Reseña del libro "Diego Ruiz, Abel Gudrá y el enigmático diván Las Andaluzas"

¿Pero quién puñe­tas fue Abel Gudrá? Rese­ña del libro «Die­go Ruiz, Abel Gudrá y el enig­má­ti­co diván Las Andaluzas»

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Por Anto­nio J. Torres “Antón”

Segu­ro que si han leí­do la obra de Blas Infan­te, espe­cial­men­te La ver­dad sobre el com­plot de Tabla­da y el Esta­do Libre de Anda­lu­cíaFun­da­men­tos de Anda­lu­cía habrán obser­va­do como Infan­te cita con una vibran­te admi­ra­ción las pala­bras de un tal Abel Gudrá, repre­sen­tan­te anda­luz –¿o qui­zá anda­lu­sí?- en el Con­gre­so Insu­rre­cio­nal de los Pue­blos de Orien­te en Delhi y con­ven­ci­do entu­sias­ta de la inser­ción de Anda­lu­cía en el espa­cio afro­asiá­ti­co o qui­zá, más espe­cí­fi­ca­men­te, en el espa­cio ára­be y musul­mán. Su nom­bre y, sobre­to­do, sus pala­bras inevi­ta­ble­men­te nos cau­san a día de hoy una lógi­ca intri­ga, al pre­ten­der saber más de Abel Gudrá espe­ra­mos tirar de un hilo que nos con­duz­ca a cono­cer más y mejor el movi­mien­to anda­lu­cis­ta de los años 30 del siglo pasa­do más allá de la omni­pre­sen­te figu­ra de Blas Infante.

Reseña del libro "Diego Ruiz, Abel Gudrá y el enigmático diván Las Andaluzas"

Muy pro­ba­ble­men­te, algu­nos de uste­des, como yo, habrán escri­to su nom­bre en la barra de bús­que­da de Goo­gle para miti­gar esa intri­ga. Nues­tro gozo en un pozo, como se sue­le decir. Lo que encon­tra­rán será, en el mejor de los casos, tex­tos que inten­tan­do pro­fun­di­zar en la figu­ra del enig­má­ti­co Gudrá, les deja­rá de nue­vo con la miel en los labios; y deci­mos en el mejor de los casos, por­que en el peor encon­tra­rán toda una gama de exabrup­tos isla­mó­fo­bos y anti anda­lu­ces lan­za­dos des­de webs fas­cis­tas espa­ño­las.
Algu­nas pis­tas nos dio en los 80 el his­to­ria­dor jere­zano Manuel Ruiz Lagos en su intro­duc­ción, o mejor dicho, estu­dio intro­duc­to­rio del Fun­da­men­tos de Anda­lu­cía publi­ca­do por la Fun­da­ción Blas Infan­te. Qui­zá Ruiz Lagos arro­jó sabia­men­te más dudas que cer­te­zas con la espe­ran­za de que pudie­ran fruc­ti­fi­car en un estu­dio más con­cre­to, por­me­no­ri­za­do y sis­te­má­ti­co cen­tra­do en la figu­ra de Abel Gudrá.

¿Pero quién puñe­tas fue Abel Gudrá?, ¿por qué nos habla de Anda­lu­cía como “el puen­te de Brooklyn audaz­men­te ten­di­do entre Orien­te y Ponien­te”?, ¿a quién se le ocu­rrió esa ima­gen tan bella, suge­ren­te y atre­vi­da en la Anda­lu­cía de los años 30?

Afor­tu­na­da­men­te, ha habi­do una per­so­na que ha supe­ra­do la pri­me­ra barre­ra de la bús­que­da en Goo­gle y se ha preo­cu­pa­do por hacer una con­cien­zu­da inves­ti­ga­ción sobre Abel Gudrá y todo su halo de mis­te­rio. Se tra­ta de Anto­nio Godoy, licen­cia­do en Cien­cias Polí­ti­cas y vete­rano mili­tan­te inde­pen­den­tis­ta andaluz.

Menos entu­sias­mo nos ha sus­ci­ta­do la figu­ra del médi­co mala­gue­ño Die­go Ruiz, con el que Infan­te man­tu­vo una rela­ción en prin­ci­pio epis­to­lar. Es Ruiz quien pone a Infan­te en cono­ci­mien­to sobre la exis­ten­cia de Abel Gudrá, es Ruiz con una emo­ción poco disi­mu­la­da quien le habla a Infan­te del Con­gre­so Insu­rrec­cio­nal de los Pue­blos de Orien­te en Delhi. Y aquí, en este pun­to, es cuan­do Godoy nos reve­la la impor­tan­cia de quien en prin­ci­pio no pasa­ba de ser un mero de trans­mi­sor de la obra de Abel Gudrá y de sus encen­di­dos dis­cur­sos en Delhi sobre Al Anda­lus, el islám y la her­man­dad anda­lu­za con los pue­blos de Orien­te. Mala­gue­ño de naci­mien­to, Die­go Ruiz desa­rro­lla­ría su vida pro­fe­sio­nal y polí­ti­ca en Cata­lun­ya, pero inter­ca­lan­do espa­cios de tiem­po en Ita­lia; a una pro­lí­fi­ca obra filo­só­fi­ca, his­tó­ri­ca y cien­tí­fi­ca uni­ría una mili­tan­cia que se encua­dra­ría den­tro del espec­tro del repu­bli­ca­nis­mo sobe­ra­nis­ta cata­lán de nota­ble influen­cia liber­ta­ria. Die­go Ruiz, un per­fec­to des­co­no­ci­do no solo para el públi­co anda­luz en gene­ral sino tam­bién para el anda­lu­cis­ta y sobe­ra­nis­ta en par­ti­cu­lar, des­ta­ca­ría como una figu­ra rele­van­te, de pri­mer orden, en el mun­do cul­tu­ral, social y polí­ti­co cata­lán de las pri­me­ras déca­das del siglo XX, con Bar­ce­lo­na como epicentro.

Anto­nio Godoy nos expo­ne cómo aún nos que­da tan­to por des­cu­brir ese momen­to tan fas­ci­nan­te de nues­tro pasa­do como el que algu­nos recien­te­men­te lla­man como “pri­mer anda­lu­cis­mo”, hones­ta­men­te, yo pre­fe­ría otra deno­mi­na­ción. Defi­ni­ti­va­men­te, el pasa­do, el nues­tro, está aún por escribirse.

Lamen­to no poder seguir hablan­do de esta obra del com­pa­ñe­ro Godoy, no ten­go más reme­dio que parar aquí, en seco, de un fre­na­zo, empla­zar­les a su lec­tu­ra y a sacar las opor­tu­nas con­clu­sio­nes sobre Abel Gudrá, Die­go Ruiz, el Con­gre­so Insu­rrec­cio­nal de los Pue­blos de Orien­te y el evo­ca­dor diván Las Anda­lu­zas que Godoy nos ha tra­du­ci­do del ita­liano. Lean, pien­sen, dis­fru­ten y sabo­reen esta obra.

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