Méxi­co. El pre­cio que se pagó para ayu­dar a Trump a con­te­ner el éxo­do migratorio

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de sep­tiem­bre de 2020

En medio de una de las mayo­res cri­sis migra­to­rias y diver­sas pre­sio­nes de Esta­dos Uni­dos, el gobierno de Méxi­co des­ti­nó par­te de los recur­sos de un fon­do de coope­ra­ción y desa­rro­llo para Cen­troa­mé­ri­ca a medi­das para con­te­ner la migración.

Infor­ma­ción ofi­cial obte­ni­da por The Asso­cia­ted Press seña­la que el gobierno de Andrés Manuel López Obra­dor asig­nó en 2019 más de cua­tro millo­nes de dóla­res del cono­ci­do como Fon­do Méxi­co para reha­bi­li­tar cen­tros de deten­ción migra­to­ria y tras­la­dar hacia el sur del país a migran­tes o soli­ci­tan­tes de asi­lo devuel­tos por Esta­dos Uni­dos que aca­ba­ron repa­tria­dos o, en algu­nos casos, aban­do­na­dos a su suer­te en dis­tin­tos pun­tos del país.

Crea­do por el gobierno mexi­cano en 2011 con el pro­pó­si­to de con­tri­buir con el desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social de Cen­troa­mé­ri­ca y el Cari­be, el fon­do ha finan­cia­do más de una doce­na de pro­yec­tos, sobre todo de infra­es­truc­tu­ra, en esas regio­nes. Sin embar­go, a media­dos de 2019 se redi­se­ñó para aten­der la cri­sis migra­to­ria en Mexi­co, jus­to unas sema­nas des­pués de que el gobierno de Donald Trump ame­na­za­ra con impo­ner aran­ce­les a las impor­ta­cio­nes mexi­ca­nas a menos que Méxi­co con­tu­vie­ra el flu­jo migratorio.

Des­pués de ten­sas nego­cia­cio­nes, ambos paí­ses lle­ga­ron a un acuer­do median­te el cual Méxi­co esqui­vó los aran­ce­les y se com­pro­me­tió a des­ple­gar de miles de efec­ti­vos de la recién crea­da Guar­dia Nacio­nal y per­mi­tir a soli­ci­tan­tes de asi­lo en Esta­dos Uni­dos per­ma­ne­cer en terri­to­rio mexi­cano mien­tras sus casos eran procesados.

Lo que no se supo enton­ces es que los obje­ti­vos del Fon­do Méxi­co tam­bién fue­ron modi­fi­ca­dos para dedi­car recur­sos al tema migra­to­rio, lo que para ana­lis­tas y exper­tos es una cla­ra dis­tor­sión de sus obje­ti­vos para cum­plir con las exi­gen­cias del gobierno de Donald Trump.

El mar­tes por la tar­de, la Secre­ta­ría de Rela­cio­nes Exte­rio­res seña­ló en una car­ta a The Asso­cia­ted Press que el mon­to reasig­na­do es “muy peque­ño”, de ape­nas 4% del total de recur­sos del Fon­do Méxi­co. Ade­más, afir­mó que la deci­sión fue toma­da “exclu­si­va­men­te” por el gobierno mexi­cano y que obe­de­cien­do «a la pro­tec­ción y defen­sa de los intere­ses de Méxi­co y no de Esta­dos Uni­dos ni de nin­gún otro país”.

Pre­via­men­te la can­ci­lle­ría se había limi­ta­do a enu­me­rar las mejo­ras rea­li­za­das en alber­gues y cen­tros de detención.

Tona­tiuh Gui­llén, el pri­mer res­pon­sa­ble de migra­ción del gobierno de López Obra­dor y quien dimi­tió duran­te la men­cio­na­da cri­sis de la pri­ma­ve­ra de 2019, con­si­de­ró que el redi­se­ño del fon­do fue “un giro dra­má­ti­co” en su con­cep­to y su misión y retra­ta lo que pasó el año pasa­do: “una recom­po­si­ción de la visión migra­to­ria com­ple­ta­men­te diri­gi­da a la con­ten­ción que nos deja sin herra­mien­tas y sin mate­ria para dise­ñar estra­te­gias del desa­rro­llo, que era el obje­ti­vo ini­cial del gobierno”.

