Resumen Latinoamericano, 5 de noviembre de 2020.
El gobierno nacional y las provincias siguen negociando acuerdos con China para elevar la oferta de cerdos.
La Argentina tiene las condiciones para elevar la producción porcina.
La carne porcina es la segunda más consumida del mundo, detrás del pollo. Argentina ocupa un papel casi insignificante en el mercado mundial y cuenta con la tierra, el agua y los granos necesarios para dar un salto de producción. China está desplegando un proceso agresivo de inversiones en el exterior para asegurarse la provisión de la carne de cerdo y Argentina necesita mejorar sus exportaciones. Este combo de factores determina que la producción porcina con destino a exportación va a crecer, y con ella también sobrevendrán las respectivas epidemias, que por supuesto el gobierno, con el canciller Solá a la cabeza, niegan enfáticamente. «Hay oportunidades y también riesgos», se señala, pero no quieren contar las experiencias que en esas mismas iniciativas ya se produjeron en la propia China, donde tuvieron que quemar vivos 250 millones de cerdos, o en México, o en…
El tema se subió al centro de la escena en julio pasado, cuando la Cancillería anunció un próximo acuerdo de entendimiento con China. En un principio, circuló el número de que el país pasaría a producir 9 millones de toneladas de cerdo (desde las 700 mil toneladas anuales de la actualidad) con inversiones por 27 mil millones de dólares en un puñado de 25 granjas. Estos números encendieron la alarma en grupos ambientalistas, especialistas del sector y en productores locales. Ante las protestas tuvieron que salir a mentir que hubo un gran error en los números, el tema fue pateado para más adelante y bajó la espuma.
El gobierno sigue con la idea de la firma de un acuerdo de entendimiento, en eso trabaja el Ministerio de Agroindustria y todo indica que será firmado en este mes. Los capitales chinos incorporarían de forma gradual 900 mil toneladas de producción por año, pero eso depende de los proyectos concretos que se firmen. Más allá del “entendimiento” bilateral, sobre el cual no hay mucha información, el tema ya está avanzando.
Inversiones en Chaco
La semana pasada, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, el mismo que hace pocos años estaba «entusiasmado» de llevar adelante un acuerdo con EE.UU para que instalen una base en un predio cercano al aeropuerto y que se frustro por la gran protesta y movilización popular, ahora anuncia que ya firmó un convenio con la empresa de capitales chino-argentinos Feng Tian Food. Según explicaron desde la Provincia, “el proyecto consiste en el desarrollo de tres complejos con cinco granjas de 2400 madres cada una, un frigorífico exportador, una planta de biodiesel, un biodigestor con generación de energía y una planta de alimentos balanceados”. La información oficial detalla que la inversión total sería de 129 millones de dólares y permitiría la generación de 360 empleos (este es el dulce con que se trata de convencer a los que se oponen) en cada complejo, que se emplazarían al noreste de la provincia, otro en el centro y el tercero en el sudoeste. De todas formas, es un anuncio que está todavía lejos de la concreción. Ahora comenzaría la etapa de la búsqueda de socios locales y de China, y de financiamiento.
Las perspectivas
La producción global de carne de cerdo se estima para 2020 en 101 millones de toneladas, por debajo de la producción de carne de pollo (136 millones de toneladas) y por encima de la carne vacuna (72 millones). El mercado está dominado por China, principal productor, con casi el 40 por ciento del total, unas 40 millones de toneladas anuales. Le siguen Estados Unidos, Alemania, España, Brasil, Rusia, Vietnam y Canadá.
La producción local se duplicó en los últimos diez años y se producen unas 700 mil toneladas anuales. Así, Argentina está muy por debajo de Alemania (4,9 millones de toneladas), España (4,2), Francia (2,0) y Dinamarca (1,5 millón) con una superficie y disponibilidad de granos más grande.
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