El Salvador. El fracaso de la reforma agraria fue un patrocinio de los sindicatos estadounidenses

El Sal­va­dor. El fra­ca­so de la refor­ma agra­ria fue un patro­ci­nio de los sin­di­ca­tos estadounidenses

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Por Jeff Schuhr­ke. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de diciem­bre de 2020.

La refor­ma agra­ria sal­va­do­re­ña, abra­za­da por Artu­ro Arman­do Moli­na en la déca­da de los 70 y sofo­ca­da por Are­na a fina­les de los 80, fue el gran fra­ca­so de orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les esta­dou­ni­den­ses que pre­ten­dían echar a andar una polí­ti­ca de repar­ti­ción de tie­rras en la zona rural que soca­va­ra los movi­mien­tos izquier­dis­tas. No solo falla­ron en su inten­to por aho­gar la insur­gen­cia, sino que tam­po­co logra­ron su come­ti­do de crear una prós­pe­ra cla­se de peque­ños agricultores.

En un nue­vo artícu­lo titu­la­do La Refor­ma Agra­ria y la Gue­rra fría de la AFL-CIO en El Sal­va­dor, recien­te­men­te publi­ca­do en la revis­ta Diplo­ma­tic His­tory, ras­treo el esfuer­zo de 20 años rea­li­za­do por el movi­mien­to sin­di­cal esta­dou­ni­den­se, en cola­bo­ra­ción con los gobier­nos de Esta­dos Uni­dos y El Sal­va­dor, para que­bran­tar a la izquier­da en las zonas rura­les del país.

Duran­te la Gue­rra Fría, líde­res sin­di­ca­les esta­dou­ni­den­ses de la Fede­ra­ción Ame­ri­ca­na del Tra­ba­jo-Con­gre­so de Orga­ni­za­cio­nes Indus­tria­les (AFL-CIO, por sus siglas en inglés) prio­ri­za­ron el com­ba­te a la supues­ta ame­na­za que el comu­nis­mo plan­tea­ba para la demo­cra­cia en lugar de com­ba­tir el poder del capi­tal sobre los tra­ba­ja­do­res. Con dece­nas de millo­nes de dóla­res de la Agen­cia de los Esta­dos Uni­dos para el Desa­rro­llo Inter­na­cio­nal, la AFL-CIO pre­vino que los tra­ba­ja­do­res y cam­pe­si­nos lati­no­ame­ri­ca­nos abra­za­ran las polí­ti­cas de izquier­da del Ins­ti­tu­to Ame­ri­cano para el Desa­rro­llo del Sin­di­ca­lis­mo Libre (IADSL). En El Sal­va­dor, el IADSL tra­tó de cons­truir un movi­mien­to cam­pe­sino con­ser­va­dor y pro­mo­ver una refor­ma agra­ria no radi­cal en las déca­das de 1960 a 1980.

La mayo­ría de los estu­dios exis­ten­tes sobre las acti­vi­da­des extran­je­ras de la AFL-CIO y el IADSL se enfo­can exclu­si­va­men­te en sus inten­tos por mani­pu­lar los sin­di­ca­tos urba­nos e indus­tria­les en Amé­ri­ca Lati­na. Poco se ha escri­to sobre las fre­cuen­tes acti­vi­da­des del IADSL en las zonas rura­les y sus inter­ven­cio­nes entre los cam­pe­si­nos. Es más, las his­to­rias del falli­do pro­gra­ma de refor­ma agra­ria en El Sal­va­dor duran­te la gue­rra civil han ten­di­do a hacer solo una bre­ve men­ción del papel del IADSL.

Apo­ya­do en los archi­vos de la AFL-CIO y del IADSL, así como en docu­men­tos rela­cio­na­dos a los movi­mien­tos cam­pe­si­nos res­guar­da­dos en el Cen­tro de Infor­ma­ción, Docu­men­ta­ción y Apo­yo a la Inves­ti­ga­ción (CIDAI) de la Uni­ver­si­dad Cen­tro­ame­ri­ca­na “José Simeón Cañas” de El Sal­va­dor, mi artícu­lo pro­fun­di­za en la his­to­ria no con­ta­da de cómo el movi­mien­to sin­di­cal esta­dou­ni­den­se inten­tó diri­gir la refor­ma agra­ria en El Salvador. 

