Resumen Latinoamericano, 16 de diciembre de 2020.
Casi 4 horas después de iniciar el desembarco represivo en la zona de Villa Mascardi, la Policía Federal retiró de manera progresiva a sus uniformados del área ocupada por una comunidad mapuche, luego de un operativo que desplegó a unos 100 uniformados para realizar una «inspección ocular» en un hotel hace años abandonado y que está lindante con el lof Lafken Winkul Mapu.
En la arremetida policial, los policías, que llegaron con tanquetas, se ensañaron baleando indiscriminadamente a los comuneros y comuneras que a lo sumo pudieron resistir arrojando piedras.
Más de 300 casquillos de balas de goma y de plomo fueron recogidos en la zona, además que los federales lanzaron numerosas granadas de gas lacrimógeno contra mujeres, hombres, niños y ancianos que componen la comunidad. En su raíd represivo, la policía incendió una ruka (vivienda mapuche) demostrando una vez más el desprecio que el Estado, a través de sus uniformados, tiene con los pueblos originarios.
Casquillos de balas lanzadas por las fuerzas represivas.
Al frente de todo este operativo, nuevamente estuvo la fiscal federal Sylvia Little, tristemente célebre por haber sido una de las intervinientes en la accción represiva que terminó con el asesinato del comunero Rafael Nahuel.
Little está obsecionada en destruir la resistencia ancestral del pueblo Mapuche, y en servir de esta manera a los intereses racistas y depredadores de los usurpadores extranjeros que se han ido apoderando del territorio mapuche. Con un estilo de «Rambo» femenino, la fiscal disfruta comandando a los uniformados y es testigo ocular de los despojos y devastaciones que ellos producen. Todo con el agregado de la impunidad de su cargo.