Etio­pía. Tigray ¿el asal­to final o el primero?

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Medio Orien­te, 29 de noviem­bre 2020-.

El sába­do 28 de noviem­bre, fue el día para que el ejér­ci­to etío­pe, asal­te la ciu­dad de Meke­lle, capi­tal de la pro­vin­cia rebel­de de Tigray, con cer­ca de 500 mil habi­tan­tes y don­de se habían atrin­che­ra­do los sepa­ra­tis­tas, que habían dicho iban a resis­tir has­ta el últi­mo hom­bre. (Ver: Etio­pía: De una gue­rra étni­ca a un con­flic­to regional.)

Si bien no se cono­cen las con­se­cuen­cias de dicho asal­to en can­ti­da­des de muer­tos y nive­les de des­truc­ción, el gobierno cen­tral, anun­ció que la ciu­dad había sido toma­da por com­ple­to y que el ejér­ci­to esta­ba ase­gu­ran­do dife­ren­tes áreas, mien­tras en torno a Meke­lle, se esta­ban rea­li­zan­do bati­das para dete­ner a los miem­bros del Fren­te de Libe­ra­ción Popu­lar de Tigray (TPLF), que logra­ron huir del cer­co, impues­to por las tro­pas lea­les al Pri­mer Minis­tro Abiy Ahmed, quien se había refe­ri­do al con­flic­to ini­cia­do a prin­ci­pio de mes, como “un asun­to interno de orden públi­co”, por lo que había recha­za­do los dife­ren­tes ofre­ci­mien­to inter­na­cio­na­les para medía entre el gobierno fede­ral y los rebel­des al tiem­po que tra­tó de “cri­mi­na­les” a los miem­bros del TPLF y que sería misión de la poli­cía dete­ner­los y lle­var­los a la justicia.

Dado el férreo cer­co infor­ma­ti­vo, no sean podi­do pre­ci­sar el núme­ro de muer­tos tras los inten­sos com­ba­tes que se desa­rro­lla­ron el día sába­do, aun­que se espe­cu­la que son miles los muer­tos, al tiem­po que las auto­ri­da­des suda­ne­sas, país fron­te­ri­zo oes­te de Etio­pia, esti­man entre 50 y 60 mil los refu­gian­do que han lle­ga­do a los cam­pa­men­tos de Um Raqu­ba, en la pro­vin­cia orien­tal de Geda­ref, a unos 80 kiló­me­tros de la fron­te­ra, des­de el ini­cio de las accio­nes mili­ta­res, en los pri­me­ros días de noviem­bre. Por lo que Jar­tum, ha recla­ma­do a Nacio­nes Uni­das 150 millo­nes de dóla­res para poder asis­tir a los refu­gia­dos. (Ver: Etio­pía, otra tra­ge­dia africana.)

Las auto­ri­da­des poli­cia­les etío­pes, el mis­mo día sába­do, orde­na­ron la deten­ción de die­ci­sie­te mili­ta­res acu­sa­dos de dife­ren­tes deli­tos que inclu­yen trai­ción y mal­ver­sa­ción de pro­pie­da­des públi­cas, que se suman a otras 120 órde­nes de arres­to ya emi­ti­das con­tra altos ofi­cia­les del ejér­ci­to, acu­sa­dos de estar conec­ta­dos con a TPLF, des­de el cua­tro de noviem­bre fecha en que se ini­cia­ron las accio­nes mili­ta­res orde­na­das des­de Adís Abeba.

Fuen­te vin­cu­la­das a la emba­ja­da nor­te­ame­ri­ca­na en Asma­ra, la capi­tal de Eri­trea, infor­ma­ron, sin men­cio­nar la cau­sa ni el lugar de las explo­sio­nes, de una media doce­na de explo­sio­nes pro­du­ci­das en la ciu­dad, el sába­do a últi­ma hora, tam­po­co se acla­ró si dichas accio­nes esta­ban vin­cu­la­das a los acon­te­ci­mien­tos de Tigray, pro­vin­cia fron­te­ri­za con Eri­trea, aun­que es de enten­der que si ya que el TPLF, el pasa­do día cator­ce, si había uti­li­za­do cohe­te­ría con­tra Asma­ra, dadas los fuer­tes indi­cios que el gobierno eri­treo está cola­bo­ran­do, con el ejér­ci­to etío­pe, con hom­bres y recur­sos, al tiem­po que ha per­mi­ti­do a la avia­ción etío­pe uti­li­zar sus aero­puer­tos para sus accio­nes con­tra Meke­lle, some­ti­da en estos días a inten­sos bom­bar­deos. Duran­te muchos años Eri­trea y el TPLF, fue­ron alia­dos en su lucha en común con­tra el gobierno mar­xis­ta del gene­ral Men­gis­tu Hai­le Mariam, final­men­te derro­ca­do en 1991, momen­to en que se pro­du­ce el gran ascen­so de la etnia Tigray, quien has­ta la lle­ga­da de Abiy Ahmed al gobierno en 2018, ocu­pó los más impor­tan­tes esta­men­tos del esta­do en todas sus repre­sen­ta­cio­nes inclu­yen­do fun­da­men­tal­men­te al ejér­ci­to, cuan­do sus inte­gran­tes solo repre­sen­tan el seis por cien­to de los 110 millo­nes de etío­pes. Sin res­pe­tar la ley de “fede­ra­lis­mo étni­co”, que se pro­mo­vió en los prin­ci­pios de los noven­ta, que esti­pu­la­ba que todos los gru­pos racia­les, unos ochen­ta, debían tener la mis­ma representación.

