Méxi­co. 4T: pode­ro­sos pero falli­dos enemigos

Por Miguel Angel Ferrer /​Resumen Lati­no­ame­ri­cano, 6 de sep­tiem­bre 2020.

Son muchos y muy pode­ro­sos los enemi­gos de la Cuar­ta Trans­for­ma­ción (4T), movi­mien­to popu­lar, demo­crá­ti­co y revo­lu­cio­na­rio enca­be­za­do por López Obra­dor. El pri­me­ro de ellos y el más visi­ble y pro­ta­gó­ni­co es el apa­ra­to mediá­ti­co pri­va­do. No hay día en que, sal­vo algu­nas excep­cio­nes, ese con­jun­to de medios no difun­dan men­ti­ras, ter­gi­ver­sa­cio­nes, calum­nias y noti­cias fal­sas des­ti­na­das a ero­sio­nar la ima­gen del pre­si­den­te de la Repú­bli­ca y de su Gobierno.

Pero el sal­do de esas accio­nes ha sido has­ta aho­ra el más rotun­do fra­ca­so. La popu­la­ri­dad y apro­ba­ción social del Pre­si­den­te supera el 70 por cien­to. Hay encues­tas que cifran esos res­pal­dos en más del 90 por cien­to. Y si bien exis­ten son­deos que reco­no­cen una apro­ba­ción social de López Obra­dor de sólo 56 por cien­to, debe apun­tar­se que se tra­ta de ejer­ci­cios rea­li­za­dos por casas encues­ta­do­ras liga­das al vie­jo régi­men pri­pa­nis­ta y a sus res­pec­ti­vos voce­ros mediáticos. 

Tam­bién se debe apun­tar que, supo­nien­do, sin con­ce­der, que esas encues­tas de pro­ba­da rai­gam­bre dere­chis­ta tuvie­ran razón, ese supues­to 56 por cien­to resul­ta ser una enor­me cifra. ¿Qué gobierno des­apre­cia­ría tener en su favor a 56 de cada cien ciudadanos?

Otro pode­ro­so enemi­go de la 4T es la lla­ma­da Judi­ca­tu­ra. Ese con­glo­me­ra­do de jue­ces, magis­tra­dos y minis­tros judi­cia­les que hicie­ron carre­ra y for­tu­na apun­ta­lan­do al vie­jo régi­men median­te el tor­ci­mien­to de la ley, muy bien acei­ta­dos con el efi­caz lubri­can­te de la corrup­ción ins­ti­tu­cio­na­li­za­da. Es una tarea colo­sal poder juz­gar y san­cio­nar a céle­bres delin­cuen­tes con el apa­ra­to judi­cial jugán­do­le las con­tras al órgano acu­sa­dor. Y si bien ese vie­jo sis­te­ma judi­cial ha rea­li­za­do su tra­ba­jo de entor­pe­ci­mien­to de la jus­ti­cia, tam­bién en esta mate­ria va ganan­do has­ta aho­ra la 4T, pues están sien­do pro­ce­sa­dos Rosa­rio Robles, Emi­lio Lozo­ya, Juan Colla­do, Sosa Cas­te­lán, Gar­cía Luna, Alon­so Anci­ra, César Duarte.

Pero aca­so el enemi­go más pode­ro­so de la 4T lo sea el con­jun­to de orga­nis­mos e ins­ti­tu­cio­nes autó­no­mas, seña­la­da­men­te el Ins­ti­tu­to Nacio­nal Elec­to­ral (INE), pro­mo­tor y ges­tor del frau­de elec­to­ral institucionalizado.

Pre­ci­sa­men­te por su carác­ter autó­no­mo es muy difí­cil ende­re­zar al INE. Pero habrá de lograr­se. El pri­mer gran paso fue haber neu­tra­li­za­do el frau­de en la elec­ción pre­si­den­cial de 2018. Indu­da­ble­men­te y, a pesar de los pesa­res, el triun­fo de López Obra­dor mar­có el des­tino del INE. Sin el aval del Pre­si­den­te el frau­de elec­to­ral dejó de ser una tarea del Estado.

Itu­rria /​Fuen­te

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