Resumen Latinoamericano, 11 de diciembre de 2020.
Eran aproximadamente las 2 de la mañana, Romina estaba durmiendo junto a su hija menor de 7 años, mientras la mayor de 13 dormía en su pieza. De pronto sintió unos ruidos en el exterior, confirmados por su perrita que comenzó a ladrar. “Me levanté para revisar qué ocurría y abrí la puerta, allí lo vi a él, a mi ex pareja, quien se estaba pasando por arriba la reja para ingresar a mi domicilio”.El agresor continuaba gritando y pateando la puerta del domicilio de Romina, hasta que con uno o dos golpes más, partió la puerta a la mitad e ingresó al hogar de su víctima. “Lo primero que hizo fue darle una cachetada a mi hija y de un solo golpe la tiró al suelo, en ese momento yo no era consciente del cuchillo que él traía consigo”
El agresor se dirigió hacia Romina decidido a darle una estocada en el pecho, pero ella en su instinto de sobrevivencia puso sus manos frente al filo del cuchillo “No sé cómo se lo pude quitar, no sentí tampoco cuando mis dedos se cortaron, pero mientras yo lo tenía en la mano él tiró fuerte del cuchillo” El agresor, al ver la sangre provocada por el corte en la mano de Romina, se quedó en pausa por unos segundos, momento en que la víctima lanza el cuchillo por la ventana del baño, instante en que el victimario inicia nuevamente los golpes hacia su víctima. “Lo único que hacía era pegarme, no paraba a pesar de que yo estaba sangrando, no tuvo piedad, yo le pedía perdón para que parara”Actualmente el agresor se encuentra con orden de arresto, sin embargo se desconoce su paradero, situación que mantiene a Romina y sus hijas bajo temor constante de reencontrarse con su victimario, quien le dijo esa noche que iba para matarla “me da miedo que vuelva, me da miedo que termine lo que empezó, porque él quería matarme”.