Pales­ti­na. Del mito a la reali­dad: los arqueó­lo­gos sio­nis­tas están usan­do la Biblia para rees­cri­bir la historia

Por Miko Peled, Resu­men Medio Orien­te, 15 de diciem­bre de 2020-.

La his­to­ria de Pales­ti­na, una glo­rio­sa tra­di­ción de cul­tu­ra y reli­gión, polí­ti­ca, comer­cio y arte y arqui­tec­tu­ra incom­pa­ra­bles, casi se ha per­di­do, de modo que los sio­nis­tas pue­den afir­mar que son los ver­da­de­ros suce­so­res de Josué y el rey David.

Una de las muchas joyas que exis­ten en la ciu­dad de Lon­dres es una libre­ría úni­ca con el nom­bre de Jarndy­ce Book­se­llers . Jarndy­ce se espe­cia­li­za en pri­me­ras edi­cio­nes, libros raros y mara­vi­llo­sas edi­cio­nes para colec­cio­nis­tas de las obras com­ple­tas de Sha­kes­pea­re, Dic­kens y muchos otros. Tam­bién se exhi­ben en la tien­da enor­mes copias anti­guas ilus­tra­das de la Biblia. Estos gigan­tes­cos libros están bella­men­te ador­na­dos con ilus­tra­cio­nes que dan vida a per­so­na­jes e his­to­rias bíbli­cas. Recuer­do estar sen­ta­do cuan­do era niño, hojean­do una copia vie­ja e ilus­tra­da de una Biblia que era par­te de la colec­ción de libros de mi padre. Tam­bién tenía ilus­tra­cio­nes mara­vi­llo­sas, y me sen­ta­ba allí y mira­ba las fotos de los gran­des hom­bres y muje­res, y expe­ri­men­ta­ba los gran­des momen­tos que se des­cri­ben en la Biblia. El ángel que detu­vo a Abraham cuan­do esta­ba a pun­to de sacri­fi­car a su hijo; Moi­sés bajan­do del mon­te Sinaí; el joven David matan­do al gigan­te Goliat, y muchos más. Todos cobra­ron vida fren­te a mis pro­pios ojos y fue tan cla­ro para mí como un niño como lo es hoy y para muchos otros, que esas his­to­rias des­cri­ben hechos his­tó­ri­cos reales. Estas her­mo­sas inter­pre­ta­cio­nes tenían la inten­ción de crear la impre­sión de que la Biblia cuen­ta his­to­rias his­tó­ri­ca­men­te ver­da­de­ras. Lle­van a los lec­to­res e inclu­so a aque­llos que no leen pero escu­chan las his­to­rias y miran las ilus­tra­cio­nes, a creer que estas fue­ron per­so­nas reales y hechos reales que tuvie­ron lugar.

El emba­ja­dor de Esta­dos Uni­dos en Israel, David Fried­man, habla en la aper­tu­ra de un «camino anti­guo» que cor­ta en el barrio pales­tino de Sil­wan. Tsa­frir Aba­yov | AP [/​cap­tion] Es bas­tan­te fácil seña­lar una ciu­dad anti­gua en Pales­ti­na, diga­mos Belén o Jeru­sa­lén o algún rin­cón del desier­to cer­ca de Bi’r Saba, y afir­mar que un even­to bíbli­co par­ti­cu­lar tuvo lugar allí. Esta lec­tu­ra lite­ral de la Biblia, y en par­ti­cu­lar del Anti­guo Tes­ta­men­to, ha dado y sigue dan­do un enor­me impul­so al sio­nis­mo. Los sio­nis­tas depen­den de millo­nes de per­so­nas en todo el mun­do que han sido enga­ña­das para creer que hay una ver­dad his­tó­ri­ca en la Biblia, que pien­san que el Israel de hoy es el ver­da­de­ro y legí­ti­mo suce­sor del Israel bíbli­co y que per­mi­ten a los sio­nis­tas recla­mar la Biblia como su libro de his­to­ria real.

Mito­lo­gía, reli­gión e historia.

Los grie­gos y los nór­di­cos reem­pla­za­ron sus anti­guas mito­lo­gías indí­ge­nas con el cris­tia­nis­mo, con­ser­van­do su mito­lo­gía como par­te de su his­to­ria cul­tu­ral. En la India, la mito­lo­gía anti­gua está muy viva y los dio­ses anti­guos toda­vía se ado­ran en los tem­plos de todo el país, pero eso nun­ca se con­fun­de con la his­to­ria real de la India. Vish­nu nun­ca se con­fun­de con Asho­ka o Buda con Akbar. Cada uno tie­ne su lugar res­pec­ti­vo den­tro de la rica cul­tu­ra india. Ni la gen­te de Gre­cia, la gen­te de los paí­ses nór­di­cos o inclu­so aque­llos que prac­ti­can varias reli­gio­nes en la India con­si­de­ran su mito­lo­gía como his­to­ria. No encon­tra­rás arqueó­lo­gos grie­gos exca­van­do para encon­trar el hogar de Zeus. No hay seña­les de que los nór­di­cos estén bus­can­do la ciu­dad anti­gua don­de resi­dían Odin y Thor, e inclu­so en la India, don­de los dio­ses anti­guos son una par­te impor­tan­te de la vida, no hay expec­ta­ti­vas de que la ciu­dad de Shi­va sea des­en­te­rra­da por arqueólogos.

