Por Guillermo Mamani, Resumen Latinoamericano, 16 de octubre de 2020.
El órgano electoral del país andino-amazónico y el gobierno de facto de Áñez usan toda clase de artilugios para evitar que los migrantes emitan su voto en el exterior.
Desde el primer minuto, la dictadura boliviana se la “tenía jurada” a los bolivianos en Argentina. Es que ese 1% del padrón permitió al MAS ganar en primera vuelta el año pasado.
A tres días de las elecciones, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) no actualizó su base de datos para que los bolivianos en el exterior sepan dónde les va a tocar votar este domingo. Estarán condenados a dar vueltas el domingo para saber dónde votar.
Si llegan hacerlo hoy viernes, nada va a cambiar, el daño ya está hecho.
Seguramente usarán a la pandemia para excusarse, igual que Áñez y sus excusas para quedarse un año en el poder cuando solo tenía que quedarse para convocar a elecciones.
Es inconcebible que ciudadanos no cuenten con esa información, pero lo cierto es que es un capítulo mas del destrato que sufrieron los bolivianos en el exterior.
Se nota mucho que el OEP coordina con la dictadura sus acciones y estas medidas discriminatorias son similares al trato que se les da a los indígenas en el territorio boliviano.
El voto de los bolivianos en Argentina significaba la mitad del total de bolivianos en el exterior y el MAS ganó aquí en el 2009 con el 94%, en el 2014 con el 91, y el año pasado con el 82 por ciento.
Los funcionarios de Áñez pusieron el grito en el cielo cada vez que recordaban esos resultados. Que eso era fraude por lo abultada de la diferencia, que eran “poco creíbles”, y eso fue uno de los argumentos esgrimidos por la OEA a la hora de tipificar los resultados como fraude el año pasado.
En Bolivia asesinaron a 35 indígenas en Sacaba y Senkata. Como el gobierno de facto fuera de sus fronteras no pueden hacer lo mismo y encima culpar a las víctimas, utilizaron métodos sutiles y legales para eliminar del padrón electoral de un plumazo a 25 mil electores en Argentina, de los 41 mil en todo el exterior.
Utilizaron un artilugio “legal” con el mismo criterio que en Bolivia (donde el voto es obligatorio) e inhabilitaron a miles de electores porque no votaron en 2014 y 2016, aunque el voto no es obligatorio para los bolivianos en el exterior.
¿Por qué no tomaron como referencia las elecciones del año pasado? Por que se ampararon en que fue anulada la elección, en realidad el referéndum de 2014 participó muy poca gente, menos del 30 % del padrón habilitado en Argentina. ¿Casualidad?
Lo cierto es que la Defensoría del Pueblo de Bolivia está investigando denuncias de ciudadanos que observaron y trataron de revertir la inhabilitación, porque sí votaron en uno de esos comicios pero se los eliminó del padrón.
No hubo campaña de prensa para difundir la elección, que son necesarias para informar a la población teniendo a disposición medios digitales, impresos y televisivos que sobrevivieron a la crisis de los últimos cinco años en Argentina. Recién 18 días antes de la elección se dignaron a informar que había elecciones.
En Mendoza la movilización de los bolivianos y organizaciones sociales locales elevaron un amparo judicial para evitar que el gobernador cambiemita Suárez dé marcha atrás en su decisión de no autorizar el voto en esa provincia.
Todo este destrato obviamente generará malestar y los que crearon este plan auguran que podría provocar incidentes para además eliminar las mesas de esos pocos votos que se logren conseguir.
Uno podría acusar de ineptitud, negligencia, impericia, pero no, este es el resultado de un plan prolijamente diseñado, que contó con la complicidad de un cerco mediático para conseguir de distintas maneras que ese voto argenbol no sea tan determinante. ¿Lo conseguirán?
Ayudar a que los bolivianos en Argentina sorteen todos estos obstáculos y puedan emitir su voto es fundamental. Por eso se están organizando para ayudar con transporte, logística e información este domingo temprano, para evitar que “den vueltas” y desistan de votar. No es poca cosa, está en juego el destino de Sudamérica.
*Director del Periódico Renacer y la revista Jallalla!