Perú. Vie­jos y nue­vos subsidios

Jor­ge Man­co Zaco­net­ti /​Resu­menb Lati­no­ame­ri­cano, 20 de diciem­bre de 2020

De un Esta­do sub­si­dia­dor a uno promotor

El mode­lo reco­no­ci­do como neo­li­be­ral está en cri­sis en el Perú y el mun­do. Por ello urge más que una refor­ma una nue­va visión del rol del esta­do en la eco­no­mía y socie­dad. Urge supe­rar la rela­ción del esta­do con un mer­ca­do glo­bal y a nivel país, ante una eco­no­mía alta­men­te con­cen­tra­da como lo están la pro­duc­ción y la propiedad.

No exis­te en nin­gu­na cons­ti­tu­ción polí­ti­ca en el mun­do que expre­sa­men­te reco­noz­ca un rol sub­si­dia­rio del esta­do, en el sen­ti­do que sola­men­te pue­da inter­ve­nir allí don­de no resul­te atrac­ti­vo ni sea ren­ta­ble para el capi­tal privado.

En un país como el Perú de ingre­sos medios, con una gra­ve des­igual­dad en los ingre­sos, con un sub­em­pleo que supera el 70 % de la Pobla­ción Eco­nó­mi­ca­men­te Acti­va (PEA), y cre­cien­tes nece­si­da­des insa­tis­fe­chas en la salud, edu­ca­ción, salud, segu­ri­dad ciu­da­da­na, segu­ri­dad social, conec­ti­vi­dad geo­grá­fi­ca entre otros con­si­de­ran­dos. No se pue­de asu­mir que el esta­do ten­ga un rol sub­si­dia­rio en la economía.

Los últi­mos movi­mien­tos socia­les nos aler­tan del ago­ta­mien­to del mode­lo eco­nó­mi­co y social ins­tau­ra­do des­de los años noven­ta del siglo pasa­do, que secre­ta mayor des­igual­dad social, corrup­ción, a pesar de un rela­ti­vo cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co y dis­mi­nu­ción rela­ti­va de la pobreza.

Haber teni­do un cre­ci­mien­to indu­ci­do por la bonan­za exter­na de los pre­cios de las mate­rias pri­mas como de los pro­duc­tos mine­ros y agro­in­dus­tria­les en el perío­do 20012020 no garan­ti­zan la pros­pe­ri­dad ni el cre­ci­mien­to sos­te­ni­do en “regí­me­nes extrac­ti­vis­tas” como dirían Ace­mo­glu y Robin­son en su libro ¿Por qué fra­ca­san los países? 

Así, cabría inte­rro­gar­se ¿Cuán­tos perua­nos han regre­sa­do a la pobre­za social como pro­duc­to de la actual cri­sis eco­nó­mi­ca y sani­ta­ria? El Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca e Infor­má­ti­ca INEI ha recrea­do una nue­va cate­go­ría social, los social­men­te vul­ne­ra­bles. Es decir, de aque­lla pobla­ción que había deja­do la pobre­za mone­ta­ria, para vol­ver a ella en razón de la cri­sis eco­nó­mi­ca y sani­ta­ria del 2020. Esta­mos ante millo­nes de tra­ba­ja­do­res inde­pen­dien­tes e informales.

Si se reco­no­ce que el prin­ci­pal pro­ble­ma de la socie­dad perua­na es la fal­ta de empleo, los altos nive­les de sub­em­pleo, la inse­gu­ri­dad ciu­da­da­na, la fra­gi­li­dad de los sis­te­mas públi­cos de salud y edu­ca­ción, el esta­do no pue­de seguir cum­plien­do cons­ti­tu­cio­nal­men­te un rol subsidiario.

El esta­do no pue­de tener un rol sub­si­dia­rio en la eco­no­mía. Ello no sig­ni­fi­ca vol­ver a la recrea­ción de nume­ro­sas empre­sas públi­cas, como se tuvie­ron des­de los años seten­ta del perío­do revo­lu­cio­na­rio de la Fuer­za Arma­da con Velas­co Alva­ra­do (1968÷1975), las mis­mas que ter­mi­na­ron en el más obtu­so popu­lis­mo con el “mode­lo hete­ro­do­xo” de Gar­cía Pérez.

SUBSIDIOS DE AYER 

En espe­cial se debie­ra des­ta­car la tras­fe­ren­cia de rique­za des­de las empre­sas públi­cas con la fija­ción de tari­fas públi­cas para la repro­duc­ción del capi­tal pri­va­do y el pobla­dor urbano en el perío­do 1986 a 1990, con un sub­si­dio indiscriminado.

Por ejem­plo, Petro­Pe­rú por man­da­to del poder eje­cu­ti­vo tenía que ven­der un galón pro­me­dio de com­bus­ti­ble a un pre­cio de US $ 22 cen­ta­vos de dólar, cuan­do el cos­to de pro­duc­ción de un galón le sig­ni­fi­ca­ba un valor de US $ 52 cen­ta­vos de dólar. Así, por cada galón de com­bus­ti­ble ven­di­do per­día US $ 30 cen­ta­vos. De allí, las pér­di­das eco­nó­mi­cas y la des­ca­pi­ta­li­za­ción de su patri­mo­nio que fue­ron supe­ra­das con el bru­tal sin­ce­ra­mien­to de pre­cios del lla­ma­do “fujishock” de agos­to de 1990.

El con­jun­to de empre­sas públi­cas, Elec­tro­Pe­rú, Elec­tro­li­ma, Seda­pal, Cía Perua­na de Telé­fo­nos, Petro­Pe­rú entre las prin­ci­pa­les empre­sas tuvie­ron que sub­si­diar las tari­fas, con el fin de man­te­ner arti­fi­cial­men­te el lla­ma­do “mode­lo hete­ro­do­xo” del pre­si­den­te Gar­cía Pérez.

Empre­sas esta­ta­les que fue­ron pri­va­ti­za­das en su mayor par­te en la déca­da de los noven­ta del siglo pasa­do por el gobierno mafio­so de Fuji­mo­ri-Mon­te­si­nos que pen­sa­ba entro­ni­zar­se en el poder por un perío­do de 20 años. 

Así, el pro­ce­so pri­va­ti­za­dor se cons­ti­tu­yó en un pro­ce­so de trans­fe­ren­cia de rique­za des­de el esta­do hacia los gru­pos de poder y empre­sas trans­na­cio­na­les, y hoy esta­mos asu­mien­do las consecuencias.

SUBSIDIOS HOY

Exis­ten una serie de hechos y polí­ti­cas que hacen evi­den­te la fala­cia teó­ri­ca y polí­ti­ca del lla­ma­do rol sub­si­dia­rio del esta­do en la eco­no­mía como lo esta­ble­ce la Cons­ti­tu­ción fuji­mo­ris­ta de 1993. 

La trans­fe­ren­cia de rique­za des­de el esta­do hacia el capi­tal pri­va­do adop­ta nue­vas moda­li­da­des que van des­de los sub­si­dios como el que rea­li­za la empre­sa eléc­tri­ca esta­tal Elec­tro­Pe­rú con la empre­sa de gene­ra­ción pri­va­da Chaglla, en el sen­ti­do que tie­ne que com­prar poten­cia y ener­gía a un pre­cio mayor en rela­ción a la mis­ma dota­ción de ener­gía que tie­ne que ven­der la eléc­tri­ca estatal.

Es decir, des­de setiem­bre del 2016 por man­da­to del esta­do vía Proin­ver­sión, Elec­tro­Pe­rú com­pra a Chaglla poten­cia y ener­gía a un pre­cio alto y tie­ne que ven­der esa mis­ma dota­ción de ener­gía y poten­cia a un pre­cio menor. 

Es decir, en cada año, Elec­tro­Pe­rú deja de per­ci­bir ingre­sos y bene­fi­cios por un con­tra­to per­ver­so. Una con­se­cuen­cia de ello es la afec­ta­ción de las pen­sio­nes a los miles jubi­la­dos de 19990 y 20530 que per­ci­ben un bono en julio y diciem­bre a cuen­ta de las uti­li­da­des de ElectroPerú.

En el mis­mo sen­ti­do, sería desea­ble por trans­pa­ren­cia, decla­rar el sub­si­dio que paga­mos todos los con­su­mi­do­res eléc­tri­cos a tra­vés de nues­tros reci­bos para garan­ti­zar la ren­ta­bi­li­dad de una serie de pro­yec­tos pri­va­dos en el sec­tor eléc­tri­co de generación.

Para hacer posi­ble la mayor poten­cia de gene­ra­ción eléc­tri­ca de las ener­gías no con­ven­cio­na­les, el nodo ener­gé­ti­co del sur, pro­yec­tos de gene­ra­ción hídri­ca, todos los con­su­mi­do­res paga­mos una suma men­sual en nues­tros reci­bos que tota­li­zan millo­nes de soles. Todo ello en nom­bre de una supues­ta eco­no­mía de libre mer­ca­do, que cons­ti­tu­ye una ena­je­na­ción de rique­za a los consumidores.

REACTIVA CON SUBSIDIOS

La más impor­tan­te expre­sión en cuan­to sub­si­dios es el pro­gra­ma “Reac­ti­va Perú” don­de se han trans­fe­ri­do S/​60 mil millo­nes de soles, apro­xi­ma­da­men­te US $ 17 mil millo­nes de dóla­res, a las empre­sas pri­va­das, vía inter­me­dia­ción de la ban­ca pri­va­da, para oxi­ge­nar a las empre­sas en la mayor cri­sis eco­nó­mi­ca y sani­ta­ria que regis­tra la his­to­ria eco­nó­mi­ca y mundial.

En una inge­nie­ría finan­cie­ra el esta­do a tra­vés del Ban­co de Reser­va del Perú, Minis­te­rio de Eco­no­mía y Finan­zas, y su ente finan­cie­ro Cofi­de, trans­fie­ren S/​60 mil millo­nes al capi­tal pri­va­do, a bají­si­mas tasas de inte­rés 2% a 3% anual. Es decir, un sub­si­dio finan­cie­ro a devol­ver en 48 meses, con un res­pal­do esta­tal del 80 % si la deu­da se vuel­ve impagable.

Así, si una empre­sa se endeu­da por S/​10 millo­nes de soles y por una serie de fac­to­res incum­ple el pago del endeu­da­mien­to el esta­do asu­me. El prés­ta­mo está garan­ti­za­do por el Minis­te­rio de Eco­no­mía y Finan­zas en un 80 %. En otras pala­bras, el cré­di­to públi­co asu­me el com­pro­mi­so financiero.

Esta inter­ven­ción del esta­do en la eco­no­mía de tipo key­ne­siano recuer­da las polí­ti­cas de res­ca­te finan­cie­ro en la “gran depre­sión” de los años trein­ta del siglo pasa­do. Por tan­to, más que de rol sub­si­dia­rio el papel del esta­do es de pro­mo­tor, de sal­va­dor de las empre­sas, que les otor­ga liqui­dez bara­ta sin mayor riesgo.

En ver­dad, serían múl­ti­ples los ejem­plos que demues­tran que la inter­ven­ción del esta­do no ha sido sub­si­dia­ria. Ha teni­do un sen­ti­do cla­ro para favo­re­cer intere­ses pri­va­dos sobre todo del gran capi­tal y gru­pos de poder económico.

Por ello, el rol del esta­do en la eco­no­mía debie­ra de ser pro­mo­tor e inter­ven­tor para alcan­zar el desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social del país, que per­mi­ta dis­mi­nuir las gra­ves bre­chas en la des­igual­dad y pobre­za, que no los solu­cio­na las polí­ti­cas del “libre mer­ca­do” que sola­men­te exis­ten en los libros de tex­to de economía. 

El país deman­da un Pro­yec­to Nacio­nal de Desa­rro­llo, con una inter­ven­ción enér­gi­ca del esta­do en la pro­mo­ción de las inver­sio­nes públi­cas y pri­va­das, con ins­ti­tu­cio­nes demo­crá­ti­cas que mini­mi­cen la corrup­ción, y resol­ver con equi­dad las gra­ves y jus­tas deman­das sociales.

FUENTE: Otra Mirada

Itu­rria /​Fuen­te

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