Perú. Uca­ya­li: «una nue­va ola sería desastroso»

Ivan Brehaut*/ Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de noviem­bre de 2020

El pano­ra­ma ante una segun­da ola es incier­to, pero aho­ra tene­mos el tiem­po y algu­na expe­rien­cia para poder pre­pa­rar­nos ante lo que, sien­do rea­lis­tas, ya nos está advir­tien­do la cien­cia. Nun­ca antes fue tan nece­sa­rio recor­dar que es mejor pre­ve­nir que lamentar.

Cris­ti­na y su equi­po ya duer­men sus 8 horas. Blan­ca corre un poco menos agi­ta­da cada día. Shim­pu hace sema­nas que ha regre­sa­do al arte y está pin­tan­do sus mura­les embe­lle­cien­do las calles de Pucall­pa. A pesar de las mas­ca­ri­llas y un poco menos de movi­mien­to en los res­tau­ran­tes y cafés, pare­ce que todo ha vuel­to a la nor­ma­li­dad. La pan­de­mia pare­ce ser una pesa­di­lla por aca­bar­se, al menos para el ciu­da­dano de a pie.

Y, ¿la segun­da ola? Pocas per­so­nas pare­cen creer en ella. Pero, solo por si lle­ga… ¿Esta­mos pre­pa­ra­dos para ella?

Cris­ti­na Beja­rano estu­vo al pie del cañón por meses, lide­ran­do los equi­pos las bri­ga­das móvi­les en salud que asis­ten a la pobla­ción indí­ge­na en diver­sas par­tes de Uca­ya­li. Los días le resul­ta­ban siem­pre cor­tos, aún más en mayo y junio, en los que la pan­de­mia arra­sa­ba en casi toda la región.

“Todos los días, des­de las 5 de la maña­na el equi­po de la red de salud venía coor­di­nan­do con el per­so­nal de salud de los dife­ren­tes esta­ble­ci­mien­tos de salud para que sus reque­ri­mien­tos sean aten­di­dos. Todos los pre­su­pues­tos fue­ron modi­fi­ca­dos para aten­der y cui­dar de los cui­da­do­res (ese era el lema de mi direc­tor). Ya a las 8 de la maña­na, reu­nión con el equi­po y cada uno tenía fun­cio­nes espe­cí­fi­cas. La mía tam­bién era brin­dar asis­ten­cia téc­ni­ca a los gobier­nos loca­les, con los que está­ba­mos coor­di­nan­do el envío de mate­ria­les, pelean­do por cupos para el tras­la­do de mate­ria­les, per­so­nal y equi­pos de sopor­te para los esta­ble­ci­mien­tos de salud. Está­ba­mos todos aten­tos a todo lo que había. Vimos con preo­cu­pa­ción cómo caían los cole­gas, los com­pa­ñe­ros, pero, aun así, cada día, casi sin des­can­so, está­ba­mos cum­plien­do nues­tra labor”.

la gen­te habla del covi­den­gue, y no es para menos. 

El tes­ti­mo­nio de Cris­ti­na, par­te de per­so­nal de la Red de Salud de Coro­nel Por­ti­llo, rela­ta ape­nas una de las viven­cias de los cien­tos de pro­fe­sio­na­les de la salud que se faja­ron en este febril con­tex­to. “Aho­ra esta­mos preo­cu­pa­dos con el den­gue, la gen­te habla del covi­den­gue, y no es para menos. Lue­go de que la COVID nos cas­ti­ga­ra, el den­gue vino para dar­le un nue­vo gol­pe a la pobla­ción… El per­so­nal de salud está can­sa­do y muchos de los com­pa­ñe­ros lo han dado todo. Sin embar­go, la gen­te está bajan­do la guar­dia… eso nos preocupa”.

Cris­ti­na Beja­rano, en una de las cam­pa­ñas de entre­ga de víve­res a los alber­gues. Foto: Ibrehaut/​La Mula

Pero las viven­cias de Cris­ti­na van más allá. “El mie­do a con­ta­giar­me y lle­var la enfer­me­dad a mi casa, a mis fami­lia­res, a mi hija, era enor­me. Mis fami­lia­res me recla­ma­ban por eso. Que por qué tenía que ser yo la que salie­ra a aten­der las comu­ni­da­des si era “coor­di­na­do­ra”.

