Resumen Latinoamericano, 25 de septiembre de 2020.
Los principales generales de las fuerzas armadas estadounidenses podrían renunciar si el presidente Donald Trump les ordena reprimir con tropas las posibles protestas tras las elecciones del 3 de noviembre, informó hoy el diario The New York Times.
Altos jefes castrenses reconocieron, bajo condición del anonimato, que intercambiaban criterios entre ellos sobre qué hacer si Trump, quien seguirá siendo presidente desde el día de las elecciones hasta la toma de posesión en enero, invoca la Ley de Insurrección y trata de enviar unidades a las calles, como amenazó repetidamente durante las protestas recientes contra la brutalidad policial y el racismo.
Tanto el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JJEM), el general Mark A. Milley, como el secretario de Defensa, Mark T. Esper, se opusieron entonces a la medida, y Trump se echó atrás.
Los funcionarios del Pentágono dijeron al periódico que bajo ninguna circunstancia, el presidente de la JJEM enviaría fuerzas de operaciones especiales del Ejército o de la infantería de marina para sacar a Trump de la Casa Blanca.
Las fuentes señalaron que si fuera necesario, tal tarea recaería en los alguaciles estadounidenses o el Servicio Secreto, pues los servicios armados, por ley, deben obediencia primero a la Constitución, no al presidente.
De acuerdo con el periódico, las preocupaciones no son infundadas, debido a que la Ley de Insurrección, que tiene dos siglos de antigüedad, permite a un presidente enviar unidades militares en servicio activo para sofocar los disturbios ante decisiones de los gobernantes del país.
Trump avivó los temores de directivos del Departamento de Defensa el miércoles y jueves de esta semana, cuando nuevamente se negó a comprometerse con una transferencia pacífica de poder sin importar quién gane las elecciones, y el jueves volvió a la carga al decir que no estaba seguro de que las elecciones pudieran ser ‘honestas’.
Según el Times, aunque los principales líderes del Pentágono tienen mucho de qué ocuparse en cuanto a los conflictos latentes en la arena internacional, ahora la principal preocupación es si el titular de la Casa Blanca y por tanto su comandante en jefe podría ordenar a las tropas estadounidenses que caigan en el caos en torno a las próximas elecciones.
Las declaraciones del gobernante republicano provocaron una profunda ansiedad entre los altos mandos militares, quienes insisten en que harán todo lo posible para mantener a las fuerzas armadas fuera de las elecciones, afirma el rotativo neoyorquino.
El general Milley, en respuestas a legisladores de la Cámara de Representantes publicadas el mes pasado, dijo que en caso de una disputa sobre algún aspecto de las elecciones, por ley los tribunales y el Congreso están obligados a resolverla, no el ejército.
No preveo ningún papel para las fuerzas armadas de Estados Unidos en este proceso, acotó el oficial de mayor rango en el país norteño.
Fuente: Prensa Latina