y han con­se­gui­do sus­ti­tuir lo que siem­pre se ha con­si­de­ra­do como izquier­da por una social­de­mo­cra­cia, que es un amplio fenó­meno don­de cabe la libre empre­sa, la pro­pie­dad pri­va­da, los euro­peos, los nor­te­ame­ri­ca­nos y la OTAN.

Y efec­ti­va­men­te, del «OTAN, de entra­da, no» se pasa al «Así, sí», y ense­gui­da, al ingre­so en la Alian­za «en inte­rés de Espa­ña».[19]

OTAN, de cabe­za, sí

El pro­gra­ma apro­ba­do en el XXVII Con­gre­so del PSOE, cele­bra­do en diciem­bre de 1976, cuan­do la «refor­ma polí­ti­ca» está ya en mar­cha, pro­pug­na «la liqui­da­ción de todas las bases extran­je­ras en nues­tro sue­lo», y aña­de que «no cabe acep­tar nin­gún tra­ta­do de alian­za o rela­ción mili­tar que no cuen­te con la apro­ba­ción expre­sa del pue­blo espa­ñol». El pro­gra­ma pre­co­ni­za, igual­men­te, la «inde­pen­den­cia fren­te a los blo­ques mili­ta­res» y la adop­ción pro­gre­si­va de «una polí­ti­ca de neu­tra­li­dad acti­va». Duran­te algún tiem­po, los repre­sen­tan­tes del PSOE han lle­ga­do inclu­so a pos­tu­lar un tipo de defen­sa neu­tra­lis­ta, aná­lo­ga a la de Sue­cia, Sui­za o Yugos­la­via. En la decla­ra­ción de diciem­bre de 1976 se sub­ra­ya que «el ingre­so en la OTAN con­lle­va­ría el ries­go de ver­nos impli­ca­dos en una gue­rra de efec­tos des­truc­ti­vos incal­cu­la­bles si uno de los paí­ses miem­bros entra en guerra».También se lla­ma la aten­ción sobre el aumen­to de los gas­tos mili­ta­res que se deri­va­ría de la pre­sen­cia espa­ño­la en la Alian­za Atlán­ti­ca.[20]

Pero con el paso de los años, y en la medi­da que el PSOE se va con­fi­gu­ran­do como una «alter­na­ti­va guber­na­men­tal», los diri­gen­tes del par­ti­do van pulien­do las aris­tas más cor­tan­tes de su polí­ti­ca. Hay que ale­jar­se rápi­da­men­te del «OTAN, de entra­da, no» y olvi­dar que vota­ron en con­tra del ingre­so en la Alian­za, enfren­ta­dos con el Gobierno de Cal­vo Sote­lo, quien con­si­guió sacar ade­lan­te su pro­pues­ta en las Cor­tes. La radi­ca­li­dad ini­cial del dis­cur­so de Feli­pe Gon­zá­lez resul­ta deli­ran­te si se obser­va el desa­rro­llo pos­te­rior de su polí­ti­ca inter­na­cio­nal. Comien­zan a apa­re­cer fre­cuen­te­men­te a su lado men­to­res como Bet­tino Cra­xi, Car­los Andrés Pérez, e inclu­so el por­tu­gués Mário Soares.Los dos polí­ti­cos euro­peos son atlan­tis­tas prac­ti­can­tes y el vene­zo­lano man­tie­ne muy estre­chos víncu­los con Esta­dos Uni­dos. La rup­tu­ra con el mar­xis­mo de 1979 es un gui­ño a Washing­ton y Bru­se­las para que le per­mi­tan, de momen­to, man­te­ner el recha­zo a la OTAN como algo aún nece­sa­rio para ganar las elec­cio­nes. Cuan­do Gon­zá­lez lle­ga al Gobierno, sus pro­pó­si­tos reales se cono­cen enseguida.

Pero sólo un mes antes de las elec­cio­nes gene­ra­les de octu­bre de 1982, Gon­zá­lez toda­vía decla­ra a Inter­viú:[21] «Yo creo que noso­tros ten­dría­mos que plan­tear­nos seria­men­te el tema de la OTAN, sobre todo por­que para Espa­ña no hay nin­gún inte­rés defen­si­vo real e inme­dia­to en la inte­gra­ción en el Pac­to Atlán­ti­co, y lo veo des­de el pun­to estric­ta­men­te nacio­nal. Uno pue­de com­pren­der que Ale­ma­nia esté en la OTAN y le cues­ta creer que un país que no tie­ne pro­ble­mas de defen­sa en la mis­ma direc­ción que Ale­ma­nia esté en la OTAN y esté, ade­más, inte­gra­do sin nin­gu­na con­tra­par­ti­da, como han hecho los pro­ta­go­nis­tas españoles».

