Por Jackson Jean*, Resumen Latinoamericano, 17 de octubre de 2020.
El 17 de octubre es el día de la muerte del General Jean Jacques Dessalines, el Libertador de la Republica de Haití, el primer y único país que logró hacer, el 18 de noviembre 1803, la revolución social más completa de la historia del mundo: una revolución antirracista, antidiscriminatoria y anti segregación. Este gran estratega militar haitiano ha inspirado al cubano y revolucionario José Antonio Aponte, en 1812 y Francisco Mirando en 1806 como así también a varios líderes latinoamericanos. Un General de Vietnam relató que en 1970 fue inspirado por sus estrategias militares y que, gracias al último, han ganado la guerra contra Estados Unidos. Aun si, hoy su táctica militar es objeto de estudios en muchos espacios académicos tanto en Norte América, en Europa como en Asia, por lo tanto, su memoria como héroe ha desaparecido de los libros de historia del mundo y de los países latinoamericanos incluso en la Republica Dominicana y paralelamente sigue siendo deshonorado por los gobiernos haitianos ¿Por qué? En este día muy simbólico para la historia de Haití y para el imaginario del pueblo haitiano, decidimos hacer un análisis para explicar la razón por la cual nuestro libertador sigue siendo invisibilizado.
Analizamos este hecho desde tres puntos de vista distintos ya que pertenecemos a tres (3) campos disciplinares diferentes. La primera perspectiva es de las relaciones internacionales a cargo Claudy Bastien, Periodista y Estudiante Avanzado en Relaciones Internacionales (EPyG-UNSAM) y la otra es sociológica a cargo del Profesor Henry Boisrolin, Antropólogo y finalmente política conmigo.
JEAN-JACQUES DESSALINES: UN HEROE VICTIMA DE LAS IDEOLOGIAS EUROCENTRICAS.
Los historiadores suelen hacer una lista de grandes hombres que han marcado la historia mundial. Sin embargo, por más imperialista que fuera Napoleón Bonaparte, la crueldad de Leopoldo II de Bélgica, el racismo de Adolfo Hitler o el autoritarismo de Franklin D. Roosevelt sus nombres figuran entre los hombres más destacados. ¿Pero qué hay de Jean Jacques Dessalines, el general haitiano que desarmó la falacia que hace creer que hay una raza superior, y liberó a los esclavos de Santo Domingo?
Para entender por qué el nombre Dessalines sigue en la sombra, en primer lugar, sin querer entrar en un debate racial, el color de su piel es uno de los elementos que causa ese rechazo legendario porque es sabido que la historia de la humanidad la escribe el Occidente, muchas veces erróneamente, pero no puede permitirse que este negro con hechos empíricos la reescriba. En segundo lugar, los escritos de Charles Darwin sobre la raza, ya que desafió con gran éxito el mejor ejército de la época que fue el ejercito napoleónico con un grupo de esclavos sin recursos, sin “formación militar y experiencia”. Por lo tanto, por ser vencedor, ese grupo de marginales hace caer la idea de que los blancos son superiores a los negros. En tercer lugar, una perspectiva weberiana eurocéntrica que plantea que la Civilization empezó en Europa mientras los países de ese continente iluminado esclavizaron el resto del mundo hasta que Dessalines junto con un grupo de “barbaros” puso fin a este pensamiento imperialista y abrió el camino independentista a todos los pueblos oprimidos del mundo. En cuarto lugar, además de ser negro, no era intelectual hasta que muchos afirman que no sabía leer y escribir. Entonces, honrarlo sería contradecir la doctrina supremacista blanca en todos sus aspectos, ya que ser negro es sinónimo de analfabeto. Cabe agregar también que muchos historiadores no quieren dejar huellas de un inculto en el museo de los grandes hombres. Y finalmente, se suele escuchar que era un malvado neto, no solo por el slogan koupe tèt, boule kay (cortar la cabeza, quemar las casas) que difundió para obtener la independencia en noviembre 1803 sino por la pretendida masacre, alrededor, de 300 personas blancas que tuvieron relación directa o indirecta con el imperio francés para hacer perpetuar la esclavitud en la isla. De esa afirmación, supongamos que lo hizo ¿Qué pasó con le roi bâtisseur (rey constructor), Leopoldo II de Bélgica, que su castigo por desobediencia era la amputación de una mano de los congoleños? La respuesta es sencilla, era europeo y blanco. Por lo tanto, la historia debe escribir sus nombres en letras de oro.
