Brasil. La pandemia que avanza con la feminización de la pobreza

Bra­sil. La pan­de­mia que avan­za con la feminización de la pobreza

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Por Maria­na Janei­ro. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de octu­bre de 2020.

Bra­sil, con su Sis­te­ma Úni­co de Salud (SUS) des­cui­da­do y dese­cha­do des­pués de varias medi­das neo­li­be­ra­les prac­ti­ca­das por Michel Temer y pro­fun­di­za­das por Jair Bol­so­na­ro y Pau­lo Gue­des, con su exten­sión terri­to­rial con­ti­nen­tal y con inten­tos falli­dos de ais­la­mien­to social, des­alen­ta­dos por nues­tro pro­pio pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro, cami­na hacia el encuen­tro mor­tal con la pan­de­mia de COVID-19 al tiem­po que agra­va el estan­ca­mien­to eco­nó­mi­co con el aumen­to del des­em­pleo y el aumen­to de los empleos infor­ma­les, lo que con­cre­ta la femi­ni­za­ción de la pobre­za, ya que las muje­res son las pri­me­ras en ser des­pe­di­das y gran mayo­ría en los tra­ba­jos más precarios.

En Bra­sil, con muje­res que repre­sen­tan a la mayo­ría de la pobla­ción, no hay for­ma de lidiar con la actual cri­sis sani­ta­ria, eco­nó­mi­ca y social sin iden­ti­fi­car las dife­ren­cias, mar­ca­das por géne­ro, raza y cla­se, en la inten­si­dad de los impac­tos de esta cri­sis, que se está desa­rro­llan­do mien­tras que el país regre­sa a esce­na­rios de pobre­za extre­ma, acen­tuan­do las des­igual­da­des en las res­pon­sa­bi­li­da­des entre hom­bres y muje­res y, con esto, aumen­tan­do el cre­ci­mien­to de diver­sas vio­len­cias con­tra las muje­res, espe­cial­men­te aque­llas que pue­den ocu­rrir en el entorno domés­ti­co, real­za­das por el ais­la­mien­to social.

Las muje­res bra­si­le­ñas son la mayo­ría de la pobla­ción (52%), sin embar­go, según los datos del IBGE[3], repre­sen­tan solo el 45% de la fuer­za labo­ral y el 65% de la pobla­ción que está fue­ra del mer­ca­do labo­ral for­mal. Aquí, la femi­ni­za­ción de la pobre­za se mate­ria­li­za, ya que tene­mos el siguien­te esce­na­rio, según los datos de las NAPP Mujeres[4] a fines de 2019, de las muje­res que esta­ban en el mer­ca­do labo­ral, el 41.1% de las muje­res negras y el 29.5% de las muje­res blan­cas. no con­tri­bu­yó a la segu­ri­dad social. Ade­más de esto, el docu­men­to tam­bién seña­la que, según datos de la Segu­ri­dad Social bra­si­le­ña de 2018, las muje­res repre­sen­tan el 59.4% de la asis­ten­cia a los ancia­nos, el 46.8% de la asis­ten­cia a los dis­ca­pa­ci­ta­dos y el 81.6% de la asis­ten­cia. depen­dien­te de las pen­sio­nes de muer­te. Los datos mues­tran la mayor deman­da de muje­res bajo cuidado.

Por lo tan­to, es correc­to decir que, en Bra­sil, la cri­sis inten­si­fi­ca el tra­ba­jo de las muje­res, espe­cial­men­te el tra­ba­jo no remu­ne­ra­do: tra­ba­jo domés­ti­co, cui­da­do de niños y otros niños y ado­les­cen­tes en la fami­lia y cui­da­do de otras per­so­nas que vivir bajo el mis­mo tiem­po. Esto, como seña­ló Sil­via Fede­ri­ci, nos hace reco­no­cer que el capi­ta­lis­mo, más que nun­ca, nece­si­ta un tra­ba­jo no remu­ne­ra­do de las muje­res para con­te­ner el cos­to de la fuer­za laboral[5].

El ham­bre y la vio­len­cia domés­ti­ca son com­pa­ñe­ras de muje­res bra­si­le­ñas duran­te esta pan­de­mia. En el esta­do de São Pau­lo, las escue­las muni­ci­pa­les y esta­ta­les han esta­do cerra­das duran­te tres sema­nas. Sin cla­ses y, en con­se­cuen­cia, sin comi­das, muchos niños no comen al menos dos veces al día ya que, según los datos del IBGE, casi 9 millo­nes de niños de 0 a 14 años viven en con­di­cio­nes de extre­ma pobre­za. Ade­más, tuvie­ron que adap­tar­se a la nue­va ruti­na de aco­mo­dar­se, todos, en una o dos habi­ta­cio­nes, en la gran mayo­ría de las veces sin nin­gu­na opción de ocio.