Duran­te la dic­ta­du­ra fran­quis­ta, el Gobierno de Esta­dos Uni­dos pre­sio­na para que Espa­ña se incor­po­re a la OTAN, pero tro­pie­za con la opo­si­ción de los socios euro­peos, como con­se­cuen­cia de la natu­ra­le­za auto­crà­ti­ca del régímen.Y tam­bién cuan­do Cal­vo Sote­lo hace apro­bar la entra­da de Espa­ña en la OTAN, varios gobier­nos socia­lis­tas euro­peos ofre­cen a Feli­pe Gon­zá­lez, con espe­cial inte­rés, el veto a la adhe­sión, lo que habría pro­du­ci­do el recha­zo de Espa­ña, al ser pre­ci­sa la una­ni­mi­dad de los socios. El secre­ta­rio gene­ral del PSOE decli­na estos ofre­ci­mien­tos, que habrían tras­cen­di­do, lógi­ca­men­te, de for­ma que se le con­si­de­ra­ría el ins­pi­ra­dor de esa manio­bra. Se nie­ga, pues, cons­cien­te de que ello le oca­sio­na­ría el recha­zo de la mayo­ría del Ejército.Y del rey. «Cuan­do Gon­zá­lez nom­bra minis­tro de Asun­tos Exte­rio­res a Morán, y a Nar­cís Serra para la car­te­ra de Defen­sa, tie­ne ya com­pro­me­ti­do con la Coro­na la per­ma­nen­cia en la estruc­tu­ra de la OTAN», seña­la Pablo Cas­te­llano.[22]

La acti­tud de Gon­zá­lez en rela­ción con la Alian­za se hace explí­ci­ta duran­te su pri­mer via­je a Ale­ma­nia, el 3 de mayo de 1983. El pre­si­den­te de Gobierno socia­lis­ta, sin con­tar con su minis­tro de Asun­tos Exte­rio­res, Fer­nan­do Morán, que no está infor­ma­do del vira­je dere­chis­ta que se ha dado, y rom­pien­do inclu­so con sus bene­fac­to­res socíal­de­mó­cra­tas ale­ma­nes, pre­sen­tes en el acto, afir­ma públi­ca­men­te en Bonn su «con­si­de­ra­ción y soli­da­ri­dad» con la estra­te­gia de Reagan, Mar­ga­ret That­cher y la dere­cha cris­tia­no­de­mó­cra­ta ale­ma­na de ins­ta­lar en el tea­tro béli­co euro­peo 572 misi­les Pershing y Cruise.

Por fin, en 1986, Gon­zá­lez con­vo­ca y cele­bra un refe­rén­dum sobre la per­ma­nen­cia de Espa­ña en la OTAN, des­pués de innu­me­ra­bles mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res con­tra la Alian­za. Pero no apo­ya la sali­da de esa estruc­tu­ra mili­tar: recla­ma el voto a favor de la per­ma­nen­cia en ella. Ha men­ti­do en la cam­pa­ña elec­to­ral que le lle­vó al Gobierno, incum­ple el pro­gra­ma del PSOE, tram­pea las reso­lu­cio­nes del con­gre­so de su par­ti­do y enga­ña a los ciu­da­da­nos. «Cuan­do Feli­pe Gon­zá­lez se lan­za a la aven­tu­ra del refe­rén­dum de la OTAN, y ante los son­deos que arro­ja­ban un resul­ta­do favo­ra­ble al «No», el con­se­je­ro polí­ti­co de la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Madrid me lla­mó para hablar de lo que ocu­rri­ría en el PSOE si Gon­zá­lez per­día la con­sul­ta», rela­ta Fran­cis­co Bus­te­lo.[23] «Me pre­gun­tó que, en el caso de que pasa­ran a diri­gir otras per­so­nas el PSOE y, por lo tan­to, a ocu­par, aun­que fue­ra pro­vi­sio­nal­men­te el Gobierno, cuál sería la polí­ti­ca exte­rior, en par­ti­cu­lar res­pec­to a Esta­dos Unidos.»

