Perú. El Acuerdo de Escazú y la economía responsable

Perú. El Acuer­do de Esca­zú y la eco­no­mía responsable

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Gon­za­lo Gar­cía Núñez/​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de sep­tiem­bre de 2020

La Cáma­ra de Dipu­tados de la Repú­bli­ca Argen­ti­na hace pocos días se adhi­rió y rati­fi­có el Tra­ta­do inter­na­cio­nal de Esca­zú. Este pro­te­ge los dere­chos ciu­da­da­nos de acce­so a la infor­ma­ción, la par­ti­ci­pa­ción públi­ca y el acce­so a la Jus­ti­cia en asun­tos ambien­ta­les. El sco­re fue 240 votos a favor y 4 en contra. 

El con­te­ni­do de Esca­zú vie­ne en línea direc­ta de la his­tó­ri­ca Cum­bre de Río +20. Esta últi­ma es el hito fun­da­dor de la lucha uni­ver­sal para defen­der la tie­rra con­tra los efec­tos mal­sa­nos del cam­bio cli­má­ti­co y de la pro­pia acción huma­na. El pro­ce­so de sus­crip­ción del tra­ta­do vie­ne sien­do res­pal­da­do por la OCDE pues­to que el Acuer­do pro­pi­cia la sana inver­sión ambiental. 

La OCDE reco­mien­da que para lograr una eco­no­mía res­pon­sa­ble y favo­re­cer la inver­sión, el Perú debe­ría “prio­ri­zar la rati­fi­ca­ción del Acuer­do de Esca­zú”. Igual pien­sa la ONU-CEPAL, gran ani­ma­dor de la iniciativa.

El tex­to ori­gi­nal fue apro­ba­do el 4 de mar­zo de 2018. Lue­go vie­ne trans­cu­rrien­do un perio­do de con­sul­tas y el 26 de setiem­bre se cerró el pla­zo de rati­fi­ca­ción, siguien­do el pro­ce­di­mien­to habi­tual de los Con­ve­nios inter­na­cio­na­les. Ter­mi­na­do ese últi­mo pla­zo, el tex­to se depo­si­ta en New York, sede de Nacio­nes Uni­das, para que el que lo deci­da se adhie­ra sin fecha. Ya han fir­ma­do tre­ce paí­ses: Bra­sil, Colom­bia, Cos­ta Rica, Gra­na­da, Gua­te­ma­la, Hai­tí, Jamai­ca, Méxi­co, Para­guay, Perú, Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na y San­ta Lucía. Cuan­do lo rati­fi­que uno más, el nume­ro clau­sus, el tra­ta­do entra­ra en vigen­cia. Chi­le, Vene­zue­la y Cuba, entre otros paí­ses mino­ri­ta­rios, toda­vía no lo han firmado. 

Con esta apro­ba­ción pla­ten­se se baja la ban­de­ra a uno de los acuer­dos más moder­nos y avan­za­dos de pro­tec­ción del ambien­te en el mun­do. Que se deno­mi­na Acuer­do de ESCAZU por ser el lugar de la sede de la sus­crip­ción de este con­sen­sua­do ins­tru­men­to latinoamericano. 

Digre­sión apar­te, el nom­bre rin­de res­pe­tuo­so home­na­je a este dis­tri­to de ape­nas 67 362 habi­tan­tes, situa­do en el cen­tro del terri­to­rio de Cos­ta Rica. Esca­zú, tie­ne, ade­más, el pri­vi­le­gio de haber alcan­za­do el segun­do más ele­va­do índi­ce de desa­rro­llo humano regio­nal (0,930÷1). Resul­ta­do gana­do por sus habi­tan­tes al con­se­guir soli­dos índi­ces de salu­bri­dad públi­ca, edu­ca­ción gra­tui­ta, libre acce­so a Inter­net y el más ele­va­do coefi­cien­te de par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na en asun­tos socia­les, según rin­de cuen­ta su Minis­te­rio de Pla­ni­fi­ca­ción en el por­tal de desa­rro­llo humano. Esca­zú tuvo así una tra­yec­to­ria que lo lle­vó a ser el sím­bo­lo inter­na­cio­nal bien gana­do de un país eco­ló­gi­ca­men­te maduro. 

Vale recor­dar que Cos­ta Rica, en un momen­to que es jalón de su his­to­ria, optó por pres­cin­dir de Fuer­zas Arma­das, lue­go de la revo­lu­ción del 1948, que encum­bró al poder a José Figue­res y su Par­ti­do de Libe­ra­ción Nacio­nal, con­si­de­ra­do en su tiem­po como el Alfon­so Ugar­te tico. Y que fue capaz de dar un gran sal­to tec­no­ló­gi­co al fabri­car chips en un joint Ven­tu­re con una gran fir­ma tec­no­ló­gi­ca nor­te­ame­ri­ca­na, hace algu­nos años, y pro­du­cir los cir­cui­tos elec­tró­ni­cos que has­ta hoy se con­su­men en compu­tado­res y celu­la­res del planeta.

De allí la doble impor­tan­cia- tam­bién la sim­bó­li­ca- que la Cáma­ra de Dipu­tados del Rio de la Pla­ta apro­ba­ra el Acuer­do de Esca­zú por tan amplio mar­gen, con­fir­man­do el voto uná­ni­me del Sena­do. Y san­cio­na­ra el tex­to que venía ya fir­ma­do por 23 de los 33 paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, entre ellos el Perú, y rati­fi­ca­dos por diez (Anti­gua y Bar­bu­da, Boli­via, Ecua­dor, Guya­na, Nica­ra­gua, Pana­má, San Cris­tó­bal y Nevis, San Vicen­te y las Gra­na­di­nas, Uru­guay y aho­ra serian once con Argentina…) 

El acuer­do, enton­ces, es puro siglo XXI. No tie­ne pre­ce­den­te. Con­so­li­da dere­chos que son herra­mien­tas defen­si­vas para la socie­dad civil, afir­ma el inge­nie­ro Andrés Napo­li, direc­tor eje­cu­ti­vo de Fun­da­ción Ambien­te y Recur­sos Natu­ra­les (FARN). 

Defien­de la vida, dice Marie­la Bels­ki, direc­to­ra eje­cu­ti­va de Amnis­tía Inter­na­cio­nal Argen­ti­na. Esta no es una cues­tión des­de­ña­ble, al extre­mo que ha reci­bi­do el res­pal­do de una decla­ra­ción de múl­ti­ples orga­ni­za­cio­nes de la socie­dad civil, entre ellas de una sesu­da Decla­ra­ción de los Obis­pos perua­nos. Esca­zú es el pri­mer tra­ta­do a nivel mun­dial en con­te­ner dis­po­si­cio­nes espe­cí­fi­cas sobre la pro­tec­ción de los acti­vis­tas y defen­so­res ambien­ta­les. Los defen­so­res de dere­chos ambien­ta­les, ope­ran­do den­tro de la ley, ten­drán pro­tec­ción como corres­pon­de a las obli­ga­cio­nes gene­ra­les de un Esta­do democrático. 

Res­pues­ta al dolo­ro­so sal­do de agre­sio­nes y muer­tes de con­ciu­da­da­nos que defien­den el medio ambien­te. Glo­bal Wit­ness con­ta­bi­li­za 212 defen­so­res ambien­ta­les ase­si­na­dos en el año 2019 y cua­tro ambien­ta­lis­tas por sema­na ase­si­na­dos ‑des­de el 2015 a hoy- en nues­tra Amé­ri­ca Latina. 

Al res­pec­to ¿cómo no evo­car el ros­tro de falle­ci­dos en el Perú? Des­de el ale­vo­so cri­men con­tra el recor­da­do inge­nie­ro Godo­fre­do Gar­cía Baca en el valle de San Loren­zo-Piu­ra has­ta el recien­te homi­ci­dio de Rober­to Car­los Pache­co Villa­nue­va, hijo del cono­ci­do ambien­ta­lis­ta Deme­trio Pache­co, ase­si­na­do cuan­do salía a reco­rrer su con­ce­sión fores­tal ubi­ca­da en la mar­gen dere­cha de la carre­te­ra Inter­oceá­ni­ca en Madre de Dios. Pache­co fue uno de los más impor­tan­tes defen­so­res de la explo­ta­ción res­pe­tuo­sa del terri­to­rio en armo­nía con la natu­ra­le­za. Y no son los úni­cos casos. Solo en 2018 fue­ron ase­si­na­dos más de 80 líde­res de luchas socio ambiental.

¿Cómo pro­te­ger­los?

El ori­gen de la vio­len­cia mor­tí­fe­ra es bien cono­ci­do. Las raí­ces se hun­den en la codi­cia. Unos matan para seguir talan­do bos­ques de mane­ra ile­gal. Menos árbo­les, más lucro. 
Con­tra­rio sen­su otros perua­nos pug­nan por fre­nar la vil defo­res­ta­ción de la made­ra más noble. Y son ame­na­za­dos, per­se­gui­dos, embos­ca­dos, asesinados. 

Muchos delin­cuen­tes se apro­pian y des­tru­yen el sue­lo mien­tras orga­ni­za­cio­nes cri­mi­na­les per­si­guen las delic­ti­vas uti­li­da­des de la mine­ría alu­vial del oro y la explo­ta­ción de los pla­ce­res de los ríos. El mer­cu­rio, insu­mo nece­sa­rio para sepa­rar el oro, con­ta­mi­na los ríos. Y se derra­ma luc­tuo­sa­men­te en Cho­ro­pam­pa, a cos­ta de la vida de la gen­te de Caja­mar­ca que lo guar­dó cre­yen­do que no era veneno. Hay los enemi­gos de la natu­ra­le­za que admi­nis­tran los labo­ra­to­rios ilí­ci­tos de mace­ra­ción de dro­ga, el con­tra­ban­do, la tra­ta de per­so­nas, en fin la cri­mi­nal lis­ta de los cir­cui­tos lucra­ti­vos con­tra­ria a la eco­lo­gía es extensa. 

Des­te­rrar estas prác­ti­cas delic­ti­vas garan­ti­za la paz social, defien­de los dere­chos ciu­da­da­nos y otor­ga el mar­co legal apro­pia­do para la atrac­ti­vi­dad de las sanas inver­sio­nes. 
Por eso algu­nos esti­man que al tra­ta­do le fal­ta ser más inci­si­vo en cerrar las venas abier­tas de la ama­zo­nia, que podría expli­car­se en el hecho que ya exis­ten ins­tru­men­tos como el tra­ta­do ama­zó­ni­co al que no se qui­sie­ra super­po­si­ción o traslape. 

Pero de nue­vo, ¿Quién pro­te­ge a los que enfren­tan la vora­ci­dad rapaz y corrup­ta del nego­cio ilegal?

En el Perú, hay un con­jun­to de nor­mas orgá­ni­cas que desa­rro­llan los prin­ci­pios cons­ti­tu­cio­na­les de sobe­ra­nía del Esta­do en el mane­jo del terri­to­rio y de sus recur­sos. No cabe debi­li­tar al país ais­lán­do­lo de los avan­ces que trae Esca­zú en mate­ria de la con­so­li­da­ción jurí­di­ca regio­nal lati­no­ame­ri­ca­na de los dere­chos a los que se refie­re el tratado. 

Por lo demás, estos meca­nis­mos tie­nen nume­ro­sos ante­ce­den­tes de ins­tru­men­ta­ción de nor­mas vin­cu­lan­tes en sal­va­guar­da de los dere­chos de acce­so ciu­da­dano a la infor­ma­ción, la jus­ti­cia y la par­ti­ci­pa­ción públi­ca en la toma de deci­sio­nes ambien­ta­les. Nin­gu­na de estas leyes se con­tra­po­ne a Esca­zú. Ni la de Trans­pa­ren­cia y Acce­so a la Infor­ma­ción Públi­ca (N° 27806), ni la ley Gene­ral del Ambien­te (N° 28611).

