Por Nicolás Sepúlveda, Resumen Latinoamericano, 16 de octubre de 2020
Registro civil entrega identidades falsas para que la policía infiltre organizaciones.
En junio de este año un hombre comenzó a colaborar con organizaciones territoriales de Peñalolén: ayudó en las ollas comunes y repartió mercadería. Constantemente incitaba a otros integrantes de la organización a enfrentarse “con los pacos” y les decía que había integrado la “primera línea” en Antofagasta. Incluso, les propuso realizar un ataque sorpresa a la subcomisaría del sector. Todos se sorprendieron cuando ese combativo nuevo vecino apareció en un programa de Canal 13 revelando su verdadera identidad: un cabo de Carabineros.
* CIPER mantiene bajo reserva la identidad real del agente policial, de los pobladores y de la organización que infiltró, para resguardar la seguridad de todos los involucrados.
Giovany Arévalo Álvarez no ocultaba sus deseos de atacar a Carabineros. Planificaba fórmulas para sorprenderlos desprevenidos. Y, a través de mensajes en Whatsapp, trataba de convencer a los integrantes de una organización social de la población Lo Hermida (Peñalolén) para que participaran. Su cantera de ideas era su supuesta experiencia previa en la “primera línea” de Antofagasta. Uno de sus planes más atrevidos fue realizar un ataque sorpresa a la subcomisaría de la Población Lo Hermida, en Peñalolén, y lo compartió en el siguiente mensaje de audio que envió a uno de los pobladores a mediados de este año:
“Así lo hacíamos allá en Antofa. Imagínate que no subíamos ninguna huevá, ni a Facebook, ni a Instagram… ir así un día específico, para que los huevones no estén preparados, que no nos estén esperando, y empezar a atacarlos, hermano, empezar a atacar a los culiaos. Esa es la mano, porque si es que empezamos a subir hueás diciendo ‘ya, mañana a tal hora’, los huevones se van a preparar y nos van a estar esperando”.
Aunque hay un RUT y una cédula de identidad asociada a Giovany Arévalo Álvarez, se trata de un nombre ficticio. Una chapa utilizada por un cabo segundo de Carabineros. CIPER confirmó la verdadera identidad del policía y consultó formalmente a Carabineros por las actividades que desplegó, al menos hasta septiembre pasado, en Lo Hermida. La respuesta institucional no aportó detalles, limitándose a señalar que “el carabinero está bajo el amparo de la Ley de Inteligencia, no podemos revelar antecedentes”.
Tampoco hubo respuesta oficial a la consulta de CIPER respecto de si un carabinero infiltrado, además de recabar pruebas de eventuales delitos o recoger información para análisis de inteligencia, puede promover acciones violentas, como instigar a un enfrentamiento con las mismas fuerzas policiales. Respecto de este punto, Carabineros solo indicó que las operaciones de inteligencia, por ley, no pueden comentarse.
El tema adquiere relevancia, pues en la madrugada de este jueves 15 el Ministerio Público y Carabineros realizaron allanamientos en la población Lo Hermida y detuvieron a diez personas acusadas de atacar la misma subcomisaría de Peñalolén que estaba en la mira del agente “Giovany”. En todo caso, ninguno de los detenidos pertenece a la organización social en la que se infiltró el cabo segundo.
Lo curioso de este caso, es que el infiltrado fue detectado por los pobladores porque protagonizó un capítulo de un docureality que transmite Canal 13. El programa no tiene relación con sus labores policiales, sino con aspectos de su vida privada. CIPER pudo comprobar que, efectivamente, en ese programa el carabinero aparece con su nombre real y corresponde a la misma persona que se presentaba en Lo Hermida como integrante de la “primera línea”.
CIPER también consultó a Carabineros cómo se selecciona al personal que hace estas labores de inteligencia y por qué razón se escogió a un funcionario que había protagonizado un programa de TV de alto rating, lo que evidentemente lo expone a ser descubierto. No hubo respuesta formal a esta pregunta. De hecho, el programa en el que aparece el cabo segundo también está en Youtube, donde acumula más de un millón de visitas.
