Por: Tony López R., Resumen Latinoamericano, 13 de octubre 2020.
En un hecho sin precedente y enlodando con mentiras al senado de la nación, en su condición de miembro de la Comisión Primera, la senadora Paloma Valencia, formuló una muy grave acusación al señalar que el ex presidente de Cuba y líder de la victoriosa Revolución Cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, fue el instigador del asesinato del prestigioso líder antimperialista y revolucionario colombiano Jorge Eliecer Gaitán.
Estas acusaciones absolutamente falsas y fabricadas en la década del 60 por el conservador periódico El Siglo, bajo la dirección del reaccionario Álvaro Gómez, fueron totalmente desmentidas por la luchadora Gloria Gaitán, hija del heroico líder revolucionario Jorge Eliecer Gaitán y apoyada por datos, informaciones precisas y la que con motivo de esta nueva falacia de la senadora Valencia, la Dra. Gloria Gaitán Jaramillo, haya presentado una Carta Publica ante la Fiscalía General de la Nación; la Jurisdicción Especial de Paz ( JEP) y a la Comisión de la Verdad, con el objetivo de que se convoque a una audiencia para el esclarecimiento de tan grave acusación.
Precisa en su carta pública que: “Por eso es importante que, sin dilación alguna aquellas entidades presididas por ustedes, a las que le corresponde este asunto, citen a una audiencia a la señora Paloma Valencia, quien acaba de afirmar en el Congreso de la República que a mi padre lo asesino Fidel Castro”.
Y añade: “Porque, de una u otra manera, todos los colombianos somos víctimas, no solo de la violencia sino también de la mentira, el encubrimiento y el memoricidio para encubrir a los culpables, camino por el que jamás encontraremos la paz que todos los colombianos merecemos”.
Gloria y la familia Gaitán y el pueblo colombiano son víctimas y exigen la verdad, así muy bien lo pide ella en su carta a las altas autoridades: “El pueblo colombiano debe saber quién asesinó a mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, cuya muerte partió en dos la historia de nuestro país, llevándonos al abismo de violencia y corrupción en que estamos. Mientras ese crimen continúe sin aclararse, como fruto del prevaricato que imperó en la investigación inicial, este magnicidio seguirá carcomiendo nuestra historia y el subconsciente de los colombianos”
Resulta muy sospechosa que a estas alturas la conocida senadora Paloma Valencia, de una enfermiza conducta anticomunista, saque a relucir la relación de Fidel Castro con el tema del asesinato de Gaitán y que solo puede explicarse con el deliberado y mal intencionado objetivo de responsabilizar a la izquierda y a los comunistas de semejante acción y llevarlo al escenario político actual.
Se produce esta acusación a Fidel Castro por la senadora y traído por los pelos, cuando un hecho inusual, extraño y sin precedente, los miembros de Secretariado de la antigua FARC-EP, hoy conocidos como el Partido de la Rosa, se hayan declarado responsable de la ejecución del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, del general Landazábal y del académico Jesús Antonio Bejerano. Por cierto, nada diferente, a la confesión pública del ex presidente y Premio Nobel, de que ordenó la ejecución del prisionero de guerra, Alfonso Cano, o de las acusaciones que pesan sobre el ex presidente Álvaro Uribe sobre las masacres del Aro, de la Granja, en Antioquia y de los más de 5000 inocentes jóvenes asesinados, y que engañosamente llaman falso ‑positivo.
Pero saquemos de su grave, pero deliberado error, a la senadora Valencia. En muchas partes se fabrican historias y una de ellas la pude leer en el diario conservador “El Nuevo Siglo”, al publicar que luego de haber participado en El Bogotazo, Fidel se había refugiado en la embajada de la Cuba comunista, lo cual es una soberana falsedad, en el año 1948 gobernaba en Cuba el Partido Autentico y su presidente era Ramón Grau San Martin, que no era comunista. Fidel era un líder estudiantil con 21 años, de la Facultad de Derecho y no militaba en ningún partido político, pero si era cercano a la juventud del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), donde después militó a partir de 1950.
