Resumen Latinoamericano, 17 de octubre de 2020.
Ayer, en horas de la mañana, en el Tribunal Superior electoral de la capital de la provincia, Rawson, la Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (UAACh) presentó el proyecto para establecer parámetros de sustentabilidad ambiental en las explotaciones mineras.
Este derecho ciudadano está incluido en la constitución provincial: con el aval de un porcentaje de firmas de ciudadanos y ciudadanas se pueden presentar proyectos de ley para que sean tratados en la Legislatura. Se duplicó el porcentaje requerido para dicha presentación y ahora solo resta saber cuando será tratado el recinto provincial. Luego de la presentación en Rawson, también hubo una conferencia en la ciudad cordillerana de Esquel.
Tanto el proyecto de ley como la recolección de firmas la realizaron las vecinos y los vecinos, en un contexto muy difícil de pandemia, cuestiones climáticas extremas, criminalización de asambleístas. Ya transcurren 18 años de lucha ininterrumpida en contra de la instalación de proyectos megamineros en la provincia y nuevamente se presenta la Ley por Iniciativa Popular, que busca que busca ampliar las protecciones ambientales logradas a partir de la ley XVII-Nº 68, ex ley 5001, y prohibir, en todas sus etapas, la actividad minera metalífera a gran escala, conocida como megaminería, que utilice cualquier sustancia química contaminante, tóxica o peligrosa.
Aquí compartimos el documento de la Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (ACCh), al presentar el proyecto de ley, y también leído en la conferencia de prensa en Esquel.
DOCUMENTO PRESENTACION INICIATIVA POPULAR
Hoy, 16 de octubre del 2020, las asambleas que conformamos la Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses nos presentamos aquí, en el Tribunal Electoral, a poco más de cien días de su lanzamiento, a presentar las 30.000 firmas de ciudadanxs chubutenses que acompañan y apoyan la presentación de nuestra Segunda Iniciativa Popular.
Desde su lanzamiento, y sin ceder la convicción que desde hace 18 años sostenemos, sumamos voluntades a lo largo y ancho de Chubut y nos echamos a andar. Hemos transitado un camino con innumerables dificultades, en el peor escenario posible: en el contexto de la pandemia por COVID ‑19 que trajo aparejado el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO); que nos obligó a elaborar protocolos de cuidado comunitario para la recolección de firmas, ocasionando demoras en el proceso; que nos impidió encontrarnos en asambleas provinciales y levantó el fantasma de la criminalización sobre nuestra práctica asamblearia. En plena pandemia, mientras buscábamos las formas de cuidarnos como comunidades en lucha, las diferentes formas de extractivismo fueron habilitadas como “actividades esenciales” y tuvimos que soportar el tránsito por nuestros territorios de maquinarias y contingentes mineros hacia el sur y una nueva estocada lobbysta en instituciones vaciadas de participación por el ASPO.
Al mismo tiempo, mientras algunas localidades eran, y aún hoy son azotadas por la enfermedad, otras, del espacio rural, atravesaban emergencias climáticas que sepultaban sus animales bajo la nieve, aislándolas del resto de la provincia, siendo los pueblos vecinos quienes se aprestaron a extender su mano, como tantas veces, como siempre. En ese contexto también hemos realizado este trabajo.
La provincia de Chubut está sumida en una profunda y prolongada crisis, con un gobierno que adeuda salarios y medio aguinaldo, que intenta negociar derechos al tiempo que reprime las justas demandas del pueblo. No nos cansaremos de señalarlo y cada vez más sectores se suman en esta dirección: Esta crisis ha sido diseñada por las clases gobernantes con el fin de imponer la megaminería bajo discursos de “sustentabilidad” y “ampliación de la matriz económica”.
A pesar de Arcioni, Sastre y todo el gabinete provincial; a pesar de la criminalización de nuestrxs compañerxs por luchar; a pesar del COVID y de la reconfiguración del escenario público en contexto de pandemia; a pesar de las operaciones mediáticas cómplices de la prensa hegemónica; a pesar del gobierno nacional y sus espaldarazos al extractivismo minero, hemos realizado este trabajo con enorme alegría y participación.
Este pueblo digno y consciente logró juntar mucho más del doble de firmas, en menos de la mitad de tiempo, de las que se juntaron para la primera Iniciativa Popular, aquella que fuera bastardeada en la Legislatura en el año 2014. Desde su lanzamiento, la rueda de la decisión comunitaria se puso en marcha y nada la pudo frenar. Se tejieron y fortalecieron redes en los más diversos puntos y se recolectaron firmas por todo el territorio: Camarones, Telsen, Facundo, Villa Futalufquen, Lago Rosario, Sierra Colorada, Lago Puelo, Cushamen, Esquel, Trevelin, Corcovado, El Hoyo, Epuyén, Cholila, El Maitén, El Escorial, Dique Ameghino, Alto Río Senguer, Aldea Apeleg, Aldea Beleiro, José de San Martín, Paso de Indios, Las Plumas, Paso del Sapo, Gualjaina, Los Altares, Tecka, Vuelta del Río, Cerro Cóndor, Chacay Oeste, Yala Laubat, Gan Gan, Gastre, Gobernador Costa, Ricardo Rojas, Facundo, Gaiman, Dolavon, Trelew, Rawson- Playa Unión, Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento, Río Mayo, Río Pico, Puerto Pirámides y Puerto Madryn.
Ahora es el turno de lxs legisladorxs, quienes deberán elegir entre escuchar al pueblo o volver a traicionarlo. Es su oportunidad para dejar de ser cómplices silenciosos desde la omisión cobarde o la acción inescrupulosa. Sabemos que el lobby minero se ha hecho presente en todas las escalas del Estado y que luchamos contra un poder transnacional que compra voluntades en todo el planeta. La ya debilitada democracia de la provincia está en riesgo. La crisis de diseño seguirá estallando en sus rostros si no empiezan a escuchar al pueblo. Con esta herramienta legislativa, están en sus manos la vida y el futuro de todas las personas que habitamos Chubut.
Una vez más, nuestra labor como pueblo está hecha. Seguiremos en las calles y convocamos a todo el Chubut a seguir sumándose a la defensa de esta herramienta participativa y democrática, y a acercarse a las asambleas para seguir tejiendo resistencias frente al lobby minero que seguirá expandiéndose por nuestras vidas hasta que le pongamos un freno, de una vez y por todas.
Volvimos a tomar la iniciativa, retomando nuestro cauce – como el agua -, porque nos deben una ley.
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