Aquí, disfrazado de manifestante
“HAY QUE QUEMARLOS”
CIPER comprobó que en los mensajes enviados por “Giovany” a los pobladores a mediados de este año, el agente insistía en que andaba “detonao” y que tenía ganas de enfrentarse con la policía. “Pacos culiaos, me tienen brao del norte”, escribió en una oportunidad. “Hay que quemarlos”, dijo en otra ocasión.
En esas fechas, en pleno peak de la pandemia de Covid, la organización vecinal en la que estaba infiltrado se dedicaba prioritariamente a organizar una olla común y repartir alimentos. Por lo mismo, la permanente insistencia de “Giovany” para que el grupo participara en enfrentamientos con Carabineros comenzó a ser sospechosa para los dirigentes. En los chats a los que CIPER tuvo acceso, se leen las respuestas que le daban a sus proposiciones: “Lo principal es fortalecernos como organización, y levantar un buen trabajo en el territorio”.
“Giovany” también participó en las actividades de la olla común y de auxilio a los hogares afectados por el desempleo. Incluso depositó dinero varias veces para financiar la ayuda social. Los comprobantes de esos depósitos indican que lo hacía desde una cuenta RUT de BancoEstado. “‘Tomen ahí hay $30.000 o ahí hay $25.000’, siempre disponía de plata. La pasaba en efectivo o la depositaba. Nosotros le decíamos ‘andai terrible regalón’, y nos respondía que le estaba yendo bien en la pega”, cuenta uno de los jóvenes que participa en la organización.
Las sospechas se acrecentaron porque no tenía amigos ni conocidos en el sector. Había llegado al lugar tras contactar por redes sociales a un tatuador del barrio. Hubo varios episodios que incrementaron las dudas. Uno de los integrantes de la organización fue alertado por un vecino porque “Giovany” había asistido a una reunión para coordinar el aniversario de la población y lo vieron sacando fotos a las patentes de los autos de quienes estaban en la cita.
Fotografía compartida por «Giovany» en su cuenta de Facebook.
En otra ocasión, durante un conversatorio sobre la crisis social, fueron evidentes sus esfuerzos para conseguir los teléfonos de las personas con las que hablaba.
Los integrantes del grupo intentaron chequearlo. En una oportunidad le pidieron su cédula de identidad y en otra le revisaron el celular: “Tenía contactos muy precisos y fotos de manifestaciones, pero todo muy reciente. Cuando le preguntamos, dijo que el celular era nuevo porque se le había perdido el anterior”.
Al principio, el agente se tomaba las sospechas con humor, pero luego manifestó su molestia. En un mensaje de audio que le mandó a uno de los pobladores, le dijo que “estaba bueno ya”:
“Me da rabia, porque estoy trabajando y todos me preguntan, hermano, ¿cuándo llegai? y está bien, si yo sé que tengo que llegar, pero yo tengo que trabajar, si estoy a pura pega acá. Y en Antofagasta era otra volá, puro carrete con los cabros, pero igual los cabros eran apañadores… a ustedes les mostré mi carnet, toda la weá. Si tengo cualquier antecedentes, hueón. Por desórdenes, toda la weá, y ustedes andan con la desconfianza, hermano. Yo entiendo la desconfianza, pero la weá es molestosa ya po”.
UN AGENTE QUE APARECE EN LA TELE
Lo que terminó de derrumbar las coartadas de “Giovany” fue una urgencia médica. Una de las jóvenes que participaba en las ollas comunes asistió a un centro médico en septiembre. En el televisor de la sala de espera vio al joven que supuestamente había llegado de Antofagasta. Aunque en la pantalla aparecía con otro nombre, con el uniforme de Carabineros, con pelo corto y no con las trenzas que ella le conocía, lo reconoció de inmediato.
En septiembre de 2019, Canal 13 exhibió el capítulo de un docureality cuyo protagonista era un cabo segundo de Carabineros. Parte de ese capítulo es el que la joven de Lo Hermida vio en el televisor de la consulta médica. Era una promoción del canal que anunciaba la repetición del programa. Pero esa reiteración nunca se concretó. CIPER comprobó que Carabineros le solicitó al canal no volver a emitir ese capítulo.
El cabo segundo que operó como “Giovany” es oriundo de Alto Hospicio. Cuando apareció por Lo Hermida su aspecto era muy distinto al que tenía cuando protagonizó el programa de Canal 13. En su nuevo rol lucía trenzas azules, bigote y barba tipo candado. Un aro con expansión en su oreja y, después de junio, un tatuaje en su brazo derecho con un diseño alusivo a las protestas.
Captura de la cuenta de Facebook del agente «Giovany»
Los dirigentes sociales dicen que iba a reuniones y actividades durante una semana y luego desaparecía las dos siguientes. Su excusa era que trabajaba para contratistas de construcción y muchas veces debía salir de Santiago. De hecho, mantenía una cuenta de Facebook bajo la identidad falsa de “Giovany” –que fue eliminada después de que CIPER preguntó por él en Carabineros– en la que hacía alusión a viajes a Pucón (La Araucanía).
El modus operandi de “Giovany” es muy similar al que utilizó Carabineros en la “Operación Tarzán”, cuando en 2013 un agente fue infiltrado en una comunidad mapuche (vea el reportaje de CIPER “Informes reservados de Carabineros: así se infiltran los agentes encubiertos en la zona mapuche”). La Ley de Inteligencia faculta a la policía a utilizar agentes infiltrados sin autorización judicial, por lo que ninguna autoridad civil supervisa su accionar, el que se financia mediante fondos reservados.
Carabineros también solicita al Registro Civil la entrega de identidades falsas para que sean utilizadas por los agentes. Eso podría explicar por qué “Giovany” tenía una cédula y una cuenta RUT del BancoEstado, las que utilizaba para dar sustento a su historia. Desde el Registro Civil no respondieron las preguntas de CIPER.
POLICÍA DE “PRIMERA LÍNEA”
Antes de confirmar su identidad real por el programa de televisión, dos episodios alimentaron con más fuerzas las sospechas de los dirigentes de Lo Hermida. El primero fue una supuesta detención que “Giovany” sufrió después de una cicletada de conmemoración de los 50 años de la población. Al evento, el agente llegó con una enorme bandera mapuche. Luego de que la cicletada fue dispersada por Carabineros, se perdió su rastro. Comenzaron a llamarlo a su celular para saber cómo estaba, pero no respondía. Cuando finalmente entró la llamada, al otro lado de la línea no se escuchó su voz: “Se escuchaban puros pacos hablar y después cortaron. Nosotros pensamos que a este loco le estaban revisando el celular”, dice una de las personas que escuchó ese llamado.
El agente explicó después que había sido detenido y que lo estaban acusando de portar un cuchillo. Incluso, apareció con un moretón en un brazo y un rasguño en el cuello, heridas que, según su versión, le había provocado la policía. Cuando le ofrecieron presentar una denuncia, se negó.
Un día después, el 6 de septiembre, temprano en la mañana, un integrante de la organización fue a dejarlo al aeropuerto. Les había contado que tenía que viajar al norte a ver a su familia. Pero apenas “Giovany” se bajó del auto, un radiopatrullas interceptó el vehículo. Al conductor le pidieron los documentos y luego revisaron los asientos, la maleta y hasta sacaron la rueda de repuesto, pero no encontraron nada. El joven que fue sometido a ese control cuenta: “Al final el paco va y me dice ‘¿sabís por qué te estamos controlando? A mí me mandaron a fiscalizarte. Si tú sabís en lo que andai metido… vo andai metido en protestas. Ten cuidado no más’».