Ahora bien, seguir ignorando el logro de Dessalines parece que América Latina heredó o se contaminó también de pensamientos supremacistas, ya que, por evitar una exageración, son pocos los que saben que Haití forma parte de ese continente y siquiera la existencia de un tal Dessalines. Quizá, debido a que cuando han estudiado historia general no ha había ni un texto sobre la revolución haitiana, el segundo país independiente de todas las Américas. Sin embargo, han leído muchos textos sobre el siglo de las luces, la revolución norteamericana o burguesa.
Finalmente, se entiende mejor por qué la soberanía de un Estado no depende del tamaño de su territorio sino qué otros Estados están dispuestos a reconocerlo porque si fuera por el tamaño el Vaticano no sería un Estado soberano con 0,44 km², es decir, para que uno tenga su lugar en la historia de los grandes vale poco si fuera un libertador, un símbolo contra la opresión porque el Occidente no lo ve con buenos ojos. Para terminar, es necesario precisar que Dessalines no era solo un haitiano, era un hombre universal que buscaba la libertad para todas las personas esclavizadas y oprimidas en cualquier parte del mundo. Por eso dijo nenpòt moun ki te nan chèn ki pile tè sa, yo vin lib (cualquier persona que sea esclavo una vez que esté en Haití, será libre) hasta querer comprar la libertad de muchos negros en EE.UU. También, en los términos de las relaciones internacionales, era un realista, sin haber leído Leviatán de Thomas Hobbes, porque sabía por naturaleza que el ser humano siempre busca el poder. Por eso cuando Napoleón se autoproclamó emperador de los franceses hizo lo mismo en Haití en 1805 bajo el nombre de Jacques I para equilibrar el poder, evitar y prepararse en caso de que el déspota ilustrado volviera.
Como Karl Popper escribió un papel para la historia hoy es más que necesario que la historia tenga un papel para Dessalines por sus logros, su humanidad, su vida y su pensamiento, ya que hablar de igualdad y justicia social no tiene ningún sentido si no mencionamos el primero que dio el ejemplo.
JEAN- JACQUES DESSALINES: VIGENCIA DE UN REVOLUCIONARIO
Muchas veces se pueden leer textos que exaltan y reivindican figuras tales como Toussaint L´Ouverture, Alexandre Pétion, Henry Christophe, contando sus hazañas revolucionarias; sin embargo, guardan un estruendoso silencio con respecto a Jean-Jacques Dessalines, el que condujo a la victoria al pueblo esclavizado de la colonia de Saint-Domingue. Inclusive, por distintos motivos, la historia escrita y difundida sobre las grandes figuras de esta gran revolución antiesclavista, anticolonial, antirracista, anticapitalista triunfante el 18 de noviembre de 1803, está llena de ignominias, mentiras, difamaciones y agresiones en relación a Jean-Jacques Dessalines. Sí calumnian tanto a este gran revolucionario, que varios autoproclamados estudiosos de la problemática haitiana responsabilizan a Dessalines de la actual crisis que devora al pueblo haitiano sobreviviendo en condiciones inhumanas. Algunos hasta llegan a cuestionar la forma adoptada –Koupe tèt boule kay (Cortar cabezas quemar casas)- por Dessalines para vencer al sistema colonial esclavista. Es increíble, a más de 200 años desde su asesinato perpetrado el 17 de octubre de 1806, constatar que la verdad todavía no se ha restablecido totalmente a pesar de algunos dignos esfuerzos, sobre todo, de ciertos historiadores e intelectuales haitianos. En este marco, resulta, entonces, un deber y una obligación tratar de encontrar algunas razones capaces de explicar tal ensañamiento en contra de este gigante de la historia haitiana. Gigante porque, entre sus enormes méritos como dirigente revolucionario, es el que creó la bandera de Haití el 18 de mayo de 1803, que proclamó la Independencia de la primera república negra e independiente del mundo el 1 de enero de 1804, que liberó a los/as esclavizados/as de la parte este de la isla que estaba bajo el yugo colonial español, que ayudó a Miranda, que intentó realizar una revolucionaria reforma agraria, que estableció en el artículo 14 bis de la Constitución de 1805 que todos los haitianos cualquiera sea el color de su piel será conocido bajo la dominación de negro.