La reali­dad es que el sec­tor había colap­sa­do y no con­tá­ba­mos con más recur­sos huma­nos, de los coor­di­na­do­res solo que­dá­ba­mos dos: uno que veía por la dis­po­ni­bi­li­dad de equi­pos de pro­tec­ción para los equi­pos de salud y yo, que lle­vo estra­te­gias trans­ver­sa­les. Así que tuve que fajar­me en cora­je y lide­rar el equi­po que fue de comu­ni­dad en comu­ni­dad para aten­der los casos que se venían pre­sen­tan­do. Des­pe­dir­me de mis padres y mi hija me deja­ba un nudo en la gar­gan­ta, por­que no sabía si vol­ve­ría cami­nan­do o en una cami­lla. Ese era mi mayor temor».

Blan­ca Izquier­do es el motor inquie­to y afi­la­do de “La Voz Uca­ya­li­na”, un joven medio de comu­ni­ca­ción que des­de hace meses se vie­ne posi­cio­nan­do en las redes socia­les y aca­pa­ran­do cada vez mayo­res lec­to­res de la región y fue­ra de ella. Decir que la ruti­na de Blan­ca y la de su com­pa­ñe­ro de corre­rías, el fotó­gra­fo San­tia­go Roma­ní, era muy inten­sa, podría que­dar corto.

Blan­ca Izquier­do, salien­do a cubrir las muer­tes en ple­na pan­de­mia. Foto: Ibrehaut/​La Mula

Ella recuer­da con cla­ri­dad el esta­do de aler­ta cons­tan­te de esas duras sema­nas de mayo y junio, las carre­ras a dia­rio para cubrir las notas, el des­cu­bri­mien­to coti­diano de cuer­pos en las calles, el horror de las muer­tes de aque­llos que no logra­ban siquie­ra ingre­sar al hos­pi­tal. “El caso de la mujer muer­ta, que ago­ni­zó en una fila de moto­cars sin poder ingre­sar al Hos­pi­tal de Yari­na­co­cha fue cho­can­te. Creo que ahí nos dimos cuen­ta de la impo­ten­cia, del dolor, de la cara más dura de la pandemia”.

Ale­xan­der Shim­pu­kat, Shim­pu para los ami­gos, es uno de los héroes indí­ge­nas loca­les. Él, jun­to con todos sus com­pa­ñe­ros del Coman­do Mati­co, pasa­ron meses sal­van­do vidas con su bon­dad, entre­ga y cono­ci­mien­to tra­di­cio­nal, el que des­ple­ga­ron de mane­ra volun­ta­ria des­de casi el ini­cio de la pan­de­mia en Uca­ya­li. De hecho, el ejem­plo del Coman­do Mati­co fue repli­ca­do e imi­ta­do en varias otras zonas y hace poco fue pre­mia­do por una ope­ra­do­ra de telecomunicaciones.

Ale­xan­der Shim­pu­kat, Shim­pu para los ami­gos, es uno de los héroes indí­ge­nas locales. 

Los rela­tos de los miem­bros del Coman­do Mati­co son de anto­lo­gía. Lue­go de recu­pe­rar­se él mis­mo del COVID, Shim­pu no pudo que­dar­se inmó­vil, vien­do como la enfer­me­dad se expan­día entre su fami­lia, sus ami­gos, entre su gente.

Reu­ni­do con los volun­ta­rios del Coman­do, estu­vie­ron movién­do­se en las madru­ga­das lle­van­do balo­nes de oxí­geno a gen­te en ple­na cri­sis res­pi­ra­to­ria, envian­do car­ga­men­tos de mati­co a sus her­ma­nos y parien­tes en la comu­ni­dad de Can­ta­ga­llo en Lima, mul­ti­pli­cán­do­se en las aten­cio­nes a los indí­ge­nas de los pue­blos jóve­nes y asen­ta­mien­tos de la peri­fe­ria de Pucall­pa, dan­do reco­men­da­cio­nes para la aten­ción case­ra de los casos en la radio.