El 24 de junio de 2019, dos sema­nas des­pués del acuer­do con Washing­ton que evi­tó los aran­ce­les, el gobierno de López Obra­dor publi­có un decre­to que esta­ble­cía que el fon­do reque­ría “una nue­va visión que per­mi­ta el mejor apro­ve­cha­mien­to de los recursos”.

Se auto­ri­za­ba así que ese dine­ro se pudie­ra usar, entre otras cosas, para el “regis­tro, con­trol y segui­mien­to” de los flu­jos migra­to­rios y el “equi­pa­mien­to” de esta­cio­nes migra­to­rias, eufe­mis­mo con el que el gobierno se refie­re a los cen­tros de detención.

En res­pues­ta a soli­ci­tu­des de acce­so a la infor­ma­ción, la Agen­cia Mexi­ca­na de Coope­ra­ción Inter­na­cio­nal para el Desa­rro­llo (AMEXCID), que depen­de de la can­ci­lle­ría y ges­tio­na el fon­do, infor­mó a la AP que en julio del 2019 se des­ti­na­ron 60 millo­nes de pesos (unos 3,3 millo­nes de dóla­res al tipo de cam­bio de ese momen­to) para mejo­ras en cen­tros de deten­ción y albergues.

En sep­tiem­bre de ese mis­mo año, se uti­li­za­ron otros 14 millo­nes de pesos (poco más de 700.000 dóla­res) para tras­la­dos de soli­ci­tan­tes de asi­lo devuel­tos por Esta­dos Uni­dos, según se des­pren­de del cru­ce de datos de dos soli­ci­tu­des de información.

López Obra­dor apos­tó duran­te su cam­pa­ña por mul­ti­pli­car la coope­ra­ción con Amé­ri­ca Cen­tral para que emi­grar fue­ra una opción y no una obli­ga­ción. Pro­me­tió miles de pues­tos de tra­ba­jo para los migran­tes y en los tres pri­me­ros meses de su gobierno —que comen­zó en diciem­bre de 2018– con­ce­dió 15.000 visas huma­ni­ta­rias a cen­tro­ame­ri­ca­nos que lle­ga­ron en caravanas.

Sin embar­go, y aun­que lan­zó algu­nos pro­gra­mas de desa­rro­llo, con la cri­sis de los aran­ce­les y la pre­sión de Trump, el pre­si­den­te apre­su­ró el des­plie­gue de la Guar­dia Nacio­nal para fre­nar los flu­jos irre­gu­la­res, cam­bió al res­pon­sa­ble de migra­ción, mili­ta­res que­da­ron como jefes de esa agen­cia en algu­nos esta­dos y se mul­ti­pli­ca­ron las reda­das, las deten­cio­nes y las deportaciones.

Qui­zá uno de los cam­bios más radi­ca­les fue acep­tar que más de 60.000 soli­ci­tan­tes de asi­lo en Esta­dos Uni­dos fue­ran devuel­tos por la fron­te­ra nor­te mexi­ca­na para que espe­ra­ran su pro­ce­so en terri­to­rios con­tro­la­dos por los cár­te­les, mul­ti­pli­can­do la vul­ne­ra­bi­li­dad de esas per­so­nas y vio­lan­do, según las ONG, dere­chos bási­cos de las con­ven­cio­nes internacionales.

El gobierno fede­ral no ha pro­por­cio­na­do infor­ma­ción cla­ra sobre cuán­tas de esas per­so­nas fue­ron tras­la­da­das al inte­rior o el sur del país, pero la can­ci­lle­ría seña­ló hace meses que más de mitad habían deci­di­do vol­ver a sus países.

Las auto­ri­da­des ase­gu­ran que las mejo­ras en los cen­tros redun­da­ron en una mejo­ra para los migran­tes e insis­ten en que los tras­la­dos son “volun­ta­rios”. Sin embar­go, Mau­reen Meyer vice­pre­si­den­ta y direc­to­ra para Méxi­co de la Ofi­ci­na en Washing­ton para Asun­tos Lati­no­ame­ri­ca­nos (WOLA), ase­gu­ró –y AP lo cons­ta­tó en visi­tas a la fron­te­ra en 2019— que esta­ban “invi­tan­do a la gen­te a auto­de­por­tar­se” sin la infor­ma­ción nece­sa­ria y sin expli­car­les las reper­cu­sio­nes de una deci­sión que les pue­de impe­dir seguir con su pro­ce­so de asi­lo en Esta­dos Uni­dos o México.

