Por Edilene Santos. Resumen Latinoamericano, 28 de enero de 2021.
Con la tragedia de Brumandinho en la memoria, las mujeres del MST luchan contra la agroindustria y el capitalismo, siempre a favor de la vida.
La población en general ha sufrido explotación y la precariedad del trabajo, reconcentración de tierras, exploración minera, expansión de puertos, duplicación de carreteras y ferrocarriles. Como resultado, las mujeres son las más afectadas y la minería es el sector que más muertes, mutilaciones y enfermedades mentales ha causado en las trabajadoras.
Son las mujeres las que sufren de exceso de trabajo cuando hay escasez de agua o cuando hay un aumento de la contaminación provocada por la minería. Son las cuidadoras de sus familiares enfermos, con asma, bronquitis, cáncer, entre otras enfermedades provocadas por la minería. Por eso, las mujeres del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) afirman que su lucha es contra la agroindustria y el capitalismo, siempre a favor de la vida.
En 2007, estas mujeres se atrevieron a ocupar Mina Capão Xavier, de la empresa Mineração Brasileiras Reunidas (MBR), del complejo de molinos Vale do Rio Doce, en la región metropolitana de Belo Horizonte. La ocupación fue parte de la jornada nacional de luchas de las mujeres en la Vía Campesina, cuyo lema era “Mujeres Campesinas en la Lucha por la Soberanía Alimentaria y contra la Agroindustria”.
Las mujeres argumentaron que los elementos de la naturaleza son la base de la vida y no son mercancías. El capitalismo avanza en el mundo, sin respetar límites ni leyes, poniendo en riesgo la vida de todos los seres vivos y de la humanidad. También denunciamos que las empresas mineras contaminan las aguas, degradan la naturaleza y desalojan a innumerables familias con la construcción de represas.
En 2016, las mujeres ampliamos la lucha contra la agroindustria y nos atrevimos a denunciar el modelo minero que ha adoptado el país, que, entre otros efectos, resultó en la rotura de la represa Fundão en la región Mariana-MG, en noviembre de 2014. En marzo de 2017, mujeres sin tierra de Minas Gerais ocuparon las tierras de Eike Batista y resistieron en el campamento Maria da Conceição, en Itatiaiuçu, frente al modelo minero depredador que rodea la cuenca del Paraopeba.
Y en enero de 2019 se rompió la presa del arroyo de frijoles en Brumadinho. La actuación de las mujeres en la región Sudeste fue una ruptura del silencio y una afrenta a quienes, aún ante el delito cometido por la empresa minera VALE, los representantes de empresas y del Estado continuaron su defensa de la acción minera en la línea actual y para nombrar el crimen accidente, reforzando y vinculando la dependencia de la región de la minería.
En ese sentido, sabemos que la resistencia en los territorios depende mucho de las mujeres que son las más afectadas por los crímenes del capital, y por esto necesitamos denunciar a diario el proyecto de muerte que hay detrás de este modelo minero.
Edilene Santos es directora estatal del Sector de Género del MST-MG y radicada en el Vale do Rio Doce
Fuente: MST
Foto: MST
Traducción: Resumen Latinoamericano