Resumen Latinoamericano, 19 de enero de 2021
Pekín rechaza las acusaciones de EE.UU. sobre la supuesta amenaza de las armas chinas y asegura que Washington trata de justificar su propia expansión militar.
Marshall Billingslea, enviado presidencial especial de EE.UU. para el Control de Armas, publicó el viernes un mensaje en Twitter, donde se manifestó preocupado al afirmar que, en 2020, “China disparó más de 250 misiles balísticos, batiendo su propio récord en 2018 y 2019”.
En reacción, la portavoz de la Cancillería de China, Hua Chunying, ha tachado este martes los comentarios de Billingslea de “descuidados e irresponsables”, mientras el propio país norteamericano “no ha mostrado moderación alguna en el desarrollo de todo tipo de armas avanzadas, misiles incluidos”.
En una conferencia de prensa, Hua ha subrayado que la retirada de Washington de varios tratados internacionales de control de armas “socava gravemente la paz y la estabilidad mundiales y regionales”.
“Todos esos hechos prueban que las acusaciones de EE.UU. contra los demás constituyen una tapadera para justificar su propia expansión militar”, ha dicho la funcionaria china.
EE.UU. politiza la ciencia y la tecnología
Por otro lado, el aún presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó el lunes una orden ejecutiva que dicta a las agencias estadounidenses evaluar cualquier “riesgo para la seguridad” que supongan los aviones no tripulados (drones) fabricados en China y priorizar su eliminación.
La vocera del Ministerio chino de Asuntos Exteriores ha condenado esta medida de Trump, acusando a Washington de “sobrecargar el concepto de seguridad nacional y tomar acciones intimidatorias para difamar y reprimir a ciertas empresas chinas”.
“La politización de la ciencia y la tecnología solo dañará sus propios intereses, credibilidad y reputación. Instamos a EE.UU. a comprometerse al principio de mercado de competencia leal”, ha instado Hua.
Las nuevas retóricas antichinas de EE.UU. se producen mientras las tensiones entre Washington y Pekín no han dejado de agudizarse en los últimos días del mandato de Trump. Las dos partes mantienen focos de tensión sobre varios temas, como el comercio, la competencia tecnológica y la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, así como asuntos relacionados con Taiwán, y Hong Kong, entre otros. Dichas tiranteces han conducido a Pekín y a Washington al borde de una nueva guerra fría.