Brasil. Volkswagen indemnizará a sus empleados perseguidos durante la dictadura militar

Bra­sil. Volks­wa­gen indem­ni­za­rá a sus emplea­dos per­se­gui­dos duran­te la dic­ta­du­ra militar

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Por Gus­ta­vo Vei­ga. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de octu­bre de 2020.

Entre las com­pa­ñías denun­cia­das están, ade­más de Volks­wa­gen, John­son & John­son, Esso, Pire­lli, Texa­co, Pfi­zer y Sou­za Cruz. La auto­mo­triz ale­ma­na tie­ne una lar­ga his­to­ria de impu­tacio­nes por vio­la­cio­nes a los Dere­chos Huma­nos des­de el nazis­mo has­ta hoy. El acuer­do es por U$S 6,4 millo­nes y abre la puer­ta para deman­dar a otras empresas.

Un acuer­do iné­di­to, arran­ca­do a la filial bra­si­le­ña de Volks­wa­gen por sus ex tra­ba­ja­do­res – víc­ti­mas de la dic­ta­du­ra y de la pro­pia empre­sa entre 1964 y 1985 – des­co­lo­ca al pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro que rei­vin­di­ca des­de siem­pre al régi­men mili­tar. La auto­mo­triz admi­tió su com­pli­ci­dad en la per­se­cu­ción, secues­tro y tor­tu­ras a emplea­dos de su plan­ta en São Ber­nar­do do Cam­po, en las afue­ras de San Pablo y fir­mó un acuer­do para indem­ni­zar­los por 36 millo­nes de reales (unos 6,4 millo­nes de dóla­res). El hecho adqui­rió un peso sim­bó­li­co muy fuer­te en el país de la región que menos pro­gre­só en polí­ti­cas de memo­ria, ver­dad y jus­ti­cia. La razón es obvia: sigue vigen­te la Ley de Amnis­tía de 1979 que impi­de juz­gar a los res­pon­sa­bles del Terro­ris­mo de Estado. 

El con­ve­nio tie­ne su con­tra­par­te para la mul­ti­na­cio­nal ale­ma­na. Se cerra­rán tres deman­das civi­les con­tra ella y cual­quier even­tual jui­cio que se le enta­bla­ra en el futu­ro no pros­pe­ra­ría. La medi­da que tomó la com­pa­ñía pue­de ser un pre­ce­den­te para que otras empre­sas invo­lu­cra­das en el gol­pe de Esta­do de hace 56 años – la Comi­sión de la Ver­dad de 2014 esta­ble­ció que hubo unas 53 – sean lle­va­das a la Jus­ti­cia también.

“Esta­mos cele­bran­do este acuer­do por­que cam­bia una pági­na impor­tan­te de la his­to­ria y se da en un momen­to polí­ti­co de tinie­blas por el que pasa Bra­sil”, seña­ló Tar­ci­sio Tadeu Gar­cía Perei­ra, pre­si­den­te de la Aso­cia­ción Hein­rich Plag­ge en diá­lo­go con Efe. Esa orga­ni­za­ción que repre­sen­ta a las víc­ti­mas de la dic­ta­du­ra y de la pro­pia Volks­wa­gen reci­bi­rá 3 millo­nes de dóla­res del total de la indem­ni­za­ción. Lle­va ese nom­bre por un ex tra­ba­ja­dor que falle­ció el 7 de mar­zo de 2018. Acti­vis­ta sin­di­cal y pro­fe­sio­nal téc­ni­co con doce años en VW, ter­mi­nó en las salas de tor­tu­ra del DOPS (Depar­ta­men­to de Orden Polí­ti­co y Social). “Alre­de­dor de las dos de la tar­de del 8 de agos­to de 1972, Plag­ge fue lla­ma­do a la ofi­ci­na del direc­tor Ruy Luiz Gio­met­ti, don­de dos des­co­no­ci­dos ya lo espe­ra­ban para ser arres­ta­do. Lo lle­va­ron al DOPS, don­de fue tor­tu­ra­do duran­te trein­ta días y lue­go tras­la­da­do a la pri­sión de Tira­den­tes”, se expli­ca su his­to­ria en el libro Empre­sas ale­ma­nas en Bra­sil: el 7 × 1 en la eco­no­mía, del perio­dis­ta ger­mano Chris­tian Rus­sau. Una inves­ti­ga­ción sobre las rela­cio­nes comer­cia­les entre los dos paises.

Ade­más del dine­ro que cobra­rá la Hein­rich Plag­ge, dos millo­nes de dóla­res se des­ti­na­rán a refor­zar las polí­ti­cas de Jus­ti­cia Tran­si­cio­nal, con pro­yec­tos para pre­ser­var la memo­ria de las víc­ti­mas y el res­to – 1,6 millo­nes de dóla­res – lo per­ci­bi­rá el lla­ma­do Fon­do Fede­ral y Esta­tal para la Defen­sa y Repa­ra­ción de Dere­chos Difu­sos (FDD). Crí­ti­co del con­ve­nio por­que sos­tie­ne que es limi­ta­do y bene­fi­cio­so para la empre­sa, Jair Krisch­ke, del Movi­mien­to de Jus­ti­cia y Dere­chos Huma­nos de Bra­sil, le dijo a Página/​12: “El acuer­do fir­ma­do se que­da cor­to con lo nego­cia­do en los últi­mos cin­co años. Corre el ries­go de reba­jar el nivel de repa­ra­cio­nes que se reque­ri­rán en nue­vas ini­cia­ti­vas para res­pon­sa­bi­li­zar a las empre­sas por la comi­sión de gra­ves vio­la­cio­nes a los dere­chos huma­nos duran­te la dictadura”.

