Por José Antonio Gómez*, Resumen Medio Oriente, 26 de diciembre de 2020-.
Un refrán español dice que «Dios los cría y ellos se juntan». Según el Instituto Cervantes, este adagio hace una referencia irónica «a la inclinación natural que lleva a juntarse a los de un mismo genio y temperamento. Se aplica más bien a personas de conducta censurable». En el Tesoro de la lengua castellana o española se muestra una versión que aplica a la perfección a la nueva alianza sellada entre Marruecos e Israel: «El codicioso y el tramposo, fácilmente se conciertan».
Palestina y el Sáhara Occidental son dos de los principales territorios que están ocupados ilegalmente por potencias que no están reconocidas por la ONU como administradoras de estas zonas. Sin embargo, cuentan con la protección de países como Estados Unidos y, en consecuencia, Marruecos e Israel estaban abocados a sellar la alianza de la represión, la opresión, el terrorismo de Estado y la infamia.
En los últimos meses se ha fortalecido esa unión porque son dos países hermanados en la maldad, la crueldad y la vulneración de los derechos humanos. De ahí que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, haya invitado al rey Mohamed VI a realizar una visita oficial a Israel en una conversación mantenida en las últimas horas. En dicha llamada telefónica, ambos líderes se han felicitado por la reanudación de las relaciones entre sus países y por la firma esta semana de una declaración conjunta con Estados Unidos en la que formalizaron sus lazos diplomáticos, según informó la Oficina del Primer Ministro de Israel.
Según la prensa progresista israelí, la alianza lleva pergeñándose desde el año 2007 año en que empezaron a celebrarse reuniones ultrasecretas entre funcionarios marroquíes y del Ministerio de Exteriores de Israel en la que se ha terminado de cerrar la alianza de los malvados. Entre los acuerdos alcanzados, se encuentra el compromiso israelí para promover y defender los intereses de Marruecos ante la comunidad internacional. Este arreglo se ha hecho realidad a través del incremento de la presión que el lobby judío está imprimiendo sobre el Gobierno de Estados Unidos para que apoye el plan marroquí para el Sáhara Occidental que es contrario a las resoluciones de Naciones Unidas.
Por su parte, Marruecos, un país musulmán, ha traicionado a una de las causas del mundo árabe, al alinearse con Israel y se espera que Rabat pudiera reconocer en los próximos meses la legitimidad de la ocupación de Palestina.
Al régimen dictatorial de Mohamed VI le interesa mucho esta alianza puesto que podrá aprender cómo Israel lleva más de medio siglo eludiendo el cumplimiento del derecho internacional o cómo se permite, sin que se le apliquen duras sanciones por vulnerar los derechos humanos.
Sobre el autor José Antonio Gómez Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos «Gobernar es repartir dolor», «Regeneración», «El líder que marchitó a la Rosa» y de las novelas «Josaphat» y «El futuro nos espera».
Fuente: PALESTINALIBRE.org