Perú. Mul­ti­na­cio­na­les bus­can impu­ni­dad ante crí­me­nes laborales

Cami­lo A. Romero*/ Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de diciem­bre de 2020

Un polé­mi­co caso de explo­ta­ción infan­til por par­te de empre­sas mul­ti­na­cio­na­les fue­ra de su terri­to­rio podría que­dar impu​ne​.La deman­da denun­cia que escla­vos infan­ti­les sufrie­ron gra­ves abu­sos de sus dere­chos huma­nos en plan­ta­cio­nes de cacao en Cos­ta de Mar­fil, Áfri­ca. Los niños fue­ron for­za­dos a tra­ba­jar sin remu­ne­ra­ción, ape­nas ali­men­ta­dos, apo­rrea­dos, obli­ga­dos a dor­mir a la intem­pe­rie, prohi­bi­dos de huir y has­ta torturados.

Las plan­ta­cio­nes don­de ocu­rrie­ron estos abu­sos pro­veen de cacao a las mul­ti­na­cio­na­les Nestlé y Car­gill, quie­nes mane­jan un mono­po­lio en este mer­ca­do glo­bal. En el caso de Nestlé es con­si­de­ra­da la mayor pro­duc­to­ra de ali­men­tos en el mun­do, mien­tras que Car­gill es una de las mayo­res empre­sas pri­va­das de EE.UU. en el comer­cio de mate­rias pri­mas. Por su par­te, los deman­dan­tes (los niños) bus­can res­pon­sa­bi­li­zar a los deman­da­dos (Nestlé y Car­gill) en cor­tes esta­dou­ni­den­ses a tra­vés del «Alien Tort Claims Act», un esta­tu­to de res­pon­sa­bi­li­dad legal por agra­vios en con­tra de nor­mas y leyes inter­na­cio­na­les; es decir, una nor­ma que per­mi­te a ciu­da­da­nos no esta­dou­ni­den­ses deman­dar y exi­gir com­pen­sa­cio­nes por daños en tri­bu­na­les del país nor­te­ame­ri­cano para cier­tos casos.

El eje de este caso, que se ha ele­va­do has­ta la Cor­te Supre­ma de Esta­dos Uni­dos, es el víncu­lo terri­to­rial y ope­ra­cio­nal de las empre­sas en las gran­jas de cacao. ¿Has­ta qué pun­to las empre­sas son res­pon­sa­bles de los abu­sos? Espe­cí­fi­ca­men­te, ¿qué accio­nes toma­ron las empre­sas des­de los Esta­dos Uni­dos para poder ser deman­da­das bajo este estatuto?

Según Nestlé y Car­gill (peti­cio­na­rios en la Cor­te Supre­ma, bus­can­do eva­dir esa res­pon­sa­bi­li­dad) se excu­san de ser sim­ple­men­te com­pra­do­res de cacao. No con­tro­lan lo que suce­de en las gran­jas y no tie­nen mucho cono­ci­mien­to al res­pec­to. Sin embar­go, los deman­dan­tes (los niños) cuen­tan una his­to­ria dife­ren­te. Ellos ale­gan que las empre­sas sabían de la escla­vi­tud de niños y de las con­di­cio­nes inhu­ma­nas en las plan­ta­cio­nes, ya que repre­sen­tan­tes de Nestlé habían visi­ta­do y escri­to infor­mes de amplia difu­sión al res­pec­to. Tam­bién ale­gan que las empre­sas, des­de los Esta­dos Uni­dos, tenían con­trol total sobre las prác­ti­cas labo­ra­les de las gran­jas. Sabían «que los agri­cul­to­res a los que ayu­da­ban uti­li­za­ban y seguían uti­li­zan­do tra­ba­jo infan­til for­za­do» y depen­dían de la escla­vi­tud de niños para garan­ti­zar el flu­jo de cacao bara­to y así aumen­tar sus ganan­cias. La pre­gun­ta que la Cor­te Supre­ma de EE.UU. tie­ne que res­pon­der con impli­ca­cio­nes glo­ba­les es si ¿las dos empre­sas esta­dou­ni­den­ses están sufi­cien­te­men­te invo­lu­cra­das con los abu­sos de dere­chos huma­nos en otro país para ser encon­tra­das res­pon­sa­bles y así per­mi­tir que otras empre­sas pue­dan ser tam­bién deman­da­das por seme­jan­tes hechos?

Se cono­ce que la índo­le polí­ti­ca de la Cor­te Supre­ma tien­de a favo­re­cer el dere­cho de las empre­sas en un mer­ca­do libre sobre los dere­chos huma­nos en una socie­dad jus­ta. Con la inte­gra­ción de la nue­va juez, Amy Coney Barrett, la Cor­te se divi­di­ría en un 6 a 3, a favor con­ser­va­dor sobre liberal.

Sin embar­go, las pre­gun­tas rea­li­za­das por la Cor­te duran­te la audien­cia del 1 diciem­bre de 2020 sobre este caso, indi­ca que has­ta las jue­ces menos intere­sa­das en asun­tos de dere­cho inter­na­cio­nal sí apa­ren­tan tener inte­rés en pre­ser­var una pro­tec­ción de agra­vios extra­te­rri­to­ria­les por el bien de la coope­ra­ción entre naciones.

El abo­ga­do de los deman­dan­tes (los niños), Paul Hoff­man, se sien­te opti­mis­ta y reve­la que los plie­gos y el argu­men­to son sufi­cien­te para un resul­ta­do favo­ra­ble. Y agre­ga que a pesar del ambien­te hos­til en las cor­tes esta­dou­ni­den­ses fren­te a casos de abu­so de dere­chos huma­nos – Sinal­trai­nal v Coca-Cola, Kio­bel v Royal Dutch Petro­leum, Doe v Chi­qui­ta Brands – la lucha por la jus­ti­cia siem­pre encon­tra­rá espa­cio aden­tro y afue­ra de las cortes.

*Cami­lo A. Rome­ro es abo­ga­do inter­na­cio­nal y cofun­da­dor de ReGe­ne­ra­ción

FUENTE: Way​ka​.pe

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