Gon­zá­lez y los suyos movi­li­zan a los medios de comu­ni­ca­ción, a inte­lec­tua­les orgá­ni­cos y a adjun­tos al poder de las más varia­das espe­cies para apo­yar la per­ma­nen­cia en la OTAN. Con la idea de con­se­guir una atrac­ti­va ima­gen públi­ca de la cam­pa­ña, inten­ta atraer a su terreno tam­bién a per­so­na­jes del mun­do de la cul­tu­ra y el espec­tácu­lo. Fer­nan­do Fer­nán Gómez rela­ta­ba en cier­ta oca­sión su visi­ta a La Bode­gui­lla de La Mon­cloa, invi­ta­do por Gon­zá­lez, jun­to con otros pro­fe­sio­na­les del cine y la cul­tu­ra, duran­te las fechas pre­vias a la cele­bra­ción de la con­sul­ta. En un deter­mi­na­do momen­to de la reu­nión, Gon­zá­lez les dijo: «He cam­bia­do de opi­nión por­que, cuan­do lle­gué a la Mon­cloa, Suá­rez me ense­ñó la «caja de los true­nos» y había muchos misi­les sovié­ti­cos apun­tan­do a Espa­ña». Manuel Gutié­rrez Ara­gón le lla­mó cínico.

Los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia nor­te­ame­ri­ca­nos siguen muy de cer­ca toda la cam­pa­ña a favor del «Sí» y des­plie­gan, en apo­yo del Gobierno socia­lis­ta, su com­ple­ja red de influen­cias. El pro­pio Julio Feo, en ese momen­to secre­ta­rio del pre­si­den­te Gon­zá­lez, ilus­tra muy grá­fi­ca­men­te la preo­cu­pa­ción de la CIA, en 1986, con moti­vo de la con­sul­ta en las urnas: «En la emba­ja­da ame­ri­ca­na en Madrid cun­día el ner­vio­sis­mo. Enders se apre­su­ró a soli­ci­tar una entre­vis­ta con el pre­si­den­te, que lo reci­bió el 7 de febre­ro. Por su par­te, «Sam», el jefe de esta­ción de la CIA, que había sus­ti­tui­do a «Wal­ter», incre­men­tó sus lla­ma­das y visi­tas, en las que me soli­ci­ta­ba infor­ma­ción sobre la mar­cha del refe­rén­dum».[24]

«El refe­rén­dum fue un mode­lo anto­ló­gi­co de puche­ra­zo, pero a muy pocos polí­ti­cos les intere­sa­ba cues­tio­nar el resul­ta­do, cons­cien­tes de que la vic­to­ria del “No” habría reper­cu­ti­do no sólo en la adhe­sión euro­pea, sino has­ta en nues­tro pro­pio deve­nir polí­ti­co», escri­be Pablo Cas­te­llano, vete­rano mili­tan­te socia­lis­ta que hizo cam­pa­ña con­tra la OTAN. «Gon­zá­lez echa­ba un pul­so a la ciu­da­da­nía tras haber gana­do todos los pul­sos a su par­ti­do y salía otra vez ven­ce­dor y exul­tan­te de las urnas. Sin embar­go, a par­tir de ese momen­to sería rehén de las polí­ti­cas más dere­chis­tas que le exi­gían los que, ayu­dán­do­le des­ca­ra­da­men­te a ganar el refe­rén­dum, le per­mi­tían gober­nar en el estric­to mar­co de actua­ción pac­ta­do para la orde­na­da alter­nan­cia de los par­ti­dos del sis­te­ma, no para abrir la puer­ta a impre­vi­si­bles sor­pre­sas de un autén­ti­co e incon­di­cio­na­do sis­te­ma de par­ti­dos. El Pen­tá­gono tomó nota de quié­nes eran de ver­dad sus ami­gos. A bue­nas horas se le iba a esca­par a la pri­vi­le­gia­da men­te cono­ce­do­ra de todos los entre­si­jos del 23‑F, del GAL y de File­sa un refe­rén­dum así.»

Pablo Cas­te­llano con­ti­núa: «El Esta­do espa­ñol, de la mano de un Gobierno socia­lis­ta, reva­li­dó y refor­zó su con­di­ción de socio del Impe­rio. El esfuer­zo del PSOE en este terreno ha sido tan valo­ra­do que uno de los más des­ta­ca­dos pala­di­nes en la defen­sa del “OTAN, de entra­da no”, Javier Sola­na, en pre­mio a su ejem­plar rec­ti­fi­ca­ción, ha aca­ba­do sien­do secre­ta­rio gene­ral de la Alian­za y, más tar­de, encar­ga­do de las cues­tio­nes de defen­sa euro­pea. Siem­pre, en todo caso, emba­ja­dor de los intere­ses cas­tren­ses esta­dou­ni­den­ses … Más que caer­se del caba­llo camino de Damas­co, se subió tran­qui­la­men­te al carro de com­ba­te o a la super­for­ta­le­za volan­te, medios más segu­ros y rápi­dos en la carrera».

