El alcance de la pandemia no es solo sanitario o económico, sino que cada vez está más claro que va a afectar de lleno a nuestros derechos civiles. A la militarización de la vida de las andaluzas y andaluces, los recortes que no tardarán en llegar, la nueva crisis capitalista que ya está aquí… Ahora se suman la supeditación de las libertades individuales en función de la capacidad o no de consumir.
Tal y como informa hoy el diario IDEAL Juanma Moreno ha expuesto que si su Gobierno ha tomado una decisión tan complicada y dura como la del cierre de la hostelería y del sector comercial en la comunidad a las 18,00 horas, qué sentido tiene que el toque de queda no empiece hasta las 22,00 horas. O sea, ¿Qué sentido tiene la libertad individual si no se puede consumir?
La pregunta que hace Juanma Moreno está muy en consonancia con la autorización que su gobierno ha dado a los esquiadores con abono para acudir a la estación de Sierra Nevada. Consumir como condición sine qua non para ejercer un derecho fundamental como el libre albedrío.
En la riqueza individual se basaba, durante el siglo XIX, el derecho ‑por ejemplo- al sufragio en las democracias burguesas. Ha sido desde siempre el modelo defendido por una parte de la oligarquía para encuadrar a la población y ordenar de tejido social de la forma más favorable a sus intereses. Y parece que el gobierno PP‑C’s‑Vox quiere empezar a acostumbrarnos a aquellos viejos métodos de las oligarquías.
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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