Por Tomás García Laviana*, Resumen Latinoamericano, 1 de diciembre de 2020.
El comandante Uriel, mantendrá un vínculo vivencial con el interlocutor, permanecerá comprometido y asumiendo la batalla de ideas, unido con quienes levanta su grito ante la injusticia, como gesto rebelde, anhelante de vida digna, porque desde ahora soñamos en grande.
Como lo soñó hace más de cuarenta años Juan Manuel Sánchez Gordillo alcalde de Marinaleda (España), esta comunidad es un ejemplo a seguir para millones de jornaleros y trabajadores en todo el mundo, en Marinaleda existe la utopía; ni una familia sin techo, ni una persona sin pan.
Como lo soñaron las Zapatistas del EZLN en México, movimiento que se proclamó feminista, antipatriarcal y anticapitalistas, en ese territorio rebelde no existen feminicidios ni desaparecidas, en un país donde se registran once feminicidios diarios [1]. Sí existe la utopía.
Uriel guiado por el amor eficaz, heredado de Camilo el sacerdote, que se expresa en la cotidianidad de la vida junto a las comunidades en la lucha en defensa de sus territorios, sus culturas y autonomías.
El mensaje de Uriel es, ante las adversidades hay que templarse de valor, de dignidad y lucha, en las calles, en los barrios, en las universidades, en las redes sociales, en las veredas, en cada rincón.
Sí, querido Uriel, tu voz traspasó fronteras y esa es la rabia de la bestia dominante y la derrota del “señor molusco, caballero lapa”, tu voz revive con mayor fuerza en la Patria Grande.
Entre todas y todos estás.
Hermano Uriel, el pasado 30 de octubre te vi en el barrio Santa Librada de la localidad de Engativá (Bogotá), caminabas junto a la niña, la de camisa rosada, falda negra y tenis blancos, la del colchoncito en su hombro izquierdo, la desalojada con su familia que se dedica al reciclaje. Caminabas firme comandante, haciéndole frente a la violencia estatal, irreverente ante la insensibilidad social, ¡hipócritas! los que callan ante estas injusticias.
Allí se escucha tu voz viva con la consigna ¡JURAMOS VENCER! en coherencia con tu afirmación “no somos infiltrados de la guerrilla en un barrio, somos pobladores barriales guerrilleros”.
A todos los amigos, artistas, periodistas, feministas, anarquistas, parceros, comunidad LGTBI, organizaciones hermanas revolucionarias nacionales e internacionales, agradecemos su complicidad solidaria y fraternidad ante la siembra del comandante Uriel.
Sus muestras de afecto reafirman nuestro consiga, ¡siempre junto al pueblo!
Esa cadena de afectos me inspiró para crear esta obra que titulé ´Somos la gente que deja huella´ dedicada a todas las rebeliones del mundo y en especial para las hijas e hijos del comandante Uriel, para los presos políticos y sus compañeros de lucha cotidiana en el Frente de Guerra Omar Gómez.
En el siguiente enlace descargue: ´Somos la gente que deja huella´ https://bit.ly/3jRdlaV, compártela a la gente que lucha con el corazón.
Al “señor molusco, caballero lapa” le seguiremos cantando la de Calle-13 “Nos duplicamos, como las células nos multiplicamos, el que no quiere caldo se le dan dos tasas, somos la levadura que levanta la masa”.
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[1] Día de Muertas #NiUnaMás #NiUnaMenos, e‑consulta, 2-10-2020. https://bit.ly/3kTJQX4
[2] Hombre que mira al tira que lo sigue, Mario Benedetti. https://bit.ly/3ejsGQe
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*Tomás García Laviana. Flâneur del arte audiovisual, amateur de la fotografía documental e insurgente del Ejército de Liberación