Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Sobre la tra­ma pro­fun­da del caso GameStop

Por Ernes­to Cazal. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de enero de 2021.

Todos los mitos en torno al capi­ta­lis­mo esta­dou­ni­den­se se han derrum­ba­do ante nues­tros ojos en los últi­mos años, hacién­do­se nota­ble un cam­bio estruc­tu­ral en don­de las rule­tas rusas finan­cie­ras han sido dise­ña­das por los mis­mos que mane­jan el casino de Nue­va York: los fon­dos de cober­tu­ra y los ban­cos pri­va­dos que mane­jan los hilos de Wall Street.

Poco y casi nada que­da de aquel indus­tria­lis­mo que lle­vó a Esta­dos Uni­dos a lide­rar el mun­do de la inno­va­ción tec­no­ló­gi­ca y la repro­duc­ción téc­ni­ca-indus­trial, dan­do paso a Chi­na al pri­mer lugar en estos órdenes.

El ana­lis­ta bri­tá­ni­co Alas­tair Croo­ke lo des­cri­be muy bien:

«…los mer­ca­dos de acti­vos se han sepa­ra­do de sus ver­da­de­ros ren­di­mien­tos y se han dis­pa­ra­do, sin res­tric­cio­nes de nin­gún ancla en las ganan­cias en efec­ti­vo; la trans­pa­ren­cia de pre­cios, a tra­vés de la inter­ac­ción del mer­ca­do, ya no exis­te; los mer­ca­dos no son libres, sino admi­nis­tra­dos por el Teso­ro; el capi­ta­lis­mo empre­sa­rial se ha trans­for­ma­do en oli­gar­quis­mo mono­po­lis­ta; la inno­va­ción y las peque­ñas empre­sas han sido aplas­ta­das; menos esta­dou­ni­den­ses tra­ba­jan para empre­sas meno­res; la des­igual­dad está desen­fre­na­da; la impre­sión de dine­ro y la deu­da ya no están limi­ta­das por con­si­de­ra­cio­nes pru­den­tes, sino más bien como una emo­cio­nan­te ‘opor­tu­ni­dad’ de millo­nes de tone­la­das métri­cas por delan­te; y las tasas de inte­rés ya no actúan como el meca­nis­mo por el cual el capi­tal se diri­ge a su uso más efec­ti­vo y pro­duc­ti­vo. Gran­des cam­bios, todos».

Las ins­ti­tu­cio­nes esta­dou­ni­den­ses tie­nen como fin dar sopor­te a este esque­ma de pagar y dar­se el vuel­to; los polí­ti­cos en Washing­ton se deben a sus con­tri­bu­yen­tes: los mis­mos oli­gar­cas mono­po­lis­tas que deci­den hacia dón­de va el dine­ro (y no cier­ta­men­te al bol­si­llo de la pobla­ción). No impor­ta quién esté en la Casa Blan­ca, allí no resi­de el ver­da­de­ro poder en Nor­te­amé­ri­ca y bue­na par­te de Euro­pa, sino en los sec­to­res que deci­den sus políticas.

Todo esto se sabe en dema­sía pero se ocul­ta a ple­na luz y olvi­da muy rápi­do. La era de la sobre­in­for­ma­ción pro­yec­ta sus velos como fon­dos de pan­ta­lla bajo un con­duc­tis­mo pro­pio de quien tra­ba­ja tras bas­ti­do­res para que en esce­na la tra­ma sea lle­va­da a su final destinado.

En el gra­do de las polí­ti­cas pro­fun­das, expre­sión exten­di­da por el inves­ti­ga­dor y poe­ta cana­dien­se Peter Dale Scott, son los due­ños del dine­ro, en el caso esta­dou­ni­den­se los dóla­res, los deci­so­res últi­mos para que cual­quier pro­yec­to y fin pro­si­gan hacia una con­clu­sión. Y estos due­ños tie­nen una ideo­lo­gía o visión de mun­do, por muy eli­tes­ca y redu­ci­da que parezca.

Cuan­do algún Cis­ne Negro (con­cep­to acu­ña­do por el «empi­ris­ta escép­ti­co» Nas­sim Taleb, refe­ri­do a los acon­te­ci­mien­tos alta­men­te impro­ba­bles que gene­ran un gran impac­to) inte­rrum­pe el cur­so de sus pla­nes, los oli­gar­cas mono­po­lis­tas toman una acti­tud agre­si­va que logra erra­di­car todos los gra­dos de racio­na­li­dad y ente­re­za men­tal posi­bles, tiran­do por la bor­da inclu­so las pro­pias con­cep­cio­nes que ven­den como mode­lo y espe­jo de lo benigno y civi­li­za­do, sien­do peli­gro­sos como son, con­tro­lan­do incuan­ti­fi­ca­bles medios posi­bles para tomar reta­lia­cio­nes o rever­tir la situación.