Ahora bien, para analizar correctamente lo que sucede con Dessalines es imprescindible aprehender el rol nefasto del pensamiento colonial. Pues el silencio sobre esta figura trascendental y el rechazo manifestado varias veces en su contra, provienen de los esquemas mentales formateados y deformados por lo que se conoce como pensamiento colonial dominado por el eurocentrismo. Dicho pensamiento no puede aceptar que un ex esclavo de campo nacido el 20 de setiembre de 1758, rebelde desde la infancia, que recibió crueles castigos por esa rebeldía que lo caracterizó durante toda su existencia, que fue prácticamente un analfabeto según sus categorías, haya podido vencer no sólo en el campo de batalla sino también en el plano de las ideas a una potencia colonial europea como Francia. Es menester recalcar que Dessalines, durante la lucha por la Libertad Plena, no adoptó como consigna: Libertad, Igualdad y Fraternidad, sino: Libertad o Muerte. Su consigna reveló toda una ruptura con una realidad, con toda una serie de paradigmas, y abrió la puerta hacia una verdadera liberación rompiendo las cadenas que tenían los/as esclavizados/as en los pies, las manos, el cerebro y el corazón. Fue la supremacía blanca, el mito de la “raza” superior, que sucumbió y quedó hecha trizas en Haití bajo el mando de Dessalines. Es que Dessalines, más allá de algunos errores como ser humano, siempre teniendo en cuenta el período histórico en el que le tocó actuar, hizo posible lo impensable y lo inadmisible sobre todo para los racistas. De ahí la principal razón para destruirlo en todo sentido.
Pero hay otros factores que habría que tener en cuenta para explicar esta destrucción permanente de la figura de Dessalines. Por ejemplo, a diferencia de Toussaint que terminó con la esclavitud en Saint-Domingue desde 1793, pero pensó y luchó por la autonomía, Dessalines comprendió que la única salida era la Independencia de Francia. Por tanto, entendió que había que exterminar a los esclavistas franceses. Y a diferencia de Pétion, Dessalines defendió también a los soldados que lucharon con él “cuyos padres estaban en África”, tal como lo solía decir. Cabe recordar que Pétion fue uno de los principales responsables del complot que culminó con el asesinato de Dessalines. Él se oponía ferozmente a la Reforma Agraria de Dessalines. Las diferencias políticas, ideológicas y culturales entre ambos héroes de la Independencia de Haití fueron notorias. En efecto, Pétion fue un liberto (un mulato en la jerga colonialista) que estudió en Francia y que integró las tropas que envió Napoleón Bonaparte en 1802 para restaurar la esclavitud. Fue después del desarrollo de una intensa lucha de clases en medio de un proceso revolucionario inédito que se estableció la alianza entre Dessalines y Pétion. En este sentido, sin duda alguna, Pétion fue una figura sobresaliente de la lucha por la Independencia. Y con su enorme e inolvidable ayuda a Simón Bolívar, Pétion se transformó en un gigante de la lucha por la libertad en Latinoamérica.
Antes de terminar, cabe señalar que durante toda nuestra historia y hasta nuestros días, varios políticos y dirigentes se acapararon de la figura de Dessalines. Otra ignominia, pues son traidores que no tienen nada que ver con Dessalines. Para no remontar lejos, el actual presidente de facto de Haití, Jovenel Moïse, lo suele reivindicar en algunos discursos. Resulta que este presidente inculpado por haber participado en el robo de más de 4 mil millones de los Fondos Petrocaribe, rechazado por la inmensa mayoría del pueblo, principal responsable de varias masacres en barrios populares, que vota en contra de la República Bolivariana en los foros internacionales, que miente permanentemente al pueblo, que es un fiel vasallo del imperialismo norteamericano, que sobrevive en el poder gracias al apoyo incondicional del gobierno yanqui, pretende reivindicar a veces a Dessalines. Actitud perversa que confunde a más de uno. Lo que es repugnante, pues Jovenel Moïse es simplemente un asesino y un personaje nefasto que escupe diariamente sobre Dessalines y sobre nuestra historia.
Afortunadamente, en los últimos años la figura de Dessalines está ocupando un lugar preponderante en el seno del campo popular y revolucionario en Haití, en la lucha por nuestra segunda y definitiva Independencia y Libertad Plena. Este tipo de Libertad que era fundamental para Dessalines, donde todos/as los/las que sufrieron la dominación y explotación más cruel de la historia al obtener su libertad tienen que gozar también de un bienestar total. Y para esto, según Dessalines, el Estado tiene que desempeñar un rol clave. Otra posición que comprueba la genialidad y la convicción revolucionaria de Dessalines. Tienen razón ‑al contrario de los individuos que repiten las mentiras y condenan a Dessalines como estúpidos formateados y deformados por el eurocentrismo y el imperialismo- muchos de los actuales luchadores y militantes de distintas organizaciones populares que están utilizando de manera creativa y crítica el pensamiento y la acción de Dessalines. Así, la vigencia de este gran revolucionario es un hecho insoslayable que impacta cada vez más en la mente, en el corazón, en la conciencia de todos/as aquellos/as que luchan por nuestra libertad, nuestra soberanía y nuestra autodeterminación.
JEAN JACQUES DESSALINES: UNA MEMORIA ATRAPADA POR LA INGRATITUD, EL INTERES PERSONAL Y DE LA AUSENSIA DE POLITICA HISTORICA DE LOS GOBIERNOS HAITIANOS.
Tanto durante la guerra de la revolución haitiana como después del día de nuestra independencia, el país estaba enteramente militarizado a fin de estar preparado para una posible invasión de Francia. J.J. Dessalines fue votado unánimemente por todos los jefes del ejército como la autoridad suprema de la Nación. Él creyó en la distribución del poder, decidió federalizar el país en tres (3) partes: El Gran Sur, bajo el poder de General A. Petion, el Gran Norte, Bajo el poder de H. Christophe y el Gran Oeste bajo su poder. También se esforzó en evitar la lucha fratricida dentro del nuevo país como sucedió entre Toussaint y Rigaud, sabía que cualquier conflicto interno podría debilitar y desestabilizar el país y servir de oportunidad o excusas a los potentes colonialistas de la época para invadir, él creyó en la no-discriminación de color y clase al punto de ofrecer a Alexandre Petion la mano de su hija Celimene, pero Petion no aceptó. El país estaba en paz y seguro hasta el día que se complotaron y asesinaron al emperador el 17 de octubre 1806.
El día después de la muerte del fundador de la Nación Haitiana, el país ha parido su primera crisis política. Exactamente en el segundo aniversario de nuestra independencia, el 1 de enero 1816, una sangrienta guerra civil por el poder se interpuso entre Alexandre Petion y Henry Christophe conocida como la batalla de Sibert, que dividió al país en dos (2) estados. En el imaginario de los haitianos, muchos suelen pensar que peyi nou modi depilò nou asasinen papa nou, Desalin (Nuestro país esta maldito desde el día que asesinaron a nuestro Padre, J.J. Dessalines) pero analizando la situación de Haiti con la Ética a Nicómaco, VII de Aristóteles podríamos concluir racionalmente que las crisis políticas de nuestro país tienen una estrecha relación con el uso excesivo del poder y la falta de política pública como lo define de Roth (2007) es decir que las decisiones y acciones con objetivos públicos de restauración de la verdad y memoria tanto internamente como en la política exterior de Haití a través de los distintos consulados y embajadas en la región sobre nuestros héroes permanece como un problema o necesidad insatisfactoria según los ciudadanos/as.
