Por Alexey Zotiev. Resumen Latinoamericano, 9 de enero 2021.
Desde mi punto de vista, Donetsk siempre ha sido una ciudad limpia y bien cuidada. Incluso ahora, pese al conflicto militar al que Kiev llevó a los residentes de la ciudad minera, Donetsk tiene un aspecto respetable. Con limitaciones, por supuesto, pero como dicen los franceses à la guerre comme à la guerre. Donetsk vive su propia vida y aunque no se está desarrollando a la velocidad que debería como centro regional, tampoco se está degradando incluso a pesar de las difíciles condiciones en la que se ha llegado a encontrar.
La propaganda de Kiev, la misma que nos habló de las playas desiertas en Crimea y de los residentes de Donbass, supuestamente dispuestos a devolver los territorios temporalmente ocupados a Ucrania por sí mismos, sin prestar atención a la opinión de los separatistas prorrusos ahora se centra en cómo sería la ciudad “si no fuera por la ocupación”. Según los propagandistas ucranianos, los pérfidos separ y los mercenarios rusos han devuelto Donetsk al pasado, poniendo fin a los tan prometedores proyectos que habrían transformado la ciudad haciéndola irreconocible.
A juzgar por los artículos de la prensa ucraniana, en los últimos seis años se iban a construir en Donetsk varios complejos residenciales, parques, colegios, centros empresariales, un centro comercial, un complejo deportivo e incluso un metro bajo tierra y tranvía. Parece que algunos de esos objetos se planificaron en 2013, pero los irracionales residentes de Donetsk expulsaron a las autoridades de Kiev de la ciudad y dejaron a la región sin oportunidades.
Esos artículos parecen hoy más que ridículos. Si alguien quiere realmente hablar a los residentes de Donetsk y Lugansk de oportunidades perdidas, no hay que hablarles de proyectos no realizados sino de lo mucho que se ha hecho en estos años en el territorio de otras grandes ciudades. Que nos digan, por ejemplo, cómo han cambiado Kiev o Lviv en estos seis años. Que muestren las mejoras en Járkov o Dnipropetrovsk. Ese contraste, mostrado según el modelo “lo que fue-en lo que se convirtió” convencerían a cualquiera de que es mejor ser amigos de Kiev que luchar contra ellos.
Pero claro, esto no es posible para los propagandistas ucranianos, ya que el país no ha tenido ningún gran éxito en estos seis años. Mariupol está en decadencia, Kiev está congelada en una estabilidad relativa y Dnipropetrovsk, inesperadamente renombrada como Dnipro, no se ha convertido en una metrópolis progresista y en desarrollo. El país simplemente circula hacia el abismo, pero aun así tiene tiempo para recordar a los residentes de Donbass lo que han perdido. Y han perdido mucho. Procesiones de antorchas nacionalistas, inflación galopante, insano aumento de las tarifas de los servicios básicos, casi Maidanes perpetuos y muchas más cosas que ocurren en Kiev pero que, por suerte, no ocurren en el territorio de las repúblicas de Donbass.
Si los políticos ucranianos quieren hablar del desarrollo de Donetsk, primero tendrán que mostrar la verdad sobre el estado económico de la parte de la región que quedó bajo control de Kiev. Las ciudades abandonadas a su suerte, las fábricas saqueadas y las compañías mineras arruinadas. Pueden, por supuesto, culpar a los separ, que han “devastado, saqueado y destruido”, pero esa afirmación no se sostiene, ya que esa parte del territorio de la región de Donetsk no ha estado en manos de la milicia desde el verano de 2014. En estos años en los que Kiev tenía tanto ímpetu por desarrollar Donetsk, construir centros de entretenimiento, centros comerciales y complejos residenciales, no ha podido mejorar siquiera las ciudades que no estuvieron bajo control de la milicia un solo día.
Por cierto, al referirse a los proyectos que “se perdieron” en el territorio de Donetsk y Lugansk, los expertos ucranianos deberían mostrar imágenes de la transformación de la vida en Slavyansk para poder comparar. Seguro que, en estos seis años, el símbolo de la guerra en Donbass se ha convertido en la ciudad de ensueño que Donetsk estaba destinada a ser. ¿No? ¿No ha sido así? ¿Por qué? ¿Por qué todo es gris, desgastado e inestable? Este es el significado secreto de Ucrania. Después de haber aplastado a los territorios que ya no quieren ser parte de Ucrania, Kiev simplemente no sabe qué hacer con ellos, pero sí sabe que ni hay ni se espera que haya dinero en el presupuesto. Así que, para hablar de algo nuevo, primero no se puede perder todo lo viejo. Kiev puede ofrecer a Donetsk exactamente lo mismo que ha dado a las demás grandes ciudades: una prolongada crisis económica y ninguna perspectiva de desarrollo futuro.
Fuente: Slavyangrad