Des­pués de ser uno de los diri­gen­tes del PSOE que par­ti­ci­pa en mayor núme­ro de actos públi­cos en con­tra de la inte­gra­ción de Espa­ña en la OTAN­Ja­vier Sola­na se con­vier­te, en 1995, en secre­ta­rio gene­ral de la Alian­za. Un buen ejem­plo indi­vi­dual que sin­te­ti­za la tra­yec­to­ria de su par­ti­do. Per­ma­ne­ce en el car­go cua­tro años y duran­te su man­da­to se pro­du­cen los bom­bar­deos nor­te­ame­ri­ca­nos sobre Yugos­la­via, en mar­zo de 1999. A fina­les de ese año cesa en su car­go de máxi­mo diri­gen­te de la OTAN y toma pose­sión de un pues­to recién crea­do: alto res­pon­sa­ble de la Polí­ti­ca Exte­rior y de Segu­ri­dad Común.Ya tene­mos Mis­ter PESC.[25]

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NOTAS

1. Rodol­fo Llo­pis (1895−1983). Polí­ti­co y peda­go­go socia­lis­ta espa­ñol. Duran­te la II Repú­bli­ca ocu­pó diver­sos car­gos, pri­me­ro en la Ense­ñan­za y más tar­de como secre­ta­rio de Pre­si­den­cia de Fran­cis­co Lar­go Caba­lle­ro. En el exi­lio ocu­pó la direc­ción del PSOE. No reco­no­ció la auto­ri­dad del Con­gre­so de Sures­nes (1974), en el que Feli­pe Gon­zá­lez fue ele­gi­do secre­ta­rio gene­ral, y rei­vin­di­có las siglas del PSOE has­ta la Tran­si­ción, cuan­do se vio obli­ga­do a lega­li­zar su par­ti­do con la deno­mi­na­ción de «PSOE (His­tó­ri­co)».

2. En aquel momen­to la calle tenía toda­vía el nom­bre de Joa­quín Gar­cía Morato.

3. Entre­vis­ta per­so­nal con el gene­ral Manuel Fer­nán­dez Monzón.

4. Pilar Urbano, Yo entré en el CESID, Pla­za & Janés, Bar­ce­lo­na, 1997.

5. Ibid.

6. Ibid.

7. Joan Gar­cés, Sobe­ra­nos e inter­ve­ni­dos, Siglo XXI, Madrid, 1996. Este autor seña­la que «el finan­cia­mien­to per­so­nal ocul­to a Mario Soa­res, su ori­gen y cau­da­les, fue­ron des­ve­la­dos en 1996 por el fun­cio­na­rio del Par­ti­do Socia­lis­ta por­tu­gués Rui Mau­ro, miem­bro de la Comi­sión Tri­la-teral, en Con­tos prohi­bi­dos. Memo­rias de un P.S. des­conhe­ci­do. Lis­boa. Don Quixote».

8. Fran­cis­co Bus­te­lo, La izquier­da imper­fec­ta, Pla­ne­ta, Bar­ce­lo­na, 1996.

9. Joan Gar­cés, Sobe­ra­nos e intervenidos.

10. Fran­cés Sto­nor Saun­ders, La CIA y la Gue­rra Fría cul­tu­ral, Deba­te, Madrid, 2001.

En rela­ción con Julián Gor­kin, escri­be: «Cua­der­nos era una revis­ta diri­gi­da a los inte­lec­tua­les lati­no­ame­ri­ca­nos, lan­za­da en 1953, bajo la direc­ción del nove­lis­ta y dra­ma­tur­go Julián Gor­kin. Su tarea con­sis­tía en inten­tar con­tra­rres­tar la «gran des­con­fian­za» de Lati­noa­mé­ri­ca, don­de la úni­ca mane­ra de alcan­zar un impac­to sig­ni­fi­ca­ti­vo, decía en bro­ma, era ata­car cons­tan­te­men­te a los EE.UU. y can­tar las ala­ban­zas de Sar­tre y Pablo Neruda.A Gor­kin no le vino bien el gol­pe de Gua­te­ma­la (1953) ins­ti­ga­do por la CIA, ni la Revo­lu­ción Cuba­na de 1958. A la este­la de la inter­ven­ción nor­te­ame­ri­ca­na en estas zonas, fue un perío­do de eufo­ria para los comu­nis­tas lati­no­ame­ri­ca­nos y sus alia­dos, pero Gor­kin se enfren­tó a las cir­cuns­tan­cias adver­sas, pro­por­cio­nan­do al Con­gre­so un impor­tan­te encla­ve en terri­to­rio hostil».