El caso GameS­top está mos­tran­do que el sis­te­ma finan­cie­ro dolar­cén­tri­co está ama­ña­do, pero no solo eso: visi­bi­li­za una gue­rra intes­ti­na entre acto­res que poseen el trono (Wall Street) y quie­nes recla­man un lugar en la cor­te (los supues­tos comer­cian­tes mino­ris­tas de Red­dit). Y es una pug­na que no gus­ta a las mafias de Nue­va York.

No entra­ré en los deta­lles de lo que suce­dió, sufi­cien­te­men­te cono­ci­dos por todos. Sí se pue­de comen­tar que mon­tó un pre­ce­den­te en cuan­to a la mani­pu­la­ción de un mer­ca­do que se encon­tra­ba total­men­te con­tro­la­do y bajo la mesa para los gran­des fon­dos de cober­tu­ra, los peces gor­dos que pren­die­ron las alarmas.

En espe­cí­fi­co, el fon­do de inver­sión Mel­vin Capi­tal, que mane­ja unos 12 mil 500 millo­nes de dóla­res en acti­vos, fue per­ju­di­ca­da por la juga­da. Des­pués de que el pre­cio de las accio­nes de GameS­top comen­zó a subir, la fir­ma inyec­tó más capi­tal a las posi­cio­nes en cor­to pues­to que pen­sa­ba el pre­cio cae­ría even­tual­men­te. La estra­te­gia, lo sabe­mos, falló con pér­di­das no repor­ta­das de miles de millo­nes de dólares.

Lo más pro­ba­ble es que se haya fil­tra­do entre los corre­do­res de Red­dit la infor­ma­ción de que Mel­vin Capi­tal había inyec­ta­do dine­ro sufi­cien­te para repro­du­cir pérdidas.

El gri­to al cie­lo por la mani­pu­la­ción del mer­ca­do de valo­res por par­te de acto­res exóge­nos a su gru­pi­to de ami­gos, los man­da­ma­ses de Wall Street exi­gie­ron regu­la­cio­nes al gobierno que con­tro­la (hoy, el de Joe Biden) y res­tric­cio­nes en la com­pra de accio­nes. El mito del capi­ta­lis­mo esta­dou­ni­den­se, que inclu­ye los tótems del libre mer­ca­do y la ley de la ofer­ta y la deman­da, fue­ron aplas­ta­dos por la oli­gar­quía monopolista.

A esta pug­na se unie­ron los sec­to­res de Sili­con Valley afi­nes a los peces gor­dos de Wall Street, como Goo­gle y Dis­cord, que dis­pu­sie­ron sus máqui­nas de cen­su­ra, vigi­lan­cia y mani­pu­la­ción infor­má­ti­ca e infor­ma­ti­va a dis­po­si­ción del esta­blish­ment finan­cie­ro neo­yor­quino.

Entra Elon Musk a escena

Todo esto pare­ce una cace­ría de gigan­tes sobre insec­tos, pero la apa­rien­cia se disi­pa si pone­mos la lupa sobre quié­nes impul­sa­ron la corri­da finan­cie­ra en Red­dit, en espe­cí­fi­co a tra­vés del foro de inver­so­res r/​WallStreeBets:

Lue­go del tuit de Elon Musk, el aho­ra mul­ti­mi­llo­na­rio más rico del mun­do, las accio­nes de GameS­top se vinie­ron arri­ba, y asi­mis­mo suce­dió con el pre­cio de bit­coin ape­nas unos días des­pués lue­go de que el tusio­li­gar­ca actua­li­za­ra su bio en Twit­ter con el hash­tag #bit­coin.

Cual­quie­ra podría ser com­ple­ta­men­te inge­nuo y pen­sar que la con­vo­ca­to­ria de Musk a inver­tir a tra­vés de Red­dit se orien­tó hacia inver­so­res del tama­ño de David para pelear con­tra Goliat, pero si segui­mos el dine­ro como pre­mi­sa bási­ca del perio­dis­mo de inves­ti­ga­ción encon­tra­re­mos que la red social tie­ne en su mayor inver­sor a la mayor com­pa­ñía de video­jue­gos del mun­do, la chi­na Ten­cent, oriun­da de Shenzhen y que coti­za en la bol­sa de valo­res de Hong Kong.

Ade­más, Ten­cent tie­ne en Elon Musk un socio cer­cano con una par­ti­ci­pa­ción del 5% en Tes­la; se tra­ta de una inver­sión con­jun­ta en pro­duc­tos de alta tec­no­lo­gía, como el desa­rro­llo de Inte­li­gen­cia Arti­fi­cial y el deno­mi­na­do Inter­net de las Cosas.