La participación del agente “Giovany” en protestas violentas estaría acreditada en fotografías que él compartió con jóvenes de Lo Hermida para ganarse su confianza. En uno de esos registros aparece encapuchado al lado de una barricada en el norte del país. En otras figura, también encapuchado, durante manifestaciones en Plaza Italia. El particular color de sus ojos lo delata.
Captura de mensaje de WhatsApp enviado por el carabinero infiltrado a un joven de Lo Hermida.
Algunos de estos registros los compartió en la cuenta de Facebook que utilizó bajo su identidad falsa desde fines de 2019, llamada “Charlie Charlie”. Allí había agregado a numerosas cuentas relacionadas con el estallido social, compartía memes y propaganda de la campaña “Yo no voto, me organizo”, que llama a la abstención en el plebiscito constitucional. En su cuenta también abundaban las bombas molotov y fotos de enfrentamientos de manifestantes con Carabineros.
En esa cuenta de Facebook el agente también cometió errores, como incluir en la inscripción de la página parte de su nombre real y darle “me gusta” a la cuenta del programa de Canal 13 que lo había entrevistado.
Fue a través de esa cuenta de Facebook que se acercó a las organizaciones de Lo Hermida. A mediados de mayo había comenzado a responder las publicaciones de una organización de ese sector: “Bkn cabros, arriba los que luchan”; “Excelente, los mejores”. Luego pasó a comunicarse por chat, pidiendo reunirse con los dirigentes de esa organización para ayudarlos. En paralelo, llegó a tatuarse con un vecino de la población, al que contactó por Instagram. Esa vez también contó que era de la “primera línea” de Antofagasta, que quería enfrentarse “con los pacos” y que andaba “detonao”.
Los participantes de la organización social de Lo Hermida que fue infiltrada por “Giovany” dijeron a CIPER que están preocupados: “Nos sentimos súper vulnerados, muchos lo invitamos a nuestras casas. Nos sentimos amenazados también, por el constante hostigamiento de la policía (…) Es como que quisieron inducirnos a participar en actividades provocativas, para inculparnos. Creo que uno de sus objetivos era que engancháramos con alguna de sus propuestas, como cuando nos propuso hacer una emboscada contra Carabineros. Y después nos podían hacer un montaje y presentarnos como los violentistas de Lo Hermida», señaló uno de los dirigentes.
Los pobladores denuncian que hace meses sufren hostigamientos y seguimientos por parte de policías. «Para Carabineros las organizaciones sociales somos sus enemigos al interior del territorio», dijo una joven, quien contó que cuando repartían canastas de mercadería durante el invierno pasado, constantemente eran seguidos por un retén móvil de Carabineros. Y que para ellos ya es habitual tener uniformados afuera de sus casas, o drones policiales sobrevolando los lugares en los que se reúnen.
Captura de la cuenta de Facebook del agente «Giovany»
Ángela, quien se presentó como coordinadora metropolitana de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, contó que ya presentaron un recurso de amparo a favor de una integrante de la organización social de Lo Hermida por este caso: “Ella tiene presencia policial permanente afuera de su casa y la han estado buscando efectivos de la PDI, han ido a su casa citándola a ciertos lugares sin portar ningún certificado. Tampoco le han dicho por qué causa es. Ella declara que ha ido al cuartel de la PDI de Peñalolén y al de Providencia, y que allí le dijeron que no formaba parte de ninguna investigación y que no estaba citada a declarar”.
El año pasado, durante las protestas del estallido social, las organizaciones de Lo Hermida denunciaron a Carabineros por maltratos y vejámenes. Organizaciones internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, visitaron la población para constatar in situ las denuncias, y el Instituto Nacional de Derechos Humanos anunció, en noviembre de 2019, la presentación de 20 querellas por violaciones a los derechos humanos en ese sector.