El
surgimiento de Podemos levantó grandes expectativas entre sectores populares.
Por fin un partido que iba a enfrentarse a los poderosos para solucionar los
problemas estructurales del país, desde la vivienda a la sanidad, pasando por
las pensiones.
La historia se repite, y lo importante es no olvidar las lecciones. En los
años 80, cuando el PSOE llegó al poder aupado por parte de los movimientos
sociales, con un programa plagado de promesas contra los poderosos, se produjo
la misma efervescencia social. Sin embargo, lo que tuvo lugar fue la
reconversión industrial más brutal llevada a cabo en el estado español. El
PSOE, fiel a su papel, diseñado por los grandes lobbies de poder, ejecutó las
medidas que la derecha de UCD y AP no eran capaces de aplicar. Al mismo tiempo,
desmanteló las amenazas de movilización por la vía de la billetera y mediante
la colocación a dedo, en las decenas de empresas públicas que se crearon bajo
su gobierno, de gran parte de los líderes de los movimientos vecinales y
sociales de la época.
Hoy, la historia se repite. La actual ministra de Igualdad formó parte de
la plataforma Matusalén, que junto a CAS lideró entre 2005 – 2012 la lucha por la
derogación de la Ley 15⁄97. En aquella época, Irene Montero participó en la
campaña por la derogación de la Ley 15⁄97 que logró presentar 500.000 firmas en
el Congreso, gobernando el PSOE de Zapatero. Sin embargo, desde la llegada de
Podemos al Gobierno, ha ido arrinconando y escondiendo las propuestas con las
cuales engatusó a parte de la población…para olvidarlas en cuanto han pisado
moqueta y coche oficial.
Así, en su programa electoral de 2014, denominado “Gobernar para la gente” 1, Podemos planteaba:
– “Procederemos a la revisión de los procesos
privatizadores del sistema público de salud emprendidos a nivel
autonómico para revertir dichos procesos en la medida de lo posible”.
– “Pondremos en marcha un Plan de Reversión al Sistema
Público de Salud de los Centros y Servicios privatizados, y
llevaremos a cabo un control exhaustivo del cumplimiento de los contratos, las
penalizaciones y los beneficios de las concesionarias”.
– “Promoveremos la recuperación inmediata de los servicios
externalizados, como la lavandería central, el mantenimiento, las donaciones de
sangre, etcétera”.
– “Fomentaremos y reclamaremos, desde las comunidades autónomas, la derogación de la Ley 15⁄97, así como de aquellas otras
que han permitido la privatización de estos servicios”.
– “Reduciremos las listas de espera. Se dotará al sistema público de salud
de los recursos necesarios para atender las intervenciones quirúrgicas de
urgencia, sin que haya una derivación a la sanidad
privada.
Farmacia: Impulsaremos
la fabricación de medicamentos genéricos que sean beneficiosos para los
enfermos que tienen que afrontar tratamientos costosos (como la hepatitis C).
En diciembre de 2015, ya había desaparecido de su programa electoral cualquier referencia a la privatización de la sanidad 2, aunque su responsable de sanidad, Ana Castaño, aun defendía la derogación de la 15⁄97 vía twitter:
Apenas un año después, en 2016, en su programa
electoral “Cambiar España: 50 pasos para gobernar
juntos” 3, en colaboración
con Izquierda Unida, la nueva marca Unidos Podemos eliminó definitivamente de su programa electoral la derogación de
la Ley de Privatización Sanitaria (15÷97), aunque seguía
prometiendo:
– “defensa del carácter público del sistema nacional de salud”
– Poner freno a la mercantilización y a la privatización de la sanidad.
Adoptaremos medidas urgentes para proteger este patrimonio común frente a su
privatización, como es, por ejemplo, la sustitución de la normativa vigente
—que favorece la expansión de la gestión privada de la – sanidad— por una que
se base en la gestión pública directa .
– Tiempo máximo de 1
mes para las listas de espera de cualquier especialista o de operaciones
relacionadas con patologías graves.
