Resumen Latinoamericano, 23 de enero de 2021.
Personas del ámbito de la literatura, la cultura, la política y de otras disciplinas han presentado un manifiesto para pedir al Gobierno de coalición una solución duradera para el problema de la dispersión de las personas presas condenadas por pertenencia a la organización armada ETA. Edurne Portela, Isaac Rosa y Cristina Fallarás son algunas de las primeras firmantes de un manifiesto que pide una “mirada generosa y amplia” para abordar el acercamiento de presos al País Vasco.
Dos años después de la disolución de ETA, en la llamada Declaración de Arnaga, el cumplimiento de las penas en cárceles del Estado alejadas de sus familias sigue siendo un punto clave de la agenda para la normalización y la construcción de una paz positiva.
En este sentido, el manifiesto incide en el establecimiento de una agenda para el acercamiento, pero no se plantea en modo de ultimátum: “Queremos animar al Gobierno de coalición a que complete el traslado a las cárceles del País Vasco de todas las personas que actualmente cumplen condena por terrorismo lejos de su lugar de origen y del lugar de residencia de sus familias”.
Firmado inicialmente por escritores como Isaac Rosa y Edurne Portela, figuras del cine como Montxo Armendariz y Sergi López y periodistas como Javier Gallego ‘Crudo’ y Cristina Fallarás, el texto pide “una mirada generosa y valiente hacia nuestro propio pasado”. De este modo inciden en que “no tiene razón de ser que haya presos que queden al margen de las normas penitenciarias que rigen para el resto de los reclusos en lo relativo el lugar donde cumplen condena, los requisitos de progresión de grado o la excarcelación humanitaria en caso de enfermedad grave”.
“Quienes firmamos este mensaje pedimos que nadie quede excluido de las nuevas realidades que se están abriendo en el País Vasco. Y que los esfuerzos que el actual Gobierno de coalición está haciendo para poner fin a esta excepcionalidad deben continuar hasta completar plenamente el traslado al País Vasco de todas las personas presas por delitos de terrorismo”, subrayan los firmantes.
Moción histórica en el Parlamento de Navarra
Asimismo, este mediodía en una moción histórica aprobada casi por consenso, a excepción de los conservadores Navarra Suma, todos los partidos con representación en el Parlamento de Navarra han aprobado una moción para acabar con la política de dispersión, iniciada en 1989 por el Gobierno socialista de Felipe González.
La moción para que los presos navarros cumplan sus condenas en cárceles del territorio, cerca de sus familiares, ha sido presentada por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra y ha sido refrendada por el PSN. El texto insta al Gobierno de coalición a estudiar el traslado de todos aquellos presos que así lo deseen y hace hincapié en que “la Ley Orgánica General Penitenciaria establece que se procurará evitar el desarraigo social de los penados, así como impulsar su rehabilitación y reinserción social”.
En este momento, y tras varios movimientos en los últimos tres meses, el número de presos que cumplen pena en prisiones del País Vasco y Navarra se ha incrementado de 10 a 25, según informa el portavoz de la Red Ciudadana Sare, Joseba Azkarraga. Asimismo, se han realizado más de 20 traslados a cárceles de provincias colindantes (Cantabria, La Rioja, Burgos y Soria). En total, 30 presos de ETA cumplen sentencia en cárceles francesas y de los 210 que hay en prisiones del Estado, entre 70 y 80 continúan en las instituciones penitenciarias más alejadas de sus familiares: en Andalucía, Galicia y País Valencià.
Manifiesto: «Por un nuevo camino sin retorno»
Transcurrida casi una década desde que ETA anunció el cese de su actividad armada y más de dos años desde su disolución definitiva, los avances en favor de la convivencia siguen siendo un proceso abierto y todavía inacabado. Un camino que la sociedad vasca debe continuar recorriendo para afrontar todas las tareas pendientes. Tareas que exigen de todos nosotros y nosotras una mirada generosa y valiente hacia nuestro propio pasado. Instituciones, organizaciones políticas y sindicales, colectivos sociales, referentes culturales, académicos e intelectuales y organizaciones de víctimas y familiares son fundamentales para avanzar en todas ellas.