La com­pa­ñía chi­na se encuen­tra bajo cons­tan­te inves­ti­ga­ción por par­te del gobierno de Xi Jin­ping, que ve a la empre­sa dema­sia­do influ­yen­te por enci­ma de los intere­ses del Esta­do chino, cuya doc­tri­na de la cen­tra­li­za­ción de la pla­ni­fi­ca­ción eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra y el mono­po­lio de la ban­ca cre­di­ti­cia supo­ne un lími­te a los intere­ses cor­po­ra­ti­vos de cual­quier empre­sa gigante.

Es de supo­ner que el gobierno chino per­mi­te a Ten­cent inver­tir en Sili­con Valley y Wall Street como meca­nis­mo de disua­sión ante las cons­tan­tes ame­na­zas mili­ta­res que aumen­ta­ron con la Admi­nis­tra­ción Trump y no pare­cen des­va­ne­cer­se duran­te la era Biden-Harris, sino más bien tie­ne una pers­pec­ti­va a aumentar.

¿Disua­sión chi­na o gue­rra inter­cla­sis­ta en EEUU?

La estra­te­gia de Bei­jing, cuen­ta el eco­no­mis­ta Michael Hud­son, con­sis­te en tener intere­ses en Wall Street para que «actúe como nues­tro apo­yo por­que, des­pués de todo, Wall Street es el prin­ci­pal con­tri­bu­yen­te de cam­pa­ña y el pre­si­den­te tra­ba­ja para los con­tri­bu­yen­tes de cam­pa­ña». De esta mane­ra Chi­na disua­de el aven­tu­ris­mo mili­tar, cam­bian­do el garro­te por el dine­ro mien­tras la zanaho­ria que­da intac­ta. Y a los esta­dou­ni­den­ses les encan­ta el dinero.

¿Hubo aso­cia­ción entre Musk y Ten­cent (como tra­sun­to de Chi­na) para gol­pear el cora­zón del capi­ta­lis­mo esta­dou­ni­den­se a tra­vés de una red social? ¿Cuál es el inte­rés del tusio­li­gar­ca grin­go por que­re­llar­se un espa­cio en el feu­do de las finan­zas neo­yor­qui­nas, sien­do tan exi­to­so a la fecha actual? ¿Con­ti­nua­rá desa­rro­llán­do­se este nue­vo capí­tu­lo de la lucha inter-éli­te en el Gran Casino de Nue­va York duran­te las sema­nas por venir, como advier­te el gigan­tí­si­mo ban­co JP Mor­gan? Difí­cil res­pon­der estas pre­gun­tas sin mayo­res cer­te­zas que la inves­ti­ga­ción a fuen­te abier­ta, sin embar­go las hue­llas están expues­tas para su escrutinio.

Lo que sí pare­ce cla­ro es que la pug­na de pode­res en Esta­dos Uni­dos no solo se encuen­tra en la esfe­ra de la polí­ti­ca públi­ca, sino tam­bién en el sec­tor oli­gár­qui­co, con gran­des fisu­ras en las arte­rias de Sili­con Valley y Wall Street dis­pues­tas a desan­grar un sis­te­ma tan frá­gil como una hoja seca si se jue­ga con sus mis­mas reglas bajo otro perfil.

Pode­mos recor­dar cómo el crash de la bur­bu­ja pun­to­com en el año 2001 con­clu­yó con las rui­nas de empre­sas tec­no­ló­gi­cas en ascen­so, aplas­ta­das por una cri­sis en las que sobre­vi­vie­ron, y no mági­ca­men­te, Ama­zon, eBay y Goo­gle, cor­po­ra­cio­nes ínti­ma­men­te fusio­na­das al apa­ra­to secu­ri­ta­rio, mili­tar y de inte­li­gen­cia del gobierno esta­dou­ni­den­se des­de sus ini­cios. Entre las lec­cio­nes de dicha cri­sis se encuen­tra el hecho de que sobre­vi­ven las empre­sas que tie­nen una cone­xión pri­vi­le­gia­da al sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal grin­go, un signo diá­fano de plu­to­cra­cia globalista.

Lo lamen­ta­ble de todo este asun­to es que la pobla­ción esta­dou­ni­den­se, y bue­na par­te de los pue­blos del mun­do occi­den­tal (inclu­yen­do Suda­mé­ri­ca), sufre las con­se­cuen­cias de los gol­pes oli­gár­qui­cos de mesa, como sue­le ocu­rrir cada tan­to para orgu­llo de una cla­se cada vez más ensi­mis­ma­da en su ombli­go de cristal.

Fuen­te: Misión Verdad

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