Resumen Latinoamericano, 28 de septiembre de 2020.
Comunicado de la Campaña 28 de Septiembre por la Legalización y Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe
Otro 28 de septiembre nos hermana en la lucha por la despenalización y legalización del aborto en América Latina y el Caribe. Un derecho esencial que los gobiernos deben garantizar. Porque es una de las regiones más desiguales del mundo en razón de clase, de etnia y de género y con altos índices de violencias y por ello, frente a la emergencia sanitaria global los desafíos para los sistemas de salud son aún más importantes. Es imperioso que se garantice como servicio de salud esencial y no se postergue su atención, el aborto, la anticoncepción y todo lo relativo a la salud sexual y reproductiva.
Para las mujeres, las niñas y otras identidades con capacidad de gestar, las restricciones al acceso son aún mayores y en particular afectan con mayor crudeza a quienes pertenecen a sectores marginados y excluidos, que viven en condiciones precarias de acceso a la vivienda, la sanidad, la educación, el empleo, etc, con discapacidad, en zonas alejadas de las grandes urbes, pero también a migrantes indocumentadas, desplazadas o que viven en paises con dictaduras, perseguidas o en el exilio y en zonas de conflicto armado, las adolescentes y las mujeres en riesgo o que son sobrevivientes de violencia machista y sexual. Estas restricciones también crean riesgos innecesarios de exposición al COVID-19 para mujeres, niñas y sus familias, así como para los proveedores de atención médica.
Ante la falta de medidas gubernamentales específicas para garantizar el acceso seguro y oportuno a servicios, insumos e información esenciales relativas a la salud sexual y reproductiva durante la pandemia, desde la Campaña 28 de Septiembre exigimos que se garanticen las condiciones para el aborto seguro, con calidad de atención y los necesarios cambios jurídicos que otorguen plenos derechos en cada uno de los países de América Latina y el Caribe. Sin estas garantías, los Estados ejercen violencia directa hacia las personas con capacidad de gestar, especialmente a mujeres y niñas.
A 30 años de aquella histórica Declaración de San Bernardo que marcó este día de lucha feminista, nuestro compromiso sigue firme e incesante. No queremos más muertas ni presas por abortos inseguros y clandestinos, ni tampoco queremos niñas torturadas, obligadas a gestar y parir. Queremos el derecho esencial del aborto legal para vivir una vida libre de violencias.