La afirmación y campaña en este diario conservador comenzó después del triunfo de la Revolución en enero 1959, ya en la década del 60, este diario tuvo la osadía de mentir interesadamente, al acusar a Fidel de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, todo está claro, formaba parte de la política estadounidense de inmiscuir a Cuba en la política de la “guerra fría, pues ya desde muy temprano y con las primeras leyes revolucionarias, había que emprender una lucha contra la triunfante y antimperialista Revolución Cubana y ellos no habían podido probar que los soviéticos habían matado a Gaitán.
Increíblemente esta gran mentira sobre Fidel fue divulgada por Raimundo Emiliani Román en su libro “Laureano el grande” (1) una apología del caudillo conservador, cuyo propósito era limpiar la imagen de quien tuvo mucha responsabilidad en lo que actualmente sucede en Colombia y de los 300 mil muertos que dejó la oligarquía liberal ‑conservadora entre 1946 y 1957, durante los gobiernos de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, incluyendo el Golpe de Estado en junio del año 1953 – 57 de Gustavo Rojas Pinilla.
Esos horrorosos y criminales hechos desatados a partir del atentado al prestigioso luchador revolucionario Jorge Eliecer Gaitán, se acrecentaron con la ola de crímenes de Pájaros y Chulavitas, elementos que mezclaban policías, militares y paramilitares, ensañados contra el movimiento gaitanista, que su querido líder asesinado, había nucleado a miles y miles de seguidores en campos y ciudades, a lo que temió la oligarquía colombiana, porque no había dudas de que Gaitán, sería elegido presidente de Colombia en las elecciones que se avecinaban.
El imperialismo y la oligarquía no podían permitirse esa derrota en las urnas, con un claro exponente de la defensa nacional, antimperialista, revolucionaria y con un claro programa de justicia social.
La cita de Román en su libro Laureano El Grande señala: “Los presentimientos lúgubres que se esparcían en el ambiente fueron entenebreciéndose aún más cuando se conocieron los nombres de algunos de los jefes de las delegaciones extranjeras, por ser reconocidos agitadores de izquierda, y cuando con pretexto de esas celebraciones comenzaron a revolotear a su alrededor como aves de tétrico plumaje, algunos extraños personajes cuyas turbias actividades solo en partes han sido reveladas como el cubano Fidel Castro y el argentino Enrique Ovares, así como otros indescifrables a quienes se atribuía el desempeño de una misión comunista”.
Semejante despropósito no fue concebido por error involuntario o un dato más. Esta afirmación lleva toda la intencionalidad política de inmiscuir a Fidel y a Ovares en una “conspiración comunista” que dio origen al “Bogotazo”. Hay tres grandes errores en ella, primero Fidel no tenía nada que ver con el comunismo en esa época, tampoco era el jefe de la delegación. El estudiante de arquitectura Enrique Ovares no era argentino, sino cubano, Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria de Cuba, y presidía la delegación cubana al Congreso Estudiantil Panamericano. Tampoco tenía nada que ver con el comunismo.
El Congreso Estudiantil Panamericano fue convocado por el movimiento estudiantil latinoamericano con el fin de denunciar la política injerencista de los Estados Unidos, promovido por la juventud y el movimiento estudiantil argentino, ante la amenaza intervencionista de Estados Unidos con el fin de derrocar el gobierno del general Juan Domingo Perón.
En una interesante charla que sostuve en la década del 80 con el senador Antonio Cafiero en ese entonces, gobernador de la provincia de Buenos Aires, Argentina, este me narró el periplo que hizo por América Latina a nombre de la juventud y su movimiento estudiantil, para promover el Congreso Panamericano Estudiantil a celebrarse en Bogotá, Colombia.