La pues­ta en valor del cono­ci­mien­to tra­di­cio­nal fue la res­pues­ta fuer­te ante la debi­li­dad de nues­tros sis­te­mas de salud. Y como pasa con los héroes civi­les del Perú, sin reci­bir prác­ti­ca­men­te nin­gún apo­yo for­mal de las auto­ri­da­des regio­na­les, más bien su escep­ti­cis­mo, mini­mi­zan­do su labor.

“Aho­ra ya no tene­mos casi pacien­tes, pero nos esta­mos pre­pa­ran­do. Que­re­mos cre­cer y ser una ins­ti­tu­ción que per­ma­nez­ca más allá de la pan­de­mia, que haga que la medi­ci­na occi­den­tal se una a nues­tros cono­ci­mien­tos tra­di­cio­na­les. Que la gen­te adul­ta recuer­de sus plan­tas y las vuel­va a usar, que los jóve­nes apren­dan lo que los abue­los ense­ña­ban, lo que los sabios de nues­tro pue­blo saben para que no lo olvi­den.” Las refle­xio­nes de Shim­pu tie­nen una mira­da de espe­ran­za en medio de la tra­ge­dia sani­ta­ria que se ha lle­va­do con­si­go a casi 200 shi­pi­bos. “Pero hay gen­te que cree que esto ya ha pasa­do, que no hacen caso. Muchos murie­ron por­que se sen­tían ya fuer­tes, se baña­ron con agua fría, salie­ron a cele­brar, y al des­cui­dar­se, murie­ron al día siguiente”.

Muchos murie­ron por­que se sen­tían ya fuer­tes, se baña­ron con agua fría, salie­ron a cele­brar, y al des­cui­dar­se, murie­ron al día siguiente 

Al momen­to, los ser­vi­cios de emer­gen­cia como el Coman­do Huma­ni­ta­rio, encar­ga­do del reco­jo de cadá­ve­res, ha sido des­ac­ti­va­do ya que el núme­ro de falle­ci­dos sos­pe­cho­sos por COVID se redu­jo de casi 60 por día has­ta ape­nas 4 o 5 casos dia­rios. Las colas de pacien­tes sos­pe­cho­sos de COVID en el hos­pi­tal de Yari­na­co­cha, en el hos­pi­tal de la segu­ri­dad social y los cen­tros de aten­ción extra­or­di­na­ria han des­apa­re­ci­do y los hos­pi­ta­les de cam­pa­ña mon­ta­dos en varios pun­tos de la capi­tal uca­ya­li­na están aho­ra sin pacientes.

Los pre­su­pues­tos de emer­gen­cia para el COVID asig­na­dos a las regio­nes han sido pre­pa­ra­dos para ser inver­ti­dos has­ta diciem­bre del 2020 y aún que­dan algu­nas par­ti­das por inver­tir, pero des­ti­na­das a nece­si­da­des que en este momen­to no exis­ten, como por ejem­plo movi­li­za­ción flu­vial de los equi­pos de emer­gen­cia. Esto, apa­ren­te­men­te, ya no es nece­sa­rio en este momen­to. Los médi­cos comen­tan que la pri­me­ra tor­men­ta ya pasó.

Pero nos repe­ti­mos la pre­gun­ta: ¿habrá una segun­da ola? El caso de Manaos, en Bra­sil, que según algu­nos estu­dios alcan­zó un nivel de con­ta­gio de casi el 52% de su pobla­ción hizo sur­gir la espe­ran­za de que la segun­da ola no lle­ga­ría a suceder.

Efec­ti­va­men­te, lo que se pen­sa­ba has­ta ese momen­to es que la inmu­ni­dad de reba­ño, es decir, la inmu­ni­dad de una pobla­ción ante una enfer­me­dad al no haber prác­ti­ca­men­te nue­vos indi­vi­duos pro­pen­sos a ser infec­ta­dos había con­ju­ra­do la ame­na­za. Para agos­to algu­nos cal­cu­la­ban que el 66% de la pobla­ción se había contagiado.

