Resumen Medio Oriente, 4 de noviembre de 2020-.
El preso palestino Maher Al-Akhras, de 49 años, cumple este martes 100 días en huelga de hambre. Al-Akhras se ha convertido en el último símbolo de la lucha contra las detenciones administrativas israelíes, que tienen a cientos de palestinos arrestados sin cargos, juicio o fecha de liberación.
A fines de julio Maher Al-Akhras era un nombre más. El de un granjero, padre de seis hijos, residente de una aldea cercana a Jenin, en la Cisjordania ocupada. El nombre, también, de un expreso palestino, que pasó cuatro años en cárceles israelíes, por su presunta vinculación a la Yihad Islámica Palestina (YIP).
Más de tres meses después, incluso altos representantes como Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, o Nickolay Mladenov, enviado de la ONU par Oriente Medio, se han sumado a las demandas de una solución para salvar su vida, en grave peligro desde hace semanas.
Su rostro ocupa enormes murales en Gaza y Cisjordania, su figura cientos de carteles en protestas por su liberación y su nombre es gritado al unísono por miles de palestinos en contra del sistema israelí de detenciones administrativas por el que se encuentra arrestado desde fines de julio.
«El mensaje que envía Al-Akhras al mundo y a las instituciones que siguen su caso es que se están cometiendo crímenes que son contrarios a la ley y convenciones internacionales», explica a Efe Tareq Selmi, portavoz del Comité Popular de apoyo a este preso.
Según cifras de agosto de la ONG israelí Betselem, más de 350 palestinos están en cárceles israelíes por este sistema de detenciones.
Las autoridades en Israel han ofrecido no extender su detención, que expira el próximo 26 de noviembre, a cambio de que finalice su huelga de hambre, pero Al-Akhras mantiene su protesta y exige su liberación inmediata.
«No abandonaremos al preso Maher Al-Akhras en su lucha, porque su lucha es la lucha de todos los palestinos, y es responsabilidad de todos los palestinos apoyarlo hasta que cumpla su objetivo», dice a Efe Ahmad al Mudalal, miembro destacado de la Yihad Islámica Palestina (YIP, que reconoce como miembro a Al-Akhras) en Gaza, que está semana lanzó globos incendiarios hacia Israel para exigir su liberación.
Taghrid Al-Akhras, esposa de Maher, niega, en conversación telefónica desde Jenin, que su marido sea miembro del citado grupo islamista: «Mi esposo no pertenece a ninguna facción palestina, pertenece al pueblo palestino en su conjunto».
Tras su última visita al hospital israelí en el que se encuentra internado, describe el estado de su marido como «crítico» y detalla que, además de fuertes dolores en el pecho y en la cabeza, tiene profundas dificultades para oír, para ver y para hablar.
Un vídeo difundido en las redes le muestra gimiendo, con temblores en todo el cuerpo, los ojos en blanco o cerrados y expresiones de dolor, haciendo de él aún más a ojos de su pueblo un icono y una imagen de resistencia.
Fuente: PALESTINALIBRE.org