Pro­ble­mas más allá de la victoria.

A pesar de la rápi­da toma de Meke­lle, Abiy Ahmed, quien debió pos­po­ner las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias pau­ta­das para el pasa­do cin­co de octu­bre, dado la impo­si­bi­li­dad de rea­li­zar­las, en el mar­co de la pan­de­mia, toda­vía está muy lejos de las solu­cio­nes, no solo la cri­sis de Tigray, sino cues­tio­nes que exce­den las fron­te­ras del país.

Diplo­má­ti­cos y exper­tos regio­na­les han coin­ci­di­do en que una rápi­da vic­to­ria mili­tar podría, no sig­ni­fi­car el fin del con­flic­to. Para empe­zar tal como lo ha dicho el líder de los rebel­des Debretsion Gebre­mi­chael, que tras refe­rir­se a la “bru­ta­li­dad” de la repre­sión, que no habría dife­ren­cia­do las posi­cio­nes en que se encon­tra­ban la pobla­ción civil, de los obje­ti­vos mili­ta­res, lo que agre­ga­rá más viru­len­cia a la resis­ten­cia tigri­ña, una resis­ten­cia con una impor­tan­te expe­rien­cia mili­tar foguea­da en su gue­rra de gue­rri­lla con­tra el gene­ral Men­gis­tu, en el esca­bro­so terri­to­rio de Tigray, pega­do a las fron­te­ras de Sudán y Eri­trea. El TPLF alcan­za­ría a movi­li­zar a unos 200 mil hom­bres, muchos con equi­po pesa­do, en su mayo­ría saquea­dos, últi­ma­men­te, de los arse­na­les del ejér­ci­to etíope.

Esta situa­ción de una gue­rra civil, en desa­rro­llo o en esta­do laten­te, ni siquie­ra impor­ta, debi­li­ta la posi­ción de Addis Abe­ba, en las inten­sas y ten­sas en las nego­cia­cio­nes con El Cai­ro y Jar­tum, sobre la Gran Repre­sa del Rena­ci­mien­to de Etio­pía (ERGE). (Ver: Egip­to-Etio­pía: Las aguas bajan tur­bias.), que, aun­que es el úni­co tema en el que todos los etío­pes están de acuer­do, debe­rá con­tem­plar las pre­ten­sio­nes de las otras dos par­tes, par­ti­cu­lar­men­te las egip­cias ya que sería en ese sec­tor don­de el Nilo, per­de­ría más cau­ce, con el con­si­guien­te dete­rio­ro de las pro­duc­cio­nes agrí­co­las esen­cial para el país. A pedi­do de Sudán la mesa de nego­cia­cio­nes está levan­ta­da des­de el 22 de octubre.

Por lo que se cree, que los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia del gene­ral al-Sisi, podrían haber esta­do tra­ba­jan­do jun­to a los rebel­des de Tigray, para debi­li­tar la pos­tu­ra del Pri­mer Minis­tro, que uti­li­zó des­de el prin­ci­pio de su man­da­to, 2018, y fun­da­men­tal­men­te tras haber­le sido otor­ga­do el Pre­mio Nobel de la paz 2019, para nego­ciar des­de un pun­to de vis­ta “moral”, con el raís egip­cio, toda­vía muy dis­cu­ti­do, por las matan­zas con que lle­gó al poder y las polí­ti­cas repre­si­vas con que no solo está per­si­guien­do a los terro­ris­tas de la Wilā­yat Sinaí (al-Qae­da), sino a muchos sec­to­res civi­les opo­si­to­res, lo que hizo que Donald Trump, lo lla­ma­rá: “mi dic­ta­dor preferido”.

El futu­ro cam­bio de gobierno en Esta­dos Uni­dos, tam­bién abre un com­pás de espe­ra, espe­ran­za­dor, para Abiy, ya que Trump había blo­quea­do unos mil millo­nes de dóla­res, para ter­mi­nar la repre­sa, a espe­ra de un acuer­do con los otros dos paí­ses invo­lu­cra­dos, cues­tión de la que Joe Biden, toda­vía no se definió.

Según otros ana­lis­tas la situa­ción, res­pec­to a la gue­rra de Tigray, podría lle­var a Abiy a posi­cio­nes toda­vía más intran­si­gen­tes y no solo seguir nego­cian­do con fuer­za res­pec­to a la ERGE, for­ta­le­cien­do su lema de “Es nues­tra agua. Es nues­tra pre­sa”, sino tam­bién repri­mir con más vio­len­cia a los mili­tan­tes del Fren­te de Libe­ra­ción Popu­lar de Tigray, o cual­quier gru­po étni­co que inten­te desa­fiar­lo, como los pro­pios oro­mo, la etnia mayo­ri­ta­ria del país, a la que per­te­ne­ce el Pri­mer Minis­tro o los amha­ras, la segun­da más impor­tan­te o los sida­ma, gumuzsoma­líes, que han cho­ca­do en varias opor­tu­ni­da­des entre ellos y que des­de 2015, ha pro­vo­ca­do el des­pla­za­mien­to de casi tres millo­nes de personas.

En los pró­xi­mos días la reali­dad defi­ni­rá, si el asal­to del sába­do a Meke­lle, ha sido el últi­mo o sim­ple­men­te el pri­me­ro de una lar­ga cade­na de una gue­rra que tie­ne todas las con­di­cio­nes para pro­lon­gar­se por años.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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