Resumen de Medio Oriente, 8 de diciembre de 2020.
foto: Familiares lloran durante el funeral del adolescente palestino Ali Ayman Nasr Abu Aliya en el pueblo de Mughayir cerca de Ramala, en el territorio ocupado por los israelíes de Cisjordania, el 5 de diciembre de 2020 afp_tickers
Alí, el niño de 15 años fue alcanzado por munición real, de guerra, en su estómago, balas disparadas por los militares israelíes de la ocupación en la aldea de Al-Mughayer, al noreste de Ramallah.
Tras despertarse el viernes, el día que cumplía 15 años, el palestino Alí Ayman Nasr Abu Aliya le dijo a su madre que esperaba un fiesta sorpresa de cumpleaños.
Nihad, su madre, tenía los regalos preparados, entre ellos un par de zapatos nuevos, y había pensado cocinar maqluba, un plato tradicional de cordero y arroz, para la fiesta.
Pero a primera hora de la tarde, en medio de los enfrentamientos contra tropas israelíes en su pueblo Mughayir, en los territorios ocupados de Cisjordania, Alí recibió un disparo y murió.
Aferrado a las cuentas de su rosario «tasbih», el padre de Alí, Ayman, cuenta a la AFP el momento en el que escuchó los disparos.
«Miré a mi alrededor y no vi a Alí», explica.
El duelo cubrió el pueblo de Mughayir todo el fin de semana. En las calles, en los coches o colgados de los cables eléctricos, se multiplican los carteles para honrar al «mártir» de 15 años convertido en «héroe».
– Los viernes de Cisjordania
Devastados por lo ocurrido, Nihad, Ayman, sus familiares y amigos relatan a la AFP las últimas horas de este adolescente, buen estudiante, amable, servicial y fan del Real Madrid.
El día de su cumpleaños se había despertado a las cinco de la mañana.
Su abuelo Nasser, un señor bajito con el pañuelo tradicional «kufiyya», le pidió que llevara comida a un tío que cuidaba el ganado.
A lomos de un burro, Alí se adentró en las mesetas de Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis Días, en 1967. Hacia el final de la mañana, Ali volvió a su pueblo.
Las protestas contra la ocupación son un evento recurrente los viernes por la tarde, pero su intensidad no siempre es la misma.
En el pueblo de Mughayir, de 4.000 habitantes, los palestinos tienen conflictos a menudo con un puñado de israelíes que se han asentado ilegalmente en las cercanías.
El viernes, los militares israelíes montaban guardia a la salida de Mughayir en previsión de choques entre los colonos israelíes y los vecinos palestinos, que les acusan de robarles la tierra.
Las fuerzas armadas israelíes explican que «decenas de manifestantes lanzaron piedras» a las fuerzas armadas y «rocas y neumáticos en llamas desde las laderas a la carretera, poniendo en peligro la vida de los pasajeros».
Varias testigos dicen que había alrededor de una docena de militares y 30 palestinos. También afirman que vieron a Alí tirando piedras.
Ante las preguntas de la AFP, las fuerzas armadas israelíes dijeron este lunes que, con el propósito de sofocar «violentos disturbios», se usaron «medios de dispersión», incluida munición del calibre .22.
«Era la primera vez que (Alí) iba (a una manifestación)», dice Ayman.
– «Es uno de mis hijos» –
Nael Ahmed, de 14 años, compañero de clase de Alí, estaba a pocos metros de él cuando se oyeron los disparos. «De pronto gritó ‘batni’ (mi vientre, en árabe) y se derrumbó». «Alí estaba allí, y un militar estaba ahí, subido a esa roca, cuando disparó», dijo señalando con sus dedos.
La escena grabada con un móvil por un testigo muestra a Alí acostado sobre un banco, con una herida negra y roja alrededor del ombligo, varios hombres le rodean e intentan que no pierda la consciencia.
Alí fue evacuado al pueblo cercano de Turmus Ayya. «Cuando vi el coche a toda velocidad, me dije ‘es uno de mis hijos”», reconoce Ayman.
A continuación, el adolescente fue trasladado a un hospital en Ramala, a 20 km de allí. «Estaba con él, pensando que sobreviviría», manifestó.
El ministro de Sanidad palestino dijo que Alí murió por un disparo que le provocó «graves heridas en el estómago». Y calificó el caso como un «asesinato a sangre fría».
Las fuerzas armadas israelíes afirmaron que «una investigación policial está en marcha» y «los resultados serán examinados por la Fiscalía Militar».
Pero «una investigación no me devolverá a mi hijo», murmura para sí Ayman, a la entrada de un pueblo que pasó en dos días de la celebración al luto.
Fuente: www.swissinfo.ch