Explicó que esa gira lo llevó a varios países, entre ellos a Cuba. En La Habana invitó a la dirección de la Federación Estudiantil Universitaria cubana, al congreso estudiantil panamericano. Comentó que así conoció, al luego líder de la Revolución Fidel Castro, e invitó al Presidente y Secretario de la FEU Enrique Ovares y Alfredo Guevara., respectivamente, los que desde el primer momento asumieron entusiastamente el apoyo que se les pedía, y consistía que algunos dirigentes de la FEU viajaran a México y Centro América para invitarlos, todo financiado por el gobierno peronista y muy apoyado por Evita Perón.
La idea era hacer coincidir el encuentro estudiantil, con la convocatoria panamericanista para dejar constituida la Organización de Estados Americanos OEA, una propuesta de Washington, pero promovida por el embajador colombiano en Estados Unidos, Alberto Lleras Camargo, de ahí la sede Bogotá y la elección de Lleras Camargo como Secretario General de la OEA. La OEA era el instrumento político diplomático que requería Estados Unidos, para en alianza con el TIAR, fundado el año anterior (1947) serían los instrumentos básicos para la aplicación de la Doctrina Monroe. Como ha venido sucediendo desde entones y justificar “legalmente” las intervenciones militares en nuestra región.
El propósito, dijo el senador Cafiero “era hacer coincidir ese evento estudiantil para enfrentar y denunciar la política panamericanista e intervencionista que Estados Unidos se proponía a su favor y el escenario donde se fraguaba el derrocamiento del gobierno nacionalista de Juan Domingo Perón”.
Era el movimiento estudiantil latinoamericano, liderado por la organización juvenil argentina de filiación peronista la propulsora del Congreso en Bogotá para el 15 de abril de ese año 1948, y no la Internacional comunista, ni la KGB, como propagaron los medios colombianos y gringos en esa época, las propuestas era reclamar la devolución de las Isla Malvinas, condenar la dictadura de Trujillo en República Dominicana y la independencia de Puerto Rico.
El asesinato de Gaitán frustro dicho Congreso, pero el ejecutor Juan Roa, acorralado en la misma escena del crimen por una multitud, fue ultimado a golpes, siempre quedará la duda, si las razones fueron emotivas o para evitar que el asesino delatara quienes o quien le pagó.
He presentado suficientes elementos para demostrar que la senadora Paloma Valencia políticamente motivada a caído en una muy grave calumnia y el delito de difamación, porque su acusación estuvo expresada en una actividad oficial del senado de la Republica, por esa razón la Dra. Gloria Gaitán ha planteado que: “No es posible que en un país donde debe primar el Estado de Derecho, desde la tribuna de uno de los tres poderes públicos que rigen la Nación, se haga una afirmación de tal magnitud y a ello no se le haga seguimiento para constatar su veracidad”.
En la segunda parte de este artículo, abordare otros elementos que demuestran como en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se ha querido sepultar y modificar la historia de Gaitán y su obra. El ex alto Comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, hoy prófugo de la justicia, quien escribió que había que borrar de la faz de la tierra la memoria del caudillo. Y al final, la liquidación del Museo Jorge Eliecer Gaitán y su entrega a las manos desdeñosas de la Universidad Nacional, por orden del hoy ex presidente Álvaro Uribe.
Una cobarde y antipatriótica acción de Uribe y de anteriores gobiernos contra el prócer, su pensamiento historia y la política que durante años han ejecutado desconociendo y sin brindar ningún apoyo a varios e importantes emprendimientos sociales de la revolucionaria y combatiente Gloria Gaitán, quien, no solo ha recibido agresiones físicas y también serias amenazas que ella con valentía enfrenta y continua en su labor de construir muy útiles iniciativas para la sociedad colombiana y exigiendo el esclarecimiento, justicia y respeto por la obra y acción de Jorge Eliecer Gaitán y el movimiento gaitanista.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba 12 de octubre de 2020. 11:30 hrs.
1.- Laureano El Grande. pag 137.Ed. Fundación Educacional Interamericana. Universidad Católica de Colombia. Bogotá 1989)