Por Ludmilla Balduino. Resumen Latinoamericano, 8 de noviembre de 2020.
Bruno Diogo, del MST de Minas Gerais, habla sobre la recuperación ambiental, social y económica de las áreas afectadas por el crimen de la ruptura de la presa de Fundão.
Hace exactamente cinco años, la ruptura de la presa Fundão, en Bento Rodrigues, en el distrito de Mariana, en Minas Gerais, provocó una avalancha de 62 millones de metros cúbicos de lodo tóxico.
El barro descendió con gran fuerza yalta velocidad por el río Doce y sus afluentes, provocando la muerte de 19 personas e innumerables animales, así como deforestación, destrucción, caos, desesperación, hambre y sed en toda la región, desde Minas hasta El espíritu santo. La cuenca del río Doce cubre 230 municipios, muchos de los cuales abastecían a su población con agua del río.
El mayor crimen ambiental en la historia de Brasil fue causado por la minera Samarco, de la cual Vale do Rio Doce es uno de los propietarios, en sociedad con BHP Billiton. La magnitud del daño fue tan grande que, por primera vez en la historia de Brasil, el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) clasificó este delito ambiental como violación de derechos humanos.
El 25 de enero de 2019, la ruptura de presa por parte de la empresa minera Vale, en Córrego do Feijão, en Brumadinho, provocó la muerte de 179 personas. Trabajadores, madres, padres, hijos e hijas fueron enterrados por la avalancha de barro tóxico, víctimas de un crimen, una vez más, liderado por la mayor empresa minera de Brasil. Además, continúan desaparecidas otras 131 personas.
En este contexto, el MST se mantiene a la vanguardia, junto con la gente, para asegurar que se haga justicia y que Vale pague por su crimen, fortaleciendo el proyecto de Reforma Agraria Popular en las zonas afectadas.
El sitio web del MST conversó con Bruno Diogo, del sector productivo de Minas Gerais, quien comentó la propuesta del movimiento de reforestación, a través de tecnología agroecológica, a 5.000 hectáreas de asentamientos en la cuenca del Río Doce.
-¿Cuál es el principal problema que enfrentan las familias del MST afectadas por la represa Fundão luego de cinco años de este delito ambiental?
Bruno – El MST, a lo largo de estos cinco años de impunidad, buscó denunciar lo insostenible que es el actual modelo minero brasileño. Ante la destrucción de unos 500 kilómetros desde la margen del Río Doce, desde la presa Fundão en Mariana hasta su desembocadura en Espírito Santo, el proceso de recuperación y reparación de los daños ambientales, económicos y de salud no podía ser grande como se evidencia. Las familias afectadas tienen mucha prisa por retomar sus formas de generar ingresos y trabajo. La naturaleza tiene mucha prisa por recuperar su equilibrio natural. La justificación que da la Fundación Renova, de garantizar la transparencia y eficiencia en el uso de los recursos, es importante y necesaria, pero no puede ser un impedimento para buscar la reanudación de la vida de las personas y la recuperación de la cuenca del Río Doce.
-¿Cómo es el proceso de lucha y de denuncia contra Vale?
-Estos últimos cinco años han sido una de muchas marchas, actos políticos y ocupaciones de áreas improductivas en el territorio de las empresas mineras. Vale es sin duda la empresa con mayor responsabilidad por los delitos involucrados y la posibilidad de romper nuevas presas. Estas represas representan un riesgo inminente en Minas Gerais.
-¿Cuáles son las principales demandas de los afectados?
-Nuestras demandas se han centrado en consolidar la reforma agraria popular en los territorios afectados. Ya sea con la democratización de las tierras mineras, o con un modelo de producción de alimentos saludables de calidad y cantidad, garantizando el fortalecimiento de los procesos educativos que contribuyan a la emancipación de las personas afectadas.
-¿Qué papel juega Brasil en el sector económico del mineral y cuál es la relación entre la ruptura de presas y este papel?
-Brasil gobernado por Bolsonaro no tiene perspectivas de desarrollo económico que favorezca a la industria nacional. Regresamos al pasado, cuando éramos una colonia y solo exportábamos productos primarios. La exportación de agroindustrias y productos básicos de mineral de hierro solo deja la carga social y ambiental al pueblo brasileño. Este modelo de dependencia de la exportación de productos sin valor agregado solo garantiza ganancias para una pequeña porción de empresarios. Los que sufren son los trabajadores, desempleados e impactados por delitos ambientales.
-¿Cuáles son las alternativas a la minería que garantizarían el respeto a los derechos humanos, la tierra y la naturaleza?
-Nuestra propuesta de sustitución de la minería es la división de la tierra y la producción agroecológica. Proponemos reemplazar el mineral con alimentos sin pesticidas. Proponemos reemplazar la extracción de mineral con el trabajo de familias campesinas. Proponemos reemplazar la apertura de nuevas acequias y construcciones de presas por la implementación de sistemas productivos que concilien la plantación de árboles con la producción de alimentos, como es el caso de la agroforestería.