Por Natalí Risso, Resumen Latinoamericano 29 de diciembre de 2020
El gobierno de Bolivia promulgó la ley votada por el Congreso. El gravamen es anual para residentes en Bolivia, incluso extranjeros, con bienes superiores a los 4,3 millones de dólares. Alcanza apenas a 152 millonarios.
«Para la redistribución de la riqueza en Bolivia promulgamos la Ley de Impuesto a las Grandes Fortunas, que se aplicará a quienes poseen un patrimonio superior a 30 millones de bolivianos. El impuesto alcanzará apenas a 152 personas. El beneficio llegará a miles de familias bolivianas». De esta manera comunicaba Luis Arce, presidente de Bolivia, la promulgación de la norma que había votado una semana antes el Congreso. El impuesto será anual y permanente para residentes en Bolivia, incluso extranjeros, con bienes, depósitos y valores que tengan en el país y en el exterior superiores a los 4,3 millones de dólares al 31 de diciembre del 2020.
La norma fija un tributo variable con alícuotas inferiores a las aplicadas en el aporte por única vez que deberán realizar los millonarios en Argentina (de entre 2 y 3,5 por ciento dependiendo el patrimonio). El Estado boliviano cobrará 1,4 por ciento para personas con riquezas de entre 30 y 40 millones de bolivianos (de 4,3 a 5,7 millones de dólares), 1,9 por ciento a aquellos que posean un patrimonio de entre 40 y 50 millones (de 5,7 millones a 7,2 millones de dólares) y 2,4 por ciento para fortunas mayores. Apunta a constituir un sistema de impuestos progresivo en el que «los que tienen más tributan más y los que tienen menos tributan menos», explicó Arce.
Uno de los puntos que el Ejecutivo tomó de los futuros millonarios tributados fue respetar que el mismo sea de carácter confidencial. El Ministerio de Economía de Bolivia calculó que se recaudarán alrededor de 110 millones de bolivianos, más de 14,5 millones de dólares.
Durante la misma jornada, Arce promulgó también la Ley del Presupuesto General del Estado 2021, que proyecta un crecimiento de la economía de 4,8 por ciento, y el Régimen de Reintegro en Efectivo del IVA, una ley que dispone la devolución del 5 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a todos los contribuyentes que perciban un salario menor a los 1.293 dólares mensuales. Durante el acto en el que comunicó las firmas, señaló que las tres leyes tienen el objetivo de «consolidar nuestro modelo económico, social, comunitario y productivo, por una parte; y contribuir al desmontaje del modelo neoliberal que se intentó durante once meses en nuestro país».
El proyecto impulsado por el flamante presidente forma parte de una de sus promesas electorales más inmediatas: entregar una ayuda estatal a más de un tercio de la población (el Bono contra el Hambre), implantar un impuesto a las grandes fortunas y comenzar la investigación y sanción de los supuestos delitos represivos del gobierno interino de Jeanine Áñez.
De esta manera, Bolivia se convierte en el segundo país de América latina (después de Argentina) en sancionar este aporte. Dentro de las propuestas extraordinarias que están en discusión se destacan las de Brasil, Perú, Chile y Ecuador. En Brasil hay cuatro proyectos presentados en el Senado; uno de la oposición plantea tributar con una alícuota de 2,5 por ciento a patrimonios por encima de los 50 millones de reales. En Perú un partido con presencia en el Congreso propuso que las personas físicas y jurídicas que facturen más de un millón de soles por año paguen un impuesto solidario de 1 por ciento y que ascienda hasta 3 por ciento cuando se superen los 50 millones de solas. En Chile la diputada Camila Vallejo presentará en el Congreso una propuesta realizada por el Partido Comunista. Consistirá en un impuesto a la riqueza dirigido al 1 por ciento más rico del país, con una tasa anual del 2 por ciento, que se cobrará hasta que la distribución de la riqueza sea, medida por el Gini, del 0,25, dado que estiman que el 1 por ciento de la población concentra el 30 por ciento de la riqueza. En Ecuador el sector alineado a Rafael Correa empuja la iniciativa, aunque en este país la única persona que tiene atribución legislativa para definir en cuestiones tributarias es el presidente, en este caso Lenín Moreno.
Del otro lado del Atlántico también hay multiplicidad de proyectos en distintos países y al menos tres que cobran un tributo. Alemania cobra el «impuesto solidario» que tributa una sobretasa de 5,5 por ciento a los mayores patrimonios; España el impuesto a las grandes fortunas y Francia un «impuesto excepcional» con alícuotas entre 3 y 4 por ciento a patrimonios de más de 250.000 euros.