Por Roberto Malaver. Resumen Latinoamericano, 8 de noviembre de 2020.
Después de haber militado en la oposición, Fred Mendoza Zuloaga hace una especie de memoria y cuenta de lo que ha sido esa militancia, y descubre que ha confiado en gente que son verdaderos delincuentes.
Ocurre que te acabas de enterar por la rueda de prensa que dio Jorge Rodríguez, que nuevamente la oposición lo acaba de hacer, la gente que tú has venido defendiendo desde que un día se te ocurrió salir a votar por Henrique Capriles, porque ya está bueno ya, basta de chavismo. Y no ganó Capriles y tú no saliste a descargar tu arrechera porque tú crees en los votos, en la democracia, porque eso te lo enseñaron tus padres.
Hijo, como decía Churchill, “la democracia es el menos malo de todos los sistemas pero es el mejor”. Y has venido anotando las cosas que has venido apoyando desde lejos, eso sí, porque ni de vaina que saliste a guarimbear para ver si te pasaba una vaina. Y te anotaste tuiteando y retuiteando todo lo que decían a favor de aquella cosa que Leopoldo López llamó La salida y se convirtió en una verdadera entrada al mundo de lo espantoso. Gente muerta. Gente quemada. Escuelas de niños atacadas y autobuses y paradas de metros destrozadas y tú, sin embargo, seguías apoyando aquello, porque el mejor sistema es la democracia, pero esa no era la manera de llegar a ella.
Y con aquellas guarimbas, el este de Caracas se convirtió en un infierno. Todos los días malandros, porque eran malandros, cerraban las urbanizaciones y empezaron a cobrar peaje, y tú te enteraste que les llevaban comidas y les pagaban, y ellos allí, haciéndole la vida imposible al caraqueño. Hasta que Maduro llamó a elecciones para la constituyente, y tú gente evitó que sus vecinos salieran a votar porque los amenazaron, y hubo que ir a votar al poliedro de Caracas y esa vaina no se te olvida, y solo así llegó la paz y llegó la Constituyente.
Y entonces llegaron las elecciones del 20 de mayo, y tú no votaste, porque claro, esas elecciones, que cumplían con la Constitución, son ilegales, porque la gente que tú seguías dijo que no valía la pena participar. Y allí participó Henri Falcón, pero ese era un candidato chavista, que estaba allí para darle legalidad a esas elecciones, lo mismo pasaba con el candidato Bertucci, que seguramente le pagaron para que participara con su grupo evangélico, así te decían y así le creías a esa gente que venias apoyando desde aquel día. Y ganó Maduro, y desde un primer momento tú comenzaste a decir por twitter que no eran legales esas elecciones porque así lo decía tu gente.
Ya antes, el Consejo Nacional Electoral, ese al que tú, junto a toda la gente que apoyas, decía que también estaba vendido, pero sin embargo las elecciones a la Asamblea Nacional del 2015 las ganó tu gente, y saliste, por fin a celebrar. A pesar de que no comprendías cómo ese CNE, que estaba vendido a favor del régimen, les había dado la victoria. Y lo primero que hizo el presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, fue ponerle un plazo de vida política a Nicolás Maduro, seis meses le dijo que le quedaban de vida política, y lo declararon incompetente para gobernar. Y Maduro sigue allí.
También hubo elecciones a gobernadores y tu gente no participó y también estuviste de acuerdo con no participar. Sin embargo, el mismo CNE que estaba vendido y entregado al régimen, como decía y repetía la gente en la que tú has venido creyendo, dijo que la gente de la oposición había ganado cinco gobernaciones. Candidatos adecos que según Ramos Allup serían expulsados del partido por participar en las elecciones, ganaron cuatro gobernaciones. Pero después el gobernador electo por el estado Zulia, Juan Carlos Guanipa, dijo que no se juramentaba ante el presidente Maduro porque era ilegal, y entonces hubo que hacer otras elecciones, y ahora el gobernador es chavista por esa manera inteligente que tiene la oposición de hacer política.
Así es la gente decente y pensante de este país, como se autocalifican. Y tú seguías allí. Apoyando y defendiendo a tu gente. Porque esa gente es profesional. Y sabe gerenciar, y el país necesita gerencia, no improvisación. Y tú seguías allí. Hasta que salió Ramos Allup de la presidencia de la Asamblea y entró Julio Borges, porque habían firmado un acuerdo para rotarse la presidencia, y ahora le tocaba a él. Y solo se volvió a pedir la salida de Maduro a como diera lugar. Y después vino como presidente Omar Barboza y más tarde llegó Juan Guaidó. Y aquí te detienes, porque no puedes creer todo el montón de vainas que han pasado.