Entre las com­pa­ñías denun­cia­das están, ade­más de Volks­wa­gen, John­son & John­son, Esso, Pire­lli, Texa­co, Pfi­zer y Sou­za Cruz. La auto­mo­triz ale­ma­na tie­ne una lar­ga his­to­ria de impu­tacio­nes por vio­la­cio­nes a los Dere­chos Huma­nos des­de el nazis­mo has­ta hoy. Sobre­vi­vien­tes del holo­caus­to la deman­da­ron en 1998 jun­to a miles de empre­sas ale­ma­nas y aus­tría­cas por tra­ba­jos for­za­dos y some­ti­mien­to a la escla­vi­tud en sus dife­ren­tes plan­tas de Euro­pa. En el libro Volks­wa­gen y sus tra­ba­ja­do­res duran­te el Ter­cer Reich, se publi­ca­ron fotos de jóve­nes muje­res, sobre todo de la ex Unión Sovié­ti­ca y Polo­nia, rea­li­zan­do sus tareas des­cal­zas en pleno invierno. En ese tra­ba­jo se denun­ció que hubo unos 16 mil pri­sio­ne­ros de gue­rra que se desem­pe­ña­ron en con­di­cio­nes infra­hu­ma­nas en VW, fun­da­da en 1937 duran­te el Ter­cer Reich e ins­ta­la­da en Bra­sil el 23 de mar­zo de 1953.

La mul­ti­na­cio­nal se refi­rió al acuer­do con­se­gui­do la sema­na pasa­da y del que par­ti­ci­pa­ron la Fis­ca­lía fede­ral y esta­tal y el Minis­te­rio de Tra­ba­jo. Hil­trud Wer­ner, una eje­cu­ti­va de VW, comen­tó: “Lamen­ta­mos los atro­pe­llos con­tra los dere­chos huma­nos del pasa­do. Para Volks­wa­gen es impor­tan­te asu­mir la res­pon­sa­bi­li­dad de ese capí­tu­lo nega­ti­vo en la his­to­ria de Bra­sil y pro­mo­ver la trans­pa­ren­cia”. Lo que fir­mó la empre­sa se cono­ce jurí­di­ca­men­te como Tér­mino de Ajus­te de Con­duc­ta (TAC) y la obli­ga ade­más a publi­car una soli­ci­ta­da en los medios. Aho­ra fal­ta que lo rati­fi­que la Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral de la Repú­bli­ca (PGR). Sobre el pro­ce­di­mien­to, los fis­ca­les dije­ron en un comu­ni­ca­do de pren­sa que “es iné­di­to en la his­to­ria de Bra­sil” y agre­ga­ron que se tra­ta de un hecho que “tie­ne una impor­tan­cia enor­me para la pro­mo­ción de la Jus­ti­cia de la tran­si­ción en Bra­sil y el mundo”.

Tam­bién es inusual la inves­ti­ga­ción que le encar­gó la pro­pia com­pa­ñía al his­to­ria­dor ale­mán Chris­topher Kop­per, un pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad de Bie­le­feld. Cuan­do se divul­gó su tra­ba­jo hace tres años, un dato cla­ve que arro­jó fue cómo VW cola­bo­ró con la DOPS y puso su per­so­nal de Segu­ri­dad a per­se­guir tra­ba­ja­do­res como Hein­rich Plag­ge entre 1969 y 1979. Estos últi­mos habían ini­cia­do la deman­da en 2015 que moti­vó la con­tra­ta­ción de Kop­per por la auto­mo­triz para que hicie­ra su infor­me de 126 pági­nas en una repli­ca muy rápi­da a las denun­cias que recibía.

Krisch­ke seña­la que “quie­nes acom­pa­ña­ron la inves­ti­ga­ción, pre­sen­ta­ron la docu­men­ta­ción, reu­nie­ron tes­ti­gos y lucha­ron por el desa­rro­llo del caso no fue­ron escu­cha­dos. Esto fue posi­ble por el pro­duc­to de la enor­me pre­sión de muchas per­so­nas y el tra­ba­jo con­ti­nuo de años. Ade­más se impu­so la con­fi­den­cia­li­dad sobre los tér­mi­nos del acuer­do. Ni siquie­ra se les infor­mó de la fecha en que se fir­ma­ría el TAC”.

La mul­ti­na­cio­nal que a nivel regio­nal con­du­ce el argen­tino Pablo Di Si, un ex fut­bo­lis­ta de Hura­cán que se for­mó en Esta­dos Uni­dos – es gra­dua­do de Har­vard Busi­ness School- inten­ta este enja­bo­na­do y lava­do de ima­gen mien­tras en Bra­sil des­pi­de tra­ba­ja­do­res. “Tene­mos una exce­den­cia que corres­pon­de a un turno en cada fábri­ca. Son medi­das muy duras, que van a impac­tar direc­ta­men­te en nues­tra fuer­za de tra­ba­jo, en todas las loca­li­da­des”, expli­có el CEO en una comu­ni­ca­ción inter­na que publi­có hace unos días el dia­rio Ambi­to Finan­cie­ro. En el país vecino, VW tie­ne unos diez mil emplea­dos dis­tri­bui­dos en cua­tro plan­tas. Es el mis­mo Bra­sil que en 2016, cuan­do la empre­sa le encar­ga­ba la inves­ti­ga­ción al pro­fe­sor Kop­per, tenía un dipu­tado que decía: “El error de la dic­ta­du­ra fue tor­tu­rar y no matar”. Hoy es el pre­si­den­te de la repú­bli­ca y sigue jus­ti­fi­can­do al terro­ris­mo de Esta­do que con la cola­bo­ra­ción de Wolks­wa­gen Bra­sil per­si­guió, tor­tu­ró y encar­ce­ló a sus trabajadores.

Fuen­te: Pági­na 12

Itu­rria /​Fuen­te

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