Como sabe­mos, aun­que no tuvo éxi­to y fue cons­tan­te­men­te ata­ca­do por Bol­so­na­ro, la prin­ci­pal medi­da de res­tric­ción para el avan­ce del nue­vo coro­na­vi­rus, el ais­la­mien­to social, requie­re que las fami­lias se que­den en sus hoga­res, cuan­do haya uno. Para las muje­res con espo­sos que tra­ba­jan y pue­den tele­tra­ba­jar (ofi­ci­na en casa), exis­te el temor de que se irri­ten más, se vuel­van (más) vio­len­tas, que beban más y, en con­se­cuen­cia, que las­ti­men más a sus pare­jas. Esto es lo que retra­ta­ron los Tri­bu­na­les Espe­cia­les de la Judi­ca­tu­ra bra­si­le­ña, que regis­tra­ron un aumen­to, en 10 días, de casi el 15% de las denun­cias de vio­len­cia domés­ti­ca, alcan­zan­do un aumen­to del 50% en Río de Janei­ro. Asi­mis­mo, se teme por el aumen­to de los casos de pedofi­lia, ya que, como mues­tran varios estu­dios, más del 80% de los agre­so­res, abu­sa­do­res y vio­la­do­res y niñas­bra­si­le­ñas son hom­bres de la pro­pia fami­lia de la víctima.

Otro temor a las muje­res tra­ba­ja­do­ras bra­si­le­ñas resi­de en su tra­ba­jo. Como se encuen­tran en la mayo­ría de las cate­go­rías pro­fe­sio­na­les que son eco­nó­mi­ca­men­te más vul­ne­ra­bles a los efec­tos de la pan­de­mia, tales como lim­pia­do­res dia­rios, caje­ros, cui­da­do­res y coci­ne­ros, son los pri­me­ros en ser des­pe­di­dos. Tam­bién hay quie­nes tra­ba­jan en la pri­me­ra línea del sis­te­ma de salud, quie­nes, aquí en Bra­sil, ya tra­ba­jan sin el equi­po de pro­tec­ción per­so­nal ade­cua­do, son los más vul­ne­ra­bles a la infec­ción, ponien­do en ries­go la salud y los medios de vida de sus familias.

El 9 de abril, el Minis­te­rio de Salud comen­zó a incluir, en el gru­po de ries­go de COVID-19, muje­res emba­ra­za­das y muje­res puer­pe­ra­les. La medi­da lle­ga al mis­mo tiem­po que se lan­za la últi­ma serie de COVID-19 con muje­res emba­ra­za­das en Nue­va York[6] que apun­ta a la mis­ma reso­lu­ción. En Bra­sil, el por­cen­ta­je de naci­mien­tos por cesá­rea es del 52%, muy por enci­ma de la tasa reco­men­da­da por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS) del 15%. Otra encuesta[7] tam­bién seña­la que 1 de cada 4 muje­res que han dado a luz en Bra­sil, ya han sufri­do algún tipo de vio­len­cia obstétrica.

Pode­mos decir que dar a luz no es segu­ro aquí. Hoy, las emba­ra­za­das bra­si­le­ñas enfren­tan un doble ries­go: con­traer COVID-19 y ser víc­ti­mas de vio­len­cia obstétrica.

Ofi­cial­men­te, Bra­sil tie­ne 17.857 casos con­fir­ma­dos y 941 muer­tes debi­do a COVID-19. Sin embar­go, como no tene­mos prue­bas masi­vas, los datos en todo el país no se repor­tan y, según lo indi­ca­do por inves­ti­ga­do­res y espe­cia­lis­tas, los núme­ros pue­den estar en nive­les mucho más altos. Este subre­gis­tro pro­yec­ta una fal­sa sen­sa­ción de segu­ri­dad en la pobla­ción, que, res­pal­da­da por decla­ra­cio­nes en redes socia­les y pro­nun­cia­mien­tos ofi­cia­les (que bor­dean crí­me­nes irres­pon­sa­bles) del pre­si­den­te Bol­so­na­ro, des­ata efec­tos per­ver­sos en la con­cien­cia de los bra­si­le­ños que, segu­ros de que es una “casua­li­dad” que afec­ta y vic­ti­mi­za solo a los ancia­nos, en pala­bras del Pre­si­den­te, des­acre­di­tan­do la gra­ve­dad de la pan­de­mia y la nece­si­dad cien­tí­fi­ca­men­te indis­cu­ti­ble de ais­la­mien­to social, siguen sien­do resis­ten­tes y aba­rro­tan las calles y los esta­ble­ci­mien­tos de todo el país.

Para una mayor segu­ri­dad de las muje­res bra­si­le­ñas, es urgen­te que el dine­ro, apro­ba­do median­te el Pro­yec­to de Ley de Ingre­sos Míni­mos, apro­ba­do en el con­gre­so el 26 de mar­zo, que asig­na R$ 600.00 (apro­xi­ma­da­men­te US$ 117) por mes a los más vul­ne­ra­bles y pobres de bra­si­le­ños y has­ta R $1,200.00 (apro­xi­ma­da­men­te US$ 235) por mes para madres que enca­be­zan hoga­res, comu­ní­quen­se con ellos con urgen­cia. Tam­bién es nece­sa­rio que más uni­da­des de las esta­cio­nes de defen­sa de las muje­res ope­ren las 24 horas del día, con mayor rapi­dez en el envío de medi­das de pro­tec­ción, que los infor­mes poli­cia­les sobre vio­len­cia con­tra las muje­res y vio­len­cia sexual pue­dan lle­var­se a cabo en línea.