En la déca­da de 1960 los gobier­nos del Par­ti­do de Con­ci­lia­ción Nacio­nal die­ron la bien­ve­ni­da a El Sal­va­dor al IADSL, que era el com­po­nen­te sin­di­cal de la Alian­za para el Pro­gre­so, la ini­cia­ti­va anti­co­mu­nis­ta del pre­si­den­te John F. Ken­nedy para fomen­tar el desa­rro­llo. Des­pués de sos­te­ner una serie de capa­ci­ta­cio­nes de lide­raz­go para cam­pe­si­nos y finan­ciar pro­yec­tos rura­les de desa­rro­llo en peque­ña esca­la, el IADSL fue fun­da­men­tal en la crea­ción de una orga­ni­za­ción cam­pe­si­na en 1969 –la Unión Comu­nal Sal­va­do­re­ña (UCS).

Mien­tras que otras orga­ni­za­cio­nes cam­pe­si­nas fue­ron blan­co de la repre­sión vio­len­ta del gobierno sal­va­do­re­ño, la UCS fue reco­no­ci­da y tole­ra­da por su orien­ta­ción polí­ti­ca mode­ra­da y su cer­ca­na rela­ción con los Esta­dos Uni­dos. Sin embar­go, a ini­cios de la déca­da de 1970, la oli­gar­quía sal­va­do­re­ña creía que la UCS, que con­ti­nua­ba sien­do finan­cia­da y apo­ya­da por el IADSL, esta­ba vol­vién­do­se “dema­sia­do entu­sias­ta”, ya que for­mó coope­ra­ti­vas de pro­duc­to­res y defen­dió los dere­chos de los inqui­li­nos des­alo­ja­dos. Bajo la pre­sión de las éli­tes terra­te­nien­tes y los ofi­cia­les mili­ta­res de extre­ma dere­cha, el gobierno del pre­si­den­te Artu­ro Arman­do Moli­na expul­só al IADSL de El Sal­va­dor en 1973, acu­san­do a la orga­ni­za­ción sin­di­cal esta­dou­ni­den­se de haber­se con­ver­ti­do en “una into­le­ra­ble intro­mi­sión” en los asun­tos rura­les de la nación.

A pesar de que el IADSL ya no esta­ba en el país, la UCS con­ti­nuó ope­ran­do y cre­cien­do bajo la pro­tec­ción de la emba­ja­da ame­ri­ca­na, has­ta tener alre­de­dor de 100 000 miem­bros. Mien­tras que una insur­gen­cia de izquier­da con­tra el gobierno oli­gár­qui­co mili­tar empe­za­ba a cimen­tar­se, los líde­res de la UCS tra­ba­ja­ron con Artu­ro Arman­do Moli­na para tra­tar de reu­nir el apo­yo popu­lar para un modes­to inten­to de refor­ma agra­ria en 1975. Ridi­cu­li­za­da por la izquier­da como un mero sim­bo­lis­mo y por la dere­cha como “comu­nis­mo”, la refor­ma agra­ria de Moli­na logró poco más que esta­ble­cer una nue­va agen­cia guber­na­men­tal, el Ins­ti­tu­to Sal­va­do­re­ño de Trans­for­ma­ción Agra­ria (ISTA).

Para julio de 1979, con el Par­ti­do de Con­ci­lia­ción Nacio­nal per­dien­do su posi­ción en el poder mien­tras la rebe­lión popu­lar cre­cía, el gobierno sal­va­do­re­ño estu­vo de acuer­do con per­mi­tir el regre­so del IADSL al país con la espe­ran­za de ganar­se la sim­pa­tía de la emba­ja­da ame­ri­ca­na. Pero era dema­sia­do tar­de para el régi­men. Solo unos meses des­pués fue derro­ca­do por una Jun­ta cívi­co-mili­tar que incluía al Par­ti­do Demó­cra­ta Cris­tiano que asu­mió el con­trol de la nación a ini­cios de 1980. Esta mis­ma Jun­ta bus­có al IADSL y la UCS para ayu­dar­les a pla­near e imple­men­tar un pro­gra­ma de refor­ma agra­ria de alto per­fil. El obje­ti­vo de la refor­ma no era la trans­for­ma­ción fun­da­men­tal de las rela­cio­nes de poder rura­les en El Sal­va­dor, sino tra­tar de des­viar el apo­yo cam­pe­sino de la insur­gen­cia izquierdista.

El líder de la UCS, José Rodol­fo Vie­ra, fue nom­bra­do pre­si­den­te del ISTA. El IADSL tra­jo a Roy Pros­ter­man, un exper­to esta­dou­ni­den­se en refor­ma agra­ria como medi­da con­tra­in­sur­gen­te, para ase­so­rar a Vie­ra. Siguien­do los linea­mien­tos de Pros­ter­man, la jun­ta apro­bó la Ley Bási­ca sobre Refor­ma Agra­ria en mar­zo de 1980, la cual fue dise­ña­da para expro­piar los terre­nos más gran­des del país y entre­gár­se­los a coope­ra­ti­vas mane­ja­das por cam­pe­si­nos. A estas accio­nes le siguió, un mes des­pués, una Ley de “tie­rra para el labra­dor”, esbo­za­da por Pros­ter­man mis­mo, la cual bus­ca­ba trans­fe­rir la pro­pie­dad de peque­ñas par­ce­las de tie­rra a los cam­pe­si­nos que la alqui­la­ban. Con fon­dos del IADSL, la UCS con­tra­tó a 400 cam­pe­si­nos que sir­vie­ron como “pro­mo­to­res”, des­ple­gán­do­se por todo el cam­po para infor­mar a los tra­ba­ja­do­res rura­les de la Ley “tie­rra para el labrador”. 

La Jun­ta acom­pa­ñó la refor­ma agra­ria con un repre­si­vo esta­do de sitio, en el que se envia­ron las fuer­zas de segu­ri­dad al cam­po para cazar y ase­si­nar sos­pe­cho­sos de ser “sub­ver­si­vos”. Aun­que según el IADSL la refor­ma agra­ria pre­ten­día debi­li­tar a la izquier­da, la dere­cha sal­va­do­re­ña se rehu­só a tole­rar inclu­so esta refor­ma de facha­da. En enero de 1981, Vie­ra y dos de los miem­bros emplea­dos esta­dou­ni­den­se del IADSL fue­ron ase­si­na­dos por órde­nes de ofi­cia­les mili­ta­res de la dere­cha cuan­do se reu­nie­ron para tomar café en el Hotel She­ra­ton en San Sal­va­dor. Los ase­si­na­tos, que impac­ta­ron a la AFL-CIO, sim­bo­li­za­ron la extre­ma hos­ti­li­dad que los dere­chis­tas escon­dían con­tra del IADSL, a pesar de su misión contrainsurgente.

Por­ta­da de El Dia­rio de Hoy del 7 de mar­zo de 1980, día en que la Jun­ta de Gobierno pre­sen­tó su pro­pues­ta de refor­ma agraria

Gra­cias a la pre­sión polí­ti­ca del par­ti­do de dere­cha Alian­za Repu­bli­ca­na Nacio­na­lis­ta (Are­na), com­bi­na­da con los ase­si­na­tos de los escua­dro­nes de la muer­te con­tra los miem­bros de la UCS en el cam­po, la fase más cru­cial de la refor­ma ‑que hubie­ra expro­pia­do pro­pie­da­des media­nas en las regio­nes cafe­ta­le­ras de El Sal­va­dor- nun­ca fue imple­men­ta­da. La insur­gen­cia que el IADSL ini­cial­men­te había tra­ta­do de soca­var solo se for­ta­le­ció con la for­ma­ción del Fren­te Fara­bun­do Mar­tí para la Libe­ra­ción Nacio­nal (FMLN). El IADSL y la emba­ja­da ame­ri­ca­na hicie­ron un últi­mo inten­to para rea­li­zar la refor­ma agra­ria apo­yan­do la pre­si­den­cia de José Napo­león Duar­te entre 1984 y 1989, pero el gobierno bajo el Par­ti­do Demó­cra­ta Cris­tiano de Duar­te pro­bó ser corrup­to, repre­si­vo e inca­paz de ter­mi­nar con la gue­rra civil.

Des­pués de que Are­na gana­ra las elec­cio­nes legis­la­ti­vas de 1988 y la elec­ción pre­si­den­cial de 1989, el pro­gra­ma de refor­ma agra­ria fue dete­ni­do y rever­ti­do, y se devol­vie­ron las pro­pie­da­des a muchos oli­gar­cas. Los líde­res del IADSL fue­ron for­za­dos a admi­tir que su incur­sión de dos déca­das en el cam­po sal­va­do­re­ño fue un desas­tre. No solo falla­ron los sin­di­ca­lis­tas esta­dou­ni­den­se anti­co­mu­nis­tas en su obje­ti­vo de pre­ve­nir la insur­gen­cia izquier­dis­ta, sino que falla­ron en entre­gar­le una refor­ma agra­ria exi­to­sa a los campesinos. 

Des­de la déca­da de 1960 a la de 1980, la AFL-CIO se com­pro­me­tió a trans­mi­tir los idea­les del sin­di­ca­lis­mo “libre” den­tro de las rela­cio­nes del tra­ba­jo agrí­co­la en El Sal­va­dor, enfren­tan­do la obs­truc­ción vio­len­ta de la éli­te reac­cio­na­ria del país. Esto sig­ni­fi­ca­ba encon­trar una reso­lu­ción no radi­cal a las inhe­ren­tes ten­sio­nes entre los tra­ba­ja­do­res rura­les sin tie­rra y los terra­te­nien­tes oli­gar­cas. A tra­vés de su Ins­ti­tu­to ‑el IADSL- desa­rro­llis­ta, anti­co­mu­nis­ta y sin fines de lucro, la Fede­ra­ción Ame­ri­ca­na del Tra­ba­jo creó una orga­ni­za­ción nacio­nal cam­pe­si­na polí­ti­ca­men­te mode­ra­da y pidió una refor­ma agra­ria. El resul­ta­do desea­do sería la crea­ción de una prós­pe­ra cla­se de peque­ños agri­cul­to­res, lo sufi­cien­te incen­ti­va­dos para esti­mu­lar el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co y sufi­cien­te­men­te con­ser­va­do­res para evi­tar la insur­gen­cia. Con­si­de­ran­do que este era el obje­ti­vo, no es dema­sia­do duro decir que la misión del IADSL fue un fra­ca­so total.

Esto no se debió a una fal­ta de esfuer­zo y tena­ci­dad por par­te de los fun­cio­na­rios del Ins­ti­tu­to y sus alia­dos sal­va­do­re­ños, quie­nes de hecho logra­ron crear una influ­yen­te orga­ni­za­ción cam­pe­si­na en la UCS que exi­to­sa­men­te nego­ció la apro­ba­ción del inten­to más ambi­cio­so de refor­ma agra­ria en el país has­ta la fecha. Pero la dere­cha sal­va­do­re­ña, com­pues­ta de oli­gar­cas y ofi­cia­les mili­ta­res rea­cios a ceder su poder o pri­vi­le­gios, fue­ron dema­sia­do radi­ca­les para per­mi­tir inclu­so el tipo de des­en­la­ces mode­ra­dos que el IADSL esta­ba promoviendo.

(Jeff Schuhr­ke es con­fe­ren­cis­ta visi­tan­te en el depar­ta­men­to de his­to­ria de la Uni­ver­si­dad de Illi­nois, Chicago).

Itu­rria /​Fuen­te

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