“El hecho de que el gobierno mexi­cano des­via­ra los fon­dos desig­na­dos para enfren­tar los fac­to­res eco­nó­mi­cos que impul­san la migra­ción a Esta­dos Uni­dos al tras­la­do de los soli­ci­tan­tes de asi­lo del nor­te al sur de Méxi­co y a mejo­rar las con­di­cio­nes en los cen­tros de deten­ción es una señal cla­ra de cómo la admi­nis­tra­ción de López Obra­dor cam­bió sus prio­ri­da­des migra­to­rias en res­pues­ta a las deman­das del gobierno de Trump”, denun­ció Meyer.

En mar­zo pasa­do, ese pro­gra­ma migra­to­rio idea­do por Trump de retorno de soli­ci­tan­tes de asi­lo se para­li­zó, pero con­ti­nua­ron las devo­lu­cio­nes, en este caso más inme­dia­tas y tan­to de cen­tro­ame­ri­ca­nos como de mexi­ca­nos, como par­te de las medi­das supues­ta­men­te nece­sa­rias para evi­tar la trans­mi­sión del coronavirus.

En abril de 2020, en medio de la pan­de­mia, el gobierno mexi­cano des­ti­nó 16 millo­nes de pesos a “apo­yo para Tras­la­do terres­tre, gra­tui­to y volun­ta­rio de per­so­nas en terri­to­rio nacio­nal”, el mis­mo epí­gra­fe y prác­ti­ca­men­te el mis­mo mon­to del pro­yec­to des­ti­na­do el año pasa­do a mover hacia el sur a soli­ci­tan­tes de asi­lo. En esas fechas, AP cons­ta­tó que con­ti­nua­ba el movi­mien­to de migran­tes en auto­bu­ses des­de la fron­te­ra nor­te al lími­te con Gua­te­ma­la don­de algu­nos eran aban­do­na­dos y que­da­ron vara­dos sema­nas por­que las fron­te­ras esta­ban cerra­das como medi­da para fre­nar el coronavirus.

Según una lis­ta pro­por­cio­na­da por la AMEXCID, el fon­do ‑ofi­cial­men­te lla­ma­do Fon­do de Infra­es­truc­tu­ra para Paí­ses de Meso­amé­ri­ca y el Cari­be- ha des­ti­na­do des­de 2011 casi 150 millo­nes de dóla­res a pro­yec­tos en 11 paí­ses de Cen­troa­mé­ri­ca y el Cari­be, entre ellos Beli­ce, Cos­ta Rica, Hai­tí, El Sal­va­dor o Jamaica.

De esa can­ti­dad, y según el des­glo­se de la AMEXCID, el actual gobierno apro­bó en 2019 62 millo­nes para dos de sus prin­ci­pa­les pro­gra­mas socia­les en El Sal­va­dor y Hon­du­ras: uno de apo­yo al cam­po -“Sem­bran­do vida”- y otro para jóve­nes de esos paí­ses. Ambos están diri­gi­dos a inyec­tar recur­sos para gene­rar empleos y, según la car­ta remi­ti­da a AP el mar­tes por la tar­de, se han reclu­ta­do a 9,908 per­so­nas cen­tro­ame­ri­ca­nas en el mar­co de estos programas.

El res­to de los recur­sos ges­tio­na­dos por la actual admi­nis­tra­ción, casi 32 millo­nes de dóla­res, fue para los pro­yec­tos vin­cu­la­dos a la migra­ción y a pro­gra­mas des­ti­na­dos a enfren­tar la pan­de­mia por COVID-19.

La can­ci­lle­ría no infor­mó sobre el mon­to ori­gi­nal del fon­do pero indi­có que ya no tie­ne recur­sos dis­po­ni­bles y que en mayo el gobierno fede­ral orde­nó su extin­ción como par­te de la deci­sión de López Obra­dor de eli­mi­nar muchos fidei­co­mi­sos por con­si­de­rar­los poten­cia­les focos de corrup­ción. No obs­tan­te, agre­gó que el cie­rre del fon­do pue­de lle­var años, has­ta que con­clu­yan todos los com­pro­mi­sos adquiridos.

“Es cla­ro que se dis­tor­sio­nó el obje­to ori­gi­na­rio de este fon­do y tam­bién es cla­ro que no tene­mos sufi­cien­te infor­ma­ción del ejer­ci­cio del gas­to”, resu­mió Gui­llén, el exres­pon­sa­ble de Migra­ción en México.

FUENTE: La Jornada

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *