Resumen Latinoamericano, 4 de octubre de 2020.
Integrantes de decenas de organizaciones de sociedad civil se dieron cita frente a las oficinas del Ministerio Público para exigir un alto a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) que amenazan la soberanía del Estado de Honduras, el derecho de decisión de los pueblos y que son respaldadas desde el gobierno de Juan Hernández.
Entre los participantes estaban Johan Johnsson y Paula Bonilla, representantes de la Mesa para la Defensa del Territorio de Islas de la Bahía, quienes condenaron el “flagrante irrespeto hacia los isleños al violar sus derechos humanos, constitucionales y hereditarios”, perpetrado por las autoridades hondureñas.
Bonilla apeló a la población continental a que reconozcan en los isleños a otro hondureño que también sufre las “indiferencias de la parte educativa, social y cultural y un desarrollo lento [con] hospitales que han colapsado. Señores, la situación real de las Islas de la Bahía es otra, no es solamente aquella infraestructura bella que ustedes ven en las revistas para los extranjeros, esa es la otra Honduras”.
Luego de hacerse pública la aprobación de dos ciudades modelo, una en Crawfish Rock, Roatán, Islas de la Bahía, y otra en Choloma, Cortés, la Articulación Nacional de Organizaciones Sociales califican de zarpazo a la soberanía nacional los proyectos de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDEs).
“Este zarpazo a la soberanía nacional es apenas el inicio de una serie de contratos con los que el gobierno pretende poner en práctica la nefasta Ley Orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDEs)”, dice un comunicado.
Christopher Castillo, coordinador de la Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras (ARCAH), manifiesta que las organizaciones sociales y populares consideran que las ZEDEs, también conocidas como Ciudades Modelo, son el tercer golpe colonialista contra Honduras, por cuanto requiere un despertar para echar atrás dichos proyectos.
“Ahora más que nunca, tenemos que dejar de pospones cambios culturales para entender la génesis de Ciudades Modelo, que tiene que ver con el racismo, por ejemplo, Bárbara Kolm, presidenta del Comité de Buenas Practicas de Ciudades Modelo, es militante del Partido Neonazi en Austria, y fue juzgada por actos de corrupción”, señala Castillo.
La Articulación Nacional reitera que, en 2013, cuando Juan Orlando Hernández fue presidente del Congreso Nacional, se aprobaron reformas constitucionales y la Ley Orgánica de las ZEDEs.
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Según dicha Ley, los gobiernos autónomos de las ZEDEs están constituidos por la “oscura figura” de un Comité para la Adopción de las Mejores Prácticas: “que hace las veces de poder legislativo y reyezuelo en dichas jurisdicciones”, explican las organizaciones sociales.
Agregan que dichas disposiciones violentan los principios de soberanía nacional y la forma de gobierno que establecen los artículos pétreos.
Falta de estrategia de desarrollo
Para el analista político y ex presidente del Banco Central de Honduras, Hugo Noé Pino, las ZEDEs representan la falta de una estrategia de desarrollo y de condiciones para la inversión nacional y extranjera.
Frente a esa falta de voluntad política, el único recurso que le queda al gobierno nacionalista es la venta del territorio, señala Hugo Noé: “esto es una clara demostración de búsqueda, por parte de inversionistas nacionales y extranjeros, de obtener mayores privilegios de naturaleza fiscal, de tener una serie de prebendas”.
Tomás Andino, integrante de la Convergencia Contra el Continuismo, expresa que las ZEDEs están comenzando a surgir como hongos en el país, porque la estrategia es comenzar con pequeñas unidades que luego la misma Ley les permite ir ampliándolas en los territorios adyacentes.
“La misma Ley, en su artículo 28, les faculta al Estado para expropiar a los habitantes, eso significa la desintegración de la nación”, apunta Anido, agregando que habrá mayores conflictos sociales y políticos, provocando un “Estado de rebelión”.
Fuente: Radio Progreso