Te tomas un Armañac, de la botella que te trajiste de París en el último viaje. Ves las cosas que has anotado y sabes que te faltan algunas, pero no quieres volver atrás porque no tienes ganas de seguir investigando la suciedad en la que te has metido. Y entonces sigues.
Con Guaidó vino lo que nunca te habías imaginado. Su autoproclamación como presidente. Una vaina que no está contemplado en ningún artículo de la Constitución. Y vino el apoyo de la Unión Europea. Y de otros países que fueron amenazados por Trump para que lo reconocieran. También vino una cosa que se inventaron que se llamó el Grupo de Lima y claro, ahora lo sabes, detrás de todo eso estaba y está, el señor Trump y su gobierno. Y vino el nombramiento de embajadores. Y Calderón Berti denunció corrupción en Colombia, y habló de una tal Rosana y un tal Kevin, pero el botado fue él. Y nombraron una tal Phells como embajadora en Inglaterra, que quiere entregar el Esequibo a cambio del apoyo para salir de Maduro, y Carlos Vecchio como embajador en Estados Unidos y allá está con todos los dólares del mundo. Y a Julio Borges como canciller. Y en fin.
Y Vino la solicitud de ayuda humanitaria porque los venezolanos se estaban muriendo. Y vino el concierto en Cúcuta: Venezuela Aid Live. Así lo llamaron. Y allí una gran cantidad de artistas apoyaron la libertad y la democracia en Venezuela. Después supiste que todo era un negocio. Y que se esperaba que los militares venezolanos asumieran su participación, pero solo se acercaron unos saldados que luego se arrepintieron porque no les pagaron lo que les prometieron. Y la recaudación del concierto se la robaron, y hasta el mismo organizador del concierto, Richard Branson, al poco tiempo estaba pidiendo un préstamo porque su empresa iba a quebrar.
Y se supo además que diputados que tú defendías, se fueron de putas en Cúcuta, allí murió un primo de uno de esos diputados, y más tarde supiste que para llegar a ese concierto, tu presidente encargado, Juan Guaidó, viajó por la frontera gracias a la banda paramilitar los Rastrojos, y salieron unas fotos donde él aparecía abrazado con ellos, pero eso no importaba, lo único que importaba era salir de Maduro.
Y el golpe del 30 de abril fue un mal chiste. El golpe platanero, lo llamaron. Una mala jugada. Tú, que has creído siempre en la democracia, y viste que allí lo menos que había era eso. Leopoldo López se fue a la embajada de Chile, pero recordó que allí estaba Freddy Guevara y dijo ni de vaina, y entonces se fue a la de España después de aquella vergüenza fascista. Y ahora se fuga y llega a España declarándose el Mandela venezolano, dando a entender que no sabe quién es Mandela, quien estuvo perseguido y en la lista negra de los Gobiernos de Estados Unidos, precisamente por ser un luchador a favor de las mayorías. Y por allí hay fotos con Fidel Castro, y parece que él no las ha visto, pero en fin. Esa es otra vaina.
Pero ahora pasa esto. Roland Carreño lo cuenta todo. Y muestran, además, los mensajes de whasat, y tú ahora sí empiezas a creer, porque a ti, como le dijo Jaime Lusinchi al periodista Luis Guillermo García cuando denunció a Marcel Granier, a ti no te joden. Ahora sí, te dijiste, ya está bueno ya, como decía una campaña del Movimiento al Socialismo, pero no importa. No respetaron ni el nombre de Simón Bolívar, y se robaron los fondos de la Fundación que había sido creada por Citgo para ayudas sociales. También se robaron Citgo y Monómeros. Y el oro venezolano. Y pidieron sanciones, y siguen pidiendo más sanciones para el pueblo venezolano, porque ellos la están pasando muy bien.
Recuerdas que tu padre te hablaba del exilio de Rómulo Betancourt, de Rafael Caldera, de Jóvito Villalba, de Gustavo Machado, esa gente salió a luchar y a sobrevivir fuera del país, en cambio estos salen y llegan a vivir como reyes en mansiones y a dar órdenes desde allá. Allí están Julio Borges, y Antonio Ledezma y ahora Leopoldo López, y en Estados Unidos está Carlos Vecchio, que ha sido el socio para que toda ésta suciedad marche.
Te tomas otro trago de Armañac, y te dices:
-Se jodieron, el 6 de diciembre yo salgo a votar, porque sigo creyendo en la democracia.
Fuente: Con el mazo dando