Lo ines­pe­ra­do es que tan solo unas sema­nas des­pués, para fina­les de agos­to, el con­teo de per­so­nas con anti­cuer­pos ante la COVID dis­mi­nu­yó a casi el 30%, por lo que algu­nas alar­mas se encendieron.

Efec­ti­va­men­te, para el 29 de sep­tiem­bre, una sema­na des­pués de la publi­ca­ción de este hallaz­go, Manaos regis­tró más de 1600 nue­vos casos, muy cer­ca de las cifras que se regis­tra­ron en el pri­mer pico de infecciones.

si se die­ra una segun­da ola en Uca­ya­li, los resul­ta­dos podrían ser desastrosos 

Según nos mani­fies­ta Blan­ca Izquier­do, si se die­ra una segun­da ola en Uca­ya­li, los resul­ta­dos podrían ser desas­tro­sos. Recien­te­men­te, fun­cio­na­rios de la DIRESA Uca­ya­li han indi­ca­do que todo el pre­su­pues­to des­ti­na­do a COVID se está redi­rec­cio­nan­do a com­ba­tir el den­gue que, como ya hemos expre­sa­do, ata­ca sin pie­dad tam­bién a la pobla­ción uca­ya­li­na. “Si hace­mos una com­pa­ra­ción entre los paí­ses del pri­mer mun­do y el Perú, como ellos están reto­man­do estas medi­das drás­ti­cas… y vemos como acá la gen­te pien­sa que ya ven­ci­mos al COVID, que la enfer­me­dad ya des­apa­re­ció… cómo baja­mos la guar­dia… no quie­ro ima­gi­nar­me si esa segun­da ola lle­ga­ra al Perú. Qui­zá con mayor con­ten­ción, pero sería desastroso”.

Los miem­bros del coman­do mati­co. Foto: Ibrehaut/​La Mula

Aun cuan­do las pos­tas y ser­vi­cios de salud rura­les han apren­di­do a iden­ti­fi­car la enfer­me­dad y han desa­rro­lla­do pro­to­co­los para la aten­ción más opor­tu­na, no se ha mejo­ra­do sus­tan­cial­men­te los medios para mejo­rar la aten­ción de la pobla­ción rural. “Aun nos hacen fal­ta botes para lle­gar a las loca­li­da­des ale­ja­das”, seña­la Cris­ti­na Bejarano.

En Uca­ya­li, no está cla­ro has­ta cuán­do se podrán man­te­ner los lla­ma­dos PIAS aéreos, es decir, la inver­sión en el alqui­ler de heli­cóp­te­ros para lle­gar a las loca­li­da­des más ais­la­das de la región.

A nivel de la asis­ten­cia social para afron­tar un poten­cial perio­do de dis­tan­cia­mien­to social obli­ga­to­rio, no es secre­to que los meca­nis­mos de dis­tri­bu­ción de los bonos socia­les no han mejo­ra­do. Es más, las denun­cias res­pec­to a deli­tos ciber­né­ti­cos, con el robo sis­te­má­ti­cos de los bonos des­ti­na­dos a la pobla­ción de mayor nece­si­dad se ha repor­ta­do en nume­ro­sas localidades.

El pano­ra­ma ante una segun­da ola es incier­to, pero aho­ra tene­mos el tiem­po y algu­na expe­rien­cia para poder pre­pa­rar­nos ante lo que, sien­do rea­lis­tas, ya nos está advir­tien­do la cien­cia. Nun­ca antes fue tan nece­sa­rio recor­dar que es mejor pre­ve­nir que lamentar.


*Ivan Brehaut es via­je­ro, no turis­ta. Via­jo por el Perú, escri­bo sobre lo que veo y apren­do. Foto­gra­fia, natu­ra­le­za y humanidad.

—-
Fuen­te: Publi­ca­do en Ibrehaut el 2 de noviem­bre de 2020: https://​bit​.ly/​3​k​R​Q​0XH

FUENTE: SERVINDI

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *