Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 14 diciembre 2020.-
Estafadores ridículos, pero peligrosos. Dos características evidentes para todo aquel que quiera utilizar la lógica para juzgar las maniobras de Juan Guaidó y sus cómplices. Salvo que por contar las hazañas virtuales del autoproclamado «presidente interino» de Venezuela y los golpistas que lo rodean, hay una información subordinada a los poderes fuertes, igualmente ridícula, pero peligrosa. Y por eso, aquí estamos inundados de proclamas alabando la farsa de la «consulta popular» organizada en Internet por el títere de Washington y la Unión Europea.
El éxito de la votación – celebran los medios hegemónicos – sería una auténtica bofetada a los «resultados amañados de la dictadura». La lógica quisiera que nos preguntemos por qué la extrema derecha no ha participado entonces a las elecciones, como lo hizo en las parlamentarios de 2015, para mostrar esa «abrumadora mayoría» que dice tener, y de la que no hay pruebas en Venezuela.
La lógica quisiera que nos preguntemos en base a qué matemáticas milagrosas llegó a esas cifras, dado que gran parte de la oposición moderada participó en las elecciones legislativas (las reales) y que varios aliados de Guaidó expresaron su oposición, criticando la “consulta” y la falta de realización del estribillo propuesto por el autoproclamado: «fin de la usurpación, gobierno de transición».
La lógica quiere que nos preguntemos: qué autoridad encargada ha ratificado la «consulta»; y con qué parámetros (con qué descaro imperialista) se reconoce esta farsa y se «desconoce» el proceso electoral de un país democrático y soberano como es la Venezuela bolivariana.
Como en el show similar contra las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente en 2017, propuesto para el uso y consumo de los padrinos occidentales, incluso ahora la extrema derecha afirma haber «destruido la evidencia del voto por razones de privacidad». Pero las dudas destacadas por algún joven interno de las agencias de prensas, aún ajeno a los mecanismos del sistema, no serán retomadas por los periódicos.
Entonces, queremos reportar aquí una excelente investigación realizada por El Ciudadano sobre esta última estafa de la extrema derecha (“Del fraude al ridículo”, www.elciudadano.com), En resumen, los periodistas han intentado en varias ocasiones votar en la plataforma propuesta por los autoproclamados, comprobando: que hasta los muertos podían votar, y no una sola vez, y que el nombre del votante podía falsificarse sin problema.
Los resultados de la investigación, que cualquiera puede verificar mirando las fotografías que acompañan al artículo, también presentan resultados divertidos. Entonces votaron a favor de Guaidó… Hugo Chávez, los Pitufos y otros personajes cómicos, así como presos conocidos sin derecho a voto, y cierto número de muertos. Una oportunidad para informar, pero también para reírse de lo que, sin ironía, Donald Trump tuvo el coraje de decir durante el escrutinio electoral en Estados Unidos: a saber, que Hugo Chávez y Fidel Castro, muertos desde hace algunos años, se habían inmiscuido en el sistema de voto estadounidense, a través del «malvado» Maduro.
El nuevo espectáculo del exponente de Forza Italia, Antonio Tajani, también parecía ridículo, cuando fue a mostrar su apoyo al autoproclamado títere frente a la embajada de Venezuela en Italia. Para el forceitaliota, los resultados del 6 de diciembre, que le dieron una gran victoria al chavismo, debieron haber sido doblemente indigeribles: también porque estaban dedicados a Darío Vivas, el dirigente del PSUV que murió por el covid y que lo había hecho correr en un aeropuerto, respondiendo por las rimas a sus insultos.
A un similar show se dedicó también el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, quien huyó a España y luego corrió hacia la frontera entre Colombia y Venezuela en un avión que ‑según una investigación del sitio web La Tabla- resulta que es propiedad del narcotráfico.
Vínculos ya conocidos, considerando quién gobierna en Colombia ‑el amigo de los paramilitares, Iván Duque- y los antecedentes de Guaidó con la banda colombiana de destripadores de Los Rastrojos, que lo acompañó durante el intento de invasión a Venezuela disfrazado de «ayuda humanitaria». Y López se refirió a ese intento, haciéndose fotografiar en el mismo paso fronterizo, La Tiendita, donde el pueblo venezolano había colocado una barrera en febrero de 2019. “Lo intentaremos nuevamente”, aseguró.
Para la ocasión, el presidente colombiano Iván Duque se jactó de haber hecho huir a España López, quien se encontraba bajo arresto domiciliario para cumplir una condena de 13 años por la violencia organizada en 2017. Numerosas indagatorias han señalado la participación reiterada del gobierno. Intentos de invasión colombiana por mercenarios o ataques, tanto con drones como explosivos, como el atentado frustrado en los últimos días contra la gran refinería venezolana El Palito.
El nuevo plan de la extrema derecha es empujar a los padrinos occidentales a una nueva aventura mercenaria, que se implementaría tanto con el apoyo declarado de las instituciones a sueldo de Washington (según el modelo libio), como con su silencio-asentimiento. En tanto, el presidente Nicolás Maduro ha pedido a Estados Unidos que investigue la desaparición de los ríos de dólares distribuidos al autoproclamado y su pandilla, por ejemplo con motivo del concierto multimillonario organizado en la frontera el pasado mes de febrero, y así continuando por todas las etapas del robo perpetrado contra el pueblo venezolano: y también contra los pueblos europeos, dado que los «donantes» de la UE no escatimaron en gastos.
El nuevo Congreso de Estados Unidos que tomará posesión en enero ‑dijo Maduro- debe realizar una investigación para entender dónde están «los mil millones de dólares» que el gobierno de Trump le ha entregado al «payaso principal, Guaidó, y al principal asesino, Leopoldo López ”. Entonces se descubriría «una olla llena de podredumbre, tratos turbios, robos, desfalcos y fraudes». El dinero robado a los contribuyentes estadounidenses, “terminó en paraísos fiscales donde López, Guaidó y Julio Borges tienen millones de dólares”.
Un lucrativo botín que se puede seguir alimentando mientras dure la farsa de la autoproclamación, al que hay que aportar otros argumentos de opereta. Uno de los últimos es el de la «continuidad administrativa», que quiere tergiversar en su favor una regla prevista por la Constitución bolivariana: la posibilidad de permanecer en el cargo, sujeto al voto popular, en caso de imposibilidad de llevar a cabo la renovación de cargos.
Un argumento sin fundamento – explicaron también los abogados de la oposición, porque la «consulta popular» (que nada tiene que ver con el pueblo, sino con la burguesía), carece del criterio fundamental de territorialidad, y desconoce un hecho constitucional irrefutable: el voto a las parlamentarias del 6 de diciembre.
Pero a los estafadores no les importa: no tienen que responder al pueblo, sino a sus titiriteros. Para ello, la farsa debe continuar. El nuevo llamamiento de los golpistas es a manifestarse el 5 de enero, cuando se instalará la nueva Asamblea Nacional. De su lado, tienen la «legitimidad» de los votos de los Pitufos y de Scrooge MC Duck.