Curiosamente, en aquella época, al mismo tiempo que Unidos Podemos
renunciaba a derogar las leyes privatizadoras, acusaba al PSOE de vender humo
si no derogaba la 15⁄97:
Lo que volvía defender en 2019:
Hoy ya sabemos la realidad. Una vez establecidos en el poder y cambiado el
piso de barrio obrero por chalet en zona exclusiva, las promesas se quedan en
promesas y la privatización avanza, eso sí con su beneplácito. Ahora, Unidas
Podemos ha aprobado las conclusiones del Acuerdo de Reconstrucción de la
Sanidad junto con PP y PSOE. Acuerdo en el que no se menciona ni una vez la
palabra privatización (lo que no se menciona no existe), y en el que anuncian
la “reestructuración del Sistema Sanitario”, es decir, más
gestión privada, más objetivos económicos en lugar de salud, más beneficios
privados y más deterioro del sistema público. Eso así, ahora con su
participación inestimable.
A nivel autonómico la situación es un reflejo. En el caso de la Comunidad
de Madrid, la “oposición de izquierdas”, formada por los privatizadores del
PSOE, y los asaltacielos Unidas Podemos y Más Madrid, han estado estos meses,
(mientras los trabajadores del sector advertían de lo que se vendría encima si
no se intervenía), más interesados en el reparto de sillones ante una eventual
moción de censura, que en solucionar los problemas que al final han estallado y
auguran un nuevo colapso del sistema sanitario. Ahora llaman a
movilizaciones. Con su inacción han colaborado con el
deterioro del sistema sanitario estos meses, y con todas las medidas
privatizadoras que ha aplicado el gobierno regional de Ciudadanos y PP.
Todos estos partidos, tan constitucionalistas ellos, podrían haber exigido
la aplicación del artículo 13 del Decreto de Estado de Alarma de marzo de
2020 4 – que facultaba al Ministro de Sanidad para
intervenir, ocupar y requisar todo tipo de empresas y hospitales privados- para
evitar una nueva masacre en las residencias de ancianos. Podrían haber
intervenido la sanidad de aquellas comunidades autónomas, que aun conociendo lo
que había que hacer desde junio para prevenir la nueva ola, se han dedicado a
repartir a espuertas nuestro dinero entre los de siempre. Todos estos partidos
podrían haber modificado las leyes estatales que permiten la rapiña mediante la
asignación, vía urgencia y sin publicidad alguna, de ingentes partidas
presupuestarias (extraídas de los bolsillos de los de siempre), para seguir
engordando los beneficios de las empresas por todos conocidas que se están
lucrando con esta pandemia.
No nos sirven los falsos pretextos que justifican, por acción u omisión, al
supuesto gobierno «progresista», bajo el discurso de que «con la derecha sería
aún peor». Tenemos derecho y queremos un sistema
sanitario al margen del lucro y del negocio, que garantice la atención
sanitaria en tiempos adecuados para todxs.
Para ello, es necesario seguir en la misma línea de denuncia de los
recortes y privatizaciones, tanto de quienes las ejecutan, como de quienes las
permiten al mantener con sus votos las leyes privatizadoras. Es necesaria la
unidad de todos aquellos grupos y colectivos que asuman unos puntos
básicos 5 en todo el Estado.
Solo el
trabajo organizado en la calle y desde la base, fortalecerá el poder de la
clase trabajadora y del pueblo frente a los postulados populistas de la extrema
derecha. Cualquier avance de las condiciones de vida de los sectores populares
se arrancará a los poderosos desde la movilización continuada.
Referencias
1 https://podemos.info/wp-content/uploads/2015/05/prog_marco_12.pdf
2 https://www.rtve.es/contenidos/documentos/podemos_programa_electoral.pdf
3 https://podemos.info/wp-content/uploads/2016/05/acuerdo26J_final.pdf
4 https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020 – 3692
5 https://www.casestatal.org/es/2020/07/03/organizaciones-adheridas-a-la-campana-nunca-mas-la-privatizacion-mata-todo-de-vuelta-a-manos-publicas-derogacion-de-la-ley-15 – 97/
CAS Estatal
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