Daniel Giovanaz. Resumen Latinoamericano, 28 de octubre de 2020.
Metalúrgico, líder sindical, fundador del mayor partido de izquierda del país, primer presidente oriundo de la clase trabajadora, “campeón mundial” en la lucha contra el hambre. Hace 75 años, venía al mundo Luiz Inácio Lula da Silva, un hijo de Brasil que no deja indiferente a nadie.
“Quien nació en Pernambuco y no murió de hambre hasta los cinco años, no se doblega ante nada”, acostumbra a decir Lula, el séptimo hijo de Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo. El lugar exacto de nacimiento es Caetés (PE), en 27 de octubre de 1945, pero el su inscripción sólo se hizo siete años después, en São Paulo.
Del Nordeste al Sudeste, fueron 13 días en camión clandestino. Lula cruzó 2.500 km con su familia para reencontrar a su padre, que había migrado en busca de mejores condiciones de vida.
El viaje es un emblema de la trayectoria política del expresidente. De ciudad en ciudad, hombro a hombro con trabajadores urbanos y rurales, enfrentando todo tipo de dificultades para construir un futuro digno sin perder de vista sus raíces.
Comienzo de su vida política
Al contrario de sus padres, Lula tuvo la oportunidad de alfabetizarse – siempre conciliando estudios y trabajo en el litoral paulista. Vendía naranjas, sacaba leña, capturaba mariscos y cangrejos. Trabajó en una tintorería, fue betunero y auxiliar de oficina, hasta graduarse como tornero mecánico en el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (SENAI).
En 1964, año del golpe civil-militar en Brasil, Lula perdió el dedo meñique de la mano izquierda después de un accidente de trabajo en una siderúrgica que fabricaba tornillos. Cuatro años después, se afilió al Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo y Diadema – por influencia de su hermano mayor, Frei Chico –, y ya en los primeros meses fue elegido para formar parte de la dirección.
En esa época, conoció a la viuda Marisa Leticia Rocco Casa, inspectora en un colegio estadual. Los dos se casaron en 1973 y permanecieron unidos hasta la muerte de ella en 2017, como consecuencia de un accidente cerebro-vascular.
Con 30 años, el obrero pernambucano ya era conocido por su carisma y capacidad de comunicación. Elegido presidente del sindicato en 1975, lideró huelgas en la región de ABC paulista durante la dictadura hasta el inicio de los años 1980, estuvo preso 31 días e incluido en la Ley de Seguridad Nacional.
No había más vuelta: Lula estaba sumergido en la política. La creación del Partido de los Trabajadores (PT), en 1980, “juntó las puntas” de su historia familiar, en el campo, y su trayectoria profesional, en la ciudad, abriendo camino para disputas mucho más allá del piso de la fábrica.
Metalúrgico, líder sindical, fundador del mayor partido de izquierda del país, primer presidente oriundo de la clase trabajadora, “campeón mundial” en la lucha contra el hambre. Hace 75 años, venía al mundo Luiz Inácio Lula da Silva, un hijo de Brasil que no deja indiferente a nadie.
“Quien nació en Pernambuco y no murió de hambre hasta los cinco años, no se doblega ante nada”, acostumbra a decir Lula, el séptimo hijo de Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo. El lugar exacto de nacimiento es Caetés (PE), en 27 de octubre de 1945, pero el su inscripción sólo se hizo siete años después, en São Paulo.
Del Nordeste al Sudeste, fueron 13 días en camión clandestino. Lula cruzó 2.500 km con su familia para reencontrar a su padre, que había migrado en busca de mejores condiciones de vida.
El viaje es un emblema de la trayectoria política del expresidente. De ciudad en ciudad, hombro a hombro con trabajadores urbanos y rurales, enfrentando todo tipo de dificultades para construir un futuro digno sin perder de vista sus raíces.
