Méxi­co. Fami­lia­res de des­apa­re­ci­dos «toman» sala de la CNDH

Fer­nan­do Cama­cho Ser­vín /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de sep­tiem­bre de 2020

Sede de la CNDH en la calle de Repú­bli­ca de Cuba en el Cen­tro His­tó­ri­co de la capital. 

Un gru­po de fami­lia­res de per­so­nas des­apa­re­ci­das “tomó” este miér­co­les una sala del edi­fi­cio de la Comi­sión Nacio­nal de los Dere­chos Huma­nos (CNDH) ubi­ca­do en el Cen­tro His­tó­ri­co, en deman­da de que este orga­nis­mo y otras ins­ti­tu­cio­nes guber­na­men­ta­les resuel­van sus deman­das, y aler­tó que no se reti­ra­rá has­ta que cum­plan sus exigencias. 

Mar­ce­la Ale­mán, madre de una peque­ña que fue víc­ti­ma de abu­so sexual en un cole­gio pri­va­do del esta­do de San Luis Poto­sí hace tres años, expli­có en entre­vis­ta tele­fó­ni­ca con La Jor­na­da que entre 16 y 17 per­so­nas deci­die­ron no salir de la sala en don­de hoy por la tar­de fue­ron reci­bi­dos por la titu­lar de la CNDH, Rosa­rio Pie­dra Ibarra. 

“Estoy has­ta la madre. Me revic­ti­mi­zan, me humi­llan, me man­dan de ofi­ci­na en ofi­ci­na y ya no pue­do más. Ya enlo­que­cí y me due­le el alma; no pue­do con tan­tas omi­sio­nes”, enfa­ti­zó la mujer, quien deci­dió ama­rrar­se a una silla, como señal de que no se reti­ra­rá del inmue­ble mar­ca­do con el núme­ro 60 de la calle de Repú­bli­ca de Cuba. 

Ale­mán, quien se encuen­tra acom­pa­ña­da por su espo­so Rober­to Coello, expli­có que en 2017 su hija menor de edad fue víc­ti­ma de abu­so sexual por par­te de un gru­po de per­so­nas rela­cio­na­das con la direc­to­ra de la escue­la a la que acu­día la menor, y aun­que ya hay dic­tá­me­nes médi­cos y sico­ló­gi­cos que com­prue­ban la agre­sión, los res­pon­sa­bles no han sido detenidos. 

Tras reu­nir­se con la ombuds­per­son, dijo, per­so­nal de la CNDH “que­ría que me regre­sa­ra a don­de vivo, en Río Ver­de, San Luis Poto­sí, y ya no (lo voy a hacer). He meti­do muchas que­jas y denun­cias y nin­gu­na ha pro­ce­di­do, por eso me ama­rré y no me voy a salir has­ta que me den una solu­ción, por el bien de mi hija y de todos los demás niños”. 

Otra de las per­so­nas que deci­dió no salir de la sala de jun­tas don­de se reali­zó el encuen­tro con Pie­dra es Ana María Mal­do­na­do, quien des­de febre­ro pasa­do se encon­tra­ba en plan­tón en las ins­ta­la­cio­nes de la Comi­sión Eje­cu­ti­va de Aten­ción a Víc­ti­mas (CEAV), para exi­gir ayu­da tras la des­apa­ri­ción de su hijo Car­los Palo­ma­res Maldonado. 

La mani­fes­tan­te sub­ra­yó que entre sus deman­das per­so­na­les está el que la CNDH lle­ve el caso de su hijo a la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos, debi­do a que la fami­lia ya ago­tó todas las ins­tan­cias nacio­na­les de jus­ti­cia, y que se le ayu­de con un abo­ga­do par­ti­cu­lar que la ase­so­re jurídicamente. 

“Nadie se va a mover de aquí. Los 17 o 18 com­pa­ñe­ros esta­mos todos jun­tos y nos vamos a que­dar has­ta que se nos resuel­va de inme­dia­to; que­re­mos que ven­ga (el sub­se­cre­ta­rio de Dere­chos Huma­nos Ale­jan­dro) Enci­nas y que el Pre­si­den­te (Andrés Manuel López Obra­dor) tome car­tas en el asun­to”, recalcó. 

Por su par­te, la CNDH emi­tió un comu­ni­ca­do en el que seña­la que los incon­for­mes “man­tie­nen un pla­tón afue­ra de las ins­ta­la­cio­nes” del Cen­tro His­tó­ri­co y “denun­cian que nun­ca fue­ron aten­di­dos por el exti­tu­lar de la Pri­me­ra Visi­ta­du­ría Gene­ral, José Mar­tí­nez Cruz, pese a buscarlo”. 

Por tal razón, abun­dó el orga­nis­mo, “ no se les dio segui­mien­to ni res­pues­ta a sus deman­das, entre ellas, la de una madre que pide jus­ti­cia para su hija y los casos de per­so­nas que piden apo­yo para encon­trar a sus fami­lia­res des­apa­re­ci­dos”.
Por ins­truc­cio­nes de Pie­dra Iba­rra, seña­ló el comu­ni­ca­do, “per­so­nal de la CNDH dará segui­mien­to a las deman­das de estas per­so­nas”, al tiem­po que reite­ró su “pos­tu­ra de puer­tas abier­tas para todo aquel que acu­da a este orga­nis­mo, ya que su prin­ci­pal pro­pó­si­to, es aten­der, acom­pa­ñar y dar res­pues­ta a las víctimas”. 

Fuen­tes cer­ca­nas indi­ca­ron que la CNDH no obli­ga­rá a las per­so­nas mani­fes­tan­tes a salir del inmue­ble, por con­si­de­rar que se encuen­tran en un esta­do de vul­ne­ra­bi­li­dad y por ende se bus­ca no revic­ti­mi­zar­las de nue­va cuenta. 

FUENTE: La Jornada

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