Resumen Latinoamericano, 8 de enero de 2021.
La promulgación inminente de la Ley de IVE inaugura un tiempo fundamental: el de la lucha por su implementación. Desde Neuquén, la activista feminista Ruth Zurbriggen, de la Colectiva La Revuelta, sostiene que la clave es «hacer vivir la ley» en todas las instituciones y en todos los territorios, con pedagogía y trama feminista.
“Nos merecemos un descanso, compañeres, porque en unos días tenemos que seguir luchando, ahora para garantizar la implementación de la IVE en todo el territorio argentino”, fueron las palabras de las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito antes de terminar la multitudinaria manifestación del pasado 30D.
Eran alrededor de las cinco de la madrugada y hacía apenas un rato que la ley había sido aprobada en el Senado, mientras una de las noches más calurosas del verano encendía aún más la temperatura corporal de lxs cientos de miles que festejaban en las afueras del Congreso después de haber vivido una jornada histórica para todas las mujeres y personas con capacidad de gestar de América Latina.
Ahora que pasaron unos días, que el Año Nuevo llegó teñido de verde y desbordado de emoción por haber conquistado uno de los derechos más importantes y deseados del feminismo, las palabras de las militantes de la Campaña vuelven a resonar para recordar que esta victoria es, también, el primer paso de un largo camino por recorrer.
Socorristas en Red (feministas que abortamos), ha sido desde siempre una pieza fundamental en el profundo entramado del movimiento feminista y, junto a otras articulaciones colectivas, es una de las organizaciones federales que hace más de ocho años acompaña abortos legales por causales con información, con cuidados, y con un esfuerzo y una militancia cotidiana en las ciudades y en los barrios que es tan incalculable como muchas veces desconocida.
“La imparable energía vital de lo colectivo nos dejó en mejores condiciones y nos dio más sostenes y más empuje para seguir insistiendo y proyectando inteligentemente las innumerables demandas que todavía continúan vigentes”, asegura Ruth Zurbriggen, una de las activistas de esta agrupación y de la Colectiva Feminista “La Revuelta”, de Neuquén.
Para Ruth, lo que viene ahora que la ley se aprobó es un tiempo en el que la tarea más importante será luchar para lograr su implementación y también para continuar garantizando derechos: “La idea es seguir armando tramas feministas, interpelando los machismos, los sexismos, los hétero-sexismos, la lucha por el derecho a la tierra y por las políticas de cuidados, entre otras de las tareas que nos proponemos”.
¿Cuáles son los pasos a seguir a partir de la sanción de la IVE en el Poder Legislativo?
-Lo primero es la promulgación de la ley, que le corresponde al Poder Ejecutivo y que tiene diez días hábiles para hacerlo. Una vez que eso suceda, ya tendremos IVE en todo el territorio nacional. Por otro lado, hay que ver la reglamentación, que es aquello que le da operatividad a los distintos artículos de la ley. Pero, mientras tanto, una vez que esté promulgada, la persona que necesite realizarse un aborto estará en todo su derecho de solicitarlo en los hospitales o los centros de salud.
¿Cómo creés que se va a dar esa implementación?
-Lo más promisorio está en el hecho de que es una ley muy deseada y reclamada colectivamente, entonces eso será un plus. También sabemos que hay un camino andado con las ILEs (Interrupciones Legales de Embarazos) y que eso tiene que servir de experiencia pedagógica desde donde lanzarnos a la implementación. Ya nos estamos preparando para el despliegue de un trabajo inmenso que no será de un día para el otro: tenemos que hacer vivir la ley en las instituciones, principalmente en el sistema de salud, pero también en el sistema educativo, el Poder Judicial (considerando especialmente lo que ya anuncian y empiezan a hacer quienes se opusieron, que es presentar reclamos de inconstitucionalidad) y también en otras áreas. Además, hay que hacer que la información sobre la ley llegue a todos los territorios para lograr visibilizar que los derechos en Argentina no se acaban en las grandes ciudades. Y todo ese hacer activista incluye también dar a conocer la existencia del derecho al aborto, las implicancias que tiene y los principios en los que se asienta.
¿Cuáles serían las acciones concretas para lograr eso?
-Principalmente generar fuertes campañas públicas de difusión, exigir al Estado para que las implemente y mantener el tema en agenda, porque los textos de ley son pisos de posibilidades. Especialmente las leyes que refieren al control de los cuerpos de las mujeres y de toda persona con capacidad de gestar. Tenemos que desplegar programas de acción con estrategias diversas que confluyan y que se asienten en enfoques desde la interseccionalidad, las distintas edades, las regiones del país, etc. Por eso ahora la implementación de la ley necesitará más organización feminista que nunca. Otra cuestión muy importante es exigir que se apruebe de manera urgente el registro de la mifepristona en Argentina, que es la medicación más adecuada para los abortos medicamentosos, porque al combinar esta droga con el misoprostol da una mayor eficacia al tratamiento. Hasta ahora se ha usado solamente misoprostol porque la mifepristona no está registrada, pero si logramos esto la efectividad va a pasar a ser muchísimo mayor y mejorará toda la calidad del proceso.
¿Cómo se va a trabajar en relación a la objeción de conciencia de quienes no quieran realizar abortos?
-La disputa con objetorxs de la práctica es todo un tema, pero lo importante es que no obstruyan: que no maltraten ni produzcan dilaciones en el proceso. Si logramos hacer valer la diferencia entre objetar y obstruir habremos dado un paso fundamental, porque muchas personas se han manifestado como objetoras más que nada para no meterse en problemas, para no ser parte del estigma que todavía rodea al tema. Parte de ese “hacer” en la implementación será también que podamos generar mella en esa diferencia y seguir abriendo el conocimiento y la información para que cada día haya menos objetorxs. Y, a la par, para que quienes sí definan serlo entiendan que no todo vale y que tienen obligaciones concretas con esa persona que llegó a su consultorio para solicitar una IVE o una ILE. También va a ser muy importante que desde el Ministerio de Salud y las políticas públicas de cada lugar se pueda garantizar que no haya equipos de ginecología que sean objetores en su totalidad. Por eso promover llamados a ocupar cargos sabiendo qué se necesita para velar por el cumplimiento de la ley va a ser otra gran responsabilidad de las autoridades sanitarias de Nación, y por supuesto también de cada provincia.