Des­de el gol­pe con­tra la pre­si­den­ta Dil­ma Rous­seff, en 2016, Bra­sil ha expe­ri­men­ta­do un des­man­te­la­mien­to del Esta­do. La apro­ba­ción de la Enmien­da 95, deno­mi­na­da “Lími­te de gas­tos”, apro­ba­da en 2017, con­ge­ló los recur­sos de salud, edu­ca­ción y asis­ten­cia social duran­te 20 años. Sufri­mos pri­va­ti­za­cio­nes, recor­tes en las polí­ti­cas para com­ba­tir la vio­len­cia con­tra las muje­res, la refor­ma labo­ral de Michel Temer, la refor­ma de pen­sio­nes de Bol­so­na­ro. Final­men­te, digo, sin temor a equi­vo­car­me, que el epi­cen­tro de la cri­sis en Bra­sil está en el Pala­cio de Pla­nal­to y el mayor enemi­go del pue­blo bra­si­le­ño, espe­cial­men­te de las muje­res bra­si­le­ñas, es Jair Mes­sias Bolsonaro.

Aquí, dejo mi agra­de­ci­mien­to por la opor­tu­ni­dad, en estas bre­ves líneas, de infor­mar bre­ve­men­te lo que está suce­dien­do con las com­pa­ñe­ras bra­si­le­ñas y tam­bién apro­ve­cho la opor­tu­ni­dad para salu­dar­las y expre­sar mi más pro­fun­da soli­da­ri­dad con todas las her­ma­nas de Amé­ri­ca Lati­na y el Caribe.

¡Esta­mos jun­tos y con­ti­nua­re­mos en la mar­cha has­ta que todos este­mos libres! ¡Ven­ce­re­mos, compañeras!

Notas

[1] Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca de Bra­sil (2016−2018), asu­mien­do el car­go des­pués del gol­pe de esta­do con­tra la Pre­si­den­ta elec­ta Dil­ma Rousseff.

[2] Actual Minis­tro de Eco­no­mía. En la déca­da de 1980, fue reclu­ta­do por Jor­ge Selu­me para apren­der, de pri­me­ra mano, sobre las refor­mas que los Chica­go Boys esta­ban pro­mo­vien­do en Chi­le por Augus­to Pinochet).

[3] Ins­ti­tu­to Bra­si­le­ño de Geo­gra­fia y Estatistica.

[4] Núcleo y moni­to­reo de polí­ti­cas­pú­bli­cas para muje­res PT en El raba­jo y vio­len­cia domés­ti­ca en la épo­ca del coro­na­vi­rus. Abril de 2020.

[5] Sil­via Fede­ri­ci, O Pon­to Zero da Revo­lução: Tra­balho­do­més­ti­co, repro­dução e luta femi­nis­ta. São Pau­lo: Ele­fan­te, 2019. [Revo­lu­ción en pun­to cero: Tra­ba­jo domés­ti­co, repro­duc­ción y luchas femi­nis­tas. Tra­fi­can­tes De Sue­ños, 2013].

[6] Bres­lin N., et al. COVID-19, Infec­tion among asym­pto­ma­tic and sym­pto­ma­tic preg­nant women: Two weeks of con­fir­med pre­sen­ta­tions to an affi­lia­ted pair of New York City hos­pi­tals. Ame­ri­can Jour­nal of Obstetric&Gynecology, 2020 april 6th. Ha sido que: de los 43 pacien­tes obs­té­tri­cos diag­nos­ti­ca­dos en el labo­ra­to­rio con COVID-19, 13 de ellos esta­ban asin­to­má­ti­cos duran­te el emba­ra­zo y solo mani­fes­ta­ron sín­to­mas des­pués del ingre­so al hos­pi­tal, duran­te el tra­ba­jo de par­to o poco des­pués del alta des­pués del par­to. Ade­más, entre estos 43 pacien­tes, dos de ellos (uno toda­vía en la sala de ciru­gía­ce­sá­rea y el otro, 25 horas des­pués del par­to), que esta­ban asin­to­má­ti­cos duran­te el emba­ra­zo, pro­gre­sa­ron rápi­da­men­te a casos gra­ves, que requie­ren intu­ba­ción y /​o deri­va­ción a la UCI. El mues­treo es muy peque­ño y el estu­dio pue­de con­si­de­rar­se tem­prano, pero, para la situa­ción actual, pare­ce ser el más concreto.

[7] Fun­da­ción­Per­seuA­bra­mo y SESC, Muje­res bra­si­le­ñas y géne­ro en espa­cios públi­cos y pri­va­dos. Agos­to de 2010.

(Maria­na Janei­ro es secre­ta­ria Nacio­nal de Movi­li­za­ción del Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res (PT). Espe­cia­lis­ta en Comu­ni­ca­ción, Filo­so­fía y Semióti­ca. Femi­nis­ta negra, mater­na y marxista).

Fuen­te: Nodal

Itu­rria /​Fuen­te

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