Comienzo de su vida política
Al contrario de sus padres, Lula tuvo la oportunidad de alfabetizarse – siempre conciliando estudios y trabajo en el litoral paulista. Vendía naranjas, sacaba leña, capturaba mariscos y cangrejos. Trabajó en una tintorería, fue betunero y auxiliar de oficina, hasta graduarse como tornero mecánico en el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (SENAI).
En 1964, año del golpe civil-militar en Brasil, Lula perdió el dedo meñique de la mano izquierda después de un accidente de trabajo en una siderúrgica que fabricaba tornillos. Cuatro años después, se afilió al Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo y Diadema – por influencia de su hermano mayor, Frei Chico –, y ya en los primeros meses fue elegido para formar parte de la dirección.
En esa época, conoció a la viuda Marisa Leticia Rocco Casa, inspectora en un colegio estadual. Los dos se casaron en 1973 y permanecieron unidos hasta la muerte de ella en 2017, como consecuencia de un accidente cerebro-vascular.
Con 30 años, el obrero pernambucano ya era conocido por su carisma y capacidad de comunicación. Elegido presidente del sindicato en 1975, lideró huelgas en la región de ABC paulista durante la dictadura hasta el inicio de los años 1980, estuvo preso 31 días e incluido en la Ley de Seguridad Nacional.
No había más vuelta: Lula estaba sumergido en la política. La creación del Partido de los Trabajadores (PT), en 1980, “juntó las puntas” de su historia familiar, en el campo, y su trayectoria profesional, en la ciudad, abriendo camino para disputas mucho más allá del piso de la fábrica.
Reconocimiento
Sin nunca haber iniciado un curso en una institución de educación superior, Lula es doctor honoris causa por 35 universidades.
Viudo de Marisa Letícia, vive en São Bernardo do Campo (SP) con su compañera Rosángela da Silva, que conoció meses antes de la prisión. De sus últimos tres cumpleaños, este es el primero que Lula conmemora fuera de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba.
Incluso silenciado por los medios comerciales, el petista continua relevante. Durante 580 días, miles de personas pasaron por la Vigilia Lula Libre, manifestaron solidaridad y mostraron al mundo que su prisión era injusta.
En las elecciones de 2018, la llamada transferencia de votos al candidato y exministro Fernando Haddad (PT) chocó a aquellos que dudaban de la influencia del expresidente. Este año, una vez más, según las encuestas de Datafolha en São Paulo, Lula es quien hace campaña con mayor potencial en las elecciones municipales, con menos rechazo que Jair Bolsonaro (sin partido) y el gobernador João Doria (PSDB).
Impedido de ser candidato, el pernambucano de Caetés no esconde el deseo de volver a recorrer Brasil con sus caravanas – la última fue en 2018, en la región Sur.
Tribunal Superior de Justicia marca juicio en la fecha de su cumpleaños
Está en la agenda de la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia de este martes (27) el juicio de un recurso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en el caso del triplex de Guarujá (estado de São Paulo).
Los abogados del expresidente ya solicitaron al Supremo Tribunal Federal (STF) que retire el proceso de la agenda. El argumento de la defensa de Lula es que decisiones anteriores del STJ – como la no admisión de recursos considerados legítimos según la legislación y el propio reglamento interno del tribunal – perjudicaron el pleno ejercicio del derecho de defensa de Lula.
De acuerdo con un reportaje del periódico Valor, el requerimiento aguarda apreciación del ministro Edson Fachin, ponente de los procesos de la Lava Jato en el STF. El ministro determinó, en abril, la suspensión de un juicio virtual del recurso de Lula en el STJ. La defensa del expresidente alegó que no se le comunicó previamente la inclusión del proceso en el calendario. El examen de esos recursos en la Quinta Sala deberá ocurrir por videoconferencia.
Traducción: Pilar Troya
Edición: Leandro Melito
Con información de la Rede Brasil Atual
Fuente: Brasil de Fato