Ins­ti­tu­cio­nes públi­cas regu­lan y super­vi­san el cum­pli­mien­to de lo dis­pues­to en la legis­la­ción como el Minis­te­rio del Ambien­te (MINAM), la Auto­ri­dad Nacio­nal del Agua (ANA), el Orga­nis­mo de Eva­lua­ción y Fis­ca­li­za­ción Ambien­tal (OEFA), las Fis­ca­lías Espe­cia­li­za­das en Mate­ria Ambien­tal (FEMA), el Ser­vi­cio Nacio­nal de Cer­ti­fi­ca­ción Ambien­tal para las Inver­sio­nes Sos­te­ni­bles (SENACE), entre otras. Y está vigen­te el Con­ve­nio N° 169 sobre pue­blos indí­ge­nas de la OIT que obli­ga a rea­li­zar pro­ce­sos de con­sul­ta a fin de que los dere­chos de las comu­ni­da­des sean res­pe­ta­dos y no vul­ne­ra­dos (Ley de Con­sul­ta Pre­via N° 29785). 

El Minis­te­rio del Ambien­te imple­men­ta, ade­más, el Sis­te­ma de Infor­ma­ción de Sal­va­guar­das, de acuer­do a los linea­mien­tos de la Con­ven­ción Mar­co de las Nacio­nes Uni­das sobre Cam­bio Cli­má­ti­co (CMNUCC). Lo que regis­tra­rá el cum­pli­mien­to de las sal­va­guar­das ambien­ta­les y socia­les para ase­gu­rar la sos­te­ni­bi­li­dad de los pro­yec­tos de inver­sión a nivel nacio­nal, la miti­ga­ción de ries­gos socia­les y ambien­ta­les, así como la par­ti­ci­pa­ción de los acto­res, la trans­pa­ren­cia y la reso­lu­ción de con­flic­tos y quejas.

¡Cómo no bus­car el for­ta­le­ci­mien­to de estas ins­ti­tu­cio­nes que coin­ci­den ple­na­men­te con los ODS del tratado! 

Con­cor­dar y afian­zar­las con com­pro­mi­sos inter­na­cio­na­les sus­tan­ti­vos es con­sis­ten­te y cohe­ren­te con pro­gre­sos nacio­na­les que ya exis­ten. Los refuerza. 

En nin­gu­na par­te por lo demás, Esca­zú aus­pi­cia la crea­ción de per­so­ne­rías jurí­di­cas que pudie­ran estar fue­ra del mar­co de las que esta­ble­ce la ley, el Códi­go espe­cia­li­za­do ambien­tal y, en el ámbi­to penal, por el códi­go sus­tan­ti­vo. Se dice, en algu­na des­afo­ra­da inter­ven­ción que el acuer­do esta­ble­ce nue­vas obli­ga­cio­nes que el Esta­do no está en con­di­cio­nes de cum­plir. Error. Aquí están las evi­den­cias que exis­te la infra­es­truc­tu­ra jurí­di­ca nece­sa­ria. Ade­más si la cues­tión mere­cie­ra com­pa­ra­ción, ya se cuen­ta con obli­ga­cio­nes tan­to o más cons­tric­ti­vas que las de Esca­zú en otros ins­tru­men­tos inter­na­cio­na­les. Por ejem­plo, el Art. 18º del TLC con EEUU vigen­te des­de hace más de una década. 

Si hemos sido capa­ces de cum­plir­lo, Esca­zú no repre­sen­ta nin­gún problema. 

¿O sola­men­te es posi­ble cum­plir con el TLC con los Esta­dos Unidos? 

FUENTE: Otra Mirada

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