La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa
(K.Marx)
La crisis del Régimen del 78 está haciendo que la “izquierda” españolista busque soluciones a su falta de liderazgo social y político, al mismo tiempo que la oligarquía financiera empieza a contemplar la posibilidad de la caída de la monarquía como solución a la crisis política, económica y social que está padeciendo el Estado español.
Esta solución no es nueva, se trata de cambiar la cúpula de la pirámide de poder para que el resto continúe inamovible. El único cambio a contemplar sería la eliminación administrativa del Rey como Jefe del Estado, solución que no implica cambios políticos ni legislativos en las relaciones laborales ni económicas entre la burguesía española y las clases trabajadoras, lo mismo que tampoco implicaría el cambio en las relaciones entre las naciones oprimidas con procesos por la independencia y el Estado español.
Esta fórmula de huida (de la crisis) hacia adelante ya fue la escogida para salir de la crisis provocada por la guerra por la independencia de Cuba y las guerras carlistas, provocando la abdicación del rey Amadeo I tras el pronunciamiento militar del General Martínez Campos. Para Andalucía, la I República, con Nicolás Salmerón como presidente solo nos trajo la represión a la revolución cantonal andaluza, dejando miles de andaluzas asesinadas, encarceladas y represaliadas tras el “castigo” del General Pavía, responsable militar de la represión al movimiento cantonal que había proclamado la independencia de numerosos cantones andaluces.
La II República también llegó tras la abdicación del monarca, en este caso de Alfonso XIII. En 1931, la crisis bursátil mundial, el desastre de la guerra colonial de Marruecos y la corrupción real, provocaron que las élites económicas y militares decidieran poner punto y final a la monarquía. Esta, al igual que la I, tiene la característica de que no supuso ningún cambio en la correlación de fuerzas entre la burguesía y la clase trabajadora, manteniéndose la situación de explotación y pobreza de las clases más desfavorecidas. Al levantamiento de los obreros asturianos la República respondió con el ejército al mando del General Franco. A la necesidad perentoria de tierras por parte de los jornaleros andaluces la República española respondió con el asesinato en Casas Viejas de numerosos jornaleros a manos de la Guardia de Asalto. Ante las huelgas de trabajadores en Sevilla la II República respondió con el bombardeo con piezas de artillería del lugar de reunión de anarquistas y comunistas, la taberna “Casa Cornelio”.
Como hemos visto a través de la historia, ninguna república española ha traído la soberanía nacional que en numerosas ocasiones ha reclamado el Pueblo Trabajador Andaluz ni la soberanía económica de la clase trabajadora. Represión y explotación, tanto en las monarquías como en las Repúblicas como en las dictaduras.
Las consecuencias históricas que debemos obtener es la de la imposibilidad de reformar el Estado español, puesto que el Estado no es más que una estructura política, económica y represiva al servicio de la acumulación de capital de la burguesía. Ninguna “España” va a traer la soberanía de Andalucía ni la liberación económica de la clase trabajadora andaluza.
Nuestra lucha es contra esa estructura de explotación y represión que se llama Estado español, en cualquiera de sus formas.
Si las dos primeras repúblicas españolas fueron una tragedia para el pueblo andaluz y el resto de pueblos peninsulares e insulares y sus clases trabajadoras, esta III República con la que la “izquierda” del Régimen quiere recuperar el protagonismo perdido tras el apoyo a un partido tan reaccionario como el PSOE, se va a convertir en una “miserable farsa” de la que no van a participar las organizaciones que como NACIÓN ANDALUZA luchamos por una REPÚBLICA ANDALUZA DE TRABAJADORAS.
Nuestra lucha no va dirigida a cambiar un gobierno en Madrid y esperar a que nos conceda sus favores en función de los intereses de Estado. Si queremos soberanía hay que luchar por ella y arrancársela a quienes nos la han arrebatado.
¡Solo el pueblo andaluz salvará al pueblo andaluz!
Por la República Andaluza de Trabajadoras ¡Independencia y socialismo!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Andalucía, 17 de octubre de 2020.
Carlos Ríos
Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).
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