11. «Dos­sier: PSOE», Area Cri­ti­ca, n.° 6, febre­ro de 1996.

12. Fran­cis­co Fran­co Sal­ga­do-Arau­jo, Mis con­ver­sa­cio­nes pri­va­das con Fran­co, Pla­ne­ta, Bar­ce­lo­na, 1976.

13. Area Cri­ti­ca, art. cit.

14. «Entre­vis­ta con Phi­lip Agee: Las ope­ra­cio­nes blan­quea­das de la CIA», Zona Cero, mar­zo de 1987.

15. Zona Cero, art. cit.

16. «Jus­to de la Cue­va: El PSOE va don­de diga Willy Brandt», Tri­co­lor, mayo de 1979.

17. Willy Brandt tie­ne que dimi­tir de su car­go de can­ci­ller de la Repú­bli­ca Fede­ral de Ale­ma­nia en 1974, cuan­do se des­cu­bre que uno de sus jefes de gabi­ne­te, Gün­ter Gui­llau­me, es un espía de la RDA.

18. Entre­vis­ta per­so­nal con Anto­nio Gar­cía Trevijano.

19. Dia­rio 16, 20 de octu­bre de 1983.

20. Euge­nio del Río, Libro Negro de la OTAN, Revo­lu­ción, Madrid, 1983.

21. Inter­viú, 15 de sep­tiem­bre de 1982.

22. Pablo Cas­te­llano, Por Dios, por la Patria y el Rey, Temas de Hoy, Madrid, 2001.

23. Fran­cis­co Bus­te­lo, La izquier­da imperfecta.

24. Pasa­do el sus­to, y una vez afian­za­da la pre­sen­cia de Espa­ña en la OTAN, el idi­lio entre el ase­sor de Gon­zá­lez y los res­pon­sa­bles de la Agen­cia con­ti­núa: «Des­de el refe­rén­dum, «Sam», el jefe de la CIA, me seguía lla­man­do perió­di­ca­men­te; nos veía­mos y char­lá­ba­mos. El me con­ta­ba a veces ope­ra­cio­nes, o cosas que tenían que ver con otros depar­ta­men­tos. Yo regis­tra­ba la infor­ma­ción y no la uti­li­za­ba. En sep­tiem­bre vino a Madrid uno de sus máxi­mos jefes y «Sam» me invi­tó a almor­zar con él en su casa. Duran­te el almuer­zo, el jefe de «Sam» me invi­tó a ir a Washing­ton y pasar dos o tres días de visi­ta en la cen­tral de Lan­gley para que vie­ra cómo tra­ba­jan ellos». (Julio Feo, Aque­llos años, Edi­cio­nes B, Bar­ce­lo­na, 1993.)

25. Javier Sola­na Mada­ria­ga nace en Madrid el 14 de julio de 1942. Estu­dia bachi­lle­ra­to en el cole­gio de El Pilar y se licen­cia en quí­mi­cas en 1964. Des­pués estu­dia en Esta­dos Uni­dos con becas Ful­brigth. Entre 1982 y 1985, con Feli­pe Gon­zá­lez como pre­si­den­te del Gobierno es, suce­si­va­men­te, minis­tro de Cul­tu­ra, por­ta­voz del Gobierno, minis­tro de Edu­ca­ción y Cien­cia y, por fin, titu­lar de la car­te­ra de Asun­tos Exteriores.

Su her­mano Luis Sola­na tam­bién es un hom­bre de los nor­te­ame­ri­ca­nos. Está muy vin­cu­la­do a las gran­des empre­sas esta­dou­ni­den­ses des­de sus comien­zos pro­fe­sio­na­les en el Ban­co de Urqui­jo. Como su ami­go Jai­me Car­va­jal y Urqui­jo, ínti­mo del rey des­de la infan­cia, Luis Sola­na se con­vier­te en miem­bro de la Comi­sión Tri­la­te­ral. Con los suce­si­vos Gobier­nos de Gon­zá­lez es pri­me­ro pre­si­den­te de Tele­fó­ni­ca, empre­sa vin­cu­la­da his­tó­ri­ca­men­te al gru­po ITT, y des­pués direc­tor gene­ral de RTVE. Muy afi­cio­na­do a los asun­tos mili­ta­res, tam­bién ha sido pre­si­den­te de la Comi­sión de Defen­sa del Con­gre­so de los Diputados.

Toma­do de pun​to​cri​ti​co​.com

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