La historia ofrece tres (3) caminos: la tradición, el archivo y la política pero analizó también Enrique De Gandía, que cuando la historia se encuentra alterada a la política pronto u tarde se terminara desfigurando debido a los que se aprovechan del nuevo ambiente de libertad para lanzar sus interpretaciones y teorías.
La memoria de J.J. Dessalines volvió a surgir en la mente colectiva a partir de un discurso en 1844 que hizo el presidente provisorio haitiano Charles Rivieres Herard antes de que su mandato finalizara unos meses después. Durante todos esos momentos, los países de Europa, Francia, por ejemplo, enojado contra el empero que derrotó sus sistemas racistas y esclavistas, contrató escritores como Jean Louis Dubroca para describir y caricaturar a Dessalines como una bestia salvaje y cruel a fin de ensuciar su memoria. Por otro lado, durante estas épocas mismas los modelos políticos, sociales y culturales de muchos países de América Latina incluso la Republica Dominicana eran estos países de Europa, entonces no es sorprendente que J.J. Dessalines este ausente en sus libros y memorias también.
El régimen campeón en el uso político de la imagen de nuestro padre J.J. Dessalines fue el de la tiranía de Duvalier. Después de la derrota de ese régimen en 1986, nació una nueva constitución, la constitución democrática del 7 de febrero 1987, dentro de los 5 días nacionales y feriados que estableció esa constitución, el día de la muerte o del nacimiento de Dessalines no está. Hoy, tanto la oposición inexistente como el actual gobierno sin objetivo ni ideología suelen usar los héroes en sus discursos mientras inauguran sus retratos en carteleras de plásticos en recuerdo a sus memorias.
La inversión más grande que hizo el gobierno haitiano en América Latina en la cooperación cultural a fin de conmemorar a Dessalines es la construcción de una plazoleta con el busto de J.J. Dessalines en Ecuador en 2015, el cual cuesta solo aproximadamente 40 mil dólares. Cabe destacar que, en la restauración del único busto de Jean Jacques Dessalines existente en Cuba, no participó ni un representante de la embajada de Haití en Cuba. El 20 de septiembre de ese año, día de nacimiento de Dessalines, ni siquiera un tuit publicó el gobierno actual para honrar su memoria, irónicamente, el presidente del país que votó en su contra en la OEA fue quien recordó a nuestro héroe, el actual presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Nicolas Maduro.
Cabe destacar que, en la mayoría de las embajadas de América Latina, no hay un Agregado Cultural, el ministerio de la cultura de Haití no organiza estrictamente nada vinculado a la memoria ni siquiera de los crímenes que cometió la dictadura de Duvalier, se transforma en una agencia de organización de carnavales y de financiación de “boliches” públicos desde hace décadas.
La negación de los gobiernos haitianos sobre la memoria y verdad, y la falta de políticas de reparaciones históricas no solo contribuye en la invisibilización de nuestros héroes en la historia global como el libertador Jean Jacques Dessalines, sino también condena al país a vivir repetidamente los mismos errores con los países extranjeros tales como:
- El asunto Rubalcava, en 1861
- El asunto Batsh, en 1872
- El asunto Gherardi, en 1891
- El asunto Luders, en 1897
- El asunto Emil Peters, en 1914 etc.
En conclusión, creo lo mismo que el destacado poeta y político negro, Aimé Césaire, la memoria es un tesoro que podemos compartir con lo demás, pero si el pueblo lo niega es un pueblo sin futuro o mejor dicho como el político británico, Winston Churchill “Un pueblo que niega su pasado se condena a vivirlo de vuelta”.
*Estudiante Avanzado en Política e Integrante del Programa de Investigación y Extensión sobre Afrodescendencia y Estudios Afrodiasporicos (UNIAFRO) (IDAES-UNSAM).