Resumen Latinoamericano, 22 de noviembre de 2020.
Comunicado de la organización Convocatoria Segunda Independencia sobre la emboscada que sufrieron tres guerrilleros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)
ACABAN DE CAER EN COMBATE TRES COMPAÑEROS REVOLUCIONARIOS DE NUESTRA AMERICA.
LOS HOMENAJEAMOS CON DOLOR, SIN QUEJAS, SIN RESENTIMIENTO, SIN DENUNCIAS.
Cuando el Ejército Paraguayo secuestró, torturó y ejecutó a dos niñas argentinas de 11 años, dijimos y seguimos diciendo que en algún momento ríos de venganza caerían sobre los victimarios del Estado genocida y terrorista paraguayo. Que así sea.
Y desde Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA no dejaremos de mover piedra sobre piedra actuando y participando en todo lo que sea visibilizar a los cobardes dirigentes del Gobierno y de las Fuerzas de Tareas Conjuntas del Paraguay que actúan con apoyo de los gringos, israelíes y colombianos. Porque esas niñas no eran combatientes, y aún siendo, como seguramente lo eran, hijas de campesinos combatientes, eran civiles fuera del conflicto armado.
Este 21de noviembre 2020, tuvimos la noticia de la caída en combate de tres compañeros del Ejercito del Pueblo Paraguayo, del EPP
Fueron emboscados a las 3.00hs AM por personal militar del CODI (Comandos de Defensa Interna) una estructura altamente especializada del Ejercito Paraguayo.
Utilizaron para esa emboscada fusiles con miras térmicas adosadas, de modo que se puede detectar en medio de la oscuridad selvática el calor humano a más de 400 metros.
Casi no hay defensa contra ese tipo de tecnología armamentista.
El conocimiento del terreno en la oscuridad esta vez no pudo frente a una tecnología de punta que los detectó a semejantes distancias.
Pocos y precisos disparos en la oscuridad y tres muertos.
Media docena de compañeros pudieron escapar de esa emboscada a ciegas.
Cosas de las guerras revolucionarias.
Los compañeros cayeron en combate, (al igual que muchos en nuestra Argentina de los 70), nada hay para reprochar, nada para denunciar, nada para vengar. Ni siquiera es un atenuante la superioridad tecnológica del enemigo.
Ni su excelencia técnica y militar. En todo caso será cuestión de continuar aprendiendo y mejorando.
Jamás se nos ocurriría reprocharles a nuestros enemigos que hayan sido eficientes y que posean determinada tecnología, y jamás se nos ocurriría faltarle el respeto a los tres compañeros caídos tratándolos como víctimas (como hicieron durante 40 años con nuestros compañeros en Argentina, la mayoría de los organismos de Derechos Humanos y familiares de desaparecidos).
Las guerras revolucionarias son así, sea en Paraguay, sea en Argentina, sea en cualquier otro lugar de Nuestra América o el Mundo.
Queremos rendir homenaje a esos tres combatientes que cayeron luchando contra los latifundistas dueños de tierras y vidas en Paraguay y contra sus brazos armados como son las FTC.
Para Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA, las vidas y las muertes de esos compañeros están indisolublemente ligadas a su identidad política, a la organización a la que pertenecieron que es el EPP. (ojalá en Argentina hubiera sido así durante los últimos 40 años porque seguramente de haberse considerado a los caídos como lo entendemos nosotros, hoy quizás el nivel de conciencia de nuestro Pueblo sería mucho más avanzado, no lloraríamos “victimas” sino militantes y combatientes de alta conciencia).
LOS NOMBRES DE LA MEMORIA
LUCIO SILVA, 62 años, era un humilde trabajador campesino de la Comunidad Kotoro‘i en el Departamento de San Pedro lugar donde inició su militancia recuperando tierras, allí asentó a toda su familia para cultivar. Fue objeto de represiones y persecuciones constantes por lo cual decidió incorporarse a la guerrilla del EPP junto a TODOS sus hijos. Su hijo mayor Claudelino cayó en combate en 2014 en un enfrentamiento con los militares. Sus otros dos hijos Jorgelina y Samuel siguen combatiendo en el monte en las filas del EPP y son intensamente buscados.
Lucio fue siempre un campesino de una lucidez impresionante, crítico permanente.
Inicio su militancia en el Partido Patria Libre, fue detenido por varios años y posteriormente se incorporó al EPP. Su humilde casa era paraje obligado de cuanto militante se iniciara en las luchas campesinas.
ESTEBAN MARTINEZ LOPEZ, 34 años, campesino del distrito Costa Romero, Horqueta, estaba en el EPP desde 2009 y componía la estructura de choque contra los grandes latifundistas a quienes vienen teniendo a raya durante años. Rodrigo era parte de la BICAME (Brigada Indígena de Ajusticiamiento a los Matones de Estancia).
RODRIGO ARGUELLO, era el joven del grupo, 24 años, campesino de la Ciudad de Loreto del Departamento de Concepción, era también integrante de la BICAME y del EPP.
SON NOMBRES QUE ALGUNOS QUERRÁN OLVIDAR PRONTO
Los nombres de estos compañeros serán pronto olvidados para algunos porque no querrán ni oír hablar de ellos, de sus luchas y menos de la organización en la que orgullosamente militaban.
Para otros porque les recordarán lo que dijeron que hay que hacer y no lo hicieron.
Pero para otros jamás serán olvidados porque viven en nuestras organizaciones, en nuestra lucha diaria por construir los caminos de ese horizonte socialista que algún día lograremos.
La Historia, por ahora, no será justa ni equitativa con estos compañeros.
Pero no queríamos dejar de homenajearlos nombrándolos y sin prometerles nada que no podamos cumplir.
Jamás les faltaríamos el respeto cuestionando sus formas o métodos de lucha, no somos quienes para hacerlo.
Cayeron en combate haciendo lo que decían y cumpliendo con sus promesas y obligaciones de luchar contra la explotación capitalista y contra la dominación imperialista.
¡¡HONOR Y GLORIA A LOS COMPAÑEROS LUCIO, RODRIGO Y ESTEBAN!!!
Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA
In memoriam: El «viejo» Lucio Silva
Lucio estaba en el lugar equivocado. Lucio Silva tenía 61 años. Usaba un bastón para caminar. El monte, una columna guerrillera, no era lugar para él. Informan, impunes, que lo asesinó un francotirador que usaba una mira térmica, de noche; un tiro limpio. Cayó junto a dos de sus compañeros, de sus hermanos, que bien podían ser sus hijos. Estaba donde no debía estar. Pero, seguramente, estaba en dónde quería estar, con quienes quería estar. Y de ahí, él sabía, si lo iban a sacar, lo sacarían muerto. Como tantos otros de nuestra edad, aprendió de una vez para siempre aquello de que, en una revolución, cuando es verdadera, o se triunfa o se muere. Y allí estaba, cumpliendo como hombre lo que se prometió, lo que le prometió a la vida, lo que le prometió a sus hijos y a sus camaradas. Murió cumpliendo, en el lugar en que no debía estar, pero en el único en que quería estar. Como nuestra América está llena de militantes razonables que están donde «se debe estar», donde es políticamente correcto estar, donde es «constructivo»; un mal ejemplo como el de Lucio no tendrá mayor trascendencia ni significado; sólo para unos pocos. Para unos pocos, por ahora, Lucio Silva es un modelo de vida revolucionaria. Y lo seguirá siendo mientras haya un rescoldo de dignidad en estas tierras irredentas.