Resumen Latinoamericano , 3 de diciembre de 2020
Desde la Universidad Trashumante expresaron su preocupación por la instalación en nuestro país de las megafactorias de chanchos con financiamiento chino. «El proyecto comenzó con el Gobierno Nacional comprometiéndose con China en la creaciónde mega factorías en territorio nacional. Otra vez Felipe Solá, quien en los 90, siendosecretario de agricultura del menemato, abriera las puertas de nuestro país a la sojatransgénica y sus cancerígenos venenos. Ahora, como canciller, está abriendo la puerta alos chanchos para China».
Desde la Universidad Trashumante expresaron su preocupación por la instalación en nuestro país de las megafactorias de chanchos con financiamiento chino.
«El mundo padece la mayor pandemia de la historia; mientras los estudios medianamente serios, y los seres más o menos pensantes, comprenden que el origen y la propagación de este virus está íntimamente relacionado con un modelo de producción mercenario. Los políticos argentinos lo saben y lo fomentan.
El arribo a nuestro país de las megafactorias de chanchos con financiamiento chino, es un nuevo capítulo en la vieja historia latinoamericana de venas abiertas. Entregar la sangre a cambio de nada» expresaron.
En cuanto a las responsabilidades de los políticos señalaron el posicionamiento del gobernador de Chaco, Jore Capitanich «pareciera rememorar la campaña del desierto verde, prometiendo progreso donde para él “no hay nada”. En la jerga extractivista-mercenaria, “nada” quiere decir pueblos originarios, campesinos y monte. Todo un estorbo para el progreso, para las inversiones, para la civilización”.
Ademas de Capitanich la lista de gobernadores dispuestos a aplicar el modelo de megafactorías es larga: Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, La Pampa, Entre Ríos, Jujuy son ofrecidas cual ganado en La Rural.
«El proyecto comenzó con el Gobierno Nacional comprometiéndose con China en la creación de mega factorías en territorio nacional. Otra vez Felipe Solá, quien en los 90, siendo secretario de agricultura del menemato, abriera las puertas de nuestro país a la soja transgénica y sus cancerígenos venenos. Ahora, como canciller, está abriendo la puerta a los chanchos para China» recordaron.
Sin embargo a pesar de los intentos gubernamentales de permitir el arribo de las megafactorías el rechazo generalizado de las organizaciones ambientalistas, sociales y políticas se hizo sentir.
«Estos megaproyectos vienen a profundizar el extractivismo en una manera exponencial, porque ya no solo necesitan desmontar tierras para instalar las plantaciones transgénicas (maíz y soja), sino que también necesitan tierra para la infraestructura, y una de las cosas más preciadas en territorios campesinos, originarios y de nuestras ciudades: el agua, muchísimos litros de agua. Además de la expulsión de los habitantes, en su mayoría nativos de esos territorios, quienes serán desplazados por falta del trabajo que venían desarrollando (cría artesanal de cerdos, cabritos, gallinas), y por la explotación dentro de los criaderos a la que estarán sometidos, ya que se trata de una industria mayormente mecanizada» manifestaron.
«Las megafactorias no son solo una amenaza para quienes convivan con ellas en sus territorios, sino también para quienes habitan en las ciudades y pueblos. No solo por el descomunal consumo de la ya escasa agua potable, y la consecuente contaminación de acuíferos, arroyos y ríos, sino también por la proliferación de agentes patógenos (virus ybacterias) que en ellas se reproducen, mutan y saltan a hospedarse en otros animales y personas. Las fábricas de chanchos fabrican pandemias. Desde la Universidad Trashumante manifestamos nuestra urgente preocupación por la profundización de esta política mercenaria. Ratificamos nuestro rotundo rechazo a la devastación de nuestros territorios, nuestros pueblos y nuestro futuro. Los invitamos a encontrarnos en la construcción de nuevas formas de resistencias y saludamos amorosamente a todas aquellas que, desde distintos rincones del país, se levantan endefensa irrestricta de la vida» concluyeron.
Fuente: AnRed