En ese sentido, en estos últimos años hemos visto cómo se han abierto en el País Vasco multitud de espacios que hace tan solo unos años eran impensables. Espacios que han apostado por el valor de las palabras y del diálogo, por la experiencia del reencuentro y la convivencia, que han dado los primeros pasos en el difícil reto de sentir como propio el dolor ajeno, de preguntarse por el significado del perdón, de abrirse a comprender la dramática experiencia vivida por las víctimas del terrorismo.
La apertura de esos espacios de convivencia junto a la normalización institucional, los esfuerzos en pro de la memoria, los diferentes programas educativos y un buen número de proyectos culturales nos están mostrando que la sociedad vasca ha decidido apostar de forma decidida por un camino sin retorno. Camino del que nadie debe quedar excluido. Tampoco todas esas personas condenadas por delitos de terrorismo que continúan cumpliendo su condena en cárceles alejadas de sus familiares y de su lugar de origen. Personas que, todavía hoy, siguen sufriendo lógicas de excepcionalidad de un tiempo ya pasado.
No queda ninguna razón que justifique esa excepcionalidad. Mucho menos cuando esta continúa enfrentada a la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y a los principios de reeducación, reinserción y resocialización consagrados en la propia Constitución Española. Estos solo son posibles cuando las condenas se cumplen lo más cerca posible de las familias y los entornos sociales de cada una de las personas presas.
Quienes firmamos este mensaje pedimos que nadie quede excluido de las nuevas realidades que se están abriendo en el País Vasco. Y que los esfuerzos que el actual Gobierno de coalición está haciendo para poner fin a esta excepcionalidad deben continuar hasta completar plenamente el traslado al País Vasco de todas las personas presas por delitos de terrorismo. No tiene razón de ser que haya presos que queden al margen de las normas penitenciarias que rigen para el resto de los reclusos en lo relativo el lugar donde cumplen condena, los requisitos de progresión de grado o la excarcelación humanitaria en caso de enfermedad grave. Asimismo, tampoco tiene razón de ser que la situación de todos ellos se convierta en arma arrojadiza o sea objeto frecuente de utilización y polarización política.
Las experiencias de otros países nos muestran el valor que tiene la superación de la excepcionalidad penitenciaria tras el final de la violencia. Siempre ha actuado en beneficio de la consolidación de la convivencia pacífica.
Por todo ello, quienes firmamos este mensaje consideramos que el nuevo tiempo que está viviendo la sociedad vasca merece que nadie quede excluido, que todos puedan formar parte de un nuevo camino sin retorno. No tenemos ninguna duda de que dejar atrás las viejas políticas de excepcionalidad podría consolidar los nuevos escenarios de convivencia abiertos en el País Vasco e incluso acelerar la llegada de otros nuevos en el futuro.
Queremos animar al Gobierno de coalición a que complete el traslado a las cárceles del País Vasco de todas las personas que actualmente cumplen condena por terrorismo lejos de su lugar de origen y del lugar de residencia de sus familias.
Primeras firmas: Isaac Rosa, Clara Serra, Javier Gallego ‘Crudo’, María San Miguel, Aitor Merino, Edurne Portela, Puy Oria, Montxo Armendáriz, Sergi López, Daniel Guzmán, Cristina Fallarás, Abel Azcona, Ana Pardo de Vera, Jaime Pastor, Arantxa Tirado, Willy Toledo, Daniel Bernabé, Javier Lezaola, Rommy Arce, Marcos Roitman, Federico Mayor Zaragoza, Nuria Alabao, Nacho Vegas, Facu Díaz, Lorena Ruiz-Huerta García de Viedma, Carlos Bardem, Aitor Gabilondo, Óscar Jaenada, Alfonso Zapico y Justa Montero.