Esto se debe a que la sepa­ra­ción entre mito y reli­gión e his­to­ria es cla­ra, excep­to en el caso del sio­nis­mo. Los sio­nis­tas, tan­to cris­tia­nos como judíos, man­tie­nen fir­me­men­te su deman­da de que la Biblia es his­to­ria. Los arqueó­lo­gos que tra­ba­jan en nom­bre de los sio­nis­tas han esta­do exca­van­do Pales­ti­na duran­te dos siglos, a menu­do igno­ran­do o inclu­so des­tru­yen­do valio­sos arte­fac­tos que no cum­plen su pro­pó­si­to. Esto se debe a que los arqueó­lo­gos sio­nis­tas no están moti­va­dos por la curio­si­dad cien­tí­fi­ca, sino por una agen­da polí­ti­ca. Igno­ran la rique­za his­tó­ri­ca y arqueo­ló­gi­ca que exis­te en Pales­ti­na y bus­can prue­bas de sus pro­pias teorías.

Des­truc­ción de monumentos

La nece­si­dad de vali­dar las afir­ma­cio­nes sio­nis­tas que conec­tan al Israel actual con los anti­guos hebreos y la mito­lo­gía glo­ri­fi­ca­da tal como se pre­sen­ta en par­tes del Anti­guo Tes­ta­men­to a menu­do se pro­du­ce a expen­sas de impor­tan­tes sitios y monu­men­tos his­tó­ri­cos. De hecho, no es raro ver sitios his­tó­ri­cos inva­lua­bles des­trui­dos por dise­ño a manos de ins­ti­tu­cio­nes sio­nis­tas. El cemen­te­rio de Mami­lla es un ejem­plo. Es un anti­guo cemen­te­rio musul­mán y un lugar sagra­do en el cen­tro de Jeru­sa­lén que se cree que data del siglo VII. Nume­ro­sos san­tos de la fe sufí y miles de fun­cio­na­rios, eru­di­tos, nota­bles y fami­lias de Jeru­sa­lén han sido ente­rra­dos en el cemen­te­rio duran­te los últi­mos 1.000 años. Se decía que los com­pa­ñe­ros del pro­fe­ta Maho­ma (Asahaa­ba) esta­ban ente­rra­dos allí, pero des­de la con­quis­ta sio­nis­ta de Jeru­sa­lén occi­den­tal, el cemen­te­rio ha caí­do en mal esta­do, con anti­guas lápi­das des­trui­das y pro­fa­na­das. Duran­te la últi­ma déca­da, una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va del cemen­te­rio ha sido arra­sa­da y los res­tos huma­nos han sido pro­fa­na­dos para que el Cen­tro Simon Wie­senthal pue­da cons­truir una ins­ta­la­ción, des­ca­ra­da­men­te lla­ma­da Museo de la Tolerancia.

El cemen­te­rio de Mami­lla, que se mues­tra aquí en una foto aérea 1951, el SAT no dis­tri­bui­dos duran­te siglos has­ta que el gobierno israe­lí abrió el camino para la cons­truc­ción del Museo de la Tole­ran­cia en lo alto sus rui­nas his­tó­ri­cas [/​cap­tion] Des­de 2010, el Cen­tro de Dere­chos Cons­ti­tu­cio­na­les y la Cam­pa­ña to Pre­ser­ve Mami­lla Ceme­tery han tra­ba­ja­do para dete­ner la cons­truc­ción de la nue­va ins­ta­la­ción y pre­ser­var lo que que­da del anti­guo sitio. Con este fin, se han pre­sen­ta­do peti­cio­nes ante varios orga­nis­mos de la ONU, inclui­da la UNESCO, para pro­te­ger el lugar sagra­do. El “Museo de la Tole­ran­cia”, como se le lla­ma, ha pro­vo­ca­do la exhu­ma­ción de cien­tos de tum­bas y se des­co­no­ce el para­de­ro de los innu­me­ra­bles res­tos huma­nos que se han eli­mi­na­do. Reco­no­ci­do como uno de los cemen­te­rios musul­ma­nes más des­ta­ca­dos del mun­do, don­de están ente­rra­dos seten­ta mil gue­rre­ros de los ejér­ci­tos de Sala­dino, aho­ra está prác­ti­ca­men­te des­apa­re­ci­do. Bab al-Rah­meh es otro famo­so cemen­te­rio islá­mi­co en Jeru­sa­lén. Se extien­de des­de la Puer­ta de los Leo­nes has­ta el final del muro de la Mez­qui­ta Al-Aqsa cer­ca de los pala­cios ome­yas en el sur. El gobierno israe­lí está con­fis­can­do par­tes del cemen­te­rio para imple­men­tar un pro­yec­to de asen­ta­mien­to. Los pla­nes inclu­yen la crea­ción de «sen­de­ros de jar­di­nes bíbli­cos», una vez más borrar sitios his­tó­ri­cos para cons­truir monu­men­tos para con­me­mo­rar una his­to­ria que nun­ca fue. Otro ejem­plo clá­si­co de la des­truc­ción de la his­to­ria real por el bien de la mito­lo­gía es la aper­tu­ra de la lla­ma­da «esta­ción del Bau­tis­mo del Tem­plo» en la tie­rra his­tó­ri­ca de los pala­cios ome­yas en la Ciu­dad Vie­ja de Jeru­sa­lén. El tem­plo en cues­tión es el tem­plo judío y los pala­cios ome­yas en los que se cons­trui­rá datan de hace casi 1400 años, se cons­tru­ye­ron en la pri­me­ra eta­pa del perío­do islá­mi­co y se uti­li­za­ron para alber­gar a los cali­fas islá­mi­cos y las ins­ti­tu­cio­nes que admi­nis­tra­ban los asun­tos de Jeru­sa­lén y la Mez­qui­ta Al-Aqsa.

Monu­men­tos en mal estado

Las auto­ri­da­des sio­nis­tas no solo han des­trui­do valio­sos sitios his­tó­ri­cos en bus­ca de míti­cos, sino que tam­bién han per­mi­ti­do que sitios his­tó­ri­cos inva­lua­bles cai­gan en mal esta­do. Hay innu­me­ra­bles sitios de este tipo en toda Pales­ti­na, como la mez­qui­ta de Dhaher Al-Umar en Taba­ri­ya, que aho­ra se encuen­tra sola, en rui­nas, un tes­ti­go soli­ta­rio del glo­rio­so pasa­do ára­be de la ciudad.

Daher al-Umar fue un líder pales­tino que gober­nó la mayor par­te de Pales­ti­na y dio for­ma a su his­to­ria a lo lar­go de todo el siglo XVIII. No solo su memo­ria ha sido borra­da, sino que los monu­men­tos que lle­van su nom­bre y que aún exis­ten aho­ra están en rui­nas. La mito­lo­gía del Anti­guo Tes­ta­men­to se con­vir­tió en his­to­ria median­te un inten­to exi­to­so de con­ver­tir las his­to­rias y las figu­ras de estas his­to­rias, por míti­cas que hayan sido, en hechos y per­so­na­jes his­tó­ri­cos reales. Al mis­mo tiem­po, la his­to­ria real de Pales­ti­na, una glo­rio­sa his­to­ria de cul­tu­ra y reli­gión, polí­ti­ca, comer­cio y arte y arqui­tec­tu­ra incom­pa­ra­bles, casi se ha per­di­do para que los sio­nis­tas pue­dan afir­mar que son los ver­da­de­ros suce­so­res de Josué y el rey David. . No hay nada de malo en dis­fru­tar de las mara­vi­llo­sas ilus­tra­cio­nes que ador­nan la Biblia, como las que se encuen­tran en Jarndy­ce Books. De hecho, ten­go la inten­ción de seguir visi­tan­do esa tien­da siem­pre que pue­da y dis­fru­tar de esas mara­vi­llo­sas inter­pre­ta­cio­nes de las his­to­rias del Anti­guo y Nue­vo Tes­ta­men­to. Sin embar­go, debe­mos tener cui­da­do de no con­fun­dir esas his­to­rias y las ilus­tra­cio­nes con la his­to­ria real de Palestina.

Nota del autor | Los lec­to­res que bus­quen una his­to­ria pre­ci­sa de Pales­ti­na pue­den con­sul­tar el libro de Nur Mas­laha, “ Pales­ti­na, una his­to­ria de cua­tro mil años.

Foto prin­ci­pal | Un arqueó­lo­go de la Auto­ri­dad de Anti­güe­da­des de Israel atra­vie­sa lo que las auto­ri­da­des israe­líes dicen es un túnel de dre­na­je de 2.000 años de anti­güe­dad que con­du­ce a la Ciu­dad Vie­ja de Jeru­sa­lén. Dan Balilty | AP

Miko Peled es una auto­ra y acti­vis­ta de dere­chos huma­nos naci­da en Jeru­sa­lén. Es el autor de » El hijo del gene­ral. Via­je de un israe­lí en Pales­ti­na » e » Injus­ti­cia, la his­to­ria de la Fun­da­ción Tie­rra San­ta Cinco «